Carta de un hijo.
Publicado en Dec 27, 2012
¡Hola mamá!
Hacía mucho que no me ponía en contacto contigo. No es que me olvidé de ti, eso jamás podrá ocurrir; te llevo conmigo desde el mismo día que conocí la luz del sol. ¿Sabes? Tengo mucho trabajo. En mi nueva casa, hay por doquier y de los más variados. Mi sueldo no es en efectivo, pero ya no me importa; a ninguno de mis compañeros les importa. Pago altos impuestos, pero no me quejo es lo que me gusta, los llamamos impuestos convenidos y las acciones que desarrollamos tal vez no las comprendas; para ustedes sería todo un lío. Cuando me marché, así tan de pronto y sin despedidas, creí estar incapacitado de renunciar a lo que tenía. Te vi tan triste y sinceramente me cuestioné varios días mi irresponsabilidad; terminé sin querer con una vida a tu lado que era maravillosa. Pero hoy, no me arrepiento… ¡soy feliz! De verdad te lo digo… Recuerdo que bromeabas diciéndome que era imposible que cortáramos el cordón umbilical y ¡sí! Sé que fue un dolor concreto, físico y hasta frío; pero de eso ya pasó mucho tiempo ¿no? Hoy mi amor no es egoísta y trato de repartirlo. Como me enseñaste, pienso en los demás antes que en mí mismo. Quiero que sonrías mamá, eres tan linda haciéndolo… que vuelvas a creer, a soñar, aunque me extrañes escondida en la almohada, aunque me busques en mis rincones preferidos… Te veo… te veo…. tu imagen no es borrosa… ¡Si te conoceré! Las acciones espirituales son mi motor, ya no me interesan esos peligrosos, de los que siempre te quejabas y al final te lastimaron tanto. Lo siento mamá, yo no quería que te enojaras conmigo, yo no quería causarte tanto dolor. Ahora, ¡soy un ángel! Estarías orgullosa de verme, pero sé que no me sacas ni un ratito de esa cabecita activa y empecinada que tienes, asique seguramente me imaginas el más lindo. Nunca sufrí mamá, acá no se conoce el dolor, ni el frío, ni siquiera te sientes solo porque no hay desconocidos. A veces, cuando la actividad celestial nos da un recreo, miro a lo que fue mi mundo y suspiro. Fue lindo mientras duró pero acá también lo es mamá, yo sólo me anticipé y estoy guardando los lugares para todos. Desde la altura veo millones de hilos finos, casi transparentes, tendidos entre los dos mundos. Con curiosidad un día tiré del mío, lo llevo prendido cerca del pecho y me sigue a todos lados como un fiel amigo. Solo al tirarlo una décima de segundos, logré traerlos un ratito conmigo. Te vi sirviendo la cena, te ayudé a poner la mesa, me senté al lado de papá y hasta acomodé el peluche en la cama de María… ¡qué grande que está! Y qué hermosa es… Nuestro hilo es grueso, bien tejido y puedes tirar de él cuantas veces quieras, no se rompe, no se desgasta porque es eterno. Ninguna tijera filosa puede con él, es más resistente que el cordón umbilical y su función más importante. Tirá de él mamá, yo estaré cada vez que lo necesites… No, no… no lo puedo hacer siempre, te hablé de mi trabajo, de mis acciones espirituales, de los altos impuestos y de mi falta de egoísmo. Hay muchísimos que no tienen esos hilos y andan vagando solos, desamparados, en ese mundo tuyo que también fue mío… Estamos viendo de qué manera prenderles uno en el pecho para que sientan como vos sentís, que alguien vive dentro de ellos. Bueno mamá, llegó la hora, pronto tendrás noticias mías, en tus sueños encuentro la manera de mandar estas líneas, que sé que necesitas; pero no te mal acostumbres cada vez me gusta más esta vida celestial y si logro el ascenso estaré más ocupado todavía. No seas quejona vieja, estoy bien ¿es eso lo que te preocupa? ¿Me extrañás? Ay, ay… yo te acompaño sin sombra, sin peso; estoy dentro haciéndote cosquillas; quiero que sonrías, quiero que fortalezcas nuestro hilo, para saber que mi misión está bien realizada. Quiero que vivas, no que solo respires. Hacelo por mi ¿O acaso no me diste siempre con los gustos? Te amo y sólo estoy guardando lugares para todos. Tu hijo PD: cuando quieras tirá del hilo.
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Kiarita
atte. Kiara paola
silvana press
Cariños y te leo.Besos
SILVINA
silvana pressacco
Kiarita
Mariposa
silvana pressacco
antonia rico mendez
silvana pressacco