A mi amor oculto
Publicado en Jan 25, 2013
cuando no podía más, mis lágrimas,
que nunca salieron de mis ojos en duelo, tornasen en letras encendidas, expresión purísima de mi creciente dolor. al mirar al negro cielo, en lo etéreo, una estrella inimaginable, un sol lejano, de súbito se apaga, muere; como el sentimiento humano, como mi esperanza. y muere acá en la tierra un deseo, y los inmortales hombres te alejan de mí, me capturan con sus sombras, entrecortan mis palabras con su presencia. yo, que pensé haber sido arrojado al abismo, encuentro que nunca he salido de él; que mis deseos han marchitado, que la pronta muerte me aguarda ansiosa. un arco iris surge frente a mí, al intentar tocarlo su inigualable fuerza repele mi cuerpo, se distorsiona mi mano escritora, se tuerce mi rostro y clamo a dioses lejanos. mis heridas de guerra pronto han borrado, solo han de quedar vagos recuerdos, anhelos gélidos y deseos fatuos, pedazos esparcidos de roto corazón nacarado. nuestras afinidades se esfuman en el aire, se acrecientan las distancias, te alejas; has de encontrar tu gozo absoluto, tu placer, en antiguos brazos reencontrados, en tu destino. poeta solitario de mil voces muertas soy, ausentes de vida mis ojos contemplan tu pronta partida, tu certero paso, tus labios, siempre amados, en los labios de otro hombre. ¿pero acaso no es normal que en mí la soledad reine, que mi alma esté vacía, que las flores mueran en la noche, y sin más, el destino hechicero me entregue a la nada? y veré tus ojos cerrarse y evocar otros rostros, y tu cuerpo dulce, marchará también; y en otros lechos reposarás tu desnudez y colmarás tu insaciable deseo. acaso en la oscuridad de las noches recordarás mi voz, mi rostro, y prometerás al otro día visitar mi tumba, y me leerás dos o tres poemas de la enamorada del viento. quizás así aplaque mis penas, o me siga hundiendo en mi cruel féretro; y tus cabellos en vino se trasmuten y de tu cuerpo salgan gotas que refresquen mi calor. bajo mi inminente pérdida, que vengan el fuego y las palabras, una canción que hable sobre el suicidio, otra razón que dirija mi proceder. !Oh! tú lo amas, lo has amado, lo amarás, aquel que nunca estuvo, mas yo, ¿acaso valgo para un recuerdo? déjame entonces hundirme en el Leteo eterno. más el adiós no es preciso aún, faltan odas y poemas, quizás letanías, tus ojos desnudos enfrentando los míos, un par de palabras con ágiles alas. y luego, como un inconcluso recuerdo, imágenes de tu rostro y tus senos, tus letras borrosas en mi ilegible memoria. pedazos de hojas, de hijos, de horas.
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antonia rico mendez