Rostros Felices
Publicado en Mar 11, 2013
Se subieron a la micro cómo verdaderos delincuentes, por la puerta trasera, claro. Decidí mirarlos de reojo porque siempre me ha encantado ver el comportamiento de las personas de su clase y jamás he logrado descifrar cuál es la simple idea humana capaz de darle vida a tantos gestos y acciones sin razón y totalmente intrascendentes. ¡LA MUJER QUE IBA CON ELLOS LLEVABA UN COCHAYUYO COMO TURBANTE!
Luego de esa mirada disimulada acomodé mis audífonos y me dispuse a subirle todo el volumen al mp4. Miraba el paisaje rural e intentaba ofuscar con pensamientos las groseras carcajadas que la música no lograba ahogarl del todo. -¿Por qué no pueden simplemente sentarse y callar hasta su paradero?- pensaba- ¿Por qué hay personas que se esfuerzan tanto en contagiar a otro con su humor absurdo y sus ridículas ideas? Ahora, algo me llamó la atención más que sus carcajadas de orangutanes y más que el turbante que la mujer llevaba: Mi madre reía con ellos. Me quité los audífonos y escuché con atención sólo chistes y bromas que se pueden presentar en circos muy pobres, pero eran felices…ella era feliz. Y me pregunté: será que la sola cuestión de preguntarme y formular preguntas sobre decencia o elegancia me hacía estar lejos de entender sus bromas y enseguida entendí que no había nada que entender. Decidí mirarlos con atención porque siempre me han encantado las sonrisas y ver el comportamiento de las personas en las que abunda, jamás he logrado descifrar el momento en el que la felicidad que inspira una de ellas se evapora ni cómo una sonrisa, por pequeña que sea hace bello al rostro que la porta. La simpleza consigue a la felicidad, entendí. Les concedí una sonrisa mía y ellos le correspondieron con un amistoso gesto. Las sonrisas abundan en la simpleza de la vida y otorgan esa felicidad tan compleja que se esfuma en el instante en el que intentas comprenderla. Aprendí de mi madre con tan sólo ver su sonrisa un valor que me seguirá toda la vida. El Viajero
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Enrique Dintrans A:
Aprecio esta historia por la profundidad a la que llega desde la cotidiano, por los planteamientos que se van abriendo espontáneos y por la impresión final que logras dejar en el lector. El protagonista logra convencer. La felicidad es como esa belleza que florece en el rostro de todos los días pero tiene eso de intangible y efímero. Muy bien logrado.
Saludos cordiales
E.D.A