Día aciago
Publicado en Aug 18, 2009
La noche se me antoja atribulada.
Es el final de un día aciago. Me han echado del trabajo sin causa y va a ser difícil conseguir otro pues sólo se hacer trabajos de obrero. Pasó por el perímetro de la molienda y sé que mis manos cargaron esos sacos de café en noches y días interminables. Siempre fuí un jornalero eminente. Trabajaba de sol a sol, en sobriedad. Al despuntar el día ya estaba en la faena y no conversaba mal con nadie: No era de mi incumbencia hacer comentarios... Quizá consiga un empleo en la usina.- Hasta que llegó esa mandamás totalitaria: La nueva dueña, imponiéndonos mandamientos. Degollándonos con sus humores cambiantes. Arrollando todos nuestros derechos. Eso sí, esbelta y bella: Bestia descarrilada desenterrada de un corral salvaje. Con un vidrioso conocimiento de la geología. Siempre enterrando sus ojos en los asmáticos. Ojos sustantivos que dictan cánones. Es póstumo rugir encadenada a sus parcelas. Su lengua magnética nos golpeaba de lejos y la caspa tintineaba en sus hombros erectos. Como suspendida en un remanso hecho cuadrilátero nos exigía serle fieles más allá de lo indecible. No tuvo compasión de las mujeres preñadas que le rogaban ¿Por qué iba a tenerla de mí esa maluca engreída? Ah! Pero si alcahueteaba al flojo de su marido: Ese lo que hacía era vivírsela a diario: El tiene la jurisdicción de sus blancas superficies y trepa por sus ciudades de válvulas y círculos. Para él, los más finos trajes, telas y botones y zapatos de marcas que suenan delictivas. El le apreta sus tornillos y sus palancas y la hace tiritar como una paloma mojada. Ella se le entrega como un vidrio quebrado... Los ricos son así, como objetos sintéticos y nos echan con su hélice al escarnio. Yo debo preocuparme solamente por mis hijos. Cuando retome animos y aliento les llevaré su pan.
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Richard Albacete
MIS MEJORES SALUDOS AMIGO RICHARD
Verano Brisas