Descubriendo a los Santos Reyes
Publicado en Aug 18, 2009
Transcurrían los años y él se escondía en los rincones,
haciendo trincheras por todos lados de la casa: le gustaba la soledad. Aunque nunca le faltó comida y vestido. Su padre no podía darse el lujo de comprarle los juguetes de moda que había en el mercado. Jugando con cosas encontradas a su paso, transformaba la escoba en un hermoso caballo, la cual súbitamente era retirada de su jinete para darle uso en su verdadera función. Llorando por la falta de su corcel, enojado, golpeó latas de cervezas, y por casualidad se dio cuenta del nacimiento de sonidos rítmicos, sintiéndose así el gran músico. Su padre, orgulloso por este hecho, comentaba: ¨De tal palo, tal astilla¨. Con el tiempo, estos envases metálicos se han convertido en una fuente más de contaminación, ya que en época de lluvias son arrastrados por la corriente de agua hacia la bahía. Por otro lado, cada enero, en donde aún le brotaba en su piel la ingenuidad, él realizaba una larga lista con los nombres de los juguetes que pedía a los Reyes Magos, creyendo que ellos podrían traerle cualquier objeto con el sólo hecho de mover su varita mágica, pero siempre se quedaba con la duda, pues nunca recibía lo que él deseaba. Una de esas noches se levantó medio dormido para ir al baño, ahí empezó a extraviar su niñez: Escuchando un sonido, se asomó con precaución y emoción para que no lo descubrieran Melchor, Gaspar y Baltasar, que por supuesto, eran sus santos padres, preocupados por no satisfacer sus deseos, quienes se dieron cuenta, que él los estaba observando, colocando los regalos al lado de su zapato. Trató de esconderse, pero fue muy tarde, perdiendo a partir de ese momento la posibilidad de recibir jamás otra alegría infantil. Naturalmente se sintió engañado que quiso contar a su hermana menor esa farsa para vengarse de sus progenitores, pero guardó el secreto con el fin de que ella siguiera, por algunos años más, conservando su ingenuidad y recibiendo sus muñecas.
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Sergio Pellegrini
también me has hecho transportar a algunas imágenes de mis reyes (a quién no le pasara el hecho de ir leyendo y recreando en este bravisimo texto). Y la verdad doy gracias por que en algunos años los mios han sido bastante condescendientes.
Saludos y suerte.
Sergio
Carlos Campos Serna
La infancia que algunas veces me hace falta para olvidarme de los problemas en este mundo mezquino, pero no sé ustedes , yo ya me estoy alegrando por los nietos.
Saludos y gracias ...
Carlos
Claudia Riquelme
Cariños,
LaNegra
Pascual Vizcaino Ruiz
PASCUAL VIZCAINO RUIZ