Mire dentro, en el lugar donde la noche anterior se encontraron las mantas, una pila de objetos de primera necesidad esperaban ser repartidos, me levante y camine en esa dirección, con mi mirada fija en aquel punto, ignorando por completo su voz. Junte lo que portaba entre las manos.
Solo latas y cosas procesadas, eso era todo, agua embotellada, algunos productos lácteos y los frutos secos que encontré. No existía rastro de nada “natural”. Mire con un poco de tristeza aquello, recordé el sabor frutal de la mañana en la que fui recogida del mundo exterior, pero me detuve en seco, solo para que mis ojos no se inundaran de nuevo.
Por que todo me sabia al pasado. Y no quería corromperme en ese sitio.
Los demás hicieron acto de presencia progresivamente, no había mucho ruido, solo Neri y Anse platican en susurros sobre cosas superficiales, eso me asquea un poco y me fastidio después de un rato. No lo soporto, que la gente comenzó a caer en la aceptación, a conformarse con la situación, y sobretodo eso a tomarlo de esa manera tan ligera.
La voz de Cor sigue en mi cabeza, para sacarla, me levando y comienzo a contar las provisiones, no estoy muy segura si nos darán mas o eso era todo para el día de hoy.
-No te preocupes mucho, nos darán mas cosas cuando alguien gane un combate, sobretodo si elimina a su contrincante- La manera en la que Luc toma esto me enferma, ¿Matar a alguien?, por comida, es absurdo.
Seguramente miro mis dudas pintadas en mi rostro, así que le frunzo el seño y miro de nuevo: Tres latas de frijoles, dos de sopa, una de frutas en almíbar, cuatro de sopa de verduras, una de estofado de carne, las frutas secas, diez botellas de agua, dos yogurts, algunos caramelos y unas tiras de carne seca.
-Podríamos repartirlo todo en porciones iguales- comento en voz alta, Luc es el único que esta lo suficientemente cerca de mi para escucharlo con nitidez, los demás se han acoplado y platican, esta vez, un poco mas alto.
-no lo se, no conseguimos trastes o algo parecido-
-Entonces que cada uno tome una lata y agua, los lácteos y lo demás se que da para la cena de hoy- si a eso se le puede llamar cena, claro.
 -¡Escuchen¡- levantó la voz, tardan un poco en reaccionar pero tengo su atención- que cada quien tome una lata y agua, eso será todo lo que comeremos.
-Entonces tu toma la carne- Me estira la mano con el estofado de carne, no puedo confiar en él, por su culpa hoy mi vida se debate en un dilema- Serás la primera, debes ir bien alimentada y también deberías tomar las frutas secas o algunos pedazos de la carne.
Los mira a todos, pero nadie opone objeción alguna, tomo su oferta, quiero tener energía para hoy no puedo ir débil a un encuentro.
El estofado tiene un buen sabor, pero esta frio, y debo comerlo sorbiéndolo de su contenedor, puesto que no tenemos cucharas. Al finalizar el sabor de las frutas secas llenan con un sabor dulce mi paladar y es relajante.
Pero, en medio de la poca paz que eso me causaba.
Alguien me miraba desde la entrada de la bodega, sus ojos me decían, que todo ese sentimiento era solo una quimera más.