Seguimos bebiendo del café, fumando de los cigarrillos y riendo de la incertidumbre… Pero el velorio no ha concluido aún.
Ya estamos pensando en la división de bienes que nos va a tocar en la repartija y que pertenecieron a nuestro ya embutido Ser del pasado… Pero el velorio no ha concluido aún.
Pensar que no tuvimos la delicadeza de compartir ni siquiera nuestras miserias con El, aun cuando nos juraba que era un Ser del presente (con todas sus penas y todas sus glorias), no hemos caído todavía en cuenta de autocrítica, pero que fácil que nos fue apresurar todo para adjudicarnos la razón y la verdad…
¡Qué fácil que nos fue apresurar todo!
Sigo con mis dudas tras correr el velo de la viuda que lo sigue llorando, pero el infortunio del desalme se impregno con todos sus perfumes en el interior de mi fácil nariz.
No puedo ignorar (todavía) que, si bien existe alguien que corre el velo de la viuda para ayudarla a secar sus lágrimas… Muchos, solo tratamos de lamerlas por su sal... Solo por su sal.
También debería aprender que -a veces- hacer la pregunta correcta es mucho más liberador que buscar respuestas, solo respuestas y nada más que putas respuestas, en la necesidad del saber y la locura que este trae a cuestas… ¡Debería haberlo aprendido ya!