Anochecer
Publicado en Jan 26, 2013
de la mente humana, hierofanía tríptica,
PLACER, a tu tumba me has de llevar, sereno, suave, humo. ya te tuve en mis manos, en mis labios, en mi hombría; ufano burlaste las leyes, me socavaste hasta el tuétano. ¿por qué habrías de volver a mí, con tus ojos redondos, tus labios dulces? memorias que vuelven al escribir. siento miedo, siento todo el miedo, de verte y no tenerte, de tenerte y no poseerte... de poseerte y que no sea verdad tengo miedo. las tumbas abiertas se sellan tras mis hombros, sostengo el peso de los poemas muertos; recuerdo que los aniquilabas al nacer, pero yo seguía escribiéndote y amándote. el silencio era un lugar donde existía, tú me otorgaste ese silencio, por un breve espacio de tiempo eterno; y yo intenté romperlo pero era irrompible, ni con fuego ni con rayos lo rompía, el silencio que me impusiste; ese que rompiste con un solo suspiro. y el velo frágil es, ante la luz que emanas, iluminas toda mi oscuridad, anocheces mis mañanas grises, y das esperanzas con tu sola presencia. ¿cómo con tal facilidad la rosa, domina con su perfume al firme guerrero; conquista con su voz al abandonado, y penetra la oscuridad con sus suaves espinas? así eres tú vida mía, un arrullo que adormece, un beso que deseo cercano, un sueño que murmuro en mis ocasos.
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Enrique Dintrans A:
Me gusta la consistencia de todo el poema y estos veros en especial:
"sostengo el peso de los poemas muertos;
recuerdo que los aniquilabas al nacer,
pero yo seguía escribiéndote y amándote..."