Arrogante, altanero y andariego
paso en el aire albo, albo, albo
de las ilusas e inhóspitas mañanas.
Paso rojo de temprano y solariego
como adalid que atraviesa la cálima.
Más bello que el bello Mio Cid
por la árida estepa castellana.
Lleno de luz a los abismos
y de consuelo a las muchachas.
Soy cardo heridor y muelo
en pedazos las húmedas manzanas.
Voy degradando paletas de pintores
y despertando a las almas.
Quien bebe de mi se inspira
y de poemas se baña.
Voy devanando a la niebla
y a luciferinas hadas.
Soy cancerbero al que tiemblan
las sombras y sus manadas.
Soy el Sol: Todo diluyo y descubro.
El día se incendia a mi paso.
Soy insigne entre las horas
y nada de mi es opaco.
Mi ballesta va llenando
las ensenadas de dardos.
No amo a los viajeros lúgubres:
Son simples botes de paso.
Me encanta encender las pieles
con mis resplandores cándidos.