Un cielo gris que se oscurece aún más, un frío inmenso a pesar de que lleva consigo su abrigo negro, un montón de recuerdos pasan por su mente a pesar de que había prometido para si misma olvidar todo.
El rocío de la lluvia cae lentamente sobre los tejados, Hanna camina en silencio sobre un suelo mojado hasta el final del callejón.
Una brisa fría que remece las hojas mojadas de los arboles, un joven que la espera bajo la luz de una farola aunque la lluvia empieza a ser cada vez más fuerte.
Él la abraza. Hanna toma su mano mientras busca un lugar seguro y seco donde abrigarse de la lluvia y del frío invierno que poco a poco se transforma en una frágil realidad.
-Prometí que te amaría toda mi vida- Dice él
-¿Entonces por qué estas haciendo esto?-
-Debo marcharme para empezar mi vida de nuevo- Fue su respuesta.
-Estas lastimandome- Dijo Hanna mientras recostaba su rostro en el hombro del muchacho.
-Necesitamos dinero, debo conseguirlo para darte lo mejor- Dijo él.
-Te dije que quería más, pero eso no era lo que tenia en la cabeza. Yo solo quiero que sea como antes: Corriamos juntos por el mundo, bailábamos todas las noches, eramos tan felices.
-Te prometo que regresaré y todo será mejor- Respondió él mientras miraba el cielo oscuro lleno de sueños sin cumplir.
-No por favor, quédate aquí. No necesitamos dinero, podemos hacer que todo funcione- Suplicaba Hanna.
-Te amo. Debo irme ya. Se hace tarde y aquí los autobuses salen en horarios absurdos- Dijo él.
-Te amo, tengo miedo perderte. Por favor dime que esto no será más de unos meses.
-Volveré pronto- Dijo él.
 
Un silencio profundo que callaba aun más, un momento suspendido en el tiempo que amenazaba con destruir su vida.
Hanna se acerco y le dió un beso, un beso que nunca olvidarían porque en aquel instante de beso estaban sus sueños y sus renuncias, sus miedos y sus luchas durante toda esta vida.
El cielo se despejaba y un sin fin de estrellas aparecían detrás de las nubes grises. Él se marchó con destino a la estación, llevaba una maleta colgada de sus hombros. Hanna regreso a casa, abrió las ventanas y dejó entrar un poco de la brisa que traería el aroma del hombre que ella amaba, aunque el estuviera a cientos de kilómetros.
 
Una voz vacía dentro de su corazón que la atrapa entre una frágil realidad que amenaza con destruir su vida y una fantasía que la tortura a través de sus recuerdos.
¿Puedes ver a través de las lágrimas?
DOS AÑOS DESPUÉS
-Los mejores años de mi vida se fueron con tu despedida, pero aun queda ese recuerdo que marco mi existencia para siempre-
• Hanna Mislov 2012
-Te amaré hasta el final de mis días- Fue lo ultimo que escuché.
 
 
 
Inédito.
Los personajes de esta obra son ficticios.
 
Escritor Pablo Cajar 2012 ©