Para muchos, era muy díficil de entender que luego de tal accidente, en el cual perdí a mi esposa y a mi hija, quiera estar todo el tiempo solo.
Mi vida se quebró aquel 30 de octubre de 2003, tal como lo hace un jarron de cristal, miles de amigos y familiares, tanto lejanos como cercanos, buscaron cada pieza de ese jarron que había caído desde lo más alto y estaba en miles de trocitos en el piso... Yo no quise perder el tiempo, Sólo quería recordar a Karen por los pasillos de la casa y a Tamara corriendo por el patio. Es increíble como lugares que antes significaban tanto, han quedado muertos en el tiempo. Ahora no soy capaz de estar mucho tiempo en mi hogar. Todo aquello me recuerda a mi familia. 
Ese dia íbamos rumbo a dejar a la pequeña Tamara a la casa de una amiguita, luego de eso, Karen y yo iríamos a una exposición de arte que se estaba dando en el centro de la ciudad. Algo muy usual para un fin de semana cualquiera, pero el destino no quería estar de nuestro lado. Ocurrió en las esquinas de una calle en el cual el tipo que íba en la calle perpendicular aceleró cuando no debía, haciendo una colisión entre ambos autos, en los cuales de ese lado, estaba de copiloto Karen y atrás Tamara.
Ambas estuvieron muy graves, Tamara fue la primera en morir, luego de dos dias murió Karen, los médicos intentaron hacer todo lo posible por salvar a ambas, pero no se pudo.
Podría describir con detalles cada cosa que pasaron en esos segundos, puedo recordar como unas cuantas horas se transformaron en eternidad. Pero eso hasta ahora me parte el alma, y estoy intentado cicatrizar mis heridas.Como seres humanos, a veces creemos saber mucho sobre todo, podemos saber las ciencias exactas de muchos ámbitos, pero nos volvemos vulnerables frente a situaciones como estas.
Estudié mucho sobre psicología porque era un tema que siempre me llamó la atención, pero al estar en funerales de las dos mujeres que eran mi vida, todo lo que sabes se vuelve nada, y por muchas respuestas que hayas estudiado, no puedes entender la manera en la que reaccionas y ni en la que actuas, nada tiene sentido. Ya no eres persona.

Todas las personas te acompañan en los primeros dias de duelo, pero para ellos, luego de esos dias la vida vuelve a la normalidad, y no pueden entender el vacío que queda dentro de la persona que lo ha perdido todo. Tienes que vivirlo para entenderlo 

He perdido a todos mis amigos, ahora sólo tengo colegas, trabajo las horas justas en la oficina porque prefiero estar encerrado en mi casa recordando a las dos mujeres que me alegraron los dias que estuvieron conmigo, atesoro sus fotografías y les hablo de vez en cuando. "No saben cuanto me hacen falta" " ¿Qué podríamos haber hecho hoy?"

Tamara ya tendría 17 años, debido a que ya han pasado 5 años desde aquel accidente, a veces me pregunto ¿Qué le habría gustado estudiar? a ella le gustaba ayudar a las personas, seguramente habría elegido algo de ayuda social, Habría sido la mejor en eso.

Intenté entrar a un grupo de rehabilitación una vez, donde me encontré con muchas personas que vivieron perdidas, todas a su manera. A algunas parecía ni afectarles, se excusaban con la idea de que dios los había ayudado ¿Será que yo no recibí esa ayuda? o ¿yo no quise recibirla?

Dejé este grupo cuando me di cuenta que la intención de ellos era olvidar a los que ya no estan y continuar con sus vidas normales, pero ¿Qué vida me quedaba a mí?

Entonces pasó el tiempo, y me fui encerrando y enfermando cada vez más, yo sólo quería estar solo, todo el tiempo, recordandolas, amándolas, porque a ellas se les merece recordar toda la vida.

Pasaron 10 años desde la tragedia, conocí a Julieta, una una mujer de mi edad la cual me invitó a ver de nuevo la vida que ya no tenía, me invitó a pegar las piezas de ese jarro trizado. a darme una nueva oportunidad.
Ella siempre supo de el dolor que yo tenía adentro, pero con ella entendí que la vida continua y que Karen y Tamara hubieran deseado que yo sea feliz. Hoy puedo decir que las recuerdo con todo el amor del mundo, no siento vergüenza de contarle a la gente lo que ha ocurrido por sus reacciones de lástima, porque yo les hago saber lo bien que me siento, no las he superado, he aprendido a vivir con ellas en el cielo. 

Karen, Tamara, las amaré siempre, hoy soy feliz. Gracias por cada momento que compartimos, ustedes siempre seran mi familia y no hay minuto en que no las recuerde,entendí entonces que uno no puede sólamente estar solo... y que nunca lo estuve, porque ustedes siempre me hicieron compañía..las siento en cada momento importante y las tengo presente en las invitaciones, aunque todas ellas lleguen a mi domicilio.

Ya llegará el día en que nos veremos, Espérenme con alegría.. por ahora seguiré viviendo, para luego tenerles muchas historias que contar.