Expresar los sentimientos no es cuestión de escribir...
tampoco es muy facil, tus sentimientos describir...
Y si no sos como algunos, todo un poeta sutil...
A la mujer que tu amas...tal vez le puedas decir...
Sos sueño de mi existencia, mi belleza de cristal,
suave, clara, dulce, hermosa, dulce daga de metal...
Llename de muerte lenta. Matame cual animal,
que mi sangre se derrame, que se me acabe este mal,
que contraí al conocerte entre perfumes de rosas...
Yacías en blancas perlas, siendo tu la más hermosa.
Me va embriagando esta muerte, pero me muero despierto,
me muero por tus amores pero me muero contento...
Sangre mana de la herida, que estalla en mi pecho abierto...
ya estoy muriendo mi amor...aunque el destino es incierto...
puede que me salve y luego...me convierta en brisa, en viento,
y acurruque en mis brazos tus suspiros y tu aliento.
O tal vez muera en el suelo y florezca de mi pecho,
una rosa, sangre, bella e inclemente como el viento;
que te regalaría mil cosas y entre perfume y pureza...
te entregaría a este poeta, que en el aroma te besa.
Y en el canto de los pájaros y en el fresco manantial,
y en el sol que te sonríe con su brillo matinal...
en las cientodiez metáforas que empleé para idealizar,
tu belleza que me inspira y que deseo inmortalizar...
Ya me voy voy, ya me despido y en lo profundo de mi corazón,
te entregué estos amores. Ahora imploro tu perdón,
por haberme atrevido a decirte lo que soy,
a contarte mis locos sueños, y a desearte a donde voy.
Sé que estás comprometida, pero ves, ¿ves? Así es el amor.
Yo anhelando una sonrisa, él gozando tu candor.
Yo soñando una caricia, él besándote mi amor.
Yo...lo ví y lo envidio...y me muero de dolor.
Así son las ilusiones, de este pobre soñador,
que te escribe lo que siente, aunque le falte valor...
para ponerle tu nombre y soñar, perdona, hoy,
haber deseado una diosa...sabiendo que un hombre soy.