Aquél lugar que algún día reservaste para  mí ahora lo ocupa alguién más.
 
Aquella mirada que irradiaba con fulgor su luz cuando me mirabas, ahora ilumina la mirada de alguíen más mientras cuando nos miramos solo se aprecía la obscuridad.
 
Ya es otra la que ocupa tú mente y tú corazón, no lo puedo reprochar porque soy yo la testaruda que se niega a olvidar.
 
Y ahora estoy entre la desdicha y la alegría de sentir a ratos que fue lo mejor y otras veces quisiera ocultarme del mundo porque fuí una tonta soñadora que creyó estúpidamente en ti.
 
Ahora no soy el motivo de tus pensamientos, y con esto viene la pregunta obligada, verdaderamente algún día sentiste algo por mi? Podría estar casi segura de que no; siento que solo fuí un bálsamo para curar tus herídas y nada más, que fuí un pañuelo que te ayudo a sanar tu dolor.
 
Para ti no fuí más que otra que se alojo un rato en tú podrido corazón.