11.- NO QUIERO SER MAMÁ
Publicado en Feb 08, 2013
Fernanda entró a su recámara a toda prisa y empezó a buscar frenéticamente entre los muebles. Observó bajo la cama y luego se metió en el guardarropa a hurgar entre la ropa. Estaba muy enojada con Lili y consigo misma al sentirse tan perturbada.
- ¿Dónde te has metido?- exclamó en voz alta –vamos, tú siempre me estás acechando en algún lugar. ¡Sal de dóndes estés! Una voz se escuchó desde algún lugar en la habitación: - Es extraño que ahora seas tú la que me buscas. Tengo entendido que no quieres saber nada sobre mí. Fernanda se sorprendía al no poder encontrar a la chica, pero agitó el puño al viento, amenazante. - Fuiste tú la que me envió a ese par de mujeres para conmoverme ¡No me engañas! - Yo no fui- respondió la voz –de saber que Amy y Pedro iban a mandar a sus mamás a hablar contigo, mejor les hubiera pedido que no me ayudaran. Desde luego soy la primera convencida de que sólo perderían su tiempo. - Ya que lo tienes presente, ¿Podrías dejar de molestarme de una vez? Quiero recuperar mi vida tranquila, todo es un desastre desde que tú llegaste. - Hablas como si yo ya hubiera nacido- observó la voz de Lili –lo cuál es sumamente absurdo. Me tratas como si yo ya fuera tu hija y aún no lo soy. No tengo la culpa de tus problemas. En algún momento algo muy dentro de ti deseó un bebé y aquí estoy yo como un extraño disparate. Deja ya de regañarme y pon más atención a tu estúpida vida “tranquila”. Fernanda se paró en seco. - ¿Qué quieres decir? - Podrás engañar a las demás mujeres pero no a mí- le dijo Lili –Nunca has tenido la vida tranquila que tanto presumes. No quieres desvelarte para cuidar un bebé y te desvelas para llenar reportes de trabajo todas las noches. No quieres problemas de salud por causa de un embarazo, pero ya los tienes: tomas pastillas para dormir, tienes problemas de anemia porque no comes bien y te han tenido que internar varias veces por hipertensión, además de recibir continuamente antibióticos por recaídas respiratorias. No quiere decir que a las demás madres del mundo no les suceda. El problema contigo es que vives justificándote todo el maldito tiempo para no enfrentar aquellos deseos que no puedes sacar adelante. Te aterra la idea del fracaso y prefieres una vida monótona y aburrida, llena de achaques. - ¡Pues de nacer serías una mocosa insufrible!- gritó furiosa Fernanda -¡No quiero una hija como tú! ¿Entiendes? ¡Me volvería loca! - Creo que ya lo estás, Fernanda- le dijo alguien desde la puerta. Mark se había aproximado lentamente mientras escuchaba atentamente todo lo que su esposa decía. Ella lo miró consternada. - ¿Qué estás haciendo aquí Mark? - ¿Fuiste ya con la terapeuta que Anna te recomendó? - No. No lo necesito. Déjame sola, por favor. Pero Mark se negó. - No, Fer. Esta vez quiero hablar contigo sobre lo que sucede. - No sucede nada- aclaró Fernanda –estoy tratando de recuperar mi juicio, es todo. - No vas a recuperarlo a menos que lo enfrentes, y no lo estás intentando. Fernanda se exasperó: - ¿Tú también? ¡Hablas como Lili! - ¿Lo ves?- le dijo Mark –sigues en tu fantasía y ni siquiera te das cuenta… Llevas tiempo hablando con una niña que no existe, Fernanda. Te peleas con ella, le reclamas cosas que no vives, y te la pasas cuestionando con todo mundo la maternidad. ¿Por qué es tan importante para ti Fernanda? - ¡No lo es! ¡Es lo que he tratado de decir todo este tiempo! ¡No es importante para mí pero pareciera que el mundo entero se ha puesto de acuerdo para acosarme con el tema! Mark se sentó en un sofá, junto a la ventana e invitó a Fernanda a hacer lo mismo. - Tranquilízate un poco y sólo dime qué te sucede. Fernanda respiró hondo. De pronto, lo que Mark le había dicho parecía tener sentido. - Soy una mujer responsable- le dijo –he tratado de no ser una carga para nadie y espero no serlo para ti. Trabajo y tengo mi dinero, pago impuestos, ayudo con el mantenimiento de la casa. No soy una persona con vicios y mi única adicción son los libros, que tengo demasiados. Soy una persona aislada que no le da problemas a nadie, trato de ser una buena esposa y una buena empleada. El mundo no necesita que le dé hijos, el mundo sólo necesita que no le dé problemas ¡Y no se los doy! ¿Por qué de pronto parece que todos me presionan para ser mamá? ¡El mundo está lleno de gente conflictiva! ¡Hay sobrepoblación en este país, no hay opciones para los que vienen! ¿No deberían agradecerme que voluntariamente he renunciado a procrear? ¡Eso es lo que me enoja tanto! Mark la tomó del hombro. - ¿Quién te presiona, Fer? ¿Quién debería agradecerte por lo que has decidido? ¿Quiénes son “todos”? - Tú, por ejemplo. Las mujeres que me buscaron los días anteriores… - Sólo quiero saber qué te sucede. En ningún momento te he planteado que quiero un hijo. Y si yo no te lo he pedido ¿Por qué debería ser tan importante lo que diga alguien más? Fer recordó entonces las palabras de Lili: “Hablas como si yo ya hubiera nacido”.
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María Ester Rinaldi
Felicitaciones!
El...vi...ra
MAVAL
una mujer enfrentada a una verdad que la sobrepasa...
al fin es complejo no hacerse cargo de su vida en plena conciencia...
El...vi...ra
El...vi...ra
María Ester Rinaldi
abrazo y esperamos tu proxima entrega,
sabes, yo tampoco puedo resumir, y se que nunca lo haré, pero no te preocupes por ello.
besos!
El...vi...ra