El dolor de tu adis. Fragmento 4. Por Estrelliita Fugaz.
Publicado en Dec 28, 2012
-¿Qué haces Damián?- Pregunté, pero sin retirarme de ese lugar- Tú mismo has dicho que esto acab...- y, entonces, sin previo aviso... me calló con un beso.
Fue un beso dulce pero tímido, como nuestros primeros besos... y después de unos cuántos minutos se separó mirando mis ojos. -Sí, Liz. Esto acabó, pero nunca dijé que me gustaría que fuera así. Sólo que no puedo soportar más. Miré sus ojos. Irradiaban sinceridad. Negué con la cabeza para mi misma, tratando de asimilar sus palabras. -¿Soportar que...?- Murmuré destrozada. La lluvia ya se había calmado un poco pero mis pies seguían tratando de entrar en calor. La lluvia era tan fría... tan fría como lo sería ese adiós... -Nuestras peleas constantes Lizbeth, que no podamos vernos. De... vivir este amor en secreto- Me acarició el cabello y miró hacia mis pies- Ven- Me ordenó tomandome de la mano y guíandome en silencio a una banca retirada de la entrada. Cómo no trate de romper ese silencio tan incómodo, él empezó a quitarse su sudadera y me la puso sobre los hombros. -No... Damián. No la necesitó. El ignoró mis palabras y se empezó a quitar sus tenis nike blancos. Y me los colocó -Damián, no tienes por que hacerlo... yo soy la estúpida que empezó a caminar por la calle descalza para aliviar este dolor. Este dolor que me está matando- Susurré. -Lizbeth. Sí es mi culpa. Yo te lastimé. Hiciste eso por mí culpa... -Noté como alzaba mi barbilla- Vas a prometerme algo. Me vas a jurar que... Lo miré a los ojos. Esos ojos... fue ahí cuándo recorde aquel fragmento que había leído de mi diario ese mismo día.Y me quedé sin aliento. Aquel texto describía una escena que había vivido ya hace algunos meses. Había sido en ese parque, en esa banca. -¿Sí? Di que lo prometes. Volteé a verla confusa. Aquellos recuerdos me habían alejado tanto de la realidad que no había escuchado ni una sola palabra que me había dicho. -Lizbeth... ¿Lo prometerás verdad? -¿Prometer qué...?- Pregunté despacio. -Viné esta noche para pasarla contigo, pero al ver que no me escuchas si quiera me voy- Dijo muy firmemente, se levantó de ahí y me miró- Adiós para siempre Lizbeth, no volverás a verme- Y entonces empezó a correr. No intenté seguirlo, por experiencia me había enseñado de una manera muy dura que ese chico era rápido. Me quedé ahí, sin poder llorar ni reír. Pasmada... y miré al cielo esperando una razón para seguir viviendo. Continuará. Por Estrelliita Fugaz
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