LAS SUMPALL
Publicado en Jan 19, 2013
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  LAS SUMPALL
Decía Colqui que su Abuelo siempre contaba la historia de cuando había participado en una gran  expedición a la Isla de Chiloé. Había sucedido hacía muchísimos años, cuando la tierra recién emergía del último diluvio. Los Hombres Adultos hambrientos y desesperados por alimentar a sus familias y los jóvenes tan desesperados como sus padres; pero también ansiosos de aventuras y gloria se habían embarcado en una empresa que de por sí, resultaba  peligrosa E  inquietante. Las embravecidas aguas del sur, guiadas por corrientes veleidosas, pobladas de animales desconocidos y espíritus de fuerzas misteriosas se presentaban ante los noveles marineros mapuches como oscuras ciénagas, lúgubres, atemorizantes,  imprevistas.
El comandante de la expedición sería Quelentaro, el más hábil y experimentado navegante del Wallmapu, el único que había recorrido aquellos territorios pelágicos y probablemente el más certero y hábil a la hora de trazar mapas sobre pieles de guanacos, .basándose en el reflejo de las estrellas sobre los cántaros de agua. La sola presencia de Quelantaro, inspiraba confianza, Quelantaro conocía más de cuarenta y tres idiomas, incluso podía  hablar con fluidez la lengua de los primitivos lobos marinos  y se hacía entender entre todos los habitantes del bosque , hasta las aves le seguían y respondían con trinos cuando él les llamaba la atención.Todos le respetaban  y como verdadero toqui de  tierras y mares, su atronadora voz sería la ley en aquella navegación  insólita que iría  en pleno invierno a recorrer  las vastedades marinas. El día de la partida un torbellino de gente fue a despedir a los expedicionarios, mujeres que  cargaban a sus  niños, ancianos temerosos y madres, que con lágrimas en los ojos despedían a sus valerosos hijos. Se arremolinaban junto a los navíos dejando escuchar el zumbido monocorde de trutrucas y melancólicas notas de pifilkas. La flota partió el primer día de Junio, esperaban llegar a Chiloé antes de que comenzara el invierno para tener el tiempo suficiente de comerciar y obtener los mejores precios de los comerciantes chilotes. El Abuelo Pali, por aquel entonces, un adolescente  estaba encargada de untar grasa  a las cuerdas de pelo de llama que sostenían las enormes velas cuadradas de su barco, se sentía un privilegiado al ir en el navío mayor ya que así podría estar cerca de Quelantaro. Al tercer día de viaje sucedió un hecho extraño que algunos señalaron como un augurio. Una luz de color blanco como la nieve comenzó a titilar en medio de la oscuridad de la noche, la mayoría pensó que era una estrella muy brillante, tal vez Venus. pero luego comenzó a girar y dar una vuelta tras otra, tal como un remolino, hasta que desapareció  tan repentina y  súbitamente como había aparecido, entonces los hombres se atemorizaron y creyeron que quizás sería mejor volver, puesto que la estrella congelada quería “decirles algo”
 -Si quiere decirnos algo es que sigamos adelante vociferó Quelantaro.con seguridad.
Pero los hombres ya estaban atemorizados y se atemorizaron aún más cuando entablaron conversación con unas toninas que acompañaron durante horas a los barcos.
-         ¿Hacia dónde se dirigen? preguntaron las toninas ¿Que no saben que van hacia aguas desconocidas?
-         Lo sabemos venerables peces; Pero necesitamos papas y frutas para nuestras familias
-         ¿No pueden cultivar en su tierra?
-         Necesitamos  mucho más de lo que podemos cultivar respondieron los marineros, el Diluvio y la lucha de Treg Treg y Cai Cai dejó a nuestras sementeras vacías.
-         Sigan las corriente cálida aconsejaron las toninas ahí podrán hallar los peces que necesitan, aunque les reitero que deben ser respetuosos del mar ya que si no lo son recibirán el castigo de los sumpall.
Ese sólo nombre estremecía a los  viajeros mapuches, según relataban antiquísimas leyendas las sumpall eran seres encargados de cuidar las aguas de los ríos, lagos y mares, y en aquellos lugares donde moraban, nunca se secaría el agua o dejarían de llegar las olas. Ellos habitaban, en su mayoría, en lagos y lagunas, pero excepcionalmente, también en algunas islas misteriosas donde esperaban a los náufragos de barcos encallados o perdidos tras una gran ventisca. Igualmente serían seres que dependiendo del género que tuvieran, raptarán a los hombres o las mujeres, pero esto ocurría , frecuentemente con la anuencia del raptado o la raptada, quienes oían, embelesados, sonidos y voces maravillosas llamándolos desde el fondo de las aguas. Los ahogados eran casi siempre niñas o niños pequeños, que de acuerdo a los relatos, en algunas  oportunidades regresaban cargados de frutos marinos y pescados a consolar a sus familias y rogarles que no lloren porque ellos vivirían felices junto a las seres marinos. al ser llevada la persona al fondo del río o el lago, en un lugar llamado  la Isla Sumpallhue. Los raptados muchas veces  terminaban  se transformaban en Sumpall. Y olvidando su pasado humano. Había un Sumpallhue donde habitaban sirenas mujeres y otra Isla donde sólo habitaban tritones hombres, los masculinos tenían fama de traidores,  las sirenas mujeres  en cambio, eran retratadas como impredecibles, eventualmente, acogedoras y amorosas  o terriblemente vengativas y crueles como suelen ser las hembras híbridas .Las ancianas mapuches decían que los transformados en Sumpall, a veces se convertían en pelícanos y otras veces en  hualas  aves que apenas podían volar, pero si eran muy nadadoras; esto porque el Sumpall todavía las ata a su naturaleza. Si un  Sumpall macho  se había  raptado a una mujer, la familia de la mujer recibiría un pago  o Gapitún  por el robo de la novia; ya que es una costumbre del pueblo mapuche, cuando alguien secuestra a una mujer para casarse con ella y en ese caso, las familias debían retribuir, igualmente al mar, dejándole canastos de frutas  u hortalizas en las orillas  o dedicándoles hermosas canciones rituales a la brisa marina. El no cumplir con estas obligaciones y dejarse llevar por el orgullo o la tristeza mortal era lo que verdaderamente enfurecía a los Sumpall que castigaban a las familias deudoras  con escases de peces o enfermedades infecciosas. La Sumpall femenina igualmente en algunas ocasiones puede dar un pago a la madre del hombre que ella ama, pero el hecho sería contrario a lo común en la tradición Mapuche. También se dice que los sumpall masculinos fecundan a las mujeres que van a las orillas de los ríos solas ya fuera por despecho o despreocupación.
I
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-         Al sexto día de viaje ya habían dejado de pensar en eso cuando los sorprendió la amenaza de una gran tormenta.Primero fue una aglomeración de nubarrones y un leve aumento del viento que soplaba del norte, pero luego las nubes comenzaron a arremolinarse y los marineros, aunque curtidos y experimentados en aquellas situaciones, se atemorizaron por la repentina oscuridad que envolvió al convoy. La tempestad no se hizo esperar, una lluvia horrorosa que  no dejaba ni siquiera abrir los ojos, acompañada de olas impresionantes que envolvían a los barcos como pequeñas hojas a punto de quebrarse. El Abuelo Pali creyó que iba a morir y se afirmó al mástil  más alto, cuando el maderamen de proa crujía por doquier, Entonces como una visión extraordinaria, volvió a aparecer frente a los ojos de los aterrados navegantes, la luz brillante de la estrella blanca que giraba en medio del cielo...Inmediatamente todo se calmó, la lluvia cesó, las nubes se disolvieron y bajo un cielo, ahora,  curiosamente translúcido y diamantino  emergió la figura de una isla verde que no podía ser otra que Sumpallhue, el hogar de los sumphalls. Los marineros mapuches recelosos de lo que veían y más aún temiendo la caprichosa voluntad de los señores de los lagos y mares hubieran preferido dar la vuelta y alejarse lo más posible de aquellos senderos, sin embargo había algo que los impulsaba a seguir adelante: Una música divina, el canto femenino más hermoso, la voz melódico y sugerente  de cien mil mujeres que los atraía como las abejas a la miel. Intentaron untarse grasa en los oídos, gritaron para no escuchar sus voces hasta que se dieron cuenta de que nada puede detener a quién se dirige a un destino que en el fondo desea con todas sus ansias.
-         Los hombres quedaron fascinados al observar a las sumpall que retozaban sobre las rocas tomando el sol que acariciaba sus deslumbrantes cuerpos apolíneos, mitad mujer, mitad delfín. Las sirenas los atrajeron con sus cantos suaves  e hipnotizantes que una vez que atracaron junto a la playa los marineros se lanzaron a sus brazos. Ciertamente, desde el primer momento,  las sumpall fueron extremadamente gentiles con los navegantes perdidos, mariscaron para ellos, les cocinaron las mejores comidas, les atendieron con la  especial delicadeza de mujeres solitarias que habían esperado una eternidad para atender a aquellos visitantes.  Los mapuches  casi no creían en su suerte habían arribado a la Isla de las Siumpall  mujeres y su carácter era mucho más tierno y dócil de lo que esperaban. Aklla Sisa, La Reina de las sumpall se había enamorado del recio Quelentaro y por ello, lo colmaba de agasajos y su hija, Aklla Sumaq, la bella  Princesa hacía lo mismo con el joven Pali. Las sumpall vivían solas en aquella Isla, no conocían hombres de su raza en aquellas latitudes. Nacían por generación espontánea, cuando los rayos del sol primaveral  se agolpaban entre los cochayuyos de la isla. Todo lo que se rumoreaba de las sumbhalls era falso, los que se perdían en sus brazos no se transformaban en esclavos, lo hacían por amor a sus ojos violetas y su piel rosa como los pétalos de la flor. Los Mapuches no querían salir de aquella isla encantada y la reina  no quería dejar partir a su amado Quelentaro, pero los hombres sabían que debían partir. En eso estaban cuando una nube de queltehues- Tué Tué gigantes se abalanzó con malas intenciones , en otras oportunidades las sirenas se habían valido del apoyo de los valientes chungungos, pero ahora ellos se hallaban buscando crustáceos  en otras islas y no podían ir en su ayuda, Los mapuches enfrentaron a los hechiceros disfrazados de pájaros mágicos Estos pájaros brujos deseaban hacerles daño a las sumbhalls y robarles sus flores y cosechas de verduras mágicas, los brujos traían antorchas y trataban de quemar a los mapuches pero los mapuches se defendían arrojándoles piedras y  lanzas con puntas de cobre. La batalla duró tres días hasta que los Tué Tué se retiraron derrotados y heridos.Las sumbhalls entonces decidieron dejar ir a los mapuches, los despidieron arrojándoles flores a su paso. Antes de que partieran las doncellas del mar llenaron las bodegas de las dalcas con frutas sabrosas y miel de palma. Para que su dulce sabor acompañara para siempre a los marineros. Al caer la tercera noche, después de la gran batalla, los navegantes mapuches dejaron atrás la inolvidable isla y continuaron su ruta hacia el Archipiélago de Chiloé. Ya en la  Isla Grande los mapuches comerciaron sus productos con los mercaderes chilotes, famosos por su astucia y sagacidad. Intercambiaron grandes fardos de vestimentas de lana por enormes cantidades de papas  y regresaron al Wallmapu  El Abuelo Pali fue el primer en avistar las costas lafquenches al volver a las costas del país amado.Quelentaro fue nombrado Cacique de Purén y vivió hasta los noventainueve años junto a sus 73 hijos y doscientos diez nietos Mi Abuelo se transformó en el primer Werkén de la Comunidad del Lago Budi y vivió hasta los ciento diez años … Bueno aún anda por ahí dijo Colqui al terminar su relato que  otros cincuenta niños habían escuchado en el más absoluto silencio ,  combatiendo el frío invernal alrededor de una cálida fogata .. Todavía anda por ahí,  repitió el pequeño mirando hacia el Cielo como si quisiera que su Abuelo  escuchara que estaba hablando de él. ¡Contando mentiras¡ terminó de decir sonriendo.         
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Foto del autor pedro pablo gac becerra
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Descripción

ES UN RELATO FANTSTICO DEL PUEBLO MAPUCHE EN UN TIEMPO MS ALL DEL TIEMPO

Palabras Clave: FANTASA MAPUCHE

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



Comentarios (2)add comment
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antonia rico mendez

!Que imaginación Dios mio ! es precioso gracias por darme la oportunidad de leer algo así Un saludo desde Asturias
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January 19, 2013
 

pedro pablo gac becerra

Muchísimas gracias por sus palabra Antonia, si le gustó mi trabajo le agradecería que leyera algunos de mis otros relatos fantásticos que están publicados en la página. De hecho, en este momento, mientras mi pequeño hijo juega en la piscina acá en Quillota, Valle Central de Chile en una tarde muy calurosa. terminó de escribir otro.Se lo dedico a Usted.Atentamente Pedro Pablo Gac
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January 29, 2013

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