Hoy te has despertado inquieta
como si te molestara una pequeña caries.
Las lágrimas mojan tus mejillas sin razón.
Respiras como si te hubieras desvelado.
Pero no fue así, dormiste tranquila.
Pues yo te velé varias horas, mirándote.
¿ Qué soñaste ángel mío que te llenó de angustia
a una hora que yo no percibí?
Te dí mi pecho probo como cortafuegos.
Me entrepúse firmemente entre ti y tu pasado.
Tu padrastro no está: Ya no conspira cotra ti.
Ni sufres las desdichas diarias de sus acosos...
Creí que mis besos habían borrado tus calvarios.
Pero no fue así.
Aún penden incoherencias y temores en tus sueños
que te contristan y te hacen temblar entre mañanas.