Un último concierto, es lo que haría falta en la conclusión de la vida de todo músico, y también de cada persona, no a todos el destino os concede este privilegio, y a este pobre músico, violinista fracasado y desventurado hombre el ángel de las almas encerradas le permitió morir de esta manera, es cierto que ninguno conoce su destino ni la fecha en la que ah de entregar el espíritu a su creador pero todos poseemos intuición; es la ansiedad en las neuronas que agita a la mente y reanima todo sentimiento, a este violinista le acechaba la muerte, y él lo presentía. Se dice que en el momento en que vas a morir tu memoria resucita cada momento importante de tu estadía en esta realidad, con el propósito de que en ese instante sientas tu vida y recuerdes lo que de ella fue, pero ¿Cómo es esto para alguien que no tiene la capacidad de recordar? sería imposible que recordara su vida y más aun si cada momento de ella fue para él como el ultimo, cada renglón en su historia contenía el punto final, este artista era de los pocos y de los casi extintos locos que trataban de crear el arte de tan solo el soplar del viento, la música corría por sus venas e inundaba sus pulmones, el silencio profundo era para él un concierto de los músicos celestes, los astros, cada latido de su corazón era el compas de la melodía de su alma, el frio eran las notas y la lluvia los acordes del destino, los truenos de la tormenta eran el allegro de la noche, este músico vivía con los ojos en silencio, y la boca enmudecida, no es que fuera mudo es solo que cada palabra era una pérdida del sentir si todo podía explicarse entre las barras del pentagrama, de esa manera su espíritu difundía en cada escala una gota de su ser, entre las cuerdas de su violín habitaban cada uno de sus sentimientos, en perfecta armonía con el ritmo de los acordes melódicos que juntos daban a luz a una canción.
En aquel último instante en el que el violinista termino de tocar su ultima sinfonía en el alcohol de la soledad, su alma comenzó a huir, el violín dejo de emitir sonido y su alma lloro amargamente, la melodía de su sangre fue arrebatada por la muerte y sus partituras fueron sepultadas con su corazón, sobre su cuerpo, para que así en el tártaro tocara junto a los demonios y no descansara su alma, su música seria su tortura y el ritmo de su corazón su más grande condena, la tocata de los caídos seria cada noche la misma y el terminaría de sufrir la consecuencia por la que nació, la música, los violinistas y músicos no mueren, solo entregan sus canciones a Tánatos y así perturban al sublime descanso al que están destinados. Su música permanece en la mente de los hombres más sin embargo en la de los condenados es una alabanza a sus pecados.
                                            Los violinistas son dioses.