ONOMATOPEYA
Publicado en Jan 17, 2013
Después de la catástrofe nuclear, los pocos animales que quedaban, venciendo su instinto natural en un paraje devastado se reunieron en torno al búho que ululando los llamaba. Buh, buh, buh, les insistía, a poco llegó reptando la serpiente quien entre silbos lastimeros se quejaba con el amigo búho de tanta desolación y muerte. Arrastrando una pata lastimada se acercó un famélico borrico que entre roznido y roznido decía a todos los ahí reunidos: -yo sólo quiero tener un amo- -no me importa cargue de más mi lomo- -ni me muela a palos por nada- -sólo quiero alfalfa y un poco de cebada- Vino barritando de angustia Un grande y pesado elefante luego, entre gruñido y gruñido se hizo presente un oso; después fueron llegando otros, al vuelo, de grito en grito llegó un loro bien grosero y graznando siempre agorero el cuervo, con lombriz en pico. Saltando a la par conejo y liebre se echaron quietos junto a la sierpe; vino luego el león imponente como siempre rugiendo feroz y rechinándole los dientes. Una paloma sin descender el vuelo zureando desde el aire les decía: "necesitamos un dios que nos salve" —Un dios para que sea mi amo— roznó inquieto el borrico. —¡Que nos quite a todos el hambre!— Gruñó el oso lamiéndose el hocico. —¡No tenemos dios, somos animales!— gritaba frenético el lorito. Se hizo el desorden total en aquel grupo de miserables mientras el loro gritaba: —¡somos animales, somos animales—! ¡Entonces se oyó un gran rugido!, el loro fue el primero en morir víctima de un zarpazo fatal, ahí terminaron todos su males, nunca volvería a gritar: "¡Somos animales, somos animales!" El cuervo siguió la misma suerte, y el borrico entre las fauces del león vio a la parca en ojos de la sierpe, pues el elefante en su loca huida pisó al reptil, ¡causándole la muerte! Después del gran alboroto hubo un pesado silencio, que fue roto por el gruñido del oso... —¡Hermano león!— —¿por qué has hecho esto?— Ronroneando con aspecto hosco el león le contestó al oso: —"La ley de la selva, es el único dios que yo conozco"—
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antonia rico mendez
kalutavon
Jos de la Cruz Garca Mora
kalutavon
Battaglia
Te luciste con este texto amigo.... no es bueno renegar o quejarse todo el tiempo, hay que aprender a vivir y aceptar aquello que tenemos, pues perdemos tiempo en ello inutilmente tantyo que a veces la muerte nos sorprende sin esperarlo y entonces sí nada podemos remediar....
la forma en copmo lo llevaste esta genial amigo!!!!
Abrazos
kalutavon