EL VAMPIRO (PEQUEA ROMANZA DEL QUE ACECHA) IV
Publicado en Aug 12, 2009
Y te ríes de mis cosas soy tu amigo
solo eso solo eso, por ahora, y miro tu boca y tomo sin querer tus manos soy tu amigo solo eso no temas somos amigos... Y miro tu boca y ansío tu boca y miro tu cuello y ansío tu cuello y miro tus manos y ansío tus manos, con sus caricias, sus uñas, tus dedos, ansío tus manos... Tus padres no sospechan así como los de tu amiga Babette, descanse en paz, no sospecharon nunca, y caerás, tarde, temprano, mejor tarde, en la tarde, cuando, de la mano, solos los dos, nos hallemos en el bosque y robe tus besos y desnude tus pechos y agite tu entrepierna virgen cuando gimas y dé esa mordida sutil, ácida, punzante en tu cuello, y gimas en éxtasis y placer infinito y gimas por más y más y tus ojos se empiecen a cerrar poco a poco Hasta entonces solo esperar, esperar a que, en último momento digas “sí amor mío, seré yo la que acompañe tus pasos en la eternidad seré yo, mi amo, quien te seguirá a las tinieblas eternas...” Hasta entonces, Solo esperar, solo esperar...
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