Tripas sentimentales
Publicado en Feb 26, 2013
“¿Acaso la pena existe? ¿O solo es la alegría en diferentes momentos? Se que existe, más aun que existimos en aquellos momentos de inexactitud sentimental vagamente controlada. Posiblemente derrochemos todas nuestras perezosas fuerzas en lo que no es complemento a la existencia grotesca y burdamente bruta que tenemos que llenar. “ ¿Acaso la pena existe? ¿O solo es la alegría en diferentes momentos? Me siento a reflexionar la idea que surgió ante mí, los versos preguntados insultan mi querida y anhelada tranquilidad del pensar. Sí, me dedico a dedicar dije una vez, y nunca supe qué dediqué a los demás. Se que dedico palabras, quizás las más afligidas con tintes lúgubres y puede que las más inmaduras, las más verdes, las mas inútiles, las más ostentosas como asquerosas. Puede que dedique, puede que no haga nada, pero aquello no responde las preguntas ya cuestionadas. Se que solo somos momentos, instantes con infamia poderosa, se que podemos amar pero que aun así no amamos, se que decimos mirar, pero que solo pensamos, incluso que ya no pensamos, que padecemos del mal de estar, de solo estar ahí, prácticamente sonriendo cuando queremos gritar groserías. Si, fuertemente somos guiados por las tripas inmundas que se retuercen en nuestros aposentos. Y claro, que sin ellas no viviríamos, y claro que sin lo otro nos moriríamos. Se que estoy sentada, se que veo colores, se que quiero fumar algo, se que quiero dormir, se que quiero nacer, se que quiero escribir, se que quiero dibujar, se que quiero padecer de alguna enfermedad enfermiza como la del amor indefenso mutuo. Pero no, ahora no, por que quiero enfermarme enamorándome de mí, de mi silueta, de mis líneas, de mis sombras, de mis venas, de mis rincones, de mi cegues, de mi delirio, de mi placer, de mi amor, de mi locura, de mis pensamientos, quiero sufrir de la ternura desenfrenada de poder encontrarme ante la lucha de un querer encontrarte. Sí, mejor dejemos de lado lo que posiblemente creamos sentir entre diarreas y vómitos. Sí, mejor olvidemos que queremos compartir esa sucia baba. Sí, mejor contemos nuestra realidad objetiva subjetivamente lejos de la estrecha vinculación inepta de nosotros. Solo se que si no disfrutamos de la soledad, nunca podremos estar acompañados.
Página 1 / 1
|
Laura Masvidal
Agustina Storni