Pesadilla
Publicado en Feb 10, 2013
1960 Hospital Cristo Redentor (HCR) Sudbury, Canada
En las noticias locales aparece un reportaje acerca del devastador incendio que casi consume media ciudad. Lo único que recuerdo de esa noche son las llamas rodeándome y el sofocante humo impidiéndome respirar bien. Los gritos de dolor de mis amigos y vecinos eran cada vez más fuertes, todos pidiendo ayuda, todos intentando salvarse pero ninguno en posibilidades de hacerlo y con aquellos gritos en mi cabeza sonando una y otra vez la oscuridad me fue envolviendo hasta que no supe mas de mi. Unos días después desperté en la sala del hospital todo vendado junto a muchos más, ya ha pasado casi un mes y a la mayoría de mis compañeros de cuarto ya los han dado de alta, en el cuarto ya solo quedamos Robin, el chico que estaba a mi lado y que además era mi vecino, y yo. Una noche de esas en que no podía dormir entraron doctores y enfermeras a llevárselo, estaba a punto de preguntarles a donde se lo llevarían pero algo me dijo que las cosas no estaban bien y decidí hacerme el dormido. Al día siguiente pregunte a la enfermera que me atendía a donde se lo habían llevado y ella me informo que lo habían dado de alta lo que me pareció muy raro pues el tenia peores quemaduras que yo pero pensé que tal vez se había recuperado rápido así que decidí dejarlo y no indagar mas, durante los siguientes días todo siguió normal hasta que me dieron de alta, como mi casa había quedado totalmente destruida por el incendio decidí acudir a uno de los albergues improvisados que se habían instalado por toda la ciudad donde me encontré con varios conocidos entre ellos los padres de Robin y cuando les pregunte como estaba ellos me informaron que había muerto en ese instante me quede perplejo ¿Cómo era eso posible?, apenas hace unos días a mí se me había informado que él había sido dado de alta. Al parecer a los padres de Robin se les había pedido que fueran a reconocer el cuerpo pero no se atrevían, estaban devastados, así que me ofrecí a hacerlo, ellos aceptaron. Así que de nuevo me encamine hacia el hospital, cuando llegue ahí la recepcionista fue muy amable y me indico como llegar a la morgue, iba bajando por las escaleras cuando note unos escalones más abajo a una enfermera y como no sabía a quién dirigirme el llame: -¡Enfermera! ¡Enfermera! Cuando me vio acelero el paso y yo intente seguirla, llegamos a la morgue y desapareció por una puerta de metal bastante ancha yo seguía detrás de ella y pude observar como entraba en una pequeña puerta oculta en el suelo, me quede pensando y al final decidí seguirla, baje por una escalera bastante inclinada y llegue a una habitación pequeña iluminada solamente por un foco, había una puerta con una pequeña ventana desde donde pude observar un laboratorio lleno de cuerpos, maquinas y frascos que contenían desde manos y brazos hasta cabezas y fetos, en el centro y con la mirada atenta a una camilla se encontraban 3 enfermeras y 2 doctores, cuando uno de ellos se aparto pude observar que estaban trabajando con un cuerpo en bastante mal estado, quemado de la cabeza a los pies. Seguí observando por alrededor de un cuarto de hora en ese tiempo vi como trabajaban, cortaban piel, aplicaban líquidos, una especie de pomada y otras cosas lo cual no me asombro pues imaginaba que el hombre estaba muerto y que su familia había permitido esto, claro era un poco grotesco verlo. Estaba a punto de irme cuando un pequeño movimiento en la mano del cuerpo llamo mi atención al principio creí que había sido mi imaginación pero poco a poco se fue moviendo la mano, el brazo, la cabeza hasta que por fin el hombre profirió un grito desgarrador que me dejo helado, ¡estaba vivo! y los doctores lo sabían, en ese momento una de las enfermeras acudió y le suministro un gran liquido de droga con lo que el hombre volvió a dormir fue hasta entonces que los escuche hablar: -¡Pensé que estaba bien anestesiado!- grito el doctor de cabello oscuro. -Lo estaba yo lo anestesie- contesto la enfermera a la que había seguido. -Esto nos pudo haber costado mucho. -Bueno pero ya paso, sigamos con el trabajo- dijo el doctor de cabello castaño mientras se acercaba de nuevo al cuerpo. Fue entonces cuando la enfermera más bajita volteo hacia la puerta y me vio, parecía asustada cuando grito. -¡Ahí ay alguien! En ese momento tanto los doctores como las otras 2 enfermeras voltearon con cara de espanto y corrieron hacia mí, lo único que se me ocurrió fue escapar, subí las escaleras de dos en dos y cuando llegue a la habitación superior coloque un refrigerador sobre la pequeña puerta, eso evitaría que me alcanzaran, salí de la morgue y del hospital lo más rápido que pude y me fui al refugio, esa noche no pude dormir bien, no sabía si contar lo que había visto o guardármelo. Decidí no hablar con nadie pero eso no quedaría impune, yo lo detendría. Al día siguiente me dirigí de nuevo al hospital y cuando llegue a la recepción argumente que el día anterior no había encontrado a nadie y me había ido así que la recepcionista me dejo pasar, cuando llegue hasta la morgue me dirigí a la pequeña puerta que estaba en el piso, baje lentamente y observe por la ventanilla a las enfermeras y a dos de los doctores al parecer estaban esperando al tercero, así que decidí apurarme no quería que me descubrieran, saque de la mochila que llevaba el garrafón de gasolina y los fósforos moje la puerta totalmente de gasolina y lentamente la abrí par arrojar lo que restaba del garrafón dentro del laboratorio, entonces encendí un fosforo y lo lance el garrafón empezó a arder, el fuego se propago, al darse cuenta los doctores intentaron salir pero en ese instante la puerta también empezó a quemarse, subí las escaleras lo más rápido que pude y volví a obstruir la entrada, cuando me di la vuelta el doctor de cabello oscuro estaba ahí. -¿Qué hace usted aquí? Sin otra cosa que hacer corrí hacia él y lo embestí dejándolo tirado en el suelo, salí de ahí igual que el día anterior y me dirigí a la estación de trenes a tomar el primero que pasara, no quería quedarme ahí a ver como terminaba mi aventura, así que me fui. Unas semanas después pude leer en el periódico un reportaje acerca de un hospital que había sido incendiado, al parecer había varios cuerpos calcinados aunque aún no se reconocían los que habían muerto durante el accidente y los que eran cadáveres de la morgue, además se había descubierto un laboratorio donde al parecer se experimentaba clandestinamente con varios pacientes que eran dados por muertos, el principal sospechoso era el Dr. Terry Jones quien había desaparecido misteriosamente. Jhon Debereux -Aquí termina- informe a mi gran amigo, Brian -Guau, y eso ¿es cierto?- me pregunto. -Claro, ya lo investigue y el reportaje sobre el incendio es cierto. -Y lo del primer incendio- -No se creo que eso habría que investigarlo en el lugar donde ocurrió. -Me parece bien y ¿cuando nos vamos? -¿Irnos, a donde? -Pues a Sudbury cabeza hueca. -¿A qué iríamos ahí? -Pues a pasar las vacaciones, ¿que mejor que un hospital con una gran historia?, el pueblo debe estar a reventar de turistas. -¿Quieres ir ahí? -Si, no me voy a quedar en casa todas las vacaciones, o esque ¿te da miedo? -No, no es eso, es que no me parece una gran idea. -Anda vamos, ¿no te gustaría conocer el pueblo natal de tu padre? -Está bien vamos. -Eso es, pasó por ti mañana temprano, no te quedes dormido- me dijo Brian mientras se iba, yo no estaba muy seguro de ir pero bueno tal vez sería bueno. Al día siguiente muy temprano los sonidos del clacson de Brian me despertaron y unas horas después ya estábamos en camino hacia Sudbury, nos esperaba un camino muy largo. Después de varios días de viaje por fin llegamos a Sudbury, pero no era lo que imaginábamos, en vez de ser un pueblo a reventar de turistas perecía un pueblo fantasma, las casas, los establecimientos, todo parecía deshabitado, dimos varias vueltas por la ciudad hasta que encontramos un hotel bastante deteriorado pero al ser el único en los alrededores, decidimos alojarnos ahí. En la recepción parecía no haber nadie así que tocamos la campanita varias veces hasta que un hombre mayor apareció por una puerta: -Si, ¿qué desean? -Queremos hospedarnos- le dije. -Está bien ¿una habitación o dos? -Dos por favor-contesto Brian mientras nos dirigíamos al mostrador. -Está bien, serán la 13 y la 14, segundo piso, ahí está el ascensor- el hombre nos dio las llaves y señalo el ascensor después continuo- el restaurante esta por allá, la sala de estar ahí y la piscina atrás aunque ya no funciona, sus maletas serán llevadas a su habitación- decía mientras señalaba todo- mi nombre es Alfred, disfruten su estancia. Nos dirigimos al ascensor, que era bastante viejo por cierto. -Que hombre tan viejo igual que el hotel-me dijo Brian. -Si lo sé, al parecer aquí no hay turistas. -Si pero aun podemos investigar sobre la historia, tal vez el sepa algo. -Claro, pero primero quiero refrescarme y ya después veremos. En ese instante el ascensor se detuvo y cuando íbamos a salir choque con un chico alto de cabello oscuro, era como de nuestra edad. -Lo siento- me dijo mientras se echaba para atrás. -A no importa. -Me llamo Adam Smith, ¿ustedes son nuevos inquilinos? -Si, yo soy Alexander y el es mi amigo Brian- Brian lo saludo con la mano. -A pues mucho gusto, ahora me despido llevo un poco de prisa. -Claro- le conteste mientras salíamos del ascensor y el entraba, nos dirigimos a nuestra habitación y cuando entre en ella me quede con la boca abierta, estaba muy bien cuidada nada que ver con la fachada del edificio, entre, me di un baño y me recosté un rato no pensaba dormir, pero estaba muy cansado y el sueño me venció. Unas horas después unos golpes en mi puerta me despertaron, era Brian, ya quería bajar a preguntarle a Alfred sobre la historia, así que lo acompañe. Cuando estuvimos abajo nos dirigimos primero hasia el restaurante pero no había nadie, después a la sala de estar y ahí sentado frente al televisor estaba el, nos acercamos y sentamos en un sofá a su lado, el nos volteo a ver, entonces Brian le pregunto: -¿Oiga, porque esta tan deshabitado este pueblo? -Digamos que se ha hecho mala fama- contesto Alfred mientras volvía al televisor. -¿Por el hospital? -¿Qué sabes de eso? -No mucho, hemos escuchado historias. -Si tal vez sea por eso. -¿Y qué nos puede contar acerca de eso?- le pregunte yo. -No mucho, solo de los hechos después del incendio. -¿Podría contarnos? -Bueno al parecer el incendio comenzó en el sótano y se extendió por todo el edificio, todos pudieron salvarse menos 2 doctores y 3 enfermeras murieron calcinados, de los demás cuerpos se comprobó que eran cadáveres de la morgue, además se descubrió un laboratorio clandestino donde al parecer se experimentaba con gente que se daba por muerta del responsable solo se supo que huyo. Desde ese día los turistas dejaron de venir pues se contaba o bueno aun se cuenta que por las noches se oyen gritos desgarradores en el hospital- Alfred término su relato. Después de eso nos fuimos a dormir ninguno de los dos tenía hambre y decidimos que al día siguiente iríamos al dichoso hospital. Al día siguiente muy temprano nos dirigimos al hospital o bueno lo que quedaba de él, si el hotel estaba deteriorado el hospital ya eran ruinas había varios letreros de no acercarse pero claro no nos importo. Cuando entramos casi tropezamos con una de las tantas cosas que ahí había, pero nonos hicimos daño, recorrimos varias de las salas, corredores y demás habitaciones que encontrábamos pero ahí no había nada interesante, fue entonces cuando me pareció ver una sombra detrás de una de las puertas pero pensando que era mi imaginación decidí dejarlo y seguí investigando, después de buscar y buscar decidimos bajar al sótano, fue fácil encontrar la entrada al laboratorio clandestino, mi padre nos había ayudado, lo difícil fue entrar pues había varias cosas tiradas por el suelo y la entrada estaba obstruida pero lo logramos. Después de bajar las escaleras y encontrar el pequeño cuarto donde mi padre observo todo abrimos la puerta y entramos al laboratorio, pero nos quedamos sorprendidos, todo estaba en su lugar, todo limpio y pulcro como si ahí nunca hubiera pasado un incendio, entonces se abrió la puerta y entraron varios doctores y enfermeras quienes al parecer no advirtieron nuestra presencia, comenzaron a trabajar sobre un cuerpo sin mirarnos, entonces poco a poco llegamos hasta la puerta y salimos, pero al llegar a la morgue, todo era igual que en el laboratorio, parecía que ahí no hubiera pasado nada, seguimos subiendo hasta llegar a recepción y todo seguía igual, pulcro y limpio lo único raro era que no había más gente todo estaba desierto. Decidimos salir de ahí pero las puertas no habrían, ni las ventanas, nos pusimos nerviosos, intentamos romper vidrios pero tampoco se podía después de varios intentos y ya bastante exhaustos nos sentamos en el piso apoyándonos en la pared y poco a poco el sueño nos fue venciendo. Cuando desperté las cosas seguían igual pero Brian ya no estaba, entonces comencé a buscarlo recorrí todo el hospital gritando su nombre pero no lo encontré, entonces regrese a la morgue y al laboratorio pero no entre, me quede viendo por la ventanita y vi que los doctores trabajaban en algo, me quede viendo extraían piel pero no alcanzaba a ver de qué o quién hasta que hubieron terminado, al parecer habían extraído grandes cantidades de piel, fue entonces cuando todos se retiraron y pude observar a la persona a quien le habían quitado la piel y a pesar de eso pude reconocerlo, ¡ERA BRIAN!, y seguía vivo aun se movía y de pronto comenzó a gritar de dolor, no podía seguir viendo esa escena tenía que salir de ahí di media vuelta para regresar pero antes de llegar a las escaleras alguien me tomo por la cintura, era uno de los doctores, me resistí pero no pude pues el otro vino a ayudarlo. Me sujetaron, y me amarraron a una mesa, me pusieron junto a Brian que seguía gritando de dolor, entonces uno de los doctores tomo un bisturí y mientras lo acercaba a mí me decía: -Tú pagaras lo que tu padre hizo. Entonces las cosas cambiaron los doctores aparecieron quemados de los pies a la cabeza y comenzaron a extraer cada parte de mi piel, mis gritos de dolor se mesclaban con su risa, una risa de satisfacción. Los sonidos del clac son de Brian me despertaron de golpe y fue cuando me di cuenta que todo había sido un sueño, estaba sobre mi cama con el diario de mi padre a un lado, respire aliviado y sali en busca de Brian. Cuando me acerque al auto me pregunto: -¿Estas listo? -No, no voy a ir. -¿Qué? ¿Pero, porque? -Simplemente no creo que sea una buena idea, que te parece si vamos a otro lado. -A si y ¿A dónde? -A la playa. -Está bien, trae tus cosas ¡la playa nos espera! -Claro- le conteste mientras entraba a mi casa para buscar mis cosas, tome el diario de mi padre y lo deje sobre una repisa, decidí que no reviviría el pasado. Como estaba estipulado nos fuimos a la playa, pero durante un concurso de surf Brian se lastimo y tuvimos que ir al hospital, mientras esperaba me senté en el piso y me recargue en la pared, después de un tiempo una enfermera se me acerco y me ofreció la mano la tome sin titubear, su mano era blanca pero cuando le vi el rostro estaba totalmente quemado, sonrió y me dijo: -Que piel tan suave tienes.
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