Te observ
Publicado en Mar 04, 2013
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Te observé, pero ni siquiera estaba allí, tú eras solo un recuerdo lejano en el aire y yo no era más que solo un rastro de lo que alguna vez fue mi existencia.
Creo que me perdí en tus ojos negros como el abismo… siempre lo hacia… siempre me perdía en tus hermosos ojos negros.
Pero fue diferente esta vez, tú eras diferente esta vez… y yo también lo era.
Esos ojos ya no destilaban aquel bello fulgor que alguna vez habían concebido, sino brumas espesas y pegajosas como telarañas, miles y miles de telarañas agazapadas en el fondo de tu mente, de tus recuerdos.
Estabas allí en el mismo lugar, pero no como siempre por que no eras tú, habías dejado de ser tú hace ya mucho tiempo.
Entonces recordaste y yo también recordé… recordé mi vida y tu existencia en ella. Te recordé en aquellas mañanas en las que al pasar junto a mí sonreías o eso me parecía, eso me decía a mi misma porque me gustaba la idea de hacerte sonreír. 
Creo que no lograba concebir algún pensamiento sin que tu estuvieses en el, siempre estuviste flotando en mis recuerdos y en trozos de mis sueños. Cada noche te robabas un trozo de mis sueños.
Ahora te veo estas allí en silencio, mirando a ninguna parte… me pregunto en que pensaras, en que has estado pensando todo este tiempo. Me pregunto si alguna vez realmente sonreíste como yo lo imaginaba, si alguna vez sonreíste aunque fuera solo para ti mismo.
Te veo…y entonces surgen los recuerdos, recuerdo tu dolor infinito y como siempre pensaba que yo algún día podría liberarte, pensaba que tal vez luego de un tiempo todo sería diferente, y tan solo escaparíamos de esta vida y todo terminaría ya, de una vez.
Y fue eso, fue mi ilusión la que me cegó para no ver en que te convertías, poco a poco te volvías mi peor enemigo, y lo peor fue que tú eras todo para mí.
Entonces me alejé, te dejé… supongo que me di cuenta de que todo aquello a lo que tanto me aferraba no era mas que un vano espejismo, que realmente ese no eras tú, sino una idea de lo que yo me imaginaba que tú podrías ser.
Jamás lo soportaste, no pudiste soportar que faltara aquella insignificante pieza de tu rompecabezas, creo que fue una de las razones por las que lo hiciste…
No fui una tonta cayendo en una trampa, sabía lo que podía esperar, pero no podía esperar eso de ti… Por ello acepte encontrarme contigo aquella vez.  
Tus ojos borrosos se cerraron sublimes cuando el frío del metal tocó tus sienes…
Yo también cerré los míos y te vi, estabas allí, en ese lugar… el mismo lugar en el que me besaste aquella noche avecinada de tormenta, mientras yo te miraba a los ojos; y en ese mismo lugar en el que luego con tus propias manos robaste miserable de mí pecho mi último aliento… cuando me mataste.
Si, claro que recordaba esa noche cada vez que tú lo hacías, era como si a veces te saciaras de esos recuerdos en los que todo de nuevo sucedía… en tu mente.
Por ello te odie, mucho tiempo, quería verte muerto, frío, destrozado… deseaba con ahínco acabar  con todo rastro de tu existencia como tú lo hiciste con la mía.
Hasta que un día comprendí, que estaba en el TODO y en la NADA, y que aunque me arrebataste lo vivido, jamás te perteneció ni mi vida ni mi muerte. No te perdone, pero lo sobrellevé, aprendí a sobrellevar mi muerte.
La vida que mas tarde te esperaba fue dura contigo, fuiste a la cárcel unos años, jamás amaste a alguien, ni tuviste descendencia ni amigos.
En un instante el tiempo se detuvo, junto con las canciones entonadas de los grillos a la luz de la luna. Estabas allí en el mismo lugar, pero no como siempre por que no eras tú, habías dejado de ser tú hace ya mucho tiempo.
Te habías disuelto con el peso de los años y de la vida… cansado te pusiste un revolver en la frente.
Respiraste imperceptible, creo que sabías que me encontraba allí. Estaba en el aire disperso a tu alrededor, en el viento, en las hojas, en las risas de los niños; yo estaba viva aunque mi ser ya no existía.
Y te vi desaparecer y volverte nada, luego el tiempo volvió a correr, en el mismo lugar, con el canto de los grillos… Cuando aquella noche decidiste, y sin titubear… tiraste del gatillo. Entonces finalmente todo terminó.
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Foto del autor Analucia
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Descripción

Palabras Clave: te observar observ peso aos vida

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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