Tu mirada, es la dulce melodía de la conciencia, camina sin decir adiós, avanza sin dar tregua a la existencia, sutil, anhelante, es la sonora desencadenada reyerta de mi paz. 

Existe un dulce remanso en ella, y la vorágine de la vida encuentra en ella un sosiego, es como un destello en la obscuridad, es la inexistencia del deseo. 

Sin palabras…. sin sonidos, con tu mirada se desnuda la bóveda de lo intrínseco, de lo prohibido, de lo deseado. Con ella se calma la sed de la fatiga y se aviva el fuego de la ventura. 

Tu mirada es el murmullo que se vuelve melodía, es la sombra que se materializa en la penumbra, el silencio que se convierte en deseo. 

Mi deseo descansa en la conciencia, se abriga de tu ser y se alimenta con el brillo de tus ojos, es como si la sonata del alma se mudara en el ocaso. 

Mi voluntad no encuentra remanso hasta verse coronada por la dicha de tu mirada, como si tolerante recurriera al suicidio de la conciencia. 

Con tu mirada se eclipsa la conciencia y la lucidez del intelecto es nula ante su esplendor. 

Es como desear lo inalcanzable, anhelar lo imposible, abrazar lo etéreo, es la ironía de la vida, la materialización de la sustancia. 

Es tu mirada la dulce melodía de las olas, el esplendor de la aurora, el soneto del crepúsculo, el perfume de las flores. 

Autor: © Xavier Bernal