Ya las constelaciones se abismaban
Publicado en Jan 01, 2013
Ya las constelaciones se abismaban
en los precipicios de mi mundo de carne. Iban rozando mi cuerpo con su lumbre, iban diseminando su calor en mis vértices. Los aros de Saturno vinieron a mi encuentro: Fobos y Deimos ansiaban desolarme mientras mi cuerpo huía de prodigios de la noche que me atrapaba entre ocasos. Me escondí detrás de una peña enhiesta buscando de eludirme de gruesos estertores. Entré a la gruta mental de mis oídos para cerrar sus puertas incipientes. Y apareciste como flor de niebla: envuelta en el blanco de tu alta morada. Mojaban tus labios unos frutos rupéstres que consumías desde antes de los siglos. Ante ti, se callaron las mareas y la noche se tornó en amanecida. Los astros se volvieron a sus sitios - llevando con ellos crueldad y satiriasis - Y te nombré renuevo, pámpano verde, salvadora mientras que te movías en tu verdad solícita. Fueron para ti, desde entonces, mis ojos y los latires vítreos que se desploman por mi sangre.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|