Escudriñando entre las melodías de tu voz,
Busco notas que desalienten al alma,
Para una vez más hundirme en un llanto voráz,
Y así, miles de historias oscuras recrear.
 
Tus labios no mienten, y tus ojos lo afirman,
Pero mi espíritu insistente me nubla,
Naciendo así, una sospecha enferma,
Que como plaga, destruye la cosehca.
 
Imperfectos son los versos de este poema,
Que narran mi masoquista inspiración,
Donde la gloria se vuelve tormento,
Y la duda por la espalda me acuchilla.
 
Mi debilidad en ira se torna,
Culminando en el ambiente la tempestad,
Mis lágrimas lo dicen todo,
Una vez más de ti he desconfiado.
 
Palabras más, palabras menos,
Que a mi corazón confunden,
Noqueando toda esperanza,
De que amor puro tú me das.