A un rostro nuevo
Publicado en Jan 26, 2013
El sol de la tarde serena
O el frío viento nocturno Trae a mi mente memorias De las cosas una vez amadas. Sabemos que la memoria mata, El deseo que evoca ver sus labio; Torrentes de miedo que agoniza, Todo perece en el silencio. Hay que seguir caminando, A menos de anhelar la muerte, De sentirse vencido y Derrotarse ante la vil suerte. El querer en mi pecho parece infinito, Camino con miles de disfraces; Bajo la máscara astuta ante su presencia, Quedo embelesado contemplando sus ojos. Y mientras la tormenta va cesando, La brisa se aparta, la niebla se levanta, devela un rostro nuevo, El rostro de la lindísima Alejandra.
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