Amor Gutural
Publicado en Feb 12, 2013
“Si el amor tuviese cura, si el lamento del dolor tuviese cura, la vida misma no existiría ni por pedazos ni por completo, simplemente nada ni un gramo ni kilogramos, por eso si el amor dejara de joder la subsistencia, nosotros, todos, ya estaríamos muertos”
Miraba televisión cuando estas palabras surgieron ante mí. Me pare del viejo sillón verde para poder tomar un lápiz y mi cuaderno y escribir esta cierta afirmación de mi opinión frente a lo que es amor. Jodidamente el verano había llegado, más bien no con el descanso si no que con el tedio a la rutina del aburrimiento y el de mirar por largas horas infinidad de películas rebuscadas que pudiesen entenderme y reflejarme ante ellas. Era un día un día cualquiera, tenía pena y pues en enero o febrero los días solo son más días, sin números ni nombres, ni feriados ni fines de semana, solo vives constantemente unas largas y cortas vacaciones. El mismo hecho de que los días pasen sin nada que notar hacen que en mí una pena y un sentimiento incomodo no me dejen mirar el cielo sin pensar nostálgicamente, y menos aun reír a carcajas sabiendo que todo ya no es tan placidamente existencial. Yo estaba acostada en el sillón, y pensaba todo esto cuando un programa burdo y sin sentido, le daba un sentido al pensar. Si existe tanta inutilidad yo no podría ser tan mediocre como aquello, mediocre como el amor que profeso y tan inútil como las palabras que escribo. Me senté rápidamente, y tome el cuaderno de mis escritos y volví a releer la frase tan vaga de mi amor de amar, y comprendí que las palabras nacen para hacernos nacer. Yo quería escribir más, mucho más, pero un sentimiento de descontrol de pasajeras palabras entorpecían mi gusto a la poesía y escritura. En este momento el parto de mi nacimiento estaba suspendido hasta que el gozo prevaleciera con la inspiración. En este momento deseaba con lujuria mirarme al espejo y comprender que existía sexualmente ante la hermosura, apreciar mis senos, tocar mis pezones, observar mis ojos, reír ante mi risa, tocar mi pelo, y abrazar mis brazos, quería sentirme mía antes del nacimiento de la poesía en poemas. Me pare con sutileza y llegue hasta mi impersonal habitación, donde me desnude con las pestañas juntas unas a las otras, con la presión del abrir inoportuno, y luego de largos minutos tirando las prendas por el espacio caluroso y denso, el despegar de los ojos hizo frío y el peso moral hacia lo que vi se destruyo, deteniendo la existencia de mi ser en segundos eternos que se perdían en las caricias de mis ojos. Y repetí en mi pensar “si el amor dejara de joder la subsistencia, nosotros, todos, ya estaríamos muertos” para luego preguntarme, ¿acaso yo, estoy muerta por amar? Y la desnudez de las palabras hacia el cuerpo ¿Es el erotismo que me hace complacerme aun más? Si volviese a nacer, nacería con los versos más desgarradores, si volviese a nacer, nacería con las caricias del placer sexual en el pálido amor pasional del estrecho juntar. Solo se que si tuviese que morir, moriria en las aguas, en aguas de desnudas palabras, en ilusas, en excitantes y desesperadas frases de mi nacer existencial y efervescentemente podría gritar que yo volvería a padecer de este mismo amor gutural.
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Ana Belen Codd
Un saaludo enorme y un gran abrazo!
Anita
Agustina Storni
Laura Masvidal
Agustina Garcia