Poema XV
Publicado en Feb 27, 2013
Pero los lobos se adueñaron de mí y me arrojaron al fondo de la fiebre. Como en un acto falso de amor tomaron mi olvidada cabeza y la tiraron en las calles, puertas, paredes vacías. Yo sabía de sus bellezas y sus culpas, pero nada pudo impedir mi perpetuo abrazo endemoniado. Sin embargo: hoy soy mi corazón sustraído de la bolsa más austral; soy el olor, la mano que no pide. Soy el sobresalto de la luna y el alimento primario de un consuelo que no llega. Hoy ellos son gotas de hiedras pegadas a mi saqueado cuerpo. Dientes blancos que fueron mis verdugos. Aquí mi desolación, mi urgente llamado a esas preguntas maniatadas que nacen cuando el cuerpo se ha acallado y sólo queda el fruto desordenado de lo que no fue. Guillermo Capece
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Guille Capece
De todas maneras te agradezco muchisimo tu lectura,y me hacen bien tus buenas opiniones.
Un gran abrazo desde mi departamento en elbarrio de Palermo en Buenos Aires.
Guiillermo
Richard Albacete