El acto natural de amar
Publicado en Jan 05, 2013
El silencio de la naturaleza se hizo cómplice.
El viento interrumpió el juego con las hojas y las obligó calladamente, con sumisión, a contemplar desde un rincón. El agua se escarchó en la orilla, nada debía interceder, ni distraer, ni siquiera el murmullo de sus remolinos lamiendo las piedras. Los roces quebraron la quietud cuando bajaron por la desnudez, la caricia erizó los vellos, los pezones, y el maravilloso cabello reaccionó pegándose en los dedos. Una boca se hundió en la otra, su soldado sediento entró con soberbia, dureza y se encontró con los escudos rotos y la dulce rendición. Los alientos se mezclaron, las olas de sus bocas se revolcaron… Los tambores sonaron en los pechos y las mariposas no contuvieron su inquieto vuelo. La naturaleza fue cómplice, respetuosa y callada se maravilló de ese natural encuentro. Por un momento rompió las rutinas dejando que sólo ellos fueran los protagonistas Sus pieles desnudas, haciendo destellos y regando de rocío tibio eran la mejor escena. Esa noche el paisaje era otro y los ojos salvajes y curiosos fueron testigos anonadados de la belleza que despliegan dos cuerpos, amándose.
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Federico Santa Maria Carrera
Me han encantado cada uno de tus trabajos, Sara, y espero que existan los próximos. Sin embargo, me agradaría me aceptaras un humilde consejo: No te dejes cegar por tu pasión por escribir y te vuelques apresurada a publicar. Estructura tus contenidos e imprímeles ese sello tuyo hasta convencerte que gustarán... Eso sí requiere de pausas en el ritmo.
Cariños, mil.
Sara
Soy de la misma idea, leo y leo; autores que publican uno tras otro y me pregunto ¿cómo hacen? Puede ser también que ya los tenían desde hace un tiempo y recién ahora los publiquen. , Además me gusta corregirlos, darle toques, seleccionar la portada exacta... que sé yo, disfruto en la elaboración.
Será hasta la próxima, nos leemos!
raymundo
Sara
beatriz
Sara