8.- NO QUIERO SER MAM
Publicado en Jan 27, 2013
Lili, Amy y Pedro volvieron a coincidir en el parque. Aquel día estaba nublado y hacía frío, aunque los chicos en su calidad de "no-nacidos" no lo sentían. Habían rastros de lluvia en los columpios y volantines, cuya pintura ya estaba desgastada por el uso.
Amy lloraba y Pedro estaba a su lado, cabizbajo. Lili no sabía llorar, además consideraba que no tenía motivos. Miraba a aquellos dos, lamentándose porque sus madres sufrían tanto como ellos. El mundo se interponía hasta cierto punto en que se reunieran con ellas y no sabían de qué manera resolverlo. Pero ella estaba en una situación muy diferente. Nada parecía oponerse a que viniera a la Tierra, a excepción de un elemento fundamental: su propia madre. - ¡No soporto verla así!- decía Amy, la niña delgada y frágil -¡El abuelo ha decidido que aborte y la ha llevado a una clínica contra su voluntad! La tienen encerrada en su habitación y no le permiten contacto con nadie. - A mamá la tienen internada en el hospital- dijo Pedro entre dientes -el médico le ha dicho a papá que tiene muy pocas probabilidades de sobrevivir al parto. Le sugieren interrumpir el embarazo ¡Y ella desea tanto que yo nazca! - Al menos tú tienes un padre que está a su lado- dijo Amy, mirándolo con cierto despecho -al mío ni siquiera le importo. Se ha marchado de la ciudad y abandonó a mi mami a su suerte ¡Ella está sola! - Tu mamá es rica -le recriminó Pedro -mis padres no pueden pagar tratamientos caros que pudieran salvarme. Yo voy a morirme al nacer, el embarazo de tu mamá marcha bien. - ¿Quieren callarse los dos?- estalló Lili enojada. Saltó al columpio y de pie sobre él empezó a balancearse y hacer piruetas. - Son unos cobardes- les acusó -cuando Hada Suprema nos envió aquí sabíamos que no iba a ser fácil. ¿Qué esperaban que pasara? - Nunca imaginé que ésta fuera mi situación- le dijo Pedro. - ¿Y eso qué?- le respondió Lili -vinieron a convencer a sus madres de nacer, no a lloriquear y lamentarse con ellas: "¡Pobre de mí!" "¡Qué mal lo paso!" "¡Nadie me ayuda...!" Escúchense... suenan patéticos. - ¿Y qué podemos hacer?- exclamó Pedro molesto -la verdad es ésa, nosotros no resolveremos nada. - Si sus mamás encontraran en ustedes un apoyo realmente, seguro lucharían hasta el final. Pero si sólo ponen cara de sufrimiento ¿Cómo quieren motivarlas? Amy dejó de llorar y se volvió a Lili. - Tiene razón, somos unos egoístas y sólo pensamos en nosotros. No siquiera sabemos qué está sucediendo con la mamá de Lili. Al oír esto, Lili dejó de columpiarse y saltó al césped evasiva. - ¿Para qué quieren saber? Cada uno de nosotros debe ocuparse de su asunto. - Ni siquiera conocemos a tu mamá- le dijo Pedro -¿vas a presentárnosla? - No, no tiene importancia. Los niños la miraron, desconcertados. - ¿De qué hablas? ¿No acabas de decir que para eso estamos aquí? Lili hizo una mueca de desdén. - Mi caso es muy distinto al de ustedes. - ¿Por qué?- peguntó Amy -¿tiene esposo? ¿Se lleva bien con él? - Claro. Se llevan súper. - ¿Está enferma?- preguntó Pedro - Sólo que de la cabeza- bromeó Lili -tiene muchas manías absurdas. Ayer estuvo contando una y otra vez las hojas que tenía sobre su escritorio. Fuera de eso, creo que no padece ni de gripe. - ¡Qué bien!- celebró Amy -a ti te va mejor que a nosotros. - ¿Cuál es el problema entonces?- preguntó extrañado Pedro. Lili observó atentamente a sus compañeros. Al final se resolvió. - No quiere hijos, eso es todo. Los tres callaron unos instantes. Aquello ponía a Lili en la posición más difícil de los tres. - ¿No le caíste bien?- le preguntó Pedro. - No le cae bien casi nadie- le respondió Lili -pero esa no es la razón. Simplemente es feliz sin hijos. - Tan lindo que es ser mamá- dijo Amy, sorprendida -¿por qué ella no quiere? - No quiere decirme- dijo Lili -y temo que si sigo insistiendo se pondrá más necia. Ayer se cayó de la escalera por tratar de huir al verme. Fue cómico para todos, verla saltar por los aires, incluso para mí. Pero siendo honesta, es desagradable sentirse rechazada. Pedro y Amy se miraron. Luego se volvieron con determinación a Lili. - No te preocupes, Lili. Te ayudaremos. - No pueden- les dijo Lili -recuerden que Suprema dijo que no podíamos intervenir entre nosotros. - Podemos romper ciertas reglas- le dijo Pedro -a fin de cuentas es para tu beneficio. Quizá yo no puedo hacer nada por mí, pero sí puedo hacerlo por ti. - Suprema debe entender eso- le secundó Amy -eres una chica simpática y agradable. No mereces que tu mamá te haga algo así. Lili se quedó intrigada. No sabía cómo pretendían ayudarla sus amigos.
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Mara Ester Rinaldi
Lili esta mas dispuesta a compartir, mas abierta al diàlogo, es una buena señal...
El...vi...ra
LIBARDO BERNAL R.
El...vi...ra
kalutavon
El...vi...ra
kalutavon
El...vi...ra