El escritor
Publicado en Feb 24, 2013
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Era casi medianoche, la fuerte tormenta azotaba los edificios sin piedad y las gotas chocando contra la ventana del departamento eran como golpes de almas queriendo entrar a su morada, queriendo escapar de algo maligno que merodeaba por las calles. La oscuridad parecía crecer a cada segundo y la llama de una vela a punto de terminarse era su única fuente de iluminación, la tormenta había causado un apagón y él debía terminar sus escritos. El viento silbaba, gemía, se lamentaba, portaba mensajes de muerte que no muchos podían entender, el ambiente se volvía pesado, algo malo estaba a punto de ocurrir.
El anhelo por terminar de escribir tomó el control de sus dedos, como si una fuerza mayor a la suya quisiera que estuviera terminado este trabajo, faltaban siete minutos para el final de este día. Algunos rayos encendían por fracciones de segundo la estancia, proyectando sombras por doquier, figuras diabólicas que lo observaban en cada movimiento. Al cabo de unos segundos el fragor de los truenos retumbó por todas partes…
Nadie pudo escuchar a aquel ser extraño que entraba al edificio, la tormenta lo impidió. Solo el escritor sabía que alguien lo visitaría a esas horas, en esas condiciones de clima, y solo con un propósito. El portero no se percató de su presencia. Bajo una larga gabardina de piel completamente empapada y un sombrero del mismo material y en las mismas condiciones que la gabardina se ocultaba una persona cuyo rostro era imposible de ver, no solo por la oscuridad. Su forma de caminar era bastante extraña, parecida a la de alguien que ha bebido mucho, cabizbajo y con paso lento y torpe el personaje llegó arrastrando los pies hasta el ascensor, dispuesto a irrumpir en la morada.
El tiempo corría deprisa, el escritor podía sentir algunas gotas de sudor resbalando por su frente, su nerviosismo se aferraba a él pues el trabajo aún no estaba terminado. Los segundos transcurrían, las gotas seguían su paso ahora por sus mejillas, los lentes se empañaban y su respiración se volvía más forzada. En un mal movimiento la punta de la plumilla que utilizaba se incrustó en su mano izquierda, con la cual sostenía las hojas, algunas gotas de sangre mancharon su trabajo, ya no tenía importancia.
El extraño personaje de gabardina llegó al pasillo donde el departamento al que debía entrar se hallaba a escasos metros, la tormenta cobró más furia, era hora de terminar esto. La figura recorrió el lugar, sabía a dónde tenía que ir. El escritor, temeroso confiaba en su habilidad con las palabras… se encontró con la última línea de su trabajo al cabo de unos segundos. Tocaron a la puerta con violencia. El escritor se sobresaltó como si hubiesen tocado a su misma alma en vez de a la madera, el sonido se propagó cual trueno. Con mano temblorosa continuó escribiendo, como si su vida dependiera de ello. Se escuchó un segundo toque a la puerta al tiempo que un rayo iluminaba el lugar dejando ver por escaso tiempo aquellas demonios que observaban misteriosos a quien escribía. Un tercer toque y el escritor culminó su trabajo soltando la plumilla en el suelo, respirando agitadamente y quitándose los lentes torpemente para descansar su vista… el extraño en la puerta se había ido.
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Foto del autor C. Omar Gonzaga Espndola
Textos Publicados: 4
Miembro desde: Feb 24, 2013
3 Comentarios 199 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Una interesante historia acerca de un hombre desesperado y un extrao que llega a su departamento.

Palabras Clave: Suspenso terror misterio cuento corto cuento.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



Comentarios (3)add comment
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Federico Santa Maria Carrera

Noto la fecha del comienzo de tu membresía y es justamente la de hoy; por lo consiguiente, bienvenido, amigo.
He leído tu relato y me ha parecido de una factura de muy buena calidad, pues noto cómo define cuidadosamente a su personajes y describe con prolijidad las escenas ambientales, cuestión que a uno lo empuja con entusiasmo al interior del tema.
Pequeños errores de puntuación (muy pequeños), y en dos o tres oraciones alguna extención aparentemente innecesaria.
No obstante, estimado C.Omar, toda la obra me ha agradado mucho y te pido disculpas por mi franqueza.
Espero que prosigas, pues se ve que tienes talento.
Un posible amigo, si me aceptas.
Responder
February 24, 2013
 

C. Omar Gonzaga Espndola

De verdad muchas gracias por el comentario y por la franqueza, eso me alegra mucho,
tomaré en cuenta todo para mejorar.
Responder
February 24, 2013

kalutavon

Sí, en ocasiones aterra a quienes pretender escribir un texto cuando el tiempo o las circunstancias apremian. Saludos.
Responder
February 24, 2013
 

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