Amigo mío te quiero decir:


Contigo vi sangre, lágrimas, sonrisas, lunas, vi morir muchos de mis sueños y también aprendí el milagro de una vida; cometí tantas equivocaciones a tu lado; amigo mío junto a ti conocí tanto de ambos, nos conocí, nos viví; escuche el canto de una vida resonar en el destello de un crepúsculo, descubrí contigo amado amigo que puedo amar, que se puede usar el corazón de una manera más sutil que para bombear sangre.

Viviendo contigo mucho de mi cabello vi caer, recordé tanto en esos instes de lucidez, tanto de lo que ya sabia y lo que aún no entendía, mire, anhele el alma de alguna persona, encontré  el color que tiene la vida, pude oler su esencia.

La brisa  del viento acaricio mis mejillas en más de una ocasión contigo, desde el ocaso hasta el crepúsculo aprendí a amarte en estos últimos meses de tu vida; desde el fondo de mi alma hasta mis lagrimales me despido de ti ahora, de tu compañía, de tu querer, de esta mutua fidelidad; amigo mío esta noche te veo morir y con unas palabras, una carta y unas cuantas gotas de mis sentimientos, me despido; no olvidándote, espero y me recuerdes, espero y hables de mí, espero y me lleves entre tus memorias.
Querido viejo amigo antes de no verte jamás déjame hacerte saber que al principio no me acostumbre a tu compañía pero con los meses aprendí a quererte y a dejar que corriera tu tiempo, a saber lo que seria y a apreciar lo que ambos tendríamos que pasar, el tiempo contigo relativamente fue algo corto, ni siquiera supe apreciarlo y por todas estas cosas te pido perdón.

Este es el último adiós; querido 2012 nos veremos en el siglo venidero cuando el cielo se habrá a nosotros los que aun aquí quedamos.