7.- NO QUIERO SER MAMÁ
Publicado en Jan 21, 2013
Aquel día fue sumamente agotador para Fernanda. La auditoría la trajo sin descanso todo el día, de manera que al anochecer, desistió seriamente de quedarse a adelantar trabajo como los demás días.
A Mark le simpatizó mucho la idea de que cenaran juntos, aunque Fernanda estaba tan cansada que apenas le escuchaba. Lo único en lo que pensaba era en dormir. Se dieron las buenas noches, y subió a su habitación, donde dormía separada de su esposo. Hacía tiempo que habían decidido tener cada cuál su habitación propia, de mutuo acuerdo. Esperaban con esto arreglar algunas diferencias momentáneas, pero aquella disposición sólo había terminado por distanciarlos y llevaban ya varios años de esta manera. Pero esta vez, algo ocurrió. Giró la perilla, pero la puerta no cedió. Extrañada, volvió a intentarlo, sin éxito alguno. Ya más impaciente, empujó la puerta, para cerciorarse de que no se había atrancado con algo. - ¿Quién llama?- preguntó una voz infantil desde dentro, la que reconoció inmediatamente. - ¿Qué diablos estás haciendo allí dentro?- exclamó Fernanda furiosa. Los encuentros con Lili empezaban a sacarle de quicio. - ¡Vaya carácter el tuyo!- rió la chica –sólo le estaba echado un vistazo a tu habitación, que por cierto, es más alegre un ataúd por dentro. O sólo conoces dos colores, o te has vuelto aburrida. Le falta colorido a esto. - ¿Cómo le has cerrado?- preguntó Fernanda, aún forcejeaba por entrar -¿No eras un espíritu acaso? - Y los espíritus movemos cosas- le aseguró Lili -¿Qué no ves los programas de fantasmas? Además el truco de la puerta les fascina a los cineastas. - ¡Abre la maldita puerta de una vez!- exclamó Fernanda. - ¿Con quién estás discutiendo?- le interrogó Mark, que había subido al escuchar gritos. - Alguien está dentro de mi habitación y no quiere dejarme entrar- acusó la mujer. Mark le miró sorprendido. - Si hay alguien allí, deberíamos llamar a la policía- razonó –no tratar de sacarlo a gritos ¿No ves que es peligroso? - No, no es humano- aseguró Fernanda –es el espíritu de una niña que tiene rato fastidiándome. Te lo aseguro. Mark se echó a reír. - Fernanda, si fueras otra, creería que te has vuelto loca. Pero estoy seguro de que dejaste puesto el seguro al cerrar la puerta. Sólo usa la llave, es todo. - No puedo abrirla- aseguró Fernanda -¡Préstame la tuya! - Yo no tengo la llave a la mano. Dijiste que no la portara ¿Lo recuerdas? Te propongo algo, ven a dormir conmigo, ya arreglaremos mañana lo del cerrojo. Fernanda se quedó helada al escuchar esto. Mark le miró de rabillo. - ¿Y ahora qué? - Nada. Yo... prefiero el sofá. - No seas ridícula. Solíamos dormir juntos ¿Cuál es el problema? - Que tengo jaqueca- aseguró Fernanda –y no voy a dejarte dormir porque voy a dar mil vueltas en la cama. - ¡Está bien!- se quejó Mark, ya un poco malhumorado –duerme en mi habitación. Yo tomaré el sofá. Pero Fernanda no podía dormir, estaba muy inquieta y alarmada. ¿Por qué le estaba ocurriendo aquello? Algo andaba mal... tenía qué averiguarlo. Encendió el televisor de Mark, para tratar de conciliar el sueño. Entonces le saludó Lili desde la pantalla. - Este truco es de los Poltergeist, ¿Lo recuerdas? - Déjame en paz- le advirtió Fernanda, tratando de cambiar el canal, sin éxito alguno. - Tengo acaparada toda la compañía de telecable- se burló Lili –pero sería tonto que pudieras deshacerte de mí, con sólo presionar un botón. - Conozco tus malignas intenciones- le acusó Fernanda –pretendías que durmiera con Mark ¿No es así? Al cerrar mi cuarto, me estabas tendiendo una trampa. - ¡Qué maligno es dormir con la persona que en teoría es el amor de tu vida! ¿Siempre dramatizas todo, mamá? - ¡No me llames mamá! - Está bien, te llamaré “la señora melodrama”. Quizá después podríamos hacer un videoclip con lágrimas, música tierna y todo eso. - Te lo advierto, déjame en paz o vas a conocerme. - Ya te estoy conociendo- le dijo Lili –y puesto que has decidido que me convierta en un espíritu chocarrero, te diré que no me incomoda. Puedo pasar toda la eternidad haciéndote la vida pesada. - ¿Por qué?- le reclamó Fernanda –¿Sólo porque he sido de las pocas mujeres sobre la Tierra que han renunciado valientemente a ser madres? ¿Acaso no tengo derecho? - Hablemos entonces- dijo Lili brincando de la pantalla. Se sentó en una silla y cruzó los brazos con determinación. - Sólo se necesita la razón por la que no quieres ser mamá. Iré con Hada Suprema y se lo diré, me quedaré en el Reino de los No Nacidos y todas contentas. El tormento chino terminará, mamacita. Fernanda abrió la boca, pero no pudo decir nada. - Estoy esperando- urgió Lili Pero Fernanda desistió. - Sólo eres una ilusión mental- le dijo –no me engañas. No tengo porque hablar esto contigo. ¡Lo sabes de sobra! - En ese caso- le amenazó Lili –continuemos con la diversión- y dando un salto de la silla, salió volando por la ventana. Mark llamó a la habitación. - Dios mío, Fernanda. Me estás asustando. ¿Quieres calmarte y dejar de hablar sola? - Discúlpame- le respondió Fernanda,–mañana estaré mejor, te lo aseguro. Mark suspiró y se dispuso a dormir. Pero antes de bajar, miró con recelo la habitación de Fernanda. Giró la perilla y abrió la puerta sin ningún problema.
Página 1 / 1
|
MAVAL
que sea el hijo o hija que reclame su derecho a nacer...seguro que existe una explicación...
El...vi...ra
¿Cuál es el punto de equilibrio en todo esto?
María Ester Rinaldi
El...vi...ra
¡Saludos!
María Ester Rinaldi
El...vi...ra