La más pulcra y precisa enumeración de causas para la razón -y ejecución- de una mirada -cualquier mirada- se reduce al más elemental secreto -a voces- que al mirar a quien uno quiere, de alguna de las maneras en la que se puede querer a alguien... uno mira con diferentes miradas.

• De elemental manera de querer… o en circunstancias acotadas por el entorno (algo así como un amor social).

• De ¨querible manera¨… que nos trae la paz insatisfecha, pero nunca desechada, de ¨querer poquito¨ para no caer en la horrible experiencia de ¨no querer nada¨.

• De la manera en que quieren dos simpatías que se atraen fuertemente en la cómplice virtud de hablar el mismo idioma y hablándolo todo. 
El mismo idioma, digo, no los mismos pensamientos. 
Y que resuenen juntos a la frecuencia que se les antoje. 

Ellos son quienes se miran de esa manera… que sólo puede sospecharse desde algún lugar cercano, como un ángel invisible… que les mira mirarse. 
Porque es muy agradable mirarlos mirarse!... en esos momentos en que ellos detienen la furia de la vida latiendo… y deciden mirarse.

• Luego están las miradas entre madres o padres e hijas o hijos.

Uno puede utilizar la misma mirada, algunas veces, con diferentes personas… pero con los hijos y los padres uno usa siempre el mismo lenguaje de miradas que nos dan esa autoridad de familia para mirarnos… Adentro con adentro.

Hacé la prueba ahora mismo, detené el tiempo inconsciente que te impone la carga cultural de estas épocas y que condiciona a todo ser sociable.

Y llamá a tu hijo, o a tu madre, o a tu padre, o a tu hija y compartan una mirada sin ansiedades y sin palabras…

En ese instante, ambos sabrán que esas miradas son únicas, irrepetibles y exclusivas. 

Que sólo se entregan en esos momentos mágicos en que nos comunicamos y no nos damos cuenta… que nos estamos mirando.

Disfruta de esa mirada que te propongo vivir… ahora mismo.

Y si esas miradas no están cerca, o están en otra dimensión… 
O por la simple razón de que no hay ganas de mirarse…

Entonces recordá miradas que extrañes… miradas ya miradas.

Y disfrutalas…

Porque la realidad… es un pensamiento que se vive… ♥ 
 
 
 
Guillermo Fischnaller