inframundo 1
Publicado en Mar 15, 2013
es una novela de ficcion donde un ex-veterano de vietnam para salvar al mundo de un terrible mal debe viajar desde boston hasta el Tibet,,desde allí por un portal secreto ir hacia el mismo inframundo,,pero desde su partida nada es facil,,debe enfrentarse a demonios y bestias que el Supremo maligno envia para detenerlo.. tengo despues el numero 2 y un tercer borrador que se llama la batalla por Geo,,una novela de ficcion que estoy redactando estilo señor de los anillos,,,mas o menos,,, Failed to upload file ATMOSFEAR: EL INFRAMUNDO EL REY DEL MAL TEÑIRA DE SANGRE Y OSCURIDAD LOS CIELOS DEL MUNDO… Introducción. Un ex – veterano de guerra deberá luchar contra un extraño ser de las sombras, su lucha lo llevará a viajar a China y a las montañas del Tíbet para buscar el objeto que lo ayudará a vencer a este mal. Desgastado y con un final incierto deberá llevar su lucha hasta los mismos confines del inframundo donde lo esperan los peores designios del mal. ¿Quien vencerá al final?. EL DESAFIO COMIENZA… CAPITULO I: TORMENTO. La ciudad…Boston. Poblada por lujosos edificios gigantes de concreto que parecen tragadas por el cielo; son silenciosas, rígidas, guardianes hechos por el hombre. Abajo es donde esta el latido de la ciudad, la gente escapa de sus trabajos, algunos desearían… elevarse por arriba de todos. Su nombre Peter Ghorré, ex militar y combatiente de Vietnam, se encuentra en su oficina de investigador privado en el 4ª piso de los edificios de los barrios bajos en los suburbios, una verdadera vivienda de ratones que comparten alimento con la figura esbelta que se halla parado en las penumbras de la noche, observando como la enloquecida gente que salen de sus trabajos se apresuran en cruzar los húmedos y repugnantes callejones sin tenerles miedo a la noche. Es hora de actuar, el gobierno le paga un salario de U$S 100.000 al año por limpiar las calles de la escoria criminal, su trabajo es excelente, rápido, preciso, sin dejar huellas, un justiciero nocturno un héroe para la gente local. Pero nadie sabe su identidad, el anonimato lo mantiene con vida. Un sueldo muy elevado para una pocilga que posee, pero le gusta esos lugares, no llamar la atención, nadie lo molesta por impuestos, chiquillos que enloquecen por los pasillos, solo piensa en la paz del lugar que solo es interrumpido por el gentío de la noche. Ahora veremos al justiciero en acción… “¡Le dije que me diera esa cartera, anciana!” La anciana se aferra a su bolso muy asustada sin soltarlo un segundo. “No me obligue a golpearla otra vez, entregue el bolso”. “Por favor, déjeme en paz”. “estoy tratando de ser agradable, pero no me haga enojar”. Dice otro de los jóvenes que la tenía aprisionada amenazándola con un cuchillo en la garganta. El otro joven más frívolo, asustado trata de apurar a su compañero, no quiere vérselas con el justiciero nocturno. “Vamos Bill, podría llegar ese justiciero en cualquier momento”. “No seas tonto, ya te dije que eso es cuento de la poli para asustarnos”. Es tiempo donde las sombras también se mueven, cuando hay cosas que se movilizan con lentitud, como los ojos brillosos de una figura que vigila a su presa esperando la oportunidad de atacar. “¡Tiren las armas, vagos, se los diré una sola vez!” “¡Te lo dije Bill, es el justiciero…!” “Yo terminaré con ese justiciero, lo convertiré en comida de ratas.” Dice el otro bandido, sacando su .38 apuntando hacia el lugar de donde salió la voz disparando una ráfaga de balas, pero su objetivo ya no estaba allí. “¡¿Dónde te fuiste maldito cobarde, da la cara cabrón?!”. Como todo combatiente hace uso de sus reflejos para saltar desde una de las cornisas del callejón delante de los jóvenes y desarmarlos con un simple golpe de Kung Fu. “Idiotas” fueron las palabras del justiciero al verlos desparramados por el suelo. Los jóvenes pueden levantarse y empiezan la huida, el justiciero los observa y sin darle respiro, saca de su saco polvoriento dos pelotas de beisball lanzándoselos a gran velocidad y con una fuerza increíble, acertándoles en la cabeza y provocando que caigan desvanecidos. Así quedarán por un buen rato hasta que les llegue la policía. “Ve con cautela anciana”, fueron las palabras de justiciero un poco más calmado. “Gracias hijo, que Dios te acompañe y proteja, te estaremos siempre agradecido”. “No hace falta, El es mi protector espiritual, ahora vaya con mucho cuidado”. Boston, en un santuario oscuro el comienzo de un latir de tambores, el fuego sagrado que flamea en la oscuridad, la suplica a los espíritus, la lealtad a las cosas malignas, donde la magia comienza a levantarse y emerger, se juntan para dar forma al satánico acto de un puñado de fanáticos. “Elévate, yo te convoco”, dice una figura escondida en las penumbras del santuario, lo único que se le puede percibir son sus ojos rojos brillar de pura maldad. Lejos muy lejos, en las profundidades del mar, donde la oscuridad comienza a bullir, sus poderes son convocados y el demonio despierta de su lecho siendo atraído por el llamado de los tambores. Descansando en su lecho, lejos de los criminales y de la voracidad de la noche, Peter, nuestro justiciero nocturno seguido por los tormentos de su pasado espera consejos de su fiel compañera… “Karen, linda me confundes, tú sabes a los peligros que me rodean, me pagan buen dinero por eso, el gobierno no puede contra aquellos criminales comunes que operan por la noche como fantasmas y yo me tengo que encargar de toda esa escoria criminal que invaden los barrios bajo, robando, asesinando sin escrúpulos a mucha gente inocente”. Su compañera escucha atentamente… “¡No se dan cuenta que después de esa maldita guerra no soy más que un mercenario pagado por el gobierno para ser un justiciero ya que no puedo tener un simple trabajo o una vida normal por nuestra conducta violenta o alegando problemas de actitud o de convivencia, ya no podemos ser normales, entiendes?”. Karen Janes escucha… “Arriesgo mi pellejo cada noche cuando esos desnutridos sin almas salen de trabajar cada noche teniendo que cubrirles sus espaldas a cada paso y a cada segundo, ¡mierda! Todo esto me enloquece, maldita sea”. “Relájate cariño, ven recuestarte, te daré unos masajes para que te calmes”. Luego él la mira y ella le responde con una suave caricia, Peter se levanta y toma la mano de Karen llevándola hacia la alcoba, lentamente la desviste a la vez que ella lo besa y lo desviste también para terminar en una armoniosa y cálida relación de amor en la cama. En un oscuro y repugnante callejón una figura demoniaca se desplaza entre los tachos de basura tratando de encontrar algo que aplaque su hambre, escarbando entre la putrefacción de la basura encuentra a su primera víctima que solo será un simple bocadillo de rata, por ahora solo eso hasta que descubra bocadillos mucho más grande… En la alcoba, donde una pareja puedo disfrutar de su amor a pleno desde que él volviera de la guerra hace unos años… “Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien, tu eres una luz entre tanta maldad, ahora tengo que salir hacer mi ronda nocturna, traba bien las puertas y las ventanas, no les abras a nadie”. “Lo se cariño, cuídate”. Le contesta despidiendo a su héroe con un beso. En los callejones a veces la vida es injusta… “¡Oh Dios!, aléjate”… No piensa, sólo atiende el resonar de los tambores, con la rapidez y el un instinto maligno, el demonio solo obedece las cosas para lo que fue creado, la máquina de matar imparable e invulnerable. “¡Te descuartizaré deforme!” dice un pandillero disparándole con su automática, pero no le vale de nada, el demonio ya se cobra su tercera víctima de lo que va de la noche. En la oscuridad el ritmo de tambores otra vez resurge, desde un rincón incognito, el maligno ser que despertó a la criatura observa detenidamente; cuidadosamente saca un cuchillo puntiagudo de su bata y se hace así mismo un corte dejando caer su sangre a un recipiente de devoción a la maldad, dando así acto de fe a su gran poder. Peter, nuestro justiciero, recorre los oscuros callejones, los ve silenciosos, calmados, la oscuridad esconde solo maldad donde el demonio acecha, pero nuestro héroe no puede percibirlo, sabe que algo anda mal y eso lo inquieta, lo perturba, aún así sigue firme con su ronda nocturna. En uno de los callejones nuestro demonio ataca de nuevo… “¡Muévete hombre!”. “¡¿Qué demonios es eso?!, una maldita pesadilla, ¡hay que encontrar al justiciero!”. “¡No llores y usa tu arma!”. “¡Por aquí Jimmy, junto al mercado, se muy bien que el justiciero ronda estos lugares!”. Pero no tendrán oportunidad de dar aviso, porque aplacarán el hambre y la sed de nuestro demonio, ahora lleva cinco deliciosos bocadillos en la noche. Peter, desorientado vuelve a su departamento donde su compañera aún duerme, toma el periódico y se sienta en el sofá luego de servirse una taza de buen café, allí se entera de algo espeluznante, y de segura las respuestas a sus interrogantes que rondan por su cabeza en estos instantes. DAILY BOSTON Sábado 9 de junio 1980, Edición Nª 3.032, $0.63 5º MUERTO HALLADO EN LOS CALLEJONES DE LA AVENIDA YORKTOWN “Los cuerpos fueron hallados brutalmente mutilados” Reportero: Bill Smits : Nominado para los premios Pulizerth “Fue una masacre realizada a medianoche, pero no se hallaron pistas solo estas iniciales en una de las paredes del callejón escritas con la misma sangre de las víctimas. La policía desconcertada no sabe como actuar, esperemos que nuestro justiciero pueda encontrar las respuestas antes de que las muertes continúen...” TEL: 0115-316411 int 7 “¡Dios mío, que es esto!, una masacre en mi ciudad, que clase de maniático está haciendo esto, esas iniciales, creo haberlas visto en algún lugar….donde?”. “¿Por qué estas tan preocupado, cariño?”. “Observaste las noticias de hoy”, le contesta Peter pasándole el periódico a Karen. “¡Que es esta monstruosidad, y en tus propias narices!, que piensas hacer”. “No lo sé, ahora entiendo porque las calles han estado tan silenciosas y tranquilas estas últimas noches que siempre han estado plasmadas de gentío enloquecida”. A medida que la noche se desvanece y la oscuridad se aleja, es donde la gente aterrada comienza a correr de un lugar a otro yendo a sus trabajos. Su nombre, Wang tei, también ex combatiente de Vietnam, pero combatiente vietnamita del vietkong, el bando contrario; va hacia su casa y siempre le gusta tomar el oscuro y tenebroso callejón para ahorrar tiempo. Degusta una taza de café antes de llegar a su trabajo, no muy usual, el callejón estaba bien iluminado y prácticamente las sombras eran débiles. Desafortunadamente para Wang, esas frágiles sombras oculta el horror, paseando tranquilo por el callejón donde han estado ocurriendo los distintos crímenes, queda helado al ver los pisos y las paredes manchadas de sangre humana. El anciano héroe para su país y aclamando por el vecindario por su voluntad y solidaridad, queda helado sin poder emitir una palabra por lo que acaba de ver. Debajo, en los alcantarillados de la ciudad, se arrastra la maldad, esperando hambrienta que su próxima victima llegue hasta el final del callejón para saciar su hambre, siguiendo así con las órdenes que su creador le inculco al crearlo. El anciano solo atina a correr lo más que puede para ponerse al resguardo de los edificios, pero la maldad de las sombras es más rápida que sus movimientos y la criatura cobra otra nueva víctima. El sol en el horizonte pronto dice que la noche termina y el demonio vuelve a descansar en su lecho, los tambores cesan, las sombras del santuario descansan, solo hasta que la noche regrese y la oscuridad vuelva a reinar. Peter toma su desayuno y intrigado toma el periódico para saber lo sucedido en la noche, observa los noticieros en los canales, se alimenta poco, ha estado entristecido desde que supo de la noticia de los crímenes y no puede saber qué o quienes hacen esto o por qué. Su compañera no puede encontrar el rumbo para poder sobrellevar la situación o como consolarlo, parece enfermo y desganado, nada lo reanima esta en otro mundo. “No te desanimes querido”. “Estoy tranquilo, es que estoy descifrando las siglas que vi escritas con sangre en la pared del callejón, “CNNR…”; lo he visto en antes, pero no puedo recordar precisamente donde, lo tengo vagando en mi mente”. “No te exaltes, ya lo recordarás, salgamos de compras, te distraerás un poco, quizás te ayude a recordar más tarde”. “Ok vamos, tienes razón en ese punto”. En el santuario maligno… Allí no se registra ningún movimiento extraño, el sacerdote realiza su misa como todas las mañanas del domingo, todos los fieles llegan al santuario con sus ofrendas a Dios para obtener su ayuda en el hogar. La maldad se aloja en el anochecer, la figura del mal se esconde en las penumbras de la sala de rituales sale durante el tocar de tambores a embocar al demonio. Peter se encontraba entre los fieles que acudían a la misa en un santuario que les parecía indefenso lleno de luz y paz sin saber lo que realmente escondía en su interior. Algo presentía, se encontraba nervioso, como si sus instintos de combate captaran una extraña presencia, Karen lo observa y le murmura al oído para que se quedara tranquilo, pero aún así no se convence del todo, siente una fuerza extraña y esta noche piensa en venir a descubrirla. Regresan a casa donde se pone mas tranquilo, pero no se saca de su mente las siglas ni mucho menos esa fuerza extraña que presintiera en el santuario; solo espera la llegada de la noche para conocer el acertijo, si fuera yo no me acercaría al santuario durante la noche. “Querido sigues con tus incertidumbres, no sigas atormentándote, deberías considerar en pesar en renunciar a este trabajo”. “¡Estas loca, renunciar!, es lo único que puedo desarrollar sin problemas desde que volví de la Vietnam, ¿en que podría trabajar sin que discriminen?, es para lo que estoy hecho y entrenado, ni lo menciones”. “Tranquilo, solo trataba de ayudarte a que no te de un ataque de locura, además no quisiera que a medianoche me llamarán y dijeran que estas muerto”. Dice Karen sollorosa. “Lo siento cariño, es que no puedo permitir que estas matanzas continúen, no mientras esté vivo”. La policía, al no tener respuestas y estar en una encrucijada, ha dejado todo en manos del justiciero, toda esperanza esta en sus manos. Patrullan cerca de los perímetros de acción del asesino, vigilando y observando atónicos donde el miedo es lo único que corre por sus venas cuando la noche reina. Solo un par de horas restan entre lo que queda del día y la noche, en el santuario, cuando todo esta vacío al simple vista, ningún alma se encuentra en él, en esos instantes es cuando la figura escondida en las sombras enciende el fuego de la maldad que utiliza para llamar luego a la bestia, el latir de los tambores suena para dar comienzo al ritual y falta nada mas que la luz de la luna para que la bestia vuelva a despertar. Peter se prepara con todo su poderoso equipo de combate, se presta a dar batalla a lo que sea que se oculte en las sombras del santuario, si su premonición es correcta va a necesitar mucho más que su poder militar. Se siente listo mientras su compañera llora en su habitación, él solo baja la vista y se retira sin despedirse, por dentro sabe que podría no volver jamás y el silencio es lo único con lo que puede despedirse. La puesta de la luna le indica al héroe que es hora, y en el santuario la luz de la misma le indica al maligno que es hora de comenzar el ritual para que la bestia vuelva a despertar en busca de más victimas. Peter pronto llega a las puertas del santuario dispuesto a todo y sin mirar atrás abre la puerta para deslizarse lentamente por las sombras, pero es percibido por el maligno. “Alguien ha entrado, un intruso, posee el mismo aura poderosa que presentí durante la misa de la mañana, entre ese grupo de hipócritas que siguen a un falso Dios, pero hoy se cierra el ciclo y todos vendrán a mí como ovejas al matadero a pedir por sus vidas, ya es hora, me ocupare de este intruso más tarde, por el momento dejaré que la fiel mascota del Señor del inframundo se divierta esta noche”. Dice el maligno con una sonrisa suspicaz. Peter se acerca lentamente hacia los recintos oscuros del santuario, pasando habitación por habitación llenas de oscuridad y maldad, lo presiente hasta sus entrañas tiemblan con tanta maldad que reina en estos momentos; pronto llega al corazón del santuario, a la sala de rituales donde una figura escondida detrás de las llamas lo estaba esperando. “Bienvenido, veo que has persuadido a mi mascota con facilidad”. Dice la voz desde las sombras. “¿Quién demonios eres?”. “Aún no los deducido campeón, CNNR, no te viene a la mente dichas connotaciones, un viejo infante de marina de Vietnam, los desastres y las muertes provocadas por los experimentos químicos que provocaron en mi pueblo una muerte súbita; no lo recuerda capitán Peter Ghorré”. Estas palabras lo dejaron helado, sentía que su respiración se detenía en un limbo sin salida, sus fuerzas lo desvanecen y nuestro héroe cae de rodillas al piso producto de los efectos de aquella vigilia del pasado. “Veo que recuerdas ahora, como te decía, hubo un experimento en los cuales esos productos alternaron, no solo su cuerpo, sino su alma, transformándola en un ser inmortal lleno de odio y hoy está dedicando su vida al Señor de los Inframundos, mientras sigues haciendo memoria te demostraré el inmenso poder que hoy llena mi espíritu”. Suspendido en el aire se dirige lentamente hacia las llamas del fuego y hace el llamado. “Levántate, yo te convoco, ven a mí, tu amo en el santuario te llama, ven a buscar a tu presa que tanto sufrimiento les dio a nuestra gente, te lo ordeno”. “Conde Numg Nag Resin, nacido en Japón que sirvió al ejército austriaco, pero…tu participaste de la masacre”. “Bien capitán, lo ha recordado, fui obligado, torturado hasta que el alma abandonara mi cuerpo, pero ahora estoy aquí para vengarme, tu vida me pertenece”. Dice el Conde a la vez que pronuncia un extraño conjuro en la que hace enjaular a Peter en un cerrar de ojos. “Ahí te quedarás hasta que mi amo venga por tu alma, así saldare mi deuda y podré descansar en paz”. “No puedo entender, tú fuiste quién estuvo al mando de la operación fantasma para eliminar al vietcong”. “A veces unos deben sacrificarse para que otros tomen el poder, el mismo que hoy poseo para vengar esas muertes destruyendo a todo el mundo, jajajaja”. No puede zafarse de la situación, busca la forma de escapar pero es imposible, no le queda otra que esperar a la criatura y pensar su próxima jugada o no habrá mañana para la humanidad. Los tambores despiertan, laten, la luz de las llamas flamea con ansiedad, la noche grita pidiendo sangre, pronto se presiente la llegada de la bestia, presa del pánico Peter observa atónico a la horrible criatura que se acerca muy lentamente como el gato al ratón. “¡Que clase de demonio es eso!”. Pregunta Peter con el rostro empalidecido de miedo. “Es mi arma con la que el rey de la tinieblas permite dar mi venganza por los inocentes muertos en esa guerra, a cambio, les entrego las almas de personas inhumanas que solo son escoria para la sociedad y se las envió al inframundo”. Le responde con frivolidad. La bestia se acerca muy sigilosamente. “Tú sangre, fue la elegida para cerrar el ritual en el próximo equinoccio dentro de tres días, servirá para liberar al dios de las tinieblas a este mundo, convertiremos esta pocilga en un caos, será la representación exacta del infierno en la tierra, la gente se convertirá en zombis esclavos de mi señor cuando licuemos su sangre con el néctar de la maldad eterna, no existirá un alma viva en este mundo nunca más”. “Estás loco si crees que dejaré que eso pase, maldito lunático.” “Tus tiempos de héroes terminan aquí, serás dominado por la maldad, te convertirás en el arcángel negro, poseerás vida eterna como me ha tocado al igual que compartirás el poder infinito que nos caracteriza”. “Ni lo sueñes serpiente del infierno, encontraré la forma de detenerte, nunca subestimes a Peter Ghorré, te detendré en esta vida o en la otra”. “Lo veremos, ahora veras el poder del señor oscuro, ve criatura te lo ordeno, cumple con el objetivo para lo que has sido creado, necesito más sangre fresca traédmela hijo del demonio”. Con un grito de furia la bestia en unos segundos desaparece entre las sombras. La bestia pronto se halla escurridiza entre la oscuridad del callejón donde vive la escoria y la gente sin techo. Cerca de allí, en el edificio donde vive nuestro héroe, su compañera descansa sin saber el futuro incierto que le espera a su amado Peter, ni el caos que se avecina en el mundo. La sombra ataca, un joven sale durante la noche a sacar la basura tembloroso y asustado mira por todo el lugar, oscuridad, silencio, es lo único que lo rodea hasta que sin pensarlo una enorme mano con afiladas garras lo toma por sorpresa, sin reaccionar se convertirá en otra víctima de la maldad. Karen comienza a preocuparse porque su esposo se demora, temiendo lo peor corre hacia el living a ver los noticieros por la tele pero escucha una noticia aún más avasallante… “Este es el canal CVW del estado codificado de Boston, en las últimas horas se ha encontrado un nuevo cadáver ya son seis las víctimas, a todo esto, nuestro justiciero no se lo ha visto hacer su ronda habitual de la noche, ¿que ha ocurrido?, ¿Dónde esta?, ¿ha huido de la ciudad acobardado?, ¿habrá sido una victima más de la bestia?, o…lo que pero, ¿será nuestro justiciero el….asesino?. Ha desaparecido, cual es el interrogante, rezo a dios equivocarme señores, pero si estas escuchando queremos una repuesta de inmediato; esto ha sido todo por el momento, les estaremos informando, soy Garrick Cook para CVW”. Karen se asusta y queda consternada con semejante acusación. “Algo pasó, el salió como todas las noches, no puede ser, y que son todos esos disparates que hablan en los noticieros, donde estas...donde estas…”. Nuevamente en el santuario del horror… “Escuchaste eso, ahora te tratan como a un sospechoso, ves de que te sirvió guardarles las espaldas tantos años y en unos segundos te tratan como a un criminal, los seres humanos no cambian más, hay darles una lección de la que nunca podrán olvidarse, y gracias a esto también tengo la forma de destruirte y humillarte”. Dice el Conde con una risa maliciosa. “Te juro que esto no se quedará así, daré mi vida por ello”. Las calles están silenciosas, sólo una sombra se desplaza rápidamente ya que no encuentra a nadie para saciar su sed pero alguien salió de su habitación para tratar de descubrir lo que está sucediendo, es Karen que va en busca de Peter para limpiar su nombre de todas las acusaciones que dan en los noticieros, corre y corre, quizás sea su última noche, la bestia la percibe y va por ella. Sale del edificio por la puerta que da al callejón, allí queda inmóvil por un rato, tiesa, asustada, nunca imagino lo inhumano que podría ser un lugar semejante, con lágrimas que corren por sus mejillas espera alguna pista o repuesta a la ausencia de su marido. La bestia pronto le da alcance. “¿Qué son esos ruidos?”. Dice asustada al oír extraños ruidos desde las penumbras y corre desesperada por el interior del edificio, pero la bestia la acecha y vas tras ella también. Logra subir las escaleras con dificultad hasta que puede llegar hasta su departamento, la bestia solo queda parada a los pies de las escaleras ya que no puede arrastrarse por las misma y fastidiado vuelve al callejón a buscar su próxima victima. Karen sella todas las entradas y salidas, quedó aterrada por lo que vio, pero de algo esta segura… no es su marido es un monstruo, un mal presentimiento la invade. “Será esa cosa la causante de todo esto y se…se… oh no, no pudo haber pasado”. Se asusta pensando el mal fin que pudo haber tenido su marido en manos de esa criatura. Toma un respiro, toma el teléfono y da parte de las autoridades de lo que acaba de ver, de esta manera limpiar el nombre del justiciero, si su palabra es creíble para ellos. En el santuario… “Acabo de percibir que nuestro amiguito estuvo cerca de atrapar a tu amiguita…Karen?, buenos reflejos había tenido, es de esperar al vivir con alguien como tú”. “¡Maldito cobarde, no la metas en esto, me tienes a mi ¿no?!”. “Lo siento, yo no controlo a la bestia, el amo lo hace desde las sombras y con el latir de los tambores, yo solo realizo el ritual para despertarla, no puedo intervenir”. Le contesta burlón. Con toda su fuerza y una furia incontrolable trata de liberarse aunque le cueste la eternidad para lograrlo. El deseo de escapar y ver a su única familia en peligro ha despertado en él una fuerza nunca vista, el sacrificio por salvarla tanto a ella como a su ciudad valen la pena. La brutalidad de su fuerza mezclado con su odio interior es tal que concentra toda su energía a sus fornidos brazos para poder así lograr doblegar los barrotes que lo aprisionan. “Eso es capitán, siempre busca fuerzas usando el odio de su corazón, me gusta, el amo no se ha equivocado contigo, por lo tanto te dejaré libre para que luches cara a cara con la criatura, si logras vencerlo te juro que los dejaré tranquilos y me retiraré, no te olvides que ante todo soy conde y la palabra de un caballero esta ante todo”. Oculto tras su capucha entre los brazos de las sombras estira sus brazos hacia la jaula mágica que aprisiona a nuestro héroe y pronuncia el conjuro… “Yo CNNR, ciervo del rey de las tinieblas te doy la libertad para desafiar a su hijo y te daré mi palabra de rendición y la victoria es tuya…”. Esto pronuncia y la jaula prisión desaparece. Karen se halla muy asustada encerrada en la oscura habitación pensando en lo peor, esperando a su salvador o a la muerte negra. Los tambores cada vez suenan con más intensidad, con más fuerza, dándole a la criatura un poder supremo. Peter corre desesperadamente hacia la siniestra calle de la muerte para la que tal vez sea su última batalla por el bien de la comunidad y de la humanidad toda, se detiene al llegar al callejón, inmóvil, tieso sin poder reaccionar espera su tenebroso destino. Un pequeño ejército estaba apostado vigilando el callejón hasta que ven venir a nuestro héroe. “¡Capitán, acábelo!”. Fue el grito de júbilo de todos. “Por los viejos tiempos”. Seguían gritando. Eran gritos de aliento para un retirado combatiente que en la guerra lo vio y dio todo lo que el mundo se podría imaginar, estaba listo, una dote de confianza, valor y valentía, para comenzar su caminata por el húmedo y oscuro callejón en busca de la bestia. “¡Aquí estoy maldito, vengo por ti, ven a enfrentarte a un verdadero guerrero!”. Dice con furia mientras miera de reojo a todo su alrededor donde solo encuentra silencio, oscuridad y olor a muerte. Karen angustiada y llorando escucha todo el alboroto y corre hacia la ventana a observar luego de reconocer esa voz y valla sorpresa se encuentra. “¡Peter, eres tú!, detente no lo hagas”. “¡Lo siento cariño, es un desafío al que di mi palabra y lo voy a ganar, cueste lo que cueste!”. Le contesta con mucho coraje y se adentra al callejón. Karen con mucho susto baja deprisa a intentar detenerlo antes de que sea tarde. Pronto se percibe algo extraño en las sombras, el olor cambia, la niebla aparece, un frío invade la mente de nuestro héroe, la gente sigue atenta lo ocurrido desde sus casas a través de los noticieros, el ejercito custodia el paso para que nadie resulte herida y aguardan expectante la batalla que se viene. Una figura en forma de espectro sin forma se mueve a velocidad por las sombras, Peter se calma cierra los ojos y se concentra, como lo hizo siempre durante sus cruentas luchas en el campo de batalla, hasta que unas inmensas garras salen disparadas desde las sombras hacia él. Karen se horroriza y cierra los ojos para no ver el desenlace, como todo boina verde sus reflejos se adelantan al golpe de la bestia y lo esquiva con asombro antes de que diera en su rostro. La gente suspira de alivio, pero ¿Por cuánto tiempo?. La bestia comienza arrojar decenas de golpes a una increíble velocidad, pero la destreza de un gran combatiente de Vietnam hace que los mismos no den en su objetivo y la criatura comienza a impacientarse. A puro empeño, saltos acrobáticos, utilizando todo objeto que encuentra en su camino, Peter esquiva el ataque haciendo que intente huir desconcertada sin entender como pudo fallar de esa manera, pero su escape no le resultará muy fácil. “¡No te dejaré escapar escoria maligna, te destruiré como a todos los demás demonios, ahora es mi turno de que conozcas que nadie se mete conmigo ni mi gente!”. Con furia y agilidad se acerca a la criatura. “¡Conocerás el golpe de la cola del dragón!”. Grita con furia usando un viejo golpe de artes marciales que no puede llevarse a cabo sin un conocimiento y entrenamiento adecuado. Como todo experimentado luchador de Kung fu, con solo utilizar sus oídos encuentra a la bestia y le acierta el golpe justo al corazón, con otros movimientos lentos, como si danzara en el aire, hace un giro con los puños hacia delante y una patada lateral, la bestia queda tensa y asombrada por la proeza del campeón. La criatura se desploma, no puede levantarse, lanza un alarido extraño y en cuestión de segundos se esfuma mezclándose con en la niebla espesa y desaparece. La gente tarda en reaccionar y al darse cuenta que todo terminó, saltan y gritan de júbilo por la victoria. La lucha fue seguida detenidamente desde el santuario por el conde quién no quedo a gusto por esta derrota. “Lograste vencer a la criatura pero yo te dejaré un presente antes de cumplir mi parte… ETA CA´S TIDI PORTUS, DINUS CARAH AMORITU SATANICUS… con este conjuro tu adorable esposa dormirá por toda la eternidad, para salvarla tendrás que dirigirte al Tíbet para encontrar el manto sagrado del sumo sacerdote Kang Deng, será tu reto para recuperar a tu linda compañera”. Estas palabras fueron dichas telepáticamente a Peter que se halla muy lastimando llorando de rodillas junto al cuerpo inmóvil e inconsciente de Karen. “¡Si pude acabar con tu desafío lo propio haré con tu reto, lo juro maldito traidor!”. El tormento termina, pero un nuevo reto comienza, que destino le espera a nuestro gran héroe… CAPITULO II RETO MORTAL. El conde desaparece, al no poder cumplir con su misión el señor de las tinieblas lo desvinculó de su reino convirtiéndolo en un insignificante animal carroñero de los infiernos, aunque pudo llevar a cabo su cometido de dormir por siempre a la fiel compañera de nuestro héroe Peter. En su nuevo desafío, nuestro héroe debe dirigirse al Tíbet en busca del manto sagrado que se encuentra en poder del sumo Dei Lama Kang Deng, un sumo sacerdote conocedor de las artes y leyendas culinarias relacionados con las batallas entre el bien el mal. “Aquí descansarás amor mío, no te fallaré no volveré hasta no vencer el mal que ha puesto a dormir tu alma, si he de viajar al mismo infierno y sacarle el corazón con mis manos a ese alimaña lo haré; ten este último beso de despedida hasta mi regreso, no importa el tiempo que me lleve volveré a liberar tu alma, adiós amada mía”. Fueron las palabras más dolorosas que nuestro héroe dijo alguna vez. Tomo confianza, junto todo lo necesario para este viaje que podría no tener retorno, una última mirada hacia el frágil cuerpo tendido sobre la cama y la puerta se cierra lentamente dando alusión a una despedida silenciosa. Toma rumbo al aeropuerto privado que el gobierno posee en New York, consiguiendo un vuelo rápido con el mejor avión que le pudieron poner a disposición con todo el equipo necesario para que nuestro héroe no tenga inconvenientes y no pase necesidades, tecnología y suplementos de última avanzada le fueron conferidos para que lo acompañe en este desafío. Mientras tanto en el inframundo… “El conde me ha defraudado, por su sucia y ambiciosa venganza ha perdido uno de mis mejores guerreros que me ha servido fielmente, era el único que cumplía con mis mandatos de sangre para poder despertar el caos en la tierra, eliminando a sanguinarios, estúpidos sin escrúpulos, deshonestos con el corazón lleno de maldad”. Disgustado camina de una punta a otra de su mansión en el infierno. “Pero pensándolo bien, tenemos un voluntario que cedió a un reto, le daremos el gusto, lo estaremos esperando con todo placer, le exprimiré el corazón como a una naranja, beberé su sangre la cual me dará el poder absoluto de gobernar al mundo desde las sombras, pronto conocerán a poderoso Corl, amo de todo el inframundo ”. Vuelve a decir sonriendo malévolamente. Pronto un grupo de poderosos demonios llegan a la sala… “Gran rey de las tinieblas, señor que todo destruye con solo pensarlo, los príncipes de los trece territorios acudimos a tu llamada, ordénanos y tu voluntad se hará”. Dice uno de ellos y todos se arrodillan ante Corl. “Por todo el fuego de mi mundo que por sus venas ha de correr les ordeno que detengan a Peter Ghorré, uno en uno quiero que los enfrenten, quiero saber de que es capaz antes de darle el golpe final, se dirige al Tíbet en busca del manto sagrado, por ningún motivo debe llegar a el, recuerden que si lo obtiene lo puede usar en nuestra contra, es lo único que nos puede vencer, este personaje me ha sacado de mis cabales, deténganlo y no me fallen”. “No lo haremos majestad, si uno de nosotros ha de quedar en pie lo comprimiremos y le traeremos su corazón y su sangre para que lo beba en copa de oro”. “bien, acaben con todo aquel que a su paso se les atraviese, alimenten sus entrañas con los desahuciados y toda molestia inservible, sin piedad”. “¡No mercy!”, gritan todos a coro. “Será un placer, sus sangres alimentarán nuestro poder y nuestra ira, durante nuestro viaje hacia las montañas nevadas, no habrá piedad, nos ponemos en marcha, pronto volveremos con su trofeo”. Los trece príncipes desaparecen en el aire en un abrir y cerrar de ojos, esfumándose. Aeropuerto internacional de China, cerca de los limites con Nepal… Peter baja del avión que lo condujo hasta este lugar, país limítrofe con Nepal y el Tíbet, toma un taxi para dirigirse al mejor hotel, descansar ordenar su equipo y esperar el día siguiente. Hace un recorrido de la famosa ciudad de las murallas que por siglos dejo aislada del resto de Europa. El héroe se instala en el hotel y al día siguiente, después de descansar del largo viaje, comienza su viaje hacia las montañas para iniciar la búsqueda del manto sagrado y poder así salvar el alma de su amada compañera. Contrata al mejor guía en la ciudad e inicia un corto viaje por los alrededores. EL RETO COMIENZA. “Será un placer serviros en esta travesía hasta el Tíbet, sígame tengo el vehículo listo detrás del hotel, ¿a que se debe su visita?”. “Simplemente turista, siempre fue mi deseo visitar el gran monasterio del Dei Lama”. Contesta Peter para no levantar sospecha alguna de su misión. Suben a un camión tipo furgoneta un poco dañado por el tiempo pero con una buena potencia por lo que pudo apreciar nuestro héroe. Realizan una incursión temprana por las costas del Yangtsé y terminan en la desembocadura del Hoang Ho. Agotados por el intenso viaje, deciden acampar en un bosque de tundras muy cómodos, preparan la cena junto al fogón y pronto quedan dormidos atenuados. Nuestro amigo Peter cierra los ojos y solo piensa en su compañera. Cerca de allí, a orillas el Lago Kuku… “Aquí estoy majestad, fui elegido para traerle la sangre de su adversario, estoy seguro de que no le fallaré, jamás el grupo de los trece fue derrotado, menos por una cucaracha humana”. Dice uno de los trece listo para entrar en acción. “Lo debéis temer, no olvides que eres hijo de las tinieblas, uno de los trece príncipes, no hay poder sobre la tierra que puedas impedir vencer, pero si fallas sabes muy bien lo que sucede, morir o regresar al inframundo con la derrota y perder los derechos de príncipe, quedando la voluntad del monarca dicha decisión en base a tus conductas anteriores”. Dice un segundo príncipe. Así, Sheir el primer príncipe del cuarto reino, en silencio se despide de sus compañeros y se dirige en busca de su presa y así comenzar el reto provocado por la insensatez del conde. Pronto amanece y nuestros amigos levantan campamento y se ponen camino a los pies de los Himalaya para comenzar su viaje un poco pedregoso hacia el monasterio. En el camino va ideando un plan para ver de que manera podrá ponerle manos al manto, que no duda que no será en buenos términos. La caminata por el estrecho camino elegido por nuestro guía es arduo, con un vientos fríos que desgarran la piel, pero nada los hace retroceder, solo siguen adelante rodeados de un silencio eterno. “Allí señor, ese es el santuario y bajando por ese risco se llega a la ciudad, tenga cuidado la gente de aquí no se confía en extranjeros, aún menos si es americano”. Es lo que le dice el guía a unos pasos de las puertas del monasterio. Un poco más tranquilo y confiado en el joven guía, Peter lo invita a sentarse junto a unas pequeñas rocas y le narra el porque las circunstancias lo llevaron hasta las puertas del monasterio. Sin omitir detalles, el guía escucha aterrado lo que su señor le cuenta en relación de su lucha contra el mal, las muertes, el conde y el descanso eterno que hechiza a su compañera, datos importantes para darle a conocer su necesidad de llegar hasta el manto sagrado. “impresionante, eso si que es increíble de creer”. “Lo sé, es difícil, pero esa es la tarea que hoy me trajo desde Boston”. “Esto me interesa y por nada me separaré de ti, quiero ayudar, si me lo permite”. “Bien, esto no será fácil, mucha gente murió por culpa de estos demonios, no quiero que estés entre ellos y además está en juego la vida de mi esposa”. “No tema, la palabra acción es mi segundo nombre”. Dice burlón el joven guía. “además conozco cada rincón de estos lugares, bien le podría serle útil en caso de tener que escapar o esconderse”. Agrega nuestro guía. “bien acepto, pero aún no mes dicho tu nombre, jovencito”. “Todos en estos lugares me conocen como Cheng, señor”. Peter asiste complacido y dándole una palmada en la espalda prosiguen con su viaje. Cruzan el puente de hierro que comunica una pequeña aldea de campesinos que lo recibieron con mucho júbilo, con las puertas de las murallas que rodean al monasterio el cual cruza sobre un pequeño lago cubierto de hielo y al llegar al final del mismo son detenidos por el guardia de las puertas. El guía con toda cortesía habla con el corpulento guardia en su lengua nativa tibetana. “Me dice que tratará de hablar con el sumo sacerdote para ver si puede recibirnos”. Le informa Cheng sobre la charla que tuvo con el guardia. Luego de un largo rato de espera, las puertas de las murallas se abren apareciendo el guardia, con una señal le indica a los visitantes que pueden pasar. “El sumo sacerdote los recibirá, es un lugar santo, por lo tanto nada de armas al entrar al monasterio”. Dice el guardia pidiéndole las armas que Peter tenía a la vista, las cuales son las que entrega sin dar a conocer las que posee ocultas entre sus ropas. Algo de duda invade a nuestro héroe lo que hace que no entregue la totalidad de las armas, algo presiente dentro del monasterio. Paso a paso son conducidos por las lujosas calles que rodean al monasterio hasta que son conducidos al interior del santuario donde posee residencia el sumo sacerdote. Fueron recibidos por un par de sirvientes que le alcanzan deliciosos manjares nunca vistos, vino de uva mezclado con jugo de lechuga, el famoso Gion´on, un jugo amargo hecho de brotes vegetales. “Las estrellas me habían advertido de su llegada hace unos días, conozco todo lo sucedido últimamente es por la causa que te trajo a este lugar al cual acudes en ayuda de tu esposa que posee el hechizo del sueño eterno”. Dice el Dei Lama a sorpresa de los visitantes por como se enteró de todo lo que pasa entorno a nuestro héroe. “Veo que tu visión es infinita”. Dice a forma de elogio Peter. “Tranquilo, no preocupéis, los ayudaré ofreciéndole el manto con la condición que uno de mis pupilos los acompañe y pueda regresar con el mismo antes de trece días de su salida del monasterio o no podrá romperse el hechizo, pero tengo que advertirles que su regreso esta plagado de grandes obstáculos y batallas, el amo oscuro tratará de vencerte mandando a sus trece príncipes de las tinieblas, ten, te obsequio el jugo de la luz y de la fe, con ello y tu voluntad podrás tenerlos a distancia por un tiempo”. Dice el sacerdote entregándole un frasco que emite una luz brillante en su interior. “Se lo agradezco gran Lama, haré todo lo que este a mi alcance para que ese manto vuelva a su destino antes de trece días, no tengo nada a cambio que pueda pagar tan generosa ayuda”. Dice nuestro héroe haciendo una reverencia y besando una de sus manos. “No debes preocuparte, todo es válido cuando las fuerzas de la oscuridad quieren adueñarse de nuestro mundo, ese es el destino para lo que fuimos forjados, luchar contra el mal en bienestar de la humanidad; solo cuídate del poder de los trece, harán lo posible para que no llegues a destino, recuerda que ninguno de ellos pueden tocar el manto porque le causarán la muerte instantánea, úsalo con prudencia y fe”. “Impresionante, posee un poder increíble”. Dice sorprendido el guía. “Así, ni yo mismo puedo conocer su gran alcance, su conocimiento se me es transferido a través de las lecturas de las estrellas cada vez que su poder es requerido, como es en el caso de nuestro amigo”. A todo esto, alguien observa atentamente desde las alturas. “Bien mi querido héroe, tu hora ha llegado, yo Sheir el príncipe del cuarto reino de las tienieblas te exprimirá como a un gusano”. La figura que se hallaba escondida en las penumbras se desliza por el hielo a una velocidad mayor que la de una bala. “R´eur Fhro ggjro, tieor viiog fuegius”. Establece un extraño conjuro y al instante comienza una pequeña ráfaga de viento a elevarse cada vez más alto hasta formar en el aire un pájaro gigante de hielo sólido que se lanza a gran velocidad sobre su presa. Va directo donde se encuentra los tres personajes que aún continúan hablado sobre el poder del manto, su importancia al igual que la peligrosidad de los trece príncipes. “¡Cuidado!”. Grita Peter saltando sobre el monje para protegerlo del ataque. El ave remonta vuelo hace un giro en el aire y vuelve al ataque. “¡¿Qué diablos es eso?!”. Pregunta aterrado el guía. “El mal ha comenzado su ataque, están en presencia del cuarto príncipe del as tinieblas, tienes que usar el manto, busca en tu interior y sabrás como”. Le explica el sacerdote. La gigantesca ave ataca nuevamente en dirección a Peter quien logra eludirlo pero hiere la pierna del monje. “No te preocupes por mí estaré bien, puedo curarme por mi mismo, es por eso que el manto no puede salir mucho tiempo del monasterio o perdemos nuestros dones para hacer el bien a cada uno de los monjes”. En las cumbres… “No podrán escapar por mucho de mis garras”. Dice con una sonrisa burlona Sheir a la vez que palmeando las manos y el ave de hielo se convierte en un ave de fuego quemando todo lo que choca en cada intento de atacar al grupo. Peter se decide y corre hacia una de las torres con el manto en mano logrando que el ave lo persiga, logrando así salvar las pocas chozas del fuego maligno. “¡Ven aquí arrastrado disfrazado de fuego!”. Con un aura que lo envuelve, efecto mágico del manto seguramente, logra que el ave de fuego se congele y se evapore en el aire apareciendo en su lugar el príncipe del mal a quién cae aturdido por el shock. “Aquí estoy humano, vine a exprimir y llevarme tu sangre para el supremo”. “Pues no creo que puedas, mejor aún, dile que venga personalmente porque no creo que su grupo de perdedores pueda vencerme”. Dice burlón Peter. “Te hare comer tu arrogancia mortal insignificante, jamás nadie en este mundo pudo contra los trece, te demostraré porque”. Dice el demonio a la vez que concentra toda su mirada hacia su objetivo pero Peter no teme y aguarda. “Poder del mal ven a mí, te convoco para eliminar a mi enemigo que es tu enemigo… poder del Fénix ven”. Dice el príncipe y un fénix de fuego aparece del cielo. “Alas del fénix toma el alma de este desposeído que desea destruirte, ataca y destrúyelo ¡ya!”. Sigue dando órdenes el príncipe. El fénix se larga en picada con toda su furia y con un grito ensordecedor. “Ni tus pajaritos y tu amo podrán detener el poder de la luz y del manto de la vida eterna, opresor del mal vuelve a los infiernos de donde jamás deberías haber venido”. Dice con furia Peter y el manto comienza a elevarse mágicamente hacia el cielo liberando ráfagas de energía pura hacia el fénix que se viene con toda su furia hacia él. “Ahí tienes a tu fénix reducido a la nada, acaso no tienes algo mejor que mostrar poderoso príncipe”. Le dice burlón al ver como esa energía destruye al ave de fuego. “Insolente, tengo más trucos para ti, espera y observa muñequito”. Inicia el baile del cisne negro usando toda su concentración y Peter con mucha mas confianza con la protección del manto lo espera. “Cisne maligno dame tu fuerza… polvo de diamantes”. Grita lanzando sus puños hacia arriba y una oscuridad encierra al cielo seguida por una inmensa descarga de lluvia formada por gotas de diamantes que caen sobre Peter quién utiliza el manto como escudo, logrando resistir el inmenso poder del polvo congelante que deja rígido al manto. El manto eleva su energía al máximo desasiendo la capa de hielo que con furia es lanzado hacia el príncipe que no lo puede creer y recibe el inmenso impacto para no poder levantarse más. Luego de unos segundo Peter se percata que ya no hay resistencia, ahora solo le restan doce. Así concluyó la batalla contra el cuarto príncipe de las tinieblas gracias al poder del manto, pudo repeler todo ataque o hechizo, ¿quien será el próximo?. “Increíble, nunca vi tanto poder en un manto, esto si es milagroso”. Dice sorprendido el guía. Peter no pierde tiempo porque sabe que esto aquí no termina y prepara lo antes posible el viaje de regreso a Boston y poder así salvar a su compañera del sueño eterno. “Estén atentos, en este viaje nos esperan muchas mas sorpresas”. Dice a sus acompañantes. “Pues estaremos preparados, yo iré contigo, esta aventura no me la pierdo por nada, una batalla contra los trece príncipes no me lo creerán jamás”. Afirma el guía. “Tengan cuidado, no subestimen al mal ellos pueden deducir el punto débil del manto, ustedes lo sabrán por sus propios medios durante el viaje”. Dice uno de los monjes. “Este es Viius, es quien lo acompañara en el viaje, es un monje no tibetano, adoptado por el pueblo por su voluntad y generosidad hacia los más débiles, es de mucha confianza”. Le dice el gran sacerdote. En las profundidades del inframundo donde las almas vagan en un mundo de caos y sufrimiento, donde jamás un ser vivo podría llegar, salvo su decadente alma llena de tormentos. “¡No puede ser!, este mortal acabo con facilidad con uno de mis mejores príncipes, si tuviera el poder suficiente para ir al mundo exterior lo destruiría con mis propias manos, que se presente el próximo que traerá su cabeza y su sangre, espero que tenga más suerte y prudencia”. Dice con furia el gran amo. “Estoy listo majestad, el sexto príncipe de tus dominios, Taks”. “Destrúyelo lentamente con mucho sufrimiento y conviértelo en polvo para alimentar a los gusanos de las profundidades”. “Voy a concederte dicho deseo, tomaré las precauciones necesarias que no ocurrió con Sheir”. “Eso espero, ten cuidado jamás perdí a nadie, no quiero perder a otro de mis mejores creaciones”. En las montañas de Nepal… “Taks está frente al rey, pronto nos traerá los deseos de nuestro amo, los doce estamos listos en caso que el sexto falle”. Dice Trtey el primer príncipe maligno mientras observa desde las penumbras. Los tres viajeros descansan en la noche al calor de una fogata con Peter como vigía a los pies de las montañas tibetanas cerca del pueblo donde lo espera su vehículo y su equipo para dirigirse directo al aeropuerto. En la concentración de la noche, Peter recuerda sus viejas épocas en Vietnam cuando estaba a cargo de su compañía… “Los comandos del Vietcong están dispersos por la planicie de la frontera con Camboya, los regimientos de infantería 2 y 3 deben tomar rumbo sudoeste por el curso del rio Hong Kong y arrasar con los adeptos al vietcong, son las ordenes del alto mando general, el capitán Ghorré estará al mando tomando el lugar del comandante Richarson que está con heridas graves”… era la información por radio. “Ya escucharon, a entrar en acción y cuiden sus espaldas”. “Le daremos una buena lección a esos malditos amarillos”. Dice un oficial del tercer batallón. Iniciaron una feroz carrera hacia los puestos enemigos donde son recibidos bajo una lluvia de balas. Los batallones se tiran al piso para impedir los roces con las balas y evitar bajas. Así Peter nunca se olvida de sus viejos compañeros que lo acompañaron en inolvidables batallas en las que salieron triunfantes contra el vietcong, aunque su mayor frustración fue haber vuelto a Norteamérica derrotados, aunque fueron galardonados como el mejor escuadrón de ataque recibiendo la medalla de honor por el Congreso. No han perdido contacto a pesar de que dos de ellos hayan fallecido ya, los demás están siempre comunicados y en servicio activo aún. Ya amanece y la brisa se pone amenazante como si estuviera vigilado, Peter lo sabe. Está alerta tomando el manto como precaución y preparando el equipo, el sol sale seguido de un viento caliente y un olor desagradable, las aves sobrevuelan asustadas y nuestro héroe pone todos sus sentidos al máximo. Observa a sus acompañantes y ambos siguen dormidos muy profundos sin percatarse del peligro por lo que Peter se prepara para lo que se viene sin llamar la atención. “bienvenido a mis dominios terrenales soldadito, he sido enviado para tomar tu alma y sangre para nuestro gran maestro de las tinieblas”. “Ese incompetente no tiene ya demasiado, porque no viene el en persona, me aburre tener que enfrentar de derrotar a soldados de cuarta que hacer alardes de poderes sobrenaturales, me cansa”. Dice burlón Peter. “Voy a tener que enseñarte modales y a tragarte esos insultos, mortal”. “Que curioso, tu compañerito me dijo lo mismo, ya viste como termino, por lo visto tendré que enseñarte a ti a tus esclavos lo mismo”. “No será necesario porque será al último que verás, no habrá oportunidad para los demás, yo me ocuparé de eso”. Dice con rabia el demonio. El sexto príncipe comienza hacer una danza del Pegasus para convocar a uno de sus mayores poderes. “Dame todo tu poder gran señor de las constelaciones”. Dice y de sus puños empiezan a lanzar golpes a velocidad de la luz pero todos chocan contra un muro invisible, un campo de fuerza que emana del manto. “Ese harapo no te ayudará por mucho tiempo, ataque meteoro”. Vuelve a decir furioso. Con una furia de titán vuelve a lanzar miles de golpes pero todos son detenidos por el manto, este ataque debilito el poder del manto. “¿Qué sucede con el manto?”. Se pregunta sorprendido. “Ese ataque de meteoritos dejo sin poder al manto”. Le dice el monje al despertar sorprendido. “¡Jaja, que harás ahora, gusano!”. Grita burlón el demonio. “Te demostraré que no necesito de un manto para derrotar tu arrogancia”. Le grita a la vez que corre con furia hacia él usando solo su navaja, un pretexto para darle tiempo al manto para que recupere su energía. El maligno ser desaparece unos segundos y aparece detrás de Peter listo para atacar. “Luz cósmica del Pegasus dame el poder y la fuerza de la patada maligna”. Dice y se lanza con furia hacia Peter que con surte logra esquivar el golpe o hubiera sido el fin. “No tendrás suerte la próxima vez mortal”. Con suerte el manto recupera su fuerza y el monje se lo lanza a Peter. “Listo acaba de recuperar parte de su poder, úsalo sabiamente”. “Bien, por lo visto ahora es mi turno, prepárate a recibir tu lección, no te olvides de mandarles mis saludos a tu rey”. Dice Peter a la vez que invoca el poder del manto. “Aún no cantes victoria, tengo un par de trucos más para ti, ¡dame tu fuerza pegasus!”. Lanza golpes de puño a una velocidad más allá que de la luz logrando derribar a Peter, pero logra recuperarse rápidamente. Usa nuevamente el manto invocando el poder de la estrella del sur, que es de donde proviene todo el poder el manto, un brillo insoportable deja cejado al príncipe que no puedo soportar semejante energía y desaparece del combate, uno más fuera. Solo restan once. Nuevamente subsisten los problemas en el corazón de las tinieblas al obtener una derrota más, algo impensado para el inmenso poder del mal, todo en manos de un simple mortal. El gran señor ya no puede tolerar lo que ve y menos otra derrota, desde las penumbras se está gestando el próximo contrincante… Thallrt. “Otro de mis príncipes derrotados, que demonios esta pasando con ustedes, no pueden vencer a un simple mortal que viaja con un pedazo de baratija de tela que oculta unos simples trucos…¡Quiero su alma ya!”. Es la bronca del gran amo. “No se alarme mi señor, yo estoy listo, ese mortal estuvo a punto de morir pero fue salvado por el manto”. “Pues trata de que no te toque a ti también con ese pedazo de tela sagrada”. Dice Trtey. “Soy uno de los nuevos príncipes convocados, fui instruido en todas las técnicas de combate de los príncipes anteriores, nadie conoce mi verdadero poder, convertiré a ese mortal en piedra y se lo traeré señor”. Así el decimo tercer príncipe maligno se desvanece en el aire y de la vista de los presentes. “Por precaución iniciaré los preparativos para el combate”. Dice el rey maligno a la vez que comienzan a sonar los tambores, el mismo latir que se escuchaba desde el santuario. A Peter le restan diez días para llegar a Boston y para que el manto vuelva a su lugar de descanso en le templo. El monje entra en trance unos minutos y comienza a pronunciar extraños cantos religiosos para poder ahuyentar a los demonios, el guía algo asustado camina de un lado a otro sosteniendo un crucifijo en las manos. Después de un largo peregrinar logran llegar al hotel donde descansan para preparar el viaje de regreso a Boston, ahora Peter estará mas alerta que nunca desde que llegó a este país. “¿Desea ducharse señor?”. Pregunta el hotelero. “Sí gracias, deseo hacerlo lo antes posible, solo con agua fría”. “Esta usted seguro, a estas alturas el agua sale muy helada”. No se preocupe, lo haré igual, ayuda a despejar mi mente, darle fuerza a mi espíritu, sino lo resisto yo me encargare de agregarle agua caliente si es necesario”. “Como el señor lo desee, que disfrute de su baño helado”. Le dice con una sonrisa burlona. El día terminó con nuestros héroes vencido en sueño, la mañana transcurre con un buen desayuno con té oriental, buen pan sin levadura y queso de lecha de cabra, todo tranquilo preparando todo lo necesario para un rápido viaje hasta el aeropuerto y así llego el atardecer. “bien chicos al fin cara a cara, el decimo tercer príncipe del mal los saluda, soy Thalltr, tendré el honor de convertiros en hermosas estatuas de piedra para adornar la sala de mi señor”. “No se cansan de se derrotados, ya me estoy enfermando luchando contra ustedes, parece que no escarmientan”. Dice en un tono irónico Peter. “Insolente, prepárate a luchar una vez que termine contigo seguiré con tus amiguitos, les mostraré algo que nunca han visto, prepárate para conocer el poder del escudo de Medusa. El demonio saca de su espalda el escudo en forma de cabeza con cabellera de serpiente y donde los ojos se hallan cerrados. “¡No lo mires al escudo directamente o te convertirá en piedra si sus ojos se abren!”. Le grita el monje. “Así que esa cosa convierte a los contrincantes en piedra, ya lo veremos, sin esa cosa eres un simple bufón”. Dice con burla Peter mientras prepara el manto para un nuevo combate. “Valla, parece que conocen el secreto de Medusa, pues le diré de que se trata su historia…Medusa era una bella joven pupila del templo de la diosa Ateneas, era la mas fiel y pura de todas ellas, dedicada exclusivamente al templo hasta que un día a causa de su gran belleza enamoro a los hombres y su inocencia fue arrebatada por los mismos; al verse impura quiso ocultarse de la diosa, pero ella con todo su enojo le descargó una maldición en la que ningún hombre mortal volvería a ver su belleza convirtiéndola en un demonio horripilante, con pelos en forma de serpiente y ojos rojos como el fuego, los cuales al abrirlos convierte a cualquier ser mortal en piedra, ese fue su castigo”. “No me impresionas con cuentos antiguos, cuando quieras preséntamela y verás que conmigo no funcionará tus trucos baratos”. Dice algo furioso nuestro héroe. “Así lo haré, te demostraré que has hablado antes de tiempo”. Dice con burla el demonio. Levanta lentamente el escudo y los ojos de Medusa comienzan a abrirse irradiando un aura cósmica que rodea todo el lugar, provocando una atmosfera tenebrosa y fría. “¡Cuidado!”. Le grita el monje a la vez que le arroja el manto para que se proteja luego de realizar un ritual sobre el mismo. Peter logra salvarse nuevamente ante los ataques del mal, pero sus compañeros quedan fríos e inmóviles, el poder del escudo los afecto convirtiéndolos realmente en piedras. “Ahora quedamos tu y yo, por lo visto observaste bien lo que esta joyita provoca”. Dice con una sonrisa burlona el demonio a la vez que prepara otro ataque. Apunta otra vez el escudo y los ojos de Medusa se levantan sobre los hombros del demonio y se abren lentamente despachando esa aura cósmica que ataca directamente a Peter con toda su potencia. El golpe es rechazado hacia el cielo por el manto defendiéndose con un ataque con una luz brillante que se ve desde las montañas que representa la pureza del Dios Chino del cielo y de la pureza. “Muy buena defensa y contragolpe, lastima que no pudiste tocarme, soy más rápido que la luz, tendrás que esmerarte un poco más”. Dice burlón del príncipe. Peter cierra sus ojos, se concentra algo en su interior lo manipula, el poder del manto quizás, siente un poder surgir de su interior que crece y crece. Esa energía pronto sale y cubre todo el cuerpo de Peter concentra su golpe hacia el demonio invocando el golpe de Andrómeda. El aura que cubría a Peter sale disparado con furia hacia su rival que queda sorprendido e inmóvil, choca contra el escudo y éste se rompe provocando un polvo negro que pronto rodea al príncipe transformándose en una simple estatua de piedra. El tercer desafío queda resulto, solo restan diez. Al derrotar a su enemigo el hechizo de Medusa se rompe y sus compañeros recuperan su libertad. “¿Están bien?”. Pregunta Peter todavía algo sorprendido sin creer lo que pasó en esta batalla. “Sí estamos bien”. Contestan algo aturdidos todavía. Peter guarda el manto en su cofre de oro y se apresuran ahora más que nunca hacia el aeropuerto, ya han perdido mucho tiempo. El resto del viaje fue tranquilo y pronto se encuentran camino a Boston en el avión junto al manto, el monje y su fiel amigo el guía quienes se disponen a dormir mientras Peter observa desde la ventanilla el paisaje y las montañas por última vez, haciéndole recordar nuevamente el calvario de la guerra en Vietnam. El rey del mal otra vez irradia furia por otra derrota… “¡Otra vez derrotado!. Quiero a todos frente a mí, esta vez irán todos contra él, basta de sumisión y de complacencia, todos vayan por él, ¡ya!”. “Será un placer, esta espera me estaba aburriendo, se lo comunicaré a todos los demás señor. “No quiero que vuelvan a fallar, les daré el doble de poder a cada uno si me traen muertos a los tres y puedan deshacerse de ese manto que quede enterrado y olvidado en alguna parte donde no pueda ser encontrado jamás”. “trataré de complacer sus órdenes, esta vez no tendrá chance contra los diez”. Dice uno de sus servidores. El avión llego a New York, la última escala antes de llegar a Boston, los tres héroes no desean bajar, pero pronto lo deberán hacer. Los diez príncipes aparecen pronto tapando el brillo del sol. “Atacaremos en grupo de a dos mis fieles malignos, agrúpense y decidan quienes irán primero”. “Nosotros queremos empezar”. Dicen el quinto y octavo príncipe haciendo una reverencia hacia el Trtey. “Bien, quiero que usen el poder diabólico del Kash”. Le dice con furia. “No será peligroso para ellos mismos, señor”. Interrumpe el noveno príncipe. “Lo sé pero hay que intentarlo no veo otra forma de manjar esta situación, no quiero que tenga chances alguna de vencernos, si hay que sacrificar al grupo para lograrlo deberá hacerse”. Dice con un aire frustrado Trtey. Ambos príncipes que continuaran la batalla se toman de las manos y con un extraño cantico sus auras salen de sus cuerpos para fusionarse entre sí y de esta manera se convierten en el terrible dragón del mal. Surge así el guardián de las siete colinas del infierno, de las tumbas de los reyes, de los más poderosos poderes místicos y de innumerables tesoros jamás vistos por el ser humano. “Fui convocado, ordena mi amo que os obedeceré con mi vida, dime lo que deseas y cumpliré para lo que fui creado”. Dice el dragón con reverencia. “Quiero que me traigas la vida de ese mortal y destruyas el manto, desafió a nuestro señor por lo tanto queremos su alma como también las de sus amigos, ve y tráemelo”. “Así se hará, hace muchos siglos que el señor no me convocado, será un placer volver a servirlo”. Dice mientras toma vuelo. “Con el inmenso poder de este dragón no solo destruirá a nuestros amigos sino todo lo que se conoce de este mundo”. Dice el tercer príncipe. “No te preocupes, lo detendremos antes de que ocurra”. Le contesta. “¿Qué haremos mientras tanto señor?”. Pregunta el séptimo. “Quiero la lista de todos los príncipes que quedan a disposición y quienes fueron derrotados, hay que observar que tipo de poderes fueron dejado fuera de camino y cuales están listo para ser probados”. “Aquí los tengo a su disposición, señor”. Se acerca el decimo príncipe. Trtey toma las notas y las observa detenidamente… Trtey, el primer príncipe, Reww el segund, Kiliy el tercero, Sheir, el cuarto, Taurot el quinto, Taks el sexto, Lautaro el séptimo, Lo el octavo, Kingo el noveno, Kasn el decimo, Gorgori el decimoprimero, Trtewe el decimosegundo y Thallrt el decimotercero. “Ya han quedado fuera Sheir, Taks, thallrt y quizás…”. Dice Kasn “No seas ingenuo, a caso no tienes confianza en el arma más poderosa del inframundo, es ridículo pensar que un mortal pueda vencer a nuestro dragón”. Dice con furia Trtey. ‘Eso es lo que el señor cree, pero estoy convencido de que no dará resultado con el poder de kash, el dragón fantasma lo debilitará muy pronto, es porque sus poderes están interrelacionado con el de los príncipes a mayor esfuerzo más rápido lo perderán y como resultado se transformarán en parte del alma negra del dragón, un prisión para toda la eternidad’. Es lo que los pensamientos de kiliy lo perturban. En el aeropuerto… “Debemos huir, esto ya es muy peligroso ahora nos atacan en grupo”. Dice asustado el monje. “¿Cómo lo sabes?”. Pregunta asustado Viius. “El dragón fantasma esta formado por la fusión de los poderes de dos demonios, por lo tanto los que restan están cerca por si fallan”. Contesta con nerviosismo. “Pues yo me quedo, daré mi vida por vencer a estos malditos que quieren destruirnos a nosotros y a nuestro mundo, los voy a regresar de donde vinieron, defenderé esta ciudad como si fuera Boston, ya he vencido un par otros más no me asustarán, es esto o perder a Karen”. Dice con bronca Peter a la vez que, tomando el manto, corre hacia la horrible criatura alada. Los restantes príncipes se agrupan en un semicírculo esperando contraatacar si el dragón fantasma falla. El dragón ataca con todas su furia contra Peter quién alude el golpe, logra remontar vuelo y vuelve en picada atacando esta vez con su afilada cola; le acierta una herida en el mismo brazo que fuera herido en la batalla anterior. “Maldito lagarto, no te voy a dar el gusto de vencerme tan fácil, te haré tragar tu cola”. Dice con furia Peter a la vez que convoca el poder de los cinco dioses que poseen el poder de invocar huracanes. Un inmenso huracán hace su aparición desde las oscuras nubes y con un golpe relámpago toma por sorpresa a la criatura haciéndola caer pesadamente sobre las colinas, allí queda inmóvil unos momentos pero logra seguir en carrera. “Comienza a debilitarse”. Es la observación del demonio Killiy. “Nuestro amigo tiene razón, el dragón no era seguro aún”. Afirma trtey. “El dragón se esta debilitando, pronto caerá”. Le avisa el monje a Peter. “Adelante, no pierdan tiempo mis fieles, a destruirlo todo”. Ordena Trtey. “Ya era hora, me estaba aburriendo aquí”. Agrega Lo. “Ho no, ahí atacan los demás demonios, trataré de detenerlo con este talismán que está forjado con el poder del manto, esto los detendrá por unos instantes hasta que Peter termine su tarea con el dragón”. Vuelve a decir el monje a la vez que saca un cristal de su bolso. Frota el talismán y una luz verde cubre el cielo, allí se forma la imagen de un gigantesco guerrero llamado alfa que son los encargados de proteger a los poseedores del talismán. “Ustedes concéntrense en esa cosa verde, nosotros nos encargamos de los demás”. Ordena Trtey. Tres de los demonios se dirigen hacia el gigante, el resto va hacia los mortales luchadores. El combate es espeluznante todo el paisaje envuelto en una cortina de llamas, explosiones de energía y fuego, un feroz enfrentamiento. Peter tiene controlado al dragón, con una ráfaga de luz el dragón pierde estabilidad y cae para no volver a levantarse, su poder se ha debilitado y dejado fuera de combate. Por lo tanto, el 5º y 8º príncipes quedan fuera. Cerca del lago una figura observa oculta no muy contenta por lo que ve, su corazón está lleno de odio y oscuridad. “La batalla final se acerca, el gran maestro pronto estará entre nosotros, su presencia será decisiva”. Es lo que dice el extraño. Todo queda reducido a polvo, nada queda en pie, el aeropuerto ya evacuado, no da señales de vida. Peter trata de esconderse para recuperar aliento después de su feroz victoria sobre el dragón, lo dejó debilitado un instante, pero nada lo detendrá, su compañera lo necesita y el tiempo se acorta. “No te escondas soldadito, ven, aquí te estamos esperando”. Dicen burlón el resto de los demonios. El cielo está cubierto por una nube de polvo cósmica de un olor horrible, es prueba de que pronto se hará presente el gran maestro. “Ven, no te escondas, no seas tímido, solo queremos darte una última lección”. Siguen burlándose los demonios. Se acerca el gran final… “Príncipes presentarse ante mi”. Dice una voz a lo lejos. “¡Es el maestro!”. Dicen asustado los demonios. “Quiero venganza, voy a terminar esta batalla con mis propias manos, ya que nadie puede detenerlo yo me encargaré de salvar nuestro nombre y nuestros dominios”. “Como desee, maestro”. Dice Kasn con una reverencia y algo nervioso. El maestro cruza sus manos en estado de concentración y lanza el conjuro. “FIRET FESRE FJRID IIOUYT CASEQW”. Es lo que medita y todo el sector se convierte en una masa de hielo solido. “QUECIUY LAM”. Lanza un contra hechizo Peter y el hielo desaparece. “No me impresionas, por si no lo sabes estas luchando contra el rey, tengo cuatro veces mas poder que cualquiera de los príncipes, pronto lo veras”. El demonio desaparece convirtiéndose en un devorador de las arenas. “Te detendré, por Karen lo haré, aunque sea lo último que haga”. Peter corre hacia la cueva cerca de las montañas para esperar con ansia a la maligna criatura. “No te escaparas de mi”. Dice el demonio volviendo a la normalidad para introducirse a la oscura y fría cueva. Peter corre sin conocer su destino, solo quiere alejarse del mal y de su influencia. “Ven aquí y pelea, detente, no sigas porque no te gustara lo que encontraras al final de esos túneles”. Le dice a Peter que va con preocupación pensando en las palabras del demonio, que quiso decir con eso. ‘Allí hay lo que parece una habitación’. Piensa Peter. Sigue corriendo y ve lo peor, las cabezas de los habitantes de la ciudad se hallan en bandejas sobre la mesa y lo peor, las cabezas de su amigo el guía y la del monje también lo están. “¡No, maldito, que has hecho aquí!”. Grita con toda su furia Peter. Corre hacia el demonio sanguinario sediento de sangre que lo aguarda con una sonrisa sarcástica. So lloroso Peter decide perder su v ida para acabar con ese asesino. “DEIWS AIROE PITRE WOWE”. Lanza su hechizo y la cueva comienza a derrumbarse. Peter no tuvo tiempo de salir, queda atrapado, su tumba a resto de siete días para salvar a Karen, el manto había quedado fuera de la cueva, el triunfo fue una vez más para la maldad. “ha, ha, ha, nadie puede derrotarme, soy invencible, mi reino perdurará por toda la eternidad al igual que tu alma, pero te daré el consuelo de morir por lo que luchaste, ver viva a tu mujer, por la valentía de derrotar a mis príncipes valerosos, por los que serán perdonados y tendrán otra oportunidad de continuar a mi lado”. Así se despide el mal dejando sin efecto el hechizo que pesaba sobre la joven Karen quien aún no sabe el sacrificio que tuvo que realizar su compañero para que ella siga con vida. Pronto sabrá que nunca podrá decirle a su compañero que en lo más intimo de su ser se esta gestando el futuro. CAPITULO III RESURRECCION. Como sabemos, Peter fue derrotado y enterrado en una cueva que, Corl rey del mal, creo como portal entre nuestro mundo y el inframundo cerca del aeropuerto de New York. A pesar de haber ganado una batalla no muy fácil, el monarca festeja su trabajosa victoria… “He vencido a un duro rival, nuestros dominios siguen intacto; lo lamentable fueron las derrotas de nuestros súbitos príncipes a quienes se les dará una nueva oportunidad y cuyo poderes se les será incrementados en un nivel a cada uno de ellos”. Dice el monarca dirigiendo su mirada a los vencidos quienes esperan arrodillados frente a él. “Diríjanse a los túneles de cristales”. Vuelve a decir. Cada príncipe toma con gusto los nuevos honores de su monarca y pronto tendrán un poder que ningún otro haya soñado, ni el poder del manto los podrá vencer. Mientras en el reino de la oscuridad todo es alegría, en los espeluznantes paisajes donde se llevo a cavo el atroz combate se presiente una energía muy extraña. Detrás de unas rígidas rocas de un grupo de escombros, una luz intensa sucumbe el lugar dándole nueva vida al lugar, a sorpresa de todos el lugar vuelve a su normalidad gracias a esa extraña luz de fuerte anaranjado. Hasta el aeropuerto recupero su belleza y cuando la luz se disipa sale a resurgir que la misma proviene del manto que había quedado oculto en los matorrales sin que nadie se percatase de él; lo más extraordinario esta por venir. La cueva desapareció y en su lugar solo puede verse el cuerpo frágil sin vida de nuestro héroe, pero en unos segundos, el poder del manto lo cubre y vuelve a la vida, sus signos vitales se despiertan. “¡Que me sucedió!, donde están los demás, el aeropuerto, ¿Qué esta pasando?”. Larga un par de interrogantes Peter confundido. “¡Peter!”. Grita una voz. “¡Ustedes!, no es posible, estaban…”. Dice sin reacción Peter al ver con vida a sus amigos después de haberlos vistos decapitados en una bandeja dentro de la cueva. “Estabas muerto y gracias al manto estas otra vez entre nosotros, bienvenido, el mal fue derrotado y todo volvió a la normalidad gracias al poder sagrado”. “Pero yo vi sus cabezas en una bandeja”· dice aun sorprendido. “Tuvo que ser el poder de una alucinación de esos demonios para sacar tu odio que es parte del hechizo que provoco el derrumbe de la cueva”. Le dice el monje. Peter aún no sale de su sorpresa, mas cuando ve venir hacia el monje el manto que tantas veces lo ha salvado y que le ha devuelto la vida. “Cada día que pasa este manto recibe más poder, lo recibe residualmente a medida que el poder del mal es mucho mayor”. Agrega el monje. “Ponte contento compadre, ya no necesitaras más ese manto para salvar a tu querida mujer, todo ha vuelto a la normalidad”. Le dice sonriente el guía Viius, pero que todos lo conocen como Laos. “¿De que hablas?, ¿Qué sucedió?”. Pregunta desorientado Peter. “Según lo que escuchamos decir a ese demonio antes de irse, es que le devolvió la vida a tu compañera en honor a tu muerte, por tu valentía, felicitaciones”. Le contesta Laos dándole la mano y unas palmadas. Peter cae de rodillas al recibir dicha noticia, le han devuelto la vida a Karen, solo debe volver deprisa para abrazarla y contarle todo lo que ha sucedido mientras estaba hechizada, su desafío contra el rey del mal, los trece príncipes de las tinieblas, en una palabra siente una emoción tremenda que jamás sintió después de semejante combate. Después de idas y venidas, luego de un par de horas de lo ocurrido toman un vuelo directo hacia Boston, pero uno de ello no. “Esta aventura fue estupenda, pero tengo que volver al templo, debo regresar con el manto que tanto te ha salvado, tal vez alguna vez regrese o nos veamos”. Se despide el monje. “Huy viejo, te echaré de menos, peladin”. Dice burlón Laos. “Yo también, después de todo lo que pasamos”. Dice algo triste Peter. “Y yo a los dos”. Dice el monje y espera en el aeropuerto el vuelo hacia China, pero pronto lo harán regresar para volver a usar los poderes del manto. Peter no ve la hora de regresar a casa, abrazar y besar a su esposa Karen quién no creerá todo lo que tiene que contarle. Nuevamente en las oscuras sombras del mal… “Mis queridos príncipes los he convocado para comenzar nuestra expansión territorial por toda la tierra; cada poseedor del nuevo anillo de poder tomará parte de la batalla y conquista del mundo mortal”. “Pero, que paso con el manto, nadie lo vuelto a ver”. Dice Taks algo nervioso. “Es verdad, no lo destruimos y no hemos vuelto a ver luego de la batalla”. Agrega Trtwey. El monarca queda pensativo por unos instantes, trata de pensar como hacerse de ese manto. “Los cinco principales que habían sido derrotados irán a ese lugar a tratar de recuperar o destruir ese pedazo de tela”. Fue la orden de Corl. “Le traeremos ese manto para que su conquista sea segura”. Dio Sheir. Los demonios se hallan preparados para invadir nuestro mundo. Peter y Laos recorren mientras tanto las calles de Boston, se halla feliz de volver a su mundo, su lugar, donde los vecinos lo tratan y lo reciben como a un héroe, ha regresado para tomar su puesto en la lucha contra el crimen. Llega a su conocido callejón donde se halla el viejo edificio en el que vive, tiene la misma fachada que lo caracteriza todos estos años, es allí donde todo comenzó, en una de las habitaciones alguien lo espera sin saber que ha estado dormida durante días y que su amado compañero resucito para volver. Es en el sofá donde Karen se encuentra triste por la supuesta noticia de la muerte de su compañero, acariciando su vientre pensando que ese ser jamás conocería a su padre. “Ven pasa, tal vez te necesite para que me ayudes a contar nuestra historia”. Le dice Peter a Laos. “No se si deba, amigo”. “No, ven pasa, te mereces conocer a mi esposa”. Insiste Peter. Suben por las escaleras hasta que llegan a la puerta de la habitación donde queda congelado por un momento hasta que se anima a pasar. “Hola cariño, estas en casa”. Fue lo primero que se le ocurrió a Peter. Ella al escuchar su voz corre a su encuentro sin creer lo que ve. Peter hace lo mismo sin poder esconder su euforia y corre hacia ella para abrazarla. Laos se aleja hacia la puerta para no interrumpir este encuentro. “Peter, estas vivo, me había enterado de que estabas muerto”. Dice ella con lágrimas en los ojos sin creerlo. “Siéntate que te contaré lo que paso, no lo creerás”. Dice Peter a la vez que se sientan en el sofá donde comienza a narrar lo sucedido. Karen no entiende el relato de Peter, no puede entender como pudo haber dormido durante diez días, el combate contra los demonios, los fascinantes poderes del manto que salvo a su compañero tanta veces del poder del mal, lo increíble aún, como fue enterrado en la cueva y haber resucitado gracias al manto. Muchas cosas impensadas que aún no puede salir de su asombro. “Todo esto es lo que he estado viviendo estos días para poder romper el hechizo que te dejo dormida, mi cielo”. “Pero, ¿si vuelven?”. Pregunta asustada. “No lo harán, todo termino, te lo puedo asegurar”. Contesta Peter. Llega la noche y Peter queda rendido en un sueño profundo, a su lado Karen no se siente tranquila, algo en su interior la desvela, el mal se presiente en el aire. En las profundidades del mal… “¿Están preparados mis fieles compañeros?”. Les pregunta Trtwey. Todos dan signos de satisfacción, preparados sedientos de sangre, de locura y odio, listos para poder utilizar sus nuevos poderes en desmedro de las almas perdidas. “Todos estamos listos, solo danos la orden”. Asiste Lautaro. “Mi cosmos energía presiente algo extraño”. Agrega Task. Aún así los cinco principales encargados de destruir al manto y todo lo que lo rodea se dirigen sin basilar hacia el Tíbet, al monasterio donde reposa la luz, la energía vital de la vida, la fuerza del bien. Otra batalla se avecina. En el santuario, en el templo de la sabiduría… “Has regresado a salvo con el manto, los dioses me han informado de sus batallas a través de las estrellas, si este manto hubiera caído en sus manos la tierra estaría bajo su poder ahora, ellos lo saben y vendrán por el dentro de dos lunas; debes comunicarte con el joven occidental para que regrese a pelear, mientras tanto deja el manto en la urna sagrada donde no podrán tocarlo”. Le dice el sumo sacerdote al monje. El recién llegado hace una reverencia y procede con lo indicado. Nuevamente en Boston… “¿Cómo te sientes, amor?, has dormido más de nueve horas desde que llegaste de tu batalla contra esos demonios”. Dice Karen mientras le trae el desayuno. “Me siento mejor, ¿y Laos?”. Pregunta Peter a la vez que se sirve el café. “Es un muchacho increíble, me conto muchas cosas de sus viajes y ahora se ofreció hacer las compras por mí”. Le contesta mientras abre las cortinas para dejar entrar un poco de luz. En ese instante golpean a su departamento y llegan los de periódico para tomar nota de lo sucedido, a esto Peter los hace acomodar en el living y comienza su narración de lo ocurrido. Los periodistas quedan asombrados y le piden que no deje de ver el noticiero de las diez, terminan con la rutina de preguntas y se retiran sin creer la noticia que van a publicar. Peter espera con asombro ver las noticias y escuchar lo que tienen que informar acerca de su historia. “Enciende la TV querida, ya es hora”. Dice mientras se acomoda en el sofá. ‘Esta es la cadena TW para el canal 23 informando de lo ocurrido durante los últimos diez días, en los momentos en los que nos preguntábamos dónde estaba nuestro héroe de las calles de Boston, quién había desaparecido durante el caso de la criatura del callejón, tenemos para ustedes algo increíble”. Empieza a relatar el periodista a las cámaras. “Nuestro héroe tuvo que viajar al Tíbet a buscar un manto mágico para salvar a su esposa Karen de un hechizo que le propicio el amo del mal a causa de un reto que nuestro héroe venció, pero en ese viaje de ida y vuelta tuvo que enfrentarse contra trece príncipes mandados por el señor del inframundo que no querían que nuestro héroe regresara”. Sigue relatando el periodista mientras pasan un par de fotos de lo sucedido. “Lo impresionante de todo es que nuestro héroe murió en la contienda, pero la magia del manto lo devolvió a la vida y en estos momentos nos esta mirando desde sus casa donde reposa del exhaustivo combate, démosle nuestra gratitud y agradecimiento porque esta nuevamente con nosotros, saludos mi amigo Peter. Esto fue todo desde el canal 23 para la cadena TW, los mantendremos informados”. Karen apaga la TV… “No quiero que vuelvas a tu antigua vida nocturna, ya viste lo que sucedió, no quiero perderte de verdad”. Dice angustiada. “Tranquila cariño, estos problemas son fáciles de controlar, no temas; ni siquiera volverán”. “No lo sé, algo me dice que esto no termina aquí”. Dice llorando Karen. Peter la abraza, trata de consolarla con mucho cariño, caricias y besos pronto hacen el amor junto a la luz de la hoguera de la chimenea. En las montañas del Tíbet, en el monasterio… “Buen día mis camaradas, creo que poseen algo que nos interesa, monje”. Dice la voz de uno de los demonios que logra eludir las altas murallas. “No queremos perder tiempo, lo entrega o morirán todos”. Agrega Sheir. “Ustedes otra vez, pero fueron derrotados en batalla”. Dice poniéndose en guardia el monje. “No lograrán tomarlo”. Dice el sumo sacerdote mientras se para junto al monje. “Le daremos una horas para que lo piensen o sus almas serán condenadas al abismo eterno”. Indica trtwey. Los demonios desaparecen y los monjes tratan de idear un plan. “llévate el manto, no estará seguro aquí, están decido a llevárselo; dirígete a Peter y llévaselo, él nos salvará estoy seguro”. Le ordena el sumo sacerdote al monje. Titubea un poco, pero al ver la mirada desesperante del sacerdote corre hacia el interior del monasterio en busca del manto para cumplir con el pedido. CAPITULO IV REGRESO AL TIBET Al día siguiente Peter recibe un telegrama de urgencia… “Peter te necesitamos, búscame en el aeropuerto de New York es urgente”. Lee el mensaje y por el tipo de letra e idioma reconoce su procedencia, es de su amigo el monje. No puede creer que este pasando lo que esta pensando, pero acude con rapidez al aeropuerto. “Prepárate cariño nos vamos, el monje me necesita en el aeropuerto, esta vez tu vienes conmigo”. Laos los ayuda a empacar y pronto toman un taxi que los lleva al aeropuerto. “Nuestro amigo el monje nos mando a llamar para que nos presentemos en el aeropuerto de New York, me temo que tendremos que hacer algún viaje mucho más largo”. Le dice Peter. “Al Tíbet”. Agrega con temor Laos. Un silencio quedo estampado todo el recorrido hasta el aeropuerto de Boston de donde saldrán hacia New York. Monasterio del Tíbet, luego de cumplirse las horas de plazo… “Bien aquí estamos otra vez por nuestro presente, lo queremos ya”. Dice con furia Lautaro. “Jamás alimaña del infierno”. Contesta con furia el sacerdote preparado para defenderse con su talismán sagrado. “En ese caso no nos queda otra cosa que apoderarnos de sus almas, todos suyos mis hermanos”. Le dice a sus compañeros y se produce una feroz batalla. Nada pudo detener a la maldad, ni los talismanes sagrados los salvo de la derrota, la fuerza de la luz queda fuera de combate. “Revisen todo el interior y no salgan sin encontrar ese manto”. Ordena Trtwey. Como alimañas incontrolables entran al interior del monasterio destruyendo todo a su paso. “Les doy una última oportunidad, ¿donde esta?”. Dice con furia Sheir. El silencio es lo único que se percibe en el aire. “Tú has sentenciados a todos, ahora veras nuestro poder”. Dice el decimotercer príncipe utilizando el poder de Medusa. Los monjes esperan con tranquilidad el final de sus vidas con algunas plegarias al cielo. “Poder de Medusa, castiga a tus enemigos”. Agrega el demonio convirtiendo en cuestión de segundos a decenas de monjes en piedra, pero esta vez por más que es escudo sea derrotado el hechizo será para siempre. “El amo nos castigará por no conseguirle el manto”. Dice nervioso Lo al no encontrarlo por ninguna parte. “No te preocupes, yo me encargaré”. Le contesta Trtwey. Aeropuerto de New York, horas más tarde… En la sala de espera estuvo sentado inmóvil esperando la llegada de su amigo Peter. Pronto su espera terminará. “Allí esta”. Señala Laos al ver al monje. “¿Quién?”. Pregunta Karen dirigiendo la vista hacia donde señala Laos. “Ese es el monje protector del manto”. Le contesta. “Has llegado amigo mío, veo que has traído compañía”. Dice mientras saluda a Karen con cortesía. “Es Karen, esta vez no la dejaré sola, ¿que esta pasando, mi amigo?”. Pregunta Peter. “En el templo…temo que todos han sido masacrados, el mundo corre peligro”. Dice con tristeza el monje. Todos quedan sorprendidos por la noticia, Peter ya dedujo el problema a la vez que el monje le enseña el manto. “Esos malditos demonios, verdad”. Dice Karen deduciendo la situación. “Así es, debes regresar conmigo”. Agrega el monje. Peter queda helado, como si lo invadiera un mal, la sed de venganza lo persuade para aceptar a la vez que todos lo miran como si todo dependiera de él. “No olvides que nosotros confiamos en ti cuando te entregamos el manto a voluntad para salvar a tu esposa”. Agrega el monje como para que Peter se decidiera a saldar la deuda. “Es verdad estoy en deuda con todos ustedes, es lo menos que puedo hacer, iremos”. Decide. El monje no demuestra alegría por la decisión pero se siente complacido, todos en silencio preparan el viaje de regreso al Tíbet sin mucho equipaje que lo que traen con ellos. En el monasterio de la maldad, donde los discípulos estudian para llegar a ser uno de los trece príncipes, cuyo maestro es el mismo monarca… “Aquí estoy maestro”. Dice Trtwey arrodillándose ante él. “Veo que no has cumplido con mi cometido”. “Así es señor, parece que lograron huir con el manto antes de que llegáramos”. Contesta. El monarca queda en silencio, hace una minuciosa pausa, luego hace una señal a sus alumnos para que lo dejen a solas con el príncipe. Arrodillado inmóvil queda hasta saber que decisión ronda por la mente de su maestro. Pronto se da vuelta con brusquedad y parece que no es bueno lo que ha decidido. “Levántate”. Le ordena el monarca y el príncipe obedece con mucho temor. “Sígueme”. Le vuelve a ordenar tomando hacia la cueva de los espíritus. “Señor…”. Trata de hablar pero es interrumpido. “En silencio”. Le grita el monarca. Se dirigen por oscuros túneles, cruzan por un puente que el monarca crea con sus poderes para poder pasar por encima de una grieta sin final, siguen por la zona de calabozos de las almas en pena o traidores hasta que llegan a su destino. “¿Sabes lo que hay aquí?”. Pregunta el monarca. “Pues no señor, solo conozco su nombre, sabemos solo lo que usted nos explico de ella”. Le contesta un poco tranquilo al saber que hay detrás de esas gigantescas puertas de acero. “Dentro de algún tiempo, posiblemente cientos de años tú ocuparas mi lugar por ser el príncipe sucesorio, y así los demás príncipes ocuparan los lugares del otro, sucesivamente y entre los discípulos elegiré al que ocupe el último escalón de los trece, tu actuación en el reino será prolongado o breve, esa decisión la toma el consejo de los espíritus que esta compuesto por los antiguos monarcas que me precedieron, evalúan tu actuación como también tu obediencia hacia mi, ahora ve por ese manto o tu reinado podría decirse que será mas breve de lo que piezas”. Le ordena con furia. El príncipe desaparece en el aire sin decir palabra alguna. Por los cielos de China se aproxima el vuelo proveniente de América con nuestros pasajeros. Todos se olvidan por un momento del motivo que los trajo otra vez a este país asiático asombrados por las maravillas que desde los aires se pueden apreciar, tratan de ocultar sus miedos mirando las altas cubres nevadas del Himalaya, los lujosos monumentos y palacios de las ciudad más antigua del mundo. El avión pronto arriba en el aeropuerto de Beinjing una de las ciudades principales de China luego de Pekin, su capital. Al bajar, todos se desesperan para encontrar el modo rápido de llegara hasta el monasterio para ver que triste final tuvieron los monjes, por lo que no encontraran nada con vida. “Que bellísimo es este país”. Admira Karen. “Este país es el mejor del continente, por su cultura que no conoció mas allá de las murallas, lo poco que se aprendió del exterior fue por la influencia del gran Ghengis Khan conquistador mongol, por otro lado la misma muralla que por siglos nos aisló del mundo”. Le cuenta Laos. “Me muero por conocer las murallas de cerca”. Vuelve a decir ella. “Las verás, en el camino hacia el monasterio tendrá esa oportunidad”. Le contesta otra vez Laos. “Iremos primero al hotel a dejar nuestras cosas, tu adelántate monje si lo deseas, te alcanzaremos”. A toda prisa el monje trata de llegar lo antes posible al gran templo sin pensar en la triste tragedia que cubre a sus compañeros. Desde lo alto de unos riscos una pequeña ave negra observa el movimiento de los recién llegados, a través de sus ojos el amo de las sombras todo lo vigila, pronto el monarca esta al pendiente y su descontento invade su expresión al ver que su adversario de alguna manera esta con vida. “Ese mortal aún sigue con vida, esta vez vino acompañado con su preciosa doncella, pues le daremos una cálida bienvenida”. Dice con bronca. Unos minutos después de la llegada al monasterio, la sorpresa fue dolorosa para todos… “¿Qué demonios pasó aquí?”. Pregunta con un tono de frustración Peter. El monje cae de rodillas y comienza a realizar todo tipo de canticos religiosos en su lenguaje; Peter lo observa muy deprimido mientras camina hacia el interior del santuario principal. Lucha contra sus remordimientos, echándose la culpa de alguna manera. Ahora tiene una deuda con estas personas y esta decido a enfrentar de una vez a estos seres malignos, volvió dispuesto a todo y esta vez no se irá sin salir victorioso. Peter se le acerca y lo toma por el hombro sin poder realizar palabras de consuelo. “Deseo quedarme con los míos, si no te molesta”. Fue su repuesta. “Como desees, estaremos en el hotel por si nos necesitas”. Vuelve a decir Peter. Se retiran con una gran amargura por lo sucedido a esos pobres inocentes alimentando su odio y sus fuerzas para seguir luchando contra el mal. Hay mucho nerviosismo en Peter, sabe que esta vez no habrá marcha atrás, el desenlace puede ser muy distinto a lo ocurrido en New York, que quizás se despedirá de Karen para siempre. Los sentimientos de culpa subsisten mientras toman el almuerzo pero debe concentrarse para no caer otra vez en los hechizos de los malignos, requerirá de todos sus sentidos para vencerlos definitivamente. Luego de un largo silencio Peter y Karen reanudan la charla luego de que Laos se retirará a las habitaciones a terminar de ordenarlo todo. “Están detrás del manto, nos están buscando los mismos demonios a quienes derrote, lo sé por el tipo que utilizo el escudo de Medusa para convertirlos a todos en piedra, quieren su revancha y los estaré esperando”. “Tranquilo amor, que no te derrumbe lo sucedido con esos pobres monjes, que sus muertes no sean en vano, recuerda que estamos todos de tu lado”. Le anima Karen. Se abrazan fuertemente por un rato para darse ánimo y confianza. Nuevamente en las espesuras de las sombras… “Acabo de ver otra vez a esos intrusos, ese gusano mortal sobrevivió a esa cueva, quiero que los vigilen deben tener el manto en su poder, lo quiero”. Dice con furia el monarca. “Me ocupare de eso, señor”. Le contesta el decimosegundo príncipe. El monarca se pasea pensativo respecto el paradero del manto, no lo puede rastrear desde el inframundo a causa del poder mismo del manto que no se deja ver; recorre su inmenso reino infinito, toma el sector de las almas que decidieron tomar el camino de las sombras por no ser aceptados por su maldad en el otro mundo, allí elige a los que poseen mayor fuerza maligna y prosigue su camino. Llega al último rincón de su reino, donde solo el monarca tiene permitido pasar a la zona desconocida, donde solo el rey tiene conocimiento de lo que se encuentra allí. Se queda inmóvil en una especie de cámara de entrenamientos mentales, se prepara para la batalla final, lo presiente y no quiere dar facilidades a su adversario esta vez. Lo mismo ocurre en la habitación del hotel, Peter se entrena en todas las artes mentales que alguna vez aprendió en el ejército para este tipo de batallas, preparando todos sus sentidos usando las artes milenarias de concentración orientales; yoga, feng shui, kung fu, etc. En medio de los preparativos alguien llega a la habitación del hotel… “Hay un lugar par mi”. Dice una voz conocida, es el monje que viene a unirse a la fiesta. “Bienvenido, te he estado esperando todo el día”. Le contesta Peter. “Decidí unirme en esta batalla, no hubiera servido de nada quedarme a lamentar lo sucedido, despedí con honores a mi maestro y ahora estoy contigo”. “Te lo agradezco, una vez que lleve adelante mi plan para atraer a ese demonio no será fácil y necesito tu ayuda”. Le dice Peter con alegría. “Eso crees, he visto a sus pájaros vigías siguiendo a Laos y a Karen, saben que estamos aquí y siguen nuestros pasos”. Le informa el monje. “Eso me da una idea, andan detrás del manto le daremos lo que quieren”. Dice Peter a la vez que Karen entra a la habitación. “Has vuelto”. Se alegra Karen al ver al monje. “Así es señora, he decidido vengar a mis hermanos religiosos ayudare a su esposo en lo que pueda”. “Déjanos solos unos instantes”. Le ordena al monje. “Como desees tu eres el organizador estratega”. Le contesta burlón. “¿Qué sucede?, ¿Pasa algo?”. Pregunta nerviosa Karen. “No en absoluto, quiero que vayamos a dar un paseo por la ciudad, nos están vigilando y quiero que nos vean juntos por la ciudad, actúa lo mas natural posible, ok”. “Por supuesto, pensé que pasaba algo peor, hace mucho que no salíamos juntos a compartir un buen momento a causa de tus salidas nocturnas”. Le contesta Karen abrazándose a el con mucha ternura. Laos observa desde la ventana, vigilando lo que sucede en el exterior del hotel. “Todo en orden”. Le pregunta Peter. “Por el momento es como dijiste, esos cuervos no se despegan del techo de aquel edificio, nos están observando detenidamente”. Le señala Laos hacia el edificio de enfrente. “Perfecto, aprovecharé para salir con Karen, estén alertas, sígannos a una buena distancia”. Le ordena Peter. Nuestra pareja inician su bello paseo por toda la hermosa capital de China. El plan funciona, cuando salen por las pobladas calles de mercaderes, los cuervos empiezan a seguirlos revoloteando en círculos cerca de ellos. Llegan hasta una estación de ómnibus donde toman un móvil rumbo a la ciudad de Lhesa, toman un buen helado mientras esperan la salida del mismo y pronto sale el coche hacia Lhesa; todo bajo la atenta mirada de sus vigilantes alados. Cada paso de nuestra pareja fue informado y visto por el monarca del mal a través del decimosegundo príncipe que maneja a los cuervos. “Bien hecho mis pequeños, aquí tiene un regalito”. Le dice mientras les entrega trozos de carne. El príncipe regresa con toda esta información hacia su amo que espera ansioso. “Interesante, veo que están ansiosos por saber que hacen nuestros huéspedes, dejémosles disfrutar su paseo será lo último que haga, ¿ninguna novedad sobre el manto?”. Pregunta Corl. “No parece llevarlos consigo”. Contesta el príncipe. Esto deja pensativo y preocupado al monarca, debe actuar pero no quiere apresurarse hasta que todas las piezas del rompecabezas estén en su lugar. En la ciudad de Lhesa… “Aquí estamos cariño, que te parece la ciudad”. “Es estupenda, nunca pensé que caminaría por estos lugares tan incognitos y bellos”. Dice entusiasmada y por un momento se olvidan de todo lo malo recordando lo bello de caminar junto al amor de su vida como aquellos jóvenes adolescentes que salían en las épocas de la universidad. Peter se concentra el la alegría de su compañera y se olvida de sus perseguidores. En el inframundo todos se reúnen junto al monarca con la furia de ver otra vez con vida a su adversario y buscan un plan para eliminarlos de una vez. “Esta vez lo quiero muerto y pudriéndose en la sala de las almas perdidas, y su carne alimento de los carroñeros del pantano, no quiero que quede ni un rastro de ese mortal”. Dice con furia el monarca mientras vacía un jarro lleno de sangre. “Así se hará”. Responden todos en un coro terrorífico. “Tengan cuidado, con precaución, no nos olvidemos del manto, quiero que vayan a Lhesa y los eliminen de una vez y no regresen si osan fracasar porque yo mismo me los devorare sin piedad, lo primero es lo primero, tráiganme a la mujer ante mi en lo posible sin ningún rasguño, lo atraeremos hasta aquí donde lo voy a exprimir sin contemplación. Así los príncipes desaparecen para cumplir con su misión, están decido a eliminar a su adversario pase lo que pase, sin piedad, sin misericordia, sus ojos llenos de odio y fuego los llevará a enfrentar una vez mas al mortal. En el inframundo retumba otra vez el grito de reto y venganza, el monarca no dejará que su reputación sea cuestionada por culpa de un simple mortal. Envía un mensaje a cada rincón de su reino a través de un ave de fuego que sale del interior de su santuario con un alarido tan ensordecedor que lastimaría a un simple oído mortal. Cada criatura horripilante que allí conviven no son lo suficientemente capaz de contradecir a su monarca, el miedo los mantienen al margen de esta situación y su fidelidad es infinita, nadie osará desacreditar la autoridad de su amo. Bestias, criaturas sedientas de sangre, espíritus sin voluntad, esclavos de la maldad, un sinfín de seres que habitan en los confines del inframundo son incapaces de mostrar contrariedad o pensamientos que desafíen la autoridad de su señor. CAPITULO V DESAFIO DE LA MUERTE En la sala de reuniones, donde los príncipes son convocados para ultimar el próximo desafío. “Bien, todos saben que ese humano ha vuelto y el maestro nos encargó que lo eliminemos de una vez o nosotros pagaremos las consecuencias enviándonos al pozo de los olvidos, así que deberemos planear esto con mucha cautela teniendo en cuenta nuestros nuevos poderes, prepárense para actuar lo haremos en pareja desde el inicio, formándose desde el decimotercero hacia arriba”. Les ordena Trtwey. Todos se pusieron de acuerdo y las parejas se formaron sin basilar. En el hotel, todo es nerviosismo, Laos y el monje preparan los equipos teniendo en cuenta todos los detalles sin omitir nada. “¿Qué crees que pase?”. Pregunta nervioso Laos. “Lo que hizo Peter de salir así sin protección me parece arriesgado, dejémoslos que disfruten el paseo y se distraigan un poco antes de comenzar con todo esto”. Contesta el monje. Hubo una larga pausa. “Además ya los venció una vez, estoy convencido de que lo hará otra vez”. Agrega. “Esperemos que tengas razón”. Asiste Laos. “Te lo puedo asegurar, lo he visto en las estrellas, ellas me presagian el futuro y te aseguro que el final esta muy cerca”. “Como puedes leer a través de las estrellas”. Dice sorprendido Laos. “Se nos enseña desde chicos en el templo, a través de la meditación, la fe, y la proyección con lo divino, se aprende”. Le contesta. En Lhesa; las aves carroñeras no se desprenden de su presa, siguen vigilando sin cesar a nuestra pareja. “Este paseo es el mejor que he tenido en mucho tiempo, aún mejor que aquel que tuvimos en Inglaterra durante nuestra luna de miel”. Dice con alegría Karen. “Tienes razón, estoy de acuerdo contigo, ya me había olvidado como se sentía pasear sin preocuparte por nada ni nadie”. Le contesta Peter tomándola de la mano. Entran a un museo dedicado a uno de los príncipes de la dinastía Ming, quién realizó una de las últimas extensiones de la Gran Muralla ante el continúo acoso exterior. “Esto es hermoso”. Dice sorprendida Karen. La pareja entra al palacio de uno de los últimos príncipes de dicha dinastía, la entrada tiene incrustaciones de oro con dibujo de los esclavos que participaron de la construcción de la muralla, todo en bajo relieve, dibujos de guerreros, dragones en plena batalla, vasijas de arcilla, sillones de oro, estatuillas de porcelana, utencillos de plata, etc. En otros sectores se pueden ver armadura y cota de malla, cascos y yelmos adornados con piezas de oro, en otro lugar todo tipo de alfombras que se comerciaban desde Europa, bellas piezas de seda, cañones, mosquetes, sables, e un innumerable sinfín de cosas antiguas. A todo esto Peter se mantiene alerta, sus instintos de combatiente lo previenen; disimuladamente observa de reojo a sus seguidores bajo la atenta mirada de su compañera que nota su preocupación. “¿Qué ocurre cariño?”. Pregunta ella. “Nada amor, solo pensaba en los demás que se quedaron en el hotel, espero que estén bien”. Contesta ocultando su verdadera preocupación. “Estarán bien, no arruines este momento es como una segunda luna de miel, estamos juntos como una pareja normal”. Dice Karen aferrándose a su brazo. “Calma y sigamos disfrutando de esta bella ciudad”. “Que te parece hermano, no hacen una linda pareja”. Dice una voz burlona. “Es verdad, lastima que debemos arruinarles este bello momento romántico”. Contesta otra voz. “Los estaba esperando”. Le contesta Peter a la vez que saca el manto oculto entre sus pertenencias. Los primeros príncipes salen al encuentro de Peter. “¿A qué te refieres?”. Pregunta el decimosegundo príncipe. “Que sabía que nos vigilaban y que pronto el marica de tu monarca los enviaría por mi”. “O sea que lo planeaste, este viaje estaba planeado y que fue solo para atraerlos; sos un fraude”. Se enfurece Karen. “No es así, este viaje no tenia malas intenciones, sabia que nos vigilaban pero no vine hasta aquí con ninguna otra intensión”. Trata de tranquilizar a Karen. “Creo que se pelearon”. Agrega burlón uno de los príncipes. “Es verdad, démosle una manito a la señora y castiguemos su arrogancia”. Se ríe el otro. “Pues me gusta la idea, vamos por él y quitémosle de una vez ese manto”. Dicen mientras rodean a Peter listos para la batalla. “¡Peter!”. Se asusta Karen. “Corre, ve al hotel y avísales a los demás”. “Hazle caso querida, no importa si traen al mismísimo Buda, no podrán contra nuestros nuevos poderes, prepárate”. Le grita el decimotercer príncipe. Karen no muy convencida comienza a correr obedeciendo a Peter y se dirige hacia el ómnibus que la llevará de regreso al hotel. “Te concedo tal honor de comenzar”. Dice el decimotercer príncipe mientras prepara sus escudos para defender. Su compañero no duda y se lanza al ataque con todo su odio dibujado en sus ojos. “Veras los nuevos poderes que nos concedió el maestro”. Dice el demonio. El ser maligno se concentra cerrando sus puños y los ojos, su energía maligna lo rodea esperando el momento de ser convocado para el ataque bajo la sonriente mirada de su compañero. Pronto ambos cara a cara están listos para iniciar esta batalla. “Poderes del mas allá vengan a mí, los convoco para eliminar a mi enemigo”. Dice y hace el triple salto mortal para efectuar la potencia del golpe del escorpión; el cual tiene como consecuencias efectos terribles aún más mortales que el propio veneno del aguijón del animal. En el reino maligno, junto a la entrada de los espíritus, Trtwey se presenta para convocar sin la autorización del monarca a los espíritus de los antiguos monarcas. “Por el poder de la muerte yo le he traído esta sangre para que los antiguos amos se presenten ante mí, escuchad mi llamado”. Dice el príncipe mientras inicia el tradicional ritual que una vez le enseño su maestro. Una ráfaga de viento sale del oscuro túnel del cual no es aceptada la entrada, solamente a través del ritual es el único contacto posible. Luego una brisa helada anuncia que el espectro se acerca a tomar las ofrendas que le entregará a los espíritus. El príncipe sigue de rodillas esperando una repuesta; pronto la voz de los espíritus habló. “¿Quién eres?, tú no eres el elegido que controla el inframundo, que hozas molestarnos”. “Perdonad mi osadía, soy Trtwey el primer príncipe, solo vengo a ustedes a pedir en nombre de mi maestro la facultad necesaria para poder destruir el manto sagrado”. El espíritu queda en silencio sorprendido porque es la primera vez que un príncipe los convoca en lugar del monarca. “Si te damos dichos dones lo hacemos en contra del monarca, la tradición se debe mantener o el reino colapsará, tu lugar sería tomado por el segundo príncipe por tu comportamientos podrías ser castigado con bajar hasta el sexto nivel entre los demás”. Le dice la voz. El príncipe con la cabeza baja se levanta lentamente con toda su furia por dentro. “Solo puedo decirte que la forma de derrotar al manto es atraerlo al inframundo, el monarca lo esta planeando con el rapto de la mujer del mortal, es todo lo que podemos decir”. Agrega la voz y desaparece. ‘Tal vez tengan razón, debo tener confianza en mi mismo, debo demostrar que estoy listo para ser el próximo rey’. Se dice así mismo. “¡Has usurpado mis dominios!”. Grita furioso el monarca al encontrar al príncipe en un lugar no permitido. “Perdóneme señor no fue mi intención, solo quería buscar los secretos para poder servirle mejor”. Le contesta cayendo de rodillas ante él. El maligno solo lo observa y lo llama con un movimiento de cabeza. “Solo intenta dar tus mejores golpes, tú serás el próximo elegido no perderás tu lugar, ahora ve junto a Lo y Lautaro, ellos tienen las instrucciones para raptar a la mujer”. Le dice con confianza a su discípulo. Nuevamente en la confrontación, todo es caos, energía liberada sin control, un verdadero holocausto desmedido. Peter se defiende con la formidable energía que libera el manto que contuvo el ataque del escorpión, ahora es su turno. “Poderes de las tempestades escuchen mi llamado para vencer a nuestro enemigo”. Asiste Peter y luego inmensos huracanes, truenos, lluvias, verdaderas catástrofes climáticas rodean por sorpresa al príncipe del mal en pocos segundos. Ambos logran resistir, sin darse por vencidos realizan un ataque en conjunto. “Intentemos con el espíritu del león”. Dice el decimotercer príncipe. En ese instante los dos demonios se concentran y salen de ellos dos ráfagas de fuego en forma de garras de león que se dirigen en dirección al cielo en donde se forma un inmenso león de fuego que se mueve con voluntad propia con una gran velocidad. Los dos príncipes se quedan inmóvil para no romper el hechizo de las tinieblas, a diferencia del dragón que se formaba anteriormente es que éste no se debilita con cada ataque; es tan solo un poder ilusorio, una ilusión pero que su ataque es verdadero. “Este truco barato no me asusta, es como luchar contra el dragón, solo tengo que mantener al máximo el poder del manto”. Dice con fe Peter mientras se prepara para defenderse y atacar. Comienza a girar lentamente el manto para tratar de crear un pequeño remolino de agua, pero esto no afecto al espíritu maligno. El león intensifico el ataque con gran fuerza que no dio reacción a Peter y es herido gravemente en uno de sus brazos quedando paralizado unos instantes. “Maldito, te mandaré al otro mundo”. Dice con furia Peter levantándose lentamente a pesar del inmenso dolor de su brazo. Siente que sus fuerzas lo abandonan a la vez que el león lo vuelve a atacar, esta vez Peter se deja caer antes del segundo ataque, desvanecido cae al suelo. El león se detiene unos segundo y desaparece, los dos príncipes vuelven a la normalidad. “Bien mi querido socio hemos acabado de una vez con el mortal, tomemos el manto y vamos deprisa ante el maestro, se sentirá contento por nuestro logro por lo tanto tendremos libertad para gobernar este insignificante mundo”. Dice el decimosegundo príncipe tomando el manto dejando una región devastada por el ataque del león de fuego que quemó todo a su paso. “¡Deja ese manto ya!”. Grita una voz. “¿Quién se atreve?”. Pregunta con furia el decimotercer príncipe. “Dije que lo suelten”. Vuelve a responder. “Valla, mira quién llego, el trío salvador “. Se burla el otro príncipe. “¡Peter!” grita con susto Karen corriendo hacia su inmóvil cuerpo. “Por ellos mi amigo”. Le ordena el decimotercer demonio sacando el escudo de Medusa. El monje trata de defenderse usando el talismán. Peter mientras tanto se halla en un profundo sueño, comienza a delirar haciéndolo imaginar en que se encuentra nuevamente en Boston. Allí sigue siendo el héroe nocturno junto a su compañero Laos y su querida esposa que todas las noches lo espera en el departamento. Luego de un shock comienza a reaccionar lentamente y sin creerlo logra ponerse de pie para proseguir con la batalla esta vez junto a sus amigos. “Peter deprisa, no podemos contenerlos ni un minuto más trata de recuperarte”. Dice Laos. “¡No lo hagas, Peter te matarán!”. Dice llorando Karen. Peter trata de levantarse pero no puede, no tiene fuerzas para ponerse en pie, no se rendirá por nada, ni un simple rasguño lo dejará fuera de combate, tiene una cuenta que saldar y no la va a perder. Cae nuevamente inconsciente, pero su conciencia lo alienta a levantarse otra vez. En las colinas, cerca de allí el resto de los príncipes observan sin entender o creer lo que ven, como puede mantenerse con vida después de semejante golpe. “¿Qué piensas?”. Pregunta el segundo príncipe. “Pues aún no esta todo dicho, él pronto seguirá combatiendo”. Contesta Trtwey. En las profundidades del inframundo, todo sigue muy de cerca por el monarca, inicia sus hechizos para tener listo su poder infinito al máximo para tener que liberar la última batalla; ya que siente que no será igual a la anterior, esta vez será mucho más superior y todo esta listo, solo tiene que esperar la palabra final de los espíritus por lo que la espera se hace prolongada. El demonio se pone impaciente, se congestiona su furia que esta a punto de estallar, se contiene hasta que su espera termina. “Es la hora, ha llegado la parte final de la transformación, los poderes del control terrenal se te han concedido para la termoatomesidad mental, todo este cambio es el que realiza antes del paso final de tu reinado. Esto significa que solo te quedarán diez años de existencia luego pasaras a ser parte del concilio de los espíritus, ¿has entendido?”. Dicen las voces de los espíritus que salen del túnel prohibido. “Así es señor, he comprendido y acepto”. Los espectros actúan dando la última parte del hechizo, luego una bruma gris rodea al monarca que siente un tremendo dolor a causa de la transformación. A todo esto la lucha en el país asiático continua… El príncipe con el escudo de Medusa no ha podido convertir en piedra a ninguno de los contrincantes a causa del poder del manto y del talismán, pero Peter no puede recuperarse aún. La batalla esta casi a favor de los demonios, pero todos dan su último aliento para resistir, Karen trata de darle ánimo a su compañero que por el momento su ritmo cardíaco parece ir cada vez mas lento, su pulso es débil y respira con dificultad. “Ríndanse no tienen oportunidad de combatir contra los nuevos poderes del maligno, pensar que CNNR fue derrotado por ese mortal granuja que en este momento debe navegar por el inframundo, ríndanse”. Les dice Lo. “Primero debes matarnos, después tendrás el manto”. Contesta el monje. “Y yo aún estoy vivo”. Dice la voz fuerte de Peter. “Esto es tuyo”. Dice Laos arrojándole el manto. “¡No Peter, te matarán!”. Sufre Karen. “No temas no soy fácil de vencer”. Le contesta poniéndose de pie con su cuerpo bañado con su propia sangre que ha ido perdiendo a causa de sus graves heridas. Se concentra y esta listo para seguir con el desafío maligno mano a mano otra vez. “Bien ahora es mi turno, esta vez no tendré piedad sobre ustedes; su querido maestro tendrá que elegir a dos inútiles para que tomen sus lugares, porque los enviaré muertos a su reino”. Dice con furia Peter. “¡Incompetente!, te haré tragar los insultos sobre nuestros nombres, prepárate para recibir la muerte, te mostraré el poder del decimosegundo príncipe, yo mismo sin intervención de nadie más”. Dice contesta con todo su odio el príncipe. Laos lucha contra el decimotercer príncipe junto al monje a la vez que Karen llora de los nervios por lo mal físicamente que se encuentra su compañero. Peter observa detenidamente los movimientos del ser maligno y espera para contraatacar mientras su cuerpo sigue perdiendo sangre. El maligno empieza hacer la danza del cisne para convocar el poder del hielo, pero fue interrumpido por una fuerte vibración que proviene del manto. “Pudiste esquivar mi golpe, pero aún tengo más trucos para mostrarte”. Dice el demonio. Se coloca en estado de trance y su poder comienza a brillar a su alrededor. Peter no espera, dará el golpe antes de que su enemigo invoque su poder a pesar del fuerte dolor que siente su cuerpo; por lo que trata de invocar el poder supremo del manto, solo sabe que tiene una sola posibilidad. Una ráfaga de viento sale del manto enloquecido hacia su enemigo en el momento justo que el demonio realizara su ataque. El viento se convierte en inmensas picas de acero impactando en la cabeza del demonio y cae aturdido. “Maldición”. Dice Sheir mientras asiste a su compañero mal herido. “Es tu turno”. Lo señala Peter con un poco mas de confianza en si mismo. Con escudo en mano el demonio de la casa 13 del reino del mal se lanza al ataque con odio en sus ojos nunca antes visto. Lo espera, lo observa, sabe que el odio no te deja pensar en un ataque preciso y certero, por lo tanto sabe como defenderse en esa situación. “¡Poderes de los infiernos conviertan a mi enemigo en un ser de piedra a la que nunca pueda volver a la vida”. Ordena a su escudo a la vez que un inmenso rayo negro rodea al demonio y luego sale disparado hacia Peter. El manto se coloca como un escudo al presentir el ataque de la maldad, el rayo negro desaparece. Peter ahora se alista para atacar. Con el último aliento de energía que posee su cuerpo va a tratar de eliminar de una vez por todas a sus rivales. “Poder del cosmos infinito ven a mí, te ordeno eliminar al descontrolado ser de los infiernos”. Dice Peter a sorpresa de sus compañeros. Una inmensa lluvia cósmica rodea al príncipe convirtiéndolo junto a su compañero herido en dos estatuas de hielo. El triunfo dura poco ya que eso fue lo último que pudo hacer nuestro héroe y se desploma. “Peter despierta, no me dejes cariño, no me dejes”. Llora junto a él Karen. Sus compañeros se apresuran y lo trasladan con urgencia al hotel. La furia se desata en la oscuridad del mal… Al morir dos de sus emisarios del mal ya pronto en el santuario se hallan sus futuros sucesores. Aunque eso no es todo… “Hemos empezado de nuevo, ese gusano no solamente derroto a mis príncipes, sino que los asesino, ahora con mi nuevo poder lo voy a borrar de la faz de la tierra aunque sea lo último que tenga que hacer”. Dice con ira el monarca. En el hotel… “¿Y bien doctor, como está?”. Pregunta Laos en su idioma. “Se pondrá bien, solo necesita un largo reposo, su cuerpo quedo muy deteriorado con sus venas casi vacías”. Contesta el medico que lo atendió en el hotel. Karen sonríe aliviada mientras le coloca un paño de agua en la frente a su marido. “Tendrían que llevarlo a un centro especializado para que su recuperación sea total”. Vuelve a decir el medico. En la sala de reuniones del inframundo… “Lo sucedido fue una sorpresa, deberemos cambiar nuestros planes”. Dice el décimo príncipe. “Es verdad, deberemos cambiarlo todo, ese manto cada día protege más a su poseedor y crece su poder día a día”. Advierte el quinto demonio del mal. “Ya poseemos demasiadas Casas libres por hoy como para una más deje de tenerla”. Vuelve a decir el décimo príncipe. Trtwey tiene sus ojos cerrados, se halla en un estado pensativo, buscando una solución a todo este enfrentamiento que tiene como consecuencia la eliminación de sus compañeros. “Volvamos a los combates como al principio”. Habla al final el primer príncipe del mal. “Atacar individualmente, no funcionara”. Dice el segundo príncipe. “Lo intentaremos otra vez, yo les informaré”. Dice Trtwey a la vez que desaparece en el aire. La conciencia de Peter actúa nuevamente dándose aliento así mismo. ´No te des por vencido, tu misión es seguir adelante en esta lucha contra el mal, fuiste el elegido por el manto para luchar contra el mal, no abandones ahora, el destino de la humanidad esta en tus manos´. Es lo que escucha influenciado por el manto. Parece surtir efecto porque poco a poco comienza a reaccionar bajo la vigilancia de su compañera. “Esta despertando”. Se alegra Karen. “¡Imposible!, no debería hacerlo hasta dentro de varias horas”. Dice con sorpresa Laos. Peter por el momento solo consigue despertar, pero aún no tiene la fuerza para hablar ni moverse. “¿Cómo te sientes?”. Pregunta el monje mientras trata de servirle una taza de té con mezclas medicinales. Con un movimiento de cabeza asiste afirmativamente. “Vámonos de aquí, compremos los pasajes y volvamos a casa”. Dice con angustia Karen. Pero su respuesta fue negativa, Peter no se irá fácilmente. Ella sale corriendo de la habitación envuelta en un llanto. Peter le señala a Laos para que la alcance, que no la deje sola en ese estado; sin basilar sale tras ella. Nuevamente en las profundidades del inframundo… El primer príncipe aún sigue en la búsqueda de cómo detener al mortal, se halla suspendido en el aire en estado de trance, busca en lo más oscuro de su mente la solución para combatir al manto. Su mente vaga en un viaje sin retorno recordando todas las formas de combate en que fue triunfador, sigue viajando más allá del cosmos infinito, busca a los mejores guerreros del pasado. Prosigue su búsqueda hasta que al fin encuentra lo que necesita. Lentamente baja de su levitación y se prepara para darle los detalles a sus compañeros; pero sus pensamientos son detenidos por la aparición sorpresiva de su maestro. “He estado leyendo tus pensamientos, se lo que planeas aunque no estoy de acuerdo es muy peligrosa”. “Lo sé maestro, pero debemos intentarlo cada día que pasa ese mortal tiene una voluntad y fuerza increíble gracias a los poderes mágicos del manto, deberá hacerse”. Le contesta Trtwey. “Espero que aciertes hijo, de lo contrario entrare en acción con un plan que me concedieron la voz de los espíritus el cual podría ser mi final, nuestro futuro está en tus manos, ve y destrúyelos a todos”. Le da coraje el monarca. “Debemos aprovechar este momento en que se haya mal herido después del último combate, perdió mucha sangre y no tendrá ninguna posibilidad esta vez”. Agrega el príncipe. “No perdáis tiempo, ve y tráeme su alma de una vez”. Dice con su puño cerrado. El príncipe hace una reverencia y desaparece en las oscuras penumbras de los túneles tenebrosos dirigiéndose a la sala de reuniones donde el resto los espera. “Bien hermano, que nos tienes para nosotros esta vez”. Dice Task. “Lo atacaremos de inmediato aprovechando su debilidad, seguiremos el orden previsto desde el príncipe de la Casa once, el príncipe del tormento, el maestro no quiere mas errores”. Les ordena a todos Trtwey. “Será fácil actuar en su estado, tendrá su mente frágil y aprovechare esa situación”. Le contesta el príncipe del tormento. “No será fácil si esta protegido con el manto y sus amigos han acumulado una gran confianza también”. Dice el sexto príncipe. “Ya esta decidido, actuaremos inmediatamente elimínenlos a todos”. En el hotel el brillo del talismán que posee el monje previene la aparición del mal. “Están otra vez aquí, preparen a Peter es hora de que los milagros ocurran”. Dice le monje mientras cubre a Peter con el manto y recita unos cánticos religiosos. “Tratas de decir que sanará a Peter así como así”. Dice con sorpresa Karen. “Espera y observa”. Le contesta. A esta repuesta todos corren hacia la habitación donde descansa Peter. Al entrar ven a Peter con las energía plena y vibrante, como si dada de esto hubiera pasado, quedan inmóviles sin creer hasta donde puede llegar el poder del manto, nada novedoso si nos acordamos que el manto resucito a nuestro amigo. “Esto sí que es volver a vivir”. Dice feliz Peter. “Asombroso, no tiene ningún rasguño ni cicatriz, una cura total”. Agrega sin creerlo Karen. “No hay tiempo que perder, otro maligno se nos acerca”. Interrumpe Laos. “No te expongas mucho, a pesar de las curaciones tienes muchos golpes internos que aún no sido curados del todo, ten cuidado”. Agrega el monje. “Lo tendré en cuenta, ahora si me disculpan aún hay insectos que exterminar”. Dice Peter levantándose de un salto y sale disparado por los pasillos al encuentro de su nuevo enemigo. Con su amigo el monje salen al encuentro mientras Laos debe cuidar de Karen y volver cuanto antes al hotel para estar seguros. Con una mirada ambos esposos se despiden por un momento o quizás por última vez, esto aún tiene un final incierto. El ser maligno de la Casa once del reino maligno se acerca con lentitud, es un ser con pocos poderes pero muy peligrosos; puede destruir tu alma con solo desearlo usando sus poderes mentales, y otros trucos relacionados con la mente; un psíquico para resumirlo en una palabra. Oculto en las sombras el demonio crea un campo de visión desde las sombras para deleitarse con la próxima batalla. Su corazón late rápidamente, esta nervioso y ansioso, sus pensamientos están muy dentro de sus límites adquiridos por sus nuevos poderes, se concentra para que sus poderes se unan con la de su pupilo y ayudarlo de alguna manera en esta contienda. El tormento de su enemigo está muy cerca y pronto se dará cuenta que nunca debió meterse contra los trece malignos. Peter junto al monje corre y se oculta en las colinas más cercanas para esperar a su adversario, que lo presiente, se siente el olor a azufre en el aire. “Esta cerca, prepárate y ten cuidado”. Le advierte el monje. “También presiento que está cerca, no te preocupes”. Le contesta El viento se hace más fuerte, el mal ya está aquí, no puede verse pero el azufre lo delata. Peter tiene todos sus sentidos alertas, lo que se viene no es de nada sencillo para ninguno. Nada lo detendrá. De repente sin darse cuenta el monje cae desvanecido en un abrir y cerrar de ojos y Peter se asusta por un momento, como ataco de esa manera sin predecirlo ni siquiera el manto pudo detectar el ataque. “¡Qué sucede!”. Dice sorprendido. “Por aquí, solo tu y yo”. Dice el demonio mientras aparece de la nada como un fantasma. “Te enseñare a que no debes presentarte sin invitación”. Se le burla Peter. “Pues aquí estoy, te aseguro que se muy bien que no estas bien desde tus entrañas, por lo que haré que tu sufrimiento sea rápido, no siempre la magia de ese manto es lo que parece, ya lo veras”. Le dice el demonio. “No me asustas, mi fe, confianza y voluntad es todo gracias a ese manto”. Le contesta. “No dirás lo mismo cuando veas lo que tengo preparado para ti mortal”. Peter no le da tiempo y utiliza nuevamente los poderes de las picas de acero que ya había eliminado al anterior demonio. Realiza la descarga pero en cuestión de segundos el demonio repela el ataque con un solo chasquido de dedos. “Tendrás que buscar nuevos trucos, este solo me hace vientito”. Se le burla. Otra vez trata de concentrarse para tratar de encontrar un poder más certero antes de que sea tarde; eleva lentamente el manto hacia el cielo y realiza un hechizo de hielo. “Poderes de la luz eterna yo los invoco para que vengan a llevarse esta alma negra hacia el edén de la eternidad”. Anuncia su hechizo Peter. Una brisa fría comienza a sentirse envolver al demonio que ni siquiera teme, solo sonríe malévolamente. “Te advertí que tus jueguitos no me dañan, ya has hecho tu jugada ahora es mi turno, mis poderes combinados con los de mi maestro te enseñaran lo que es tener buenos trucos”. Dice el príncipe mientras se prepara para contestar al ataque de Peter. “¡Poderes de las tempestades, vengan a convertir a tú elegido para morir en un espíritu sin alma!”. Añade cruzando los brazos y haciendo brillar sus ojos; se eleva hacia lo alto de una colina y lanza un pequeño rayo invisible que penetra en la mente de Peter haciendo que vea ilusiones de sus emociones ocultas. Lo denomina el golpe de la muerte negra, el cual lo hace caer de rodillas y queda sin movilidad ni habla a causa de las fuertes ilusiones que lo afectan en todos sus sentidos, observa el pasado; en sus momentos de soldado contra el vietkong, el silbido de las balas, el grito de la gente inocente siendo bombardeadas sus aldeas, el afligido de sus compañeros por el eterno camino hacia la muerte, hasta que ve sus propia imagen luchando con fervor sin retroceder salvando a sus compañeros heridos para que no perezcan bajo las ruedas de los tanques. Su mente lucha con esas imágenes que no quería recordad y lo peor de todas fue en la aldea aliada en la que ellos llegaron para descansar y encontrar provisiones, que luego fueron atacados por el vietkong del cual pudieron escapar pero no los civiles que perecieron degollados o quemados vivos por haberlos ayudado y tener que huir sin poder hacer nada con su pequeño escuadrón. Pero no puede darse cuenta que toda su imaginación es un hechizo del mal, todas esa gente que el se imagina son seres malignos de su mente que buscan destruirlo, son reencarnación de todos aquellos muertos que buscan alimentarse de sus miedos. No puede reaccionar, esta desmoronado en todos sus sentidos; tiene que reaccionar o será solo un muerto en vida por toda la eternidad, el tormento de su pasado no lo volverá a dejar en paz. Todo no termina allí, lo mejor está por pasar… Al ver su victoria el maligno trata de tomar el manto, pero una mano misteriosa se lo impide. “¡Qué diablos pasa!”. Se sorprende y queda helado. “Sorpresa, creíste que tu poder me detendría, tuvo un sabor amargo pero no fue suficiente ante el poder del manto que pudo rescatarme de esas visiones”. Dice riendo Peter, trata de no mostrar debilidad porque sabe que otro ataque como ese y esta acabado. “Es imposible, pero admiro tus energías a pesar de lo mal que estas física como mentalmente, pero prepárate para recibir otra buena dosis que se que será tu final”. Peter sabe que no podrá soportar otro ataque psíquico por lo que tratará que esta vez no lo sorprenda poniendo en posición el manto. “¡Hasta nunca, nos veremos en el infierno!”. Dice el demonio mientras apunta a Peter con su dedo índice y ataca otra vez con el rayo invisible de la muerte negra. El rayo choca contra el manto y estalla saliendo Peter herido, sabe que no soportarás más heridas de las que internamente posee por mas que el manto logre curarlo mágicamente sus signos vitales son débiles. “Te vuelvo advertir que ni el manto puede ayudarte contra los ataques psíquicos, ríndete y tendrás una muerte venerable”. De repente el demonio recibe un ataque a traición. “¿Qué sucede ahora?”. Pregunta furioso ante semejante golpe. “Te olvidaste de mi”. Dice burlón el monje listo para efectuar otro ataque. Se le enfrenta para poder darle tiempo y respiro a Peter para recuperarse del golpe de la muerte. “Ahora es mi turno”. Dice el monje preparado para luchar. Con su talismán en mano se concentra y uniendo sus dos manos invoca el poder del guerrero fantasma. Un samurái aparece junto al monje con su espada en mano se prepara para recibir la orden, el gran guardián del templo se dispone a servirle. Le dan la orden y el samurái lanza un polvo de estrellas que salen de su boca directo al demonio que cae pero se recupera con facilidad. “Me tomaste por sorpresa, pero no estarán aquí por mucho tiempo, de un solo golpe los mandaré a ambos al limbo”. Dice el demonio contestando al ataque. Usa el golpe de la muerte pero no surte efecto en el monje. “No te servirá conmigo, nosotros los monjes tenemos la mente limpia, clara, llena de paz y bondad, ningún mal nos aflige, nuestro camino es puro desde que nacemos”. Dice el monje y vuelve al ataque usando al guerrero fantasma. Ataca usando intensos rayos de luz que ciegan por un momento a su adversario. “No insistas anciano, he dicho que poseo mis poderes unidos al maestro, nunca podrás derrotar algo que no ves”. Se burla el príncipe atacando otra vez con poder psíquico. Mirando fijo a su rival vuelve a intentar el ataque del la muerte eterna y esta vez uno rayos verdes salen disparando de los ojos del demonio y pegan de lleno en la mente del monje que cae desvanecido. “Lo he logrado maestro, con su ayuda lo he logrado”. Dice victorioso mientas toma el manto y el talismán del monje. Pero el manto brilla y se desintegra en las manos del demonio. “¡No maldito!”. Grita con furia y dolor al ver desintegrarse su mano. El manto cae al suelo y se apaga su brillo, con el intenso dolor el príncipe vuelve derrotado al inframundo sin llevarse su trofeo, de igual modo el monarca toma esta victoria como un sabor amargo por no poder tomar de una vez ese manto que tantos problemas le ha traído. “Que pasara ahora”. Se pregunto el cuarto príncipe de la noche. “No le temo a ese ingenuo, he estudiado bien sus movimientos y poderes, es cuestión de tiempo, la próxima vez convocaremos al poder del foso de la perdición, con el podremos vencerlo no tengo dudas”. Contesta Trtwey. “No creo que lo puedas hacer, con mis poderes y en el estado en que se encuentra ese mortal no necesitaras de otro”. Dice con mucha confianza el cuarto príncipe. En el hotel, luego de un par de horas desde el último combate, Peter comienza a despertar encontrándose con sus amigos y Karen junto a el. “¿Cómo te sientes?”. Le pregunta Karen. “Bien, parece que estuve otra vez inconsciente”. Se contesta riendo. “Te lo advertí”. Le reprocha el monje. “No lo olvide, parece que ha estudiado muy bien, voy a necesitar saber todo lo que usted sabe”. Le pregunta seriamente Peter. El monje piensa, no tiene permitido revelar ciertos datos o acontecimientos que perturbe el equilibrio de la vida, del bien y del mal. Pero hará una excepción. “Bien muchacho relájate y escucha con atención”. Dice el monje mientras se acomoda para contarle la historia bajo la atenta mirada de los presentes. “Estos espíritus tienen la facultad de cambiar poderes, comienza desde el decimotercer príncipe que pertenece a la Casa de las tinieblas, es el menos poderoso, de ahí se escala hasta llegar al primer príncipe quién termina siendo el heredero del mal”. El monje hace una pausa. “Entonces cada vez que alguien aparece se supone que es más poderoso que el anterior”. Agrega Laos pensativo. “Así es, en esta Casa residen los guerreros capaces de convertir la gente en piedra, gracias al escudo de Medusa como ya lo han visto. En la Casa doce reside el poder del hielo, le sigue al que has enfrentado que es capaz de destruir las almas psíquicamente, le prosigue la Casa diez de las tinieblas del fuego rasante; en este estado será imposible que luches con el”. “Eso déjamelo a mí.” Dice con rabia Peter levantando el puño. “La Casa que sigue conviven todas las fuerzas demoníacas, todo poder del inframundo reside en un ser descomunal, la Casa ocho está respaldada por el demonio del Fénix, el séptimo combina los poderes del pegasus y del dragón, la sexta Casa es la del misterio, nunca se sabe quién o que poderes la habitan; la quinta Casa posee el poder infinito del cosmos, las otras poseen el poder de la muerte, el olvido, la destrucción y la maldad infinita”. Termina su relato el monje. Peter queda un poco aturdido con tantos nombres y poderes. “Es fascinante, tantos poderes”. Agrega con sorpresa Laos. Un par de horas más tarde todos quedan dormidos y Peter vaga en viejos recuerdos… Recuerda su recibimiento después de la guerra, el trato con el gobierno para limpiar las calles de Boston de la escoria criminal, la lucha con el conde, con el monstruo del callejón, su viaje al Tíbet, la lucha contra los trece malignos. No puede imaginarse todo lo que esta pasando. Cerca del hotel una sombra vigila desde las penumbras, espera el momento para atacar a su presa, la noche se hace cada vez más pesada, una bruma creada por el mal envuelve el pequeño edificio, solo espera el momento justo para no fallar, sus ojos brillantes observan fijo la ventana del edificio en donde se encuentran nuestros héroes, está listo esperando la medianoche, espera recordando sus andanzas con un viejo colega del reino de los vampiros. El reloj marca la medianoche ya es hora de la batalla, se prepara usando un remolino de fuego. Una cubierta de fuego cubre todo el hotel, la gente no se percapta del mal que los envuelve y obliga a Peter a despertar bruscamente al notar la presencia maligna. Laos y Karen ayudan en lo posible a auxiliar a la gente, pero no hay salida por ninguna parte, Peter con el manto en manos se abre paso por las llamas y se encuentra cara a cara con el demonio. “Aquí estoy mortal, he dejado que salgas del remolino para darte una lección, debes derrotarme si quieres salvar a esos insectos, de lo contrario iré encerrando cada vez más el remolino hasta convertirlos en polvo”. Dice con un aire burlón. Nuestro héroe se da cuenta de que el monje trata de abrir una brecha con el poder del talismán y pronto todos están a salvo, el demonio ni siquiera lo noto. “Bien no me asustan tus trucos, comencemos de una vez”. Aprovecha Peter para atacar sin preocuparse por la gente del hotel ni sus amigos. El maligno despliega su capa y desaparece, segundos después una brisa cálida se presenta seguida de una terrible ráfaga de fuego que cae desde el cielo, por suerte puede eludirlo a tiempo; luego reaparece y Peter esta listo para su turno. Toma el manto por una de sus puntas y queda duro en forma de boomerang, a una gran velocidad se dirige hacia el príncipe pero lo elude usando un escudo de fuego, el manto regresa a su dueño. “Eso es lo mejor que puedes hacer, pues ahora es mi turno”. Dice burlón. Se concentra con toda tranquilidad, esta vez no quiere fallar, cruza sus manos hasta que aparece el brillo de su aura que lo rodea, observa la posición de su adversario y se dispone a atacar. En ese instante, antes de atacar ve como Peter cae sorpresivamente. “Me había olvidado de lo débil que te encuentras, el león de fuego te ha hecho mucho daño, que pena me hubiera gustado destruirte con más valentía, prepárate para pasar al otro mundo”. El maligno ser extiende su brazo apuntando hacia el cielo con el dedo índice y comienza a brillar. “Adiós”. Agrega el demonio con una sonrisa fría y mueve su brazo apuntando hacia Peter, un rayo de fuego es disparado hacia el, inmóvil se refleja la muerte en su rostro y la espera con toda valentía. Con un último aliento trata de esquivar el rayo, pero no tiene voluntad pronto su alma se verá navegando por el inframundo. El demonio observa con devoción como el fuego se come a su adversario devorándolo sin piedad hasta que las llamas se consumen. Pero… “¡Imposible!. ¡Que brujería es esa!”. Se sorprende al ver vivo a su enemigo, quienes lo observaban también empalidecieron por lo sucedido. “No entiendo lo que ocurrió”. Dice sorprendido el príncipe. “Nunca viste a nadie sobrevivir después de ser quemado vivo”. Contesta burlón Peter. El demonio no encuentra consuelo a lo que ve, ni explicación lógica. “Tu codicia no te dejo ver el momento en el que el manto se coloco sobre mi como un escudo, lamento decepcionarte pero has fallado otra vez”. Explica nuestro héroe. El demonio furioso despliega su manto y desaparece en el aire, se hace invisible. Peter se levanta con dificultad, sabe que si el manto no se hubiera puesto de escudo estaría muerto, ahora se concentra a pesar de que se debilita cada vez que la batalla continúa, sus fuerzas se acortan, lo abandonan. Una esfera de fuego comienza aparecen en lo alto y empieza a crecer a gran escala hasta el punto de eclosionar; Peter está listo. La bola de fuego explota dejando todo el lugar bajo fuego y Peter queda sin poder creerlo; que clase de poder es ese, pero pronto lo sabrá. Toda la forma en llama es un gran circulo que se eleva hacia lo alto quedando en el medio, pronto se dará cuenta que esta dentro de un campo de batalla sin ninguna escapatoria, no teme y se serena para poder continuar. “Bienvenido al círculo de fuego, veo que no te sorprende”. Le dice el demonio. “No me impresionan tus poderes malignos, el bien esta de mi lado”. Contesta con toda confianza Peter. “No deberías tener tanta confianza”. Contesta con furia el demonio. Invoca a los espíritus de fuego para que alimenten su poder y poder así eliminar a su enemigo de una vez. Luego una enorme bola de fuego cubre todo el diámetro comenzando a bajar lentamente intentando aplastar a Peter. “Veo que no estas muy bien que digamos después de ver a la muerte en persona, cubriré todo mi cuarto con tus cenizas”. Dice confiado el ser maligno. La masa de fuego esta cerca y Peter ve que el manto no le responde a su defensa, todo parece que el final esta llegando, Karen le grita de impotencia al ver el drástico final de su pareja. No pierde su confianza y trata de encontrar una rápida solución antes de ser cenizas; realiza un hechizo, un remolino sale del manto y pudo crear un círculo dentro de la masa de fuego de su medida, justo para protegerse de la muerte. “Me gusto, lograste eludir este hechizo, es el más poderoso que tengo, pero cada príncipe le queda un as en la manga, un secreto que nunca se ha usado hasta ahora, pero que se usa en caso de fallar; conocerás el poder del águila negra, en el cual también puedo morir, pero lo haré con honor”. “Pues lastima que tu reino quede sin príncipe”. Dice Peter con risa burlona. “Te aseguro que me llevaré tu alma como trofeo”. Contesta poniéndose de rodillas, toma una daga dorada efectuándose un corte en las venas. Peter queda helado al ver semejante actuación. “Me despido de este mundo, pero pido a las sombras que envíen la gran águila negra para vengar mi derrota, que sacie sus entrañas con mi sangre para que obtenga todos mis poderes y libere así mi alma”. Efectúa el ritual de sacrificio el demonio. Peter queda sin sentido por el sacrificio del ser del inframundo, pronto sabrá por qué. La figura de una gran águila negra viene desde lo alto directo hacia él. “Ahí viene el arma de mi triunfo”. Fueron las últimas palabras del príncipe. La gran ave fue despertada de su lecho gracias al sacrificio del demonio, bebe su sangre para fortalecerse, con toda su furia se dirige a Peter. Sus fuerzas ya lo abandonan, no puede descansar ni reponerlas, cae desvanecido dejando ventaja a su adversario que no lo desaprovecha que ataca con todas las fuerzas de sus garras. Logra eludirlas, pero da la vuelta y regresa por más lanzando llamas de fuego por su pico; gracias a dios logra taparse con el manto usándolo otra vez como escudo. El monje observa sin poder hacer nada, no puede intervenir en el destino de nuestro héroe y amigo, sigue todo con gran sufrimiento y temor. El ave vuelve al ataque usando sus alas negras para crear un remolino que es la puerta directa hacia el infierno, si lo atrapa jamás podrá volver. Sin poder soportarlo, el monje actúa utilizando el talismán controla por un momento a la gran ave negra haciéndola caer en su propia trampa en la cual desaparece por completo. Peter vuelve a desmayarse y Karen corre hacia el luego de que las llamas que las aprisionaban desaparecieran. Toman a Peter y vuelven al hotel donde el monje enciende un par de velas para rezarle al gran héroe del día. No hay tiempo para descansar, las sombras pronto caerán sobre la tierra y Peter no puede darse el gusto de reposar. A todo esto, el monarca no puede disfrazar su bronca por haber quedado con otra Casa vacía; las tinieblas parecen ir directamente a una derrota sin igual. “Solo restan un par de horas, más de tres horas para que el mundo se rinda a mis pies, esta derrota me ha dejado un vacio en mi sangre, falta poco para mi afán de conquista y no dejaré que un mortal me lo quite”. Dice con furia. Esa no en el hotel, Peter trata de levantarse luego de varias horas de profundo sueño, pero las pesadillas aún las tiene despierto y pronto lo volverán a desvelar. “Has dormido profundamente, ¿cómo te sientes?”. Pregunta Karen mientras le alcanza una taza de té. “Mejor, un buen descanso antes de seguir cazando ratones”. Contesta con ironía. “Por lo menos no hay señales de ellos”. Agrega Laos. “Presiento que algo grande están tramando”. Dice con nerviosismo el monje y un silencio invade los pequeños corazones de los presentes. El reloj de las sombras sigue su marcha… Las sobras malignas se mueven sigilosamente desafiando toda esperanza de la luz de mantener el equilibrio. “¿Cual es el siguiente paso?, estamos todos muy nerviosos por la muerte de otro miembro del circulo “. Dice el cuarto príncipe. El guardián de la casa de la maldad infinita no tiene ninguna solución, ya se ha planeado todo lo pensado hasta lo impensado, pero nada los detendrá, solo tienen que mantener ocupado a su enemigo hasta que las sombras realicen su cometido. “Señor…” intenta hablar el sexto príncipe. No recibe repuesta, se retira sin vacilar palabra dirigiéndose a su respectiva Casa y reflexiona, ha perdido su autocontrol y sus temores a no saber sobrellevar la situación lo perturban. Cruza por la zona del vacío donde se queda para observar a ese oscuro callejón que no tiene fin, observan y piensa sin descanso la forma de vencer al mortal y destruir el manto para así satisfacer a su maestro en búsqueda del control de la luz. Observa y no entiende como ese lugar te absorbe a su interior para nunca más dejarte salir, busca la respuesta de cómo utilizar ese mismo efecto contra su enemigo. “Has venido a sacar dudas y hallar la forma, no es así”. Dice una voz conocida por Trtwey. “¿Maestro?”. Se sorprende. “Así es, no has podido cumplir con tus objetivos, según veo”. Dice con un aire afligido. “Es cierto, no puedo encontrar la forma de vencer sin que ese manto se interponga, posee más poder del que pensábamos; con cada combate se hacen imbatibles”. Contesta con descontento. “Veo que no has podido deducir lo todas las cosas que te he enseñando desde que eras solo un pupilo en el monasterio”. Agrega el monarca. “¿De que habla, maestro?”. Pregunta sorprendido. “No recuerdas cuando, te explique que debes trabajar tu conciencia, que el resultado era llegar mas allá de tus limites mentales y así llegar a despertar los mas oscuros secretos de tu interior, cuando llegas a ese punto encontraras la conexión final con mis poderes, luego serás indestructible”. “Ahora recuerdo maestro”. Dice el príncipe y el monarca desaparece. El príncipe comienza con la prueba, despliega su capa, se mantiene en suspensión en el aire e inicia la búsqueda interior, se concentra y sigue el camino hacia ese límite, deja fluir su energía, se deja llevar por sus visiones cósmicas; busca, busca lentamente por su mente, viaja más allá donde jamás han llegado, presiente que está cerca, solo el poder del primer príncipe puede realizar este ritual. Resiste a pesar de que sus fuerzas se debilitan, muchas imágenes vienen a su mente, pero no sirven de nada, solo necesita el punto límite que el monarca le enseño. El dolor lo comprime, pero aún así resiste dejando de lado su debilidad, si quiere llegar a ese secreto debe soportar el largo camino, a pesar de todo el dolor, resiste. Pronto el dolor lo abandona comienza a sentir que es uno con el vacio del universo que lo rodea, el poder infinito ya lo envuelve, esta llegando, reconoce ese poder que se une con la luna, el poder del polvo del espíritu de la entrada infernal, la entrada del inframundo que limita con el mundo de los vivos. Nunca se hubiera imaginado que existiera un gran espíritu que traslade las almas en pena desde el mundo de los vivos, solo necesita encontrar el secreto para invocarlo. Su piel se carcome por la intensa energía que lo rodea, siente fluir la energía máxima del cosmos, todo es seguido desde una buena distancia por la mirada firme de su maestro que asiste satisfecho por el logro de su pupilo. “Estoy cerca, pronto lo encontraré, al fin todos los secretos que rodea nuestra existencia será mío, este poder infinito me pertenecerá el día de mi nombramiento, pero de nada sirve si no puedo con el alma del mortal”. Se dice el príncipe. Trata de contener la respiración, sabe que pronto conocerá el secreto para invocar a este ser poderoso, más aún que su propio monarca. El reloj de tiempo corre, restan menos de tres horas para el control total de las sombras… “Ya lo tengo, la primera parte del conjuro de invocación la tengo, debo resistir un poco más para concluir el conjuro, solo un poco más”. Dice el príncipe al límite de sus esfuerzos. El poder del espíritu de la entrada al inframundo se siente fluir por sus venas y no deja que prosiga, aumenta su dolor pero lo resiste para concluir de una vez con el ritual. Sabe que debe soportar la prueba del dolor y el sacrificio para llegar al final y conseguir el gran poder. “No puedo resistir más”. Dice con dificultad. No se rinde ya casi lo logra, ha agotado todas sus fuerzas esta a punto de desfallecer; no se intimida porque sabe que el poder infinito esta a su alcance esta vez. Poco a poco el vacío donde se encontraba comienza a desvanecerse pero se mantiene suspendido en el aire resistiendo y buscando. “¡Ya lo tengo!”. Festeja el demonio que baja lentamente hacia el suelo infernal rodeado de toda esa energía colosal que lo mantiene para no perder el control. “Al fin lo he conseguido”. Agrega con euforia y con su poder psíquico convoca a todos los príncipes que aún quedan en pie a su presencia. En cuestión de segundo una brisa cálida llena el ambiente delatando la llegada de los nueve príncipes. “Cual es el inesperado llamado que nos ha comunicado”. Pregunta el séptimo príncipe. “He descubierto el secreto de los poderes del monarca, puse en practica el ritual de invocación y pude encontrar la forma de convocar al guardián de la entrada al inframundo”. Contesta Trtwey. Todos se miran sin entender o creer lo que escuchan, ni un murmullo puede escucharse. “Este poder se los transmitiré a cada uno cuando sea el momento, tendrán que concentrarse al máximo cuando estén en batalla los cinco que deben actuar para yo poder unirme con mi nuevo poder”. Explica el demonio principal. Los príncipes de la Casa nueve a la cinco son el grupo que entrarán en acción, son los encargados de sellar el círculo con el primer príncipe para convocar al guardián. En el hotel… Peter comienza a dar algunas caminatas para ver si se siente recuperado junto a Karen y sus amigos, todo indica que físicamente esta en buen ritmo. “Sé como te sientes, pero sabes que no puedo irme ahora, siento que pronto nos iremos, ten calma y paciencia”. Le dice a Karen tomándole de la mano. “Siempre te amaré”. Le contesta. “Y yo a ti, nada ni nadie me separará de ti, si unos desgraciados venidos del inframundo”. Agrega Peter. “Mira que pareja”. Dice riendo Laos al monje. “Hay mucho futuro en ellos, si todo sale bien tendrán una futura recompensa”. Dice algo misterioso el monje. Nuevamente en las profundidades de la tinieblas… “Un momento no se apresuren, no se arriesguen todavía con el guardián, mantendremos el viejo plan hasta que sea necesario”. Dice la voz del ser maligno. “Como desee usted maestro”. Contestan todos a coro. Con una actitud dubitativa quedan en silencio sin entender el afán de continuar con el viejo plan del secuestro de Karen. Sin bacilar el príncipe de la Casa nueve se prepara para su presentación. Usando una puerta tridimensional, el demonio de las fuerzas demoníacas desaparece de la sala para luchar contra Peter. Todos en el hotel perciben la energía maligna que se avecina, otra batalla en puerta para Peter que no se asusta y sale a esperarlo. “Es el príncipe de la Casa nueve”. Percibe el monje. “Su furia es inmensa”. Agrega tomando su talismán para esperar al mal. El príncipe se acerca sigilosamente por los cielos. “Bien mis queridos vasallos anuncien mi llegada, atacad a mi enemigo”. Dice el demonio apuntando hacia el hotel con su dedo índice. Cientos de pequeños demonios alados salen disparados como pirañas hacia el edificio, el llamado de la sangre los carcomen por dentro y no se detienen ante nada. “Aquí vienen”. Se pone en alerta el monje listo para defenderse. Peter también corre hacia ellos y no le asusta ni el tamaño ni la cantidad, con puño cerrado y manto en mano se prepara. “Tú lucharás mientras yo trato de protegerte”. Dice el monje. “No será necesario, ve con los demás, protégelos a ellos”. Ordena Peter. Los alados sobrevuelan sobre ellos deseosos por devorarlos, esperan la oportunidad. “No los subestimes, son muy poderosos”. Le advierte el monje mientras trata de retirarse protegiendo a Karen y el resto. Peter pide que Laos lo acompañe y deja al monje resguardando a Karen. Ambos salen directo hacia esas cosas aladas. “Vengan a mí, no los dejaré con vida, los enviaré directo al infierno”. Dice el demonio mientras invoca el poder de los vientos infernales. Inmensas ráfagas de viento caliente abrazador atacan al dúo haciéndolos retroceder para protegerse. “No será fácil acercarse”. Dice Laos. “Eso déjamelo a mi, no te preocupes”. Agrega Peter mientras estudia a su adversario y busca el punto débil desplegando el manto para protegerse. El ser maligno se mantiene inmóvil desde la colina donde observa a sus esbirros luchar, con un aire victorioso espera el momento preciso para el golpe final. Ríe al ver con que dificultad su enemigo se enfrenta, ya le queda poca energía solo el manto lo alimenta, pronto se terminará todo. “¿Cómo poder contra ellos?, cada vez que elimina a uno aparecen más”. Dice nervioso Laos. “No temas por ello, tengo preparado un par de sorpresas que no sabrán de donde lo golpearon”. Contesta con firmeza Peter. Tomando su manto convoca un hechizo los cuales conoce gracias a la influencia cósmica del manto, por su voluntad en la lucha contra el mal, por remediar errores del pasado. Se concentra a tal punto que una gran energía ilumina sus ojos al mismo nivel que la de los propios príncipes. Hace girar el manto por sobre su cabeza por lo menos cuatro veces, su energía interna se mezcla con la energía que emana del manto y forma una cruz de luz que se forma por detrás, con una altura de seis metros por tres de ancho se dirige con furia a su enemigo. Con una gran satisfacción el demonio espera, no se inquieta ni atemoriza, nada lo dejara de lado en esta batalla. El ser maligno une sus manos y emite un extraño rayo de luz que va contra la cruz que envía Peter. “Poderes de la morada de los espíritus de las sombras venid aquí, tomen este sacrificio para calmar sus dolores que los sofocan, tomen este presente a cambio del poder supremo, elimínenlos a todos”. Ordena el príncipe y el rayo sale con furia hacia el dúo. “¡Al suelo!”. Grita Laos. Peter esquiva el rayo pero golpea su pierna, a pesar que el demonio repite el ataque no tiene precisión. “¡Peter!”. Grita laos mal herido en el pecho. “Resiste, ven trata de seguirme hacia un lugar seguro mientras te cubro, apóyate en mi hombro”. “Ven aquí, no huyas”. Se burla el príncipe. “Podré solo, sigue tu lucha y no te detengas por mi”. Agrega Laos. Peter le da una mano como si presintiera que será la última vez que se vean, una despedida anticipada tal vez. Sin basilar da la vuelta y corre hacia su enemigo. “Aquí estoy, no creas que te dejaré así nomás”. Contesta Peter con furia a su adversario. “Pudiste acabar con mis compañeros, pero tengo infinitos poderes que te mandarán al infierno”. Dice mientras se prepara para atacar. Un agujero negro se abre por encima de Peter y de allí salen dos criaturas de las tinieblas, dos inmensos demonios en forma de murciélagos salen para saciar su apetito con la sangre de su enemigo mortal, su locura es incontrolable y Peter queda inmóvil sin reacción. Ya no hay tiempo… restan menos de una hora para el viaje a las sombras. “Bien ya es la hora, solo tengo que dirigir la batalla por unos minutos más”. Dice demonio mientras observar el ataque de sus mascotas. “Pues tus amigos son muy débiles, observa”. Dice Peter mientras elimina a las criaturas con el poder de la luz infinita del cosmos. “No estaría tan seguro”. Contesta a la vez que palmea sus manos, luego los muertos que yacían en el suelo vuelven a la vida subdividiéndose en cuatro. Peter frunce el seño en señal de fastidio. “Ves mi querido amigo, nunca debiste meterte con los amos de las tinieblas, ese error te costará caro, vas a morir. ¡Poderes de las sombras ven a mí, soy el hijo del mal quiero el poder para tomar por la vía de transfusión el alma de este desalmado!”. Los demonios desaparecen al cambiar el hechizo, en su lugar aparece un rayo de luz amarilla en forma de círculo, este se comienza agrandar hasta tener la fuerza suficiente para una aniquilación total del planeta. Peter no pierde la calma, se tranquiliza y no deja que el miedo lo invada, el manto no parece reaccionar a semejante poder. En el hotel alguien parece estar en problemas… “He venido por ti”. Dice una figura al presentarse ante Karen. “Suéltame, suéltame maldito gusano”. Dice tratando de escapar del monarca. “¡Suéltala!”. Dice el monje tratando de salvarla usando el talismán. El monarca es mucho más poderoso. “Dile a tu amigo que si quiere verla con vida venga a buscarla, veremos que tan valiente se siente en mis dominios”. Dice el demonio y desaparecen en las sombras. El monje sin poder reaccionar corre hacia el lugar donde se halla Peter y lograr darle la noticia inesperada para el héroe. Peter con todo su odio realiza un hechizo de condensación de materia, haciendo que el demonio poco a poco comience a debilitarse y desintegrarse en el espacio-tiempo. Corre hacia el monje y éste le explica lo sucedido con el monarca y el secuestro de su esposa sin poder soportarlo promete venganza. El viaje al inframundo ha llegado, la batalla final esta muy cerca; el desenlace aún es incierto. La decisión final tendrá lugar en el inframundo dentro de los mismos dominios del mal. CAPITULO VI EL RESCATE Horas después del secuestro; Peter está enloquecido por lo sucedido con su compañera en manos del mal, trata de buscar un buen plan para erradicar la maldad de una vez por todas. “¿Están listos?”. Pregunta Peter. “Todo listo, el inframundo nos espera”. Responde con ansiedad Laos. “Ten cuidado en ese lugar ni siquiera el manto nos salvará, él lo sabe y por eso trata de atraernos a sus dominios, allí abajo solo somos un par de ratas al matadero”. Agrega el monje y Laos quedo serio sin poder meditar palabra alguna. El viaje al mundo de las sombras comienza, un viaje sin retorno quizás si logran ser derrotados. Van en camino dando un último vistazo por el desolado templo donde aún yacen las estatuas de los restantes compañeros del monje; podrían volver a la vida si Peter logra vencer al mal. “No te aflijas, Peter los salvará”. Alienta Laos al monje al verlo triste por sus compañeros. “No pierdan tiempo y hallemos esa entrada antes de que sea tarde”. Agrega Peter introduciéndose en los oscuros aposentos del templo, siguen bajando por la pequeña abertura que se había mantenido en secreto entre algunos fieles. Es una abertura del ancho aproximado de una persona, todo está en silencio y la oscuridad domina el lugar. En tiempos de antaño se utilizo este pasaje para que la gran bestia de las profundidades viniera al templo a saciarse de la sangre de sacrificios que ofrecían los antiguos usando jóvenes vírgenes para que los protegiera de los invasores bárbaros; una noche jamás regreso. Así fue como nació la leyenda del manto que el Dios de la noche creo para evitar estos injustos crímenes de sus fieles, el cual se usó para sellar la abertura y los sacerdotes que adoraban al demonio debieron huir al no soportar el poder de la luz. Todo esto fue narrado por el monje a medida que iban introduciéndose más y más dentro de la cueva a través de la montaña y ver todos aquellos restos humanos que aún yacen a cada paso que van. “¿Cómo supiste de toda esta historia?”. Pregunta asombrado Laos. “Una vez estudiando en la biblioteca del Sumo Sacerdote descubrí los escritos que datan de casi cuatro siglos”. Contesta el monje. “Sorprendente”. Agrega Laos. Pronto el camino empieza a ensancharse y el final del túnel esta cerca, el inframundo los espera. Con antorchas en mano entran con mucho cuidado y evitar así todo tipo de sorpresas. “Tengan cuidado, estamos llegando esto parece una antecámara debe haber trampas por todas partes, los ojos bien abiertos”. Dice Peter. “Al descubrir los documentos se nos encomendó la tarea de sellar el túnel a unos miel seiscientos metros, todo indica que aún esta todo en su lugar”. Agrega el monje a su relato. Peter examina la pared que sella el túnel y algo no anda bien, su instinto se percata de que hay algo extraño. “¿Qué sucede Peter?”. Pregunta Laos al darse cuenta de la actitud de su compañero. “Hay algo raro en esta pared”. Dice con dudas Peter mientras sigue examinando. El monje utiliza el poder del talismán sobre la pared para ver que es lo que descubre; pero no funciona. “Parece que nuestra magia desde aquí en adelante nos han dejado solos”. Agrega Peter. La pared, que de simple vista y con tanta oscuridad no deja ver con claridad lo que es en realidad. La gran mole de masa que conforma la pared comienza a moverse lentamente. “¡Cuidado!. Esa cosa se mueve”. Grita el monje dando un salto hacia atrás. Todos se alistan para defenderse a como de lugar, con o sin protección mágica. “Bienvenidos humanos, esta es la entrada del sin regreso, soy el encargado de eliminar a todo aquel que quiera entrar o salir”. Dice el extraño. “Tú eres el príncipe de la muerte, señor de la cuarta Casa”. Agrega el monje. “Veo que nuestro fiel sacerdote tiene buen conocimiento de nuestro mundo, has dejado tu templo para venir en contra de mi maestro”. Dice el demonio. “Así es, sus días de maldad pronto terminarán, con la fe de Dios así lo afirmo”. Dice con enojo el monje. “Monje tu vienes hablar de Dios, a caso no le has contado a tus amigos como bebías la sangre de los miles de inocentes que hoy estas pisando”. Agrega burlón el demonio. Todos se dan vuelta lo miran con asombro al escuchar tan terrible noticia de su compañero religioso. El monje siente culpa por lo que alguna vez hizo y de lo cual se arrepiente, cierra sus ojos y espera cualquier reproche de los demás. “No importa lo que haya hecho, ya ha hizo suficiente como para redimirse, la justicia queda en manos de Dios”. Agrega Peter. “Pues cuida tus espaldas, cada mal que regresa a su origen vuelve a lo que era”. Advierte el demonio. “Ya tengo la pureza que los dioses me confiaron por mis pecados arrepentidos, pertenezco a la legión de la luz y la verdad, nada cambiará eso por lo tanto estoy aquí para erradicar el mal desde sus raíces”. Se enfurece el monje. “No olvides que el maestro con solo desearlo puede cambiar eso”. Se burla el demonio. “Pues lo impediremos, caerá antes de que se de cuenta”. Dice con bronca Peter. “Pues lo veremos, por ahora tienen el pase libre ya que el maestro me pidió que los dejara continuar su viaje hasta que lleguen al lago de cristal, tu amigo puede guiarte”. Ríe el demonio y desaparece. “Parece hay muchas cosas que aclarar mientras continuamos antes de que haya mas sorpresa”. Dice Peter al monje. “Sería una gran historia de ultratumba y con el paisaje del infierno de fondo será espeluznante”. Dice Laos con gracia. Durante el recorrido lleno de piedras, huesos, paredes manchadas de sangre, el monje relata su historia sin omitir detalle alguno. “Todo comenzó hace más de treinta años cuando era uno de los trece demonios del actual monarca; los sacerdotes del templo nos alimentaban con sacrificios humanos y a veces animales, era el decimosegundo príncipe en la línea y esta a punto de convertirme el príncipe principal. Pero hubo una conspiración para que tercero en ese momento ocupara mi lugar como mano derecha del maestro, con ayuda del rey de los vampiros me expulsaron con falsas acusaciones. Tome la forma humana gracias a un conjuro y con ayuda de un fiel amigo que hoy ocupa el segundo lugar en el escalón pude robar el manto como venganza que en ese momento se guardaba en el laberinto de los muertos para que su poder no afectara al reino, lo robe, selle la entrada pedí redención al Sumo Sacerdote a cambio de protección y les entregué el manto para que lo usaran para hacer el bien, hasta el momento soy y tengo actitudes humanas, pero si llegaran a bañarme en sangre u obligarme a beberla en manos del mismo maestro todo podría revertirse”. Relata con tristeza el monje. “Podrías volver a ser uno de ellos”. Agrega Laos. “Eso me temo”. “No dejaremos que pase, estas aquí por una causa salvar a la humanidad, eso será tu boleto hacia Dios, todos dependemos de ti”. Le da aliento Peter. “Ese es mi meta, destruir y erradicar de una vez este reino, el gran sacerdote abrió mi mente y me hizo ver lo bueno de servir a la luz, no regresaré jamás a este lugar”. Dice decidido a todo el monje. “El talismán, ¿que parte ocupa en todo esto?”. Pregunta curioso Laos. “Pues antes de que el último rey tomara el lugar del anterior, cada príncipe poseía un talismán con los mismos poderes que el manto para poder controlar a las almas muertas y conseguir su esencia para ser inmortales, pero el último monarca ordenó destruirlos y nos dio las facultades para hacerlo nosotros mismos, logre guardarlo porque presentía que esto iba a pasar, ya que mi poder era la de sentir extraños poderes cósmicos que amenazaran el futuro del reino, en conclusión puedo presentir el futuro con la ayuda del talismán, es así como he podido ayudarte contra los ataques secretos del maligno y evitarlos”. Contesta el monje. El camino termina en un gran barranco donde solo hay camino para llegar al otro lado, un pequeño puente de fuego. “¿Cómo cruzaremos?”. Pregunta Peter al no ver otro camino. “Hay otro puente a unos dos kilómetros de aquí, bien oculto y que solo nosotros lo conocemos”. “¡Alto ahí Joel!”. Ordena una voz proveniente de las tinieblas. Joel era el viejo nombre con el que era conocido en su época de príncipe. “Reconozco esa voz, hermano de alma”. Se emociona el monje. “No sigas hermano, no quiero que te eliminen sabes que deberemos luchar a su momento y no deseo matarte, sabías que ellos eran más que nosotros y quería defenderte, pero no quería correr tu mismo fin, estoy dispuesto a renunciar a mi lugar por ti si desiste de luchar y te marchas”. Dice la voz del segundo príncipe quién fue su mejor amigo. “Lo siento, con ayuda de este mortal ya elimine a cinco traidores, ahora me ocuparé del resto y salvar a la mujer, no retrocederé”. Contesta el monje. “No tienes que hacerlo, podremos sin ti”. Agrega Peter para convencerlo. “No insistan he regresado a lo que alguna vez fue mi hogar y moriré si es necesario para salvar la vida humana, así que si lo desea abre paso y no nos hagas perder más tiempo”. Gruñe el monje. “En ese caso…deberé detenerte antes de que lo haga alguno de esos traidores”. Dice el príncipe iniciado el ataque. “¡Esperen no lo hagan!”. Trata de detenerlos Peter. “Esta bien, esto debo detenerlo y es algo que presentía desde que llegué, mi muerte ha llegado”. Dice el monje como despedida. “No debe terminar así”. Agrega Laos. “váyanse sigan este viaje sin mi, este será el final de nuestra amistad, adiós”. Se despide el moje con mucha tristeza. Peter no se decide a marchar, no quiere que su amigo muera para salvarlos. “Vámonos Peter”. Agrega Laos. Se decide y corren por el borde del acantilado buscando el puente que le indicó Joel, van muy desanimados, cabizbajos por lo de su amigo y por su decisión, a lo cual Peter lo comprende, él haría lo mismo en una situación igual. “Allí lo veo”. Rompe el silencio Laos señalando el puente. “Ten cuidado, no quiero que se presente algo inesperado, siento que nos observan”. Dice Peter mirando lo único que ve a su alrededor, sombras. “Se ve que es muy bueno, no lo dudo, siento su fuerza interior brillar con furia, soy el monarca Corl y lamento la historia que su amigo les conto, pero la decisión fue tomada y no tengo la facultad de hacer lo contrario”. Dice la voz del monarca. “Entonces desiste de continuar con esta lucha absurda”. Le ordena Peter. “Ese es nuestro destino y no puede interferir, además si quieres ver a la humana aquí tienes un mapa y posee una ruta marcada, al final hallarás lo que buscas ve con confianza, yo sigo las reglas pero en el camino lucharas con mis esbirros”. Fueron las palabras del monarca y el silencio volvió a la normalidad. “¿Qué piensas?”. Pregunta Laos. “Tenemos que jugar a su manera, es la única oportunidad por ahora”. Contesta Peter mientras estudia el mapa que le entregó el ser maligno. Ahora continuar con el sendero del infierno, podrán sobrevivir… “Vamos y ten cuidado no sabemos que nos esperan estas cavernas del infierno”. Dice Peter a Laos mientras ve que el manto no responde aún. “¿Qué estará pasando con nuestro amigo Joel?”. Se pregunta Laos. “Yo también, pero debemos continuar con mucha calma y cautela, se lo debemos”. Contesta Peter dándole un vistazo al mapa. -“Bien sígueme con los ojos abiertos y oídos alertas, creo que veremos más que un simple animalito o murciélago en estos corredores”. Agrega mientras se topan con todo tipo de lagartos e insectos. “El calor es insoportable, nunca lo elegiría para unas vacaciones”. Ríe Laos. El corredor posee un piso rocoso con algunas llamas que salen por distintos orificios, las paredes poseen dibujos de antiguos monarcas y príncipes en situaciones de combates de antaño contra horribles criaturas, sacrificios humanos, etc. “Alto”. Dice Peter deteniéndose bruscamente al llegar a una especie de lago de fuego. “¿Qué sucede?”. Se asusta Laos. “Este lugar aparece en el mapa con un dibujo de un ave de fuego”. Contesta Peter observando el lugar con mucho cuidado, como buscando algo oculto. “Idiotas, le llaman el ave fénix y yo la represento, porque estás el la octava Casa de las tinieblas, la Casa del fénix”. Dice una figura que se oculta en las penumbras sin dejarse ver aún. “Déjate ver cobarde traidor”. Contesta con ira Peter. “No me gustaron tus palabras mortal”. Dice el demonio dándose a conocer. “Que palabra, la de traidor o cobarde”. Se le burla Laos. “Con que motivo me insultas”. Dice sacando su enojo el demonio. “Con el mismo motivo que le hicieron la mala jugada a Joel… ¿te acuerdas?”. Agrega Peter con sus ojos llenos de ira. “Conoces la historia estoy al tanto de que esta peleando por ahí para salvar su honor, pues pronto me ocupare de él, pero primero me ocuparé de ustedes”. Se burla. “Vamos ayudar a devolverle su lugar y salvar a mi esposa, jamás debieron meterse con ella”. Dice Peter con su puño en alto. “Basta de charla, si quieres continuar deberás vencerme primero”. Dice el demonio riendo locamente. “Pues ya lo había pensado, sería un gusto hacerlo”. Agrega y trata de realizar un hechizo, espera que el manto pueda responder de alguna manera. Esta vez logra golpear al demonio con una débil ráfaga de luz que lo hace caer dentro del lago de fuego, Laos festeja. “Tranquilo, eso fue solo un rasguño ten cuidado”. Le dice Peter. “Tú lo has dicho, eso solo fue una pequeña desconcentración”. Dice el demonio mientras se eleva hacia lo más alto para poder convocar a su poder.-“Ave fénix ataca”. Agrega y una gigantesca ave de fuego se abre paso con furia hacia sus victimas. “¡Cuidado!”. Grita Peter mientras se tira sobre Laos para protegerlo del ataque. “Estuvo cerca”. Dice asustado Laos por unos momentos. “Escóndete en ese pasadizo y no salgas, esto se va a poner muy feo”. Dice Peter tratando de atacar a su manera. Laos se esconde entre las sombras con mucho temor, nunca sabes lo que puede haber allí; más cuando esas sombras pertenecen al mismo inframundo; queda inmóvil con mucho nerviosismo, no tiene fuerzas para observar la lucha campal cuyo final es la muerte para uno de los dos. “Ahora destruiré tu alma, ¡ave fénix, ataca!”. Esta vez con gran impulso ataca con el golpe mental sobre Peter y lograr así destruir su espíritu usando sus propios miedos. Cae de rodillas sufriendo un dolor emocional tremendo, ya que la ilusión del golpe muestra a Peter la muerte de Karen sin que pudiera salvarla, pero lo peor es que las imágenes muestran como el mismo goza de la muerte de su esposa. Con un grito desfavorido Peter cae inconsciente, desgastado mentalmente creyendo en lo que la ilusión le muestra, a la vez que su adversario se alimenta de su dolor. Laos no sabe que hacer al ver tal escena, el miedo lo inmoviliza y no lo deja pensar con claridad a la hora de actuar, ocultarse o salvar a su amigo que lo ve arrastrarse por los calurosos y rocosos suelos del infierno. “Así quería verte arrastrándote como el gusano que eres”. Se burla el demonio. “No puedo ser derrotado, esto es solo una ilusión y no debo creer en lo que la mente me manipula, esto nada tiene de verdad, tengo que salir de este trance”. Trata de destruir el hechizo con toda su fuerza de voluntad. “Es inútil que luches mi poder jamás puede ser destruido aún si estas en mi propio mundo, ahora es golpe de gracia”. Dice el demonio intentando una vez más con el golpe del fénix. En el momento justo en que el golpe iba a impactar de lleno en su adversario alguien se interpone y recibe el golpe. “¡Joel!”. Grita Laos. “Me recuerdas traidor, pues ahora he venido por ti y las almas malditas de los demás, prepárate cretino; Laos llévatelo de aquí, es cuestión de tiempo para que se recupere”. Le grita a Laos quien obedece sin entender nada. “Creí que te habían detenido”. Dice el demonio preparándose para pelear con Joel. “Logre salir ileso, lo vencí pero esta vivo”. Contesta el monje lleno de odio y venganza hacia sus antiguos compañeros. “¡Estás sangrado!”. Advierte Laos pensando en la historia si llega a mezclar su sangre con la de otro de los demonios volverá a ser lo que alguna vez fue. “No temas, mi sangre ha sido purificada con los dones de la fe y la luz, nada puede dañarme, solo la sangre maligna que fluye en las entrañas del mal podría transformarme y de seguro que no pasará”. “En ese caso yo te prestaré un poco de la mía, pero primero juguemos un poco”. Se burla el demonio preparando para atacar con el golpe del fénix. “No podrás usar tus golpes conmigo, puedo presentir cada movimiento antes de que ocurra, lo mismo le pasó al anterior, no podrás usar trucos baratos”. Se burla Joel. “No me he olvidado, pero tengo algo preparado para ti”. Contesta el príncipe y se eleva lo más alto que puede para que su adversario no advierta su jugada ya que el monje ha perdido un poco su toque dentro de las sombras, ya que él pertenece a la luz por lo que no le será tan fácil. “¡Prepárate”. Grita el demonio lanzándose como una feria hacia su presa. El monje solo cierra sus ojos y espera, se concentra y solo escucha el sonido de la oscuridad porque sabe que solo tiene una chance para contragolpear. De pronto una extraña fuerza sale de su mano deteniendo de un solo movimiento el golpe del fénix; el demonio queda sorprendido por lo que ve. “¡El talismán!”. Se asombra sin poder entenderlo. “Lo recuerdas verdad, este trozo de cristal que el monarca mando a destruir, ¿sabes por qué?; porque sabía que esto iba a pasar y necesitaba deshacerse de los talismanes antes de que alguien supiera que podría acabar con él usándolos en su contra, yo lo advertí a tiempo y pude rescatarlo antes de que fuera destruido. El momento ha llegado y su días están contados”. Explica el monje. “Si sabías todo esto de antemano al igual que el complot, por qué no lo detuviste si podías”. “No lo sé, dejé que pasara porque estaba cansado de llevar esta vida llena de traiciones y en el templo aprendí lo equivocado que uno vive, ahora regresé para cambiar las cosas por las buenas o por las malas así lo haré”. El príncipe queda sorprendido por lo que acaba de oír y reacciona a tiempo usando el poder del fénix diabólico. Pero sabe bien que primero debe lograr deshacerse del talismán para vencer de lo contrario no tendrá chances. Laos observa la batalla custodiando la vida de su amigo, fascinado por lo que ve trata de socorrer a Peter que no lograr controlar el dolor que siente por tantas heridas. “Calma amigo, Joel está con nosotros estarás bien”. Trata de animarlo. El monje sabe que el poder del talismán es lo único que pude mantener lejos a los seres malignos y pondrá todo su empeño para salir ileso de esta batalla y seguir adelante en sus planes de derrocar al maligno de una vez por todas y que el equilibrio vuelva a estar en paz. El demonio trata de crear un poder magnético para tratar de quitarle el talismán al monje pero falla. “No podrás quitármelo fácilmente, somos uno, con un par de hechizos logré que el talismán regrese a mi cada vez que alguien trate de desprenderme de el, posee vida propia y solo responde a mis impulsos”. “Has privado al maestro de la chance de vencerte, tal vez tengas razón pero no me daré por vencido, prepárate para recibir el golpe de la muerte”. Dice el demonio y corre hacia el monje realizando el poder del fénix, esta vez el talismán no responde y el recibe el golpe por lo que comienza a recordar los horrores de su pasado. Los recuerdos de muerte, sangre y sufrimiento de los inocentes lo encierran en un delirio de intenso dolor. “¡Peter!”. Grita en su dolor. Pero él no puede responderle, todavía tiene los efectos del ave fénix y el manto no tiene el poder suficiente para ayudarlo ni romper el hechizo; la influencia maligna del lugar hace que se debilite poco a poco. El príncipe se eleva desplegando nuevamente su capa para convocar el poder del ave fénix, esta vez crea una puerta dimensional hacia el volcán de fuego, la Casa del fuego, una fuerza magnética hace que el monje sea atraído sin resistirse a su interior, este es el adiós. “¡Maldito traidor!”. Grita Laos con lágrimas en sus ojos. “No te preocupes, ahora es su turno de acompañarlo”. Ríe el maligno mientras se prepara para volver a efectuar el poder. “Tengo una idea, si el manto es bañado con sangre volverá a tener su fuente de energía”. Dice Peter muy débil. “¿Qué dices?”. Pregunta asustado Laos. “Es lo que dijo el monje, su historia también se le aplica al poder del manto; es nuestra chance de recuperar los poderes”. “¿Cómo lo harás?”. Pregunta nuevamente Laos adivinando la posible repuesta. Peter se sienta con dificultad y toma su navaja haciéndose un pequeño corte para bañar con su sangre pura el manto. El demonio se acerca y no hay tiempo; pero poco a poco el manto empieza a mostrar signos de vida y empieza a vibrar lentamente. “Debemos apresurarnos”. Dice Laos nervioso. “Salgan, no se escondan porque puedo encontrarlos, solo están extendiendo su sufrimiento”. Se burla el demonio. “Estoy algo débil y mareado por la perdida de sangre pero voy a intentar luchar como sea”. Dice Peter tratando de pararse sosteniéndose de la roca. “Déjame intentarlo”. Dice decidido Laos. “Tenemos poco tiempo, mi sangre revivió los poderes del manto pero solo por unas horas no debemos desperdiciar nada, tengo que hacerlo”. Le responde Peter a la vez que se planta frente a su enemigo. “Veo que los ratoncitos salieron de su escondite a jugar un ratito, ya me estaba aburriendo”. Ríe con burla el demonio. “Pues que te parece esto”. Le dice Peter a la vez que muestra sus heridas al demonio y observa como poco a poco comienzan a curarse por si mismas. “Por lo que veo usaste tu propia sangre para recuperar los poderes del manto, muy valiente de tu parte”. Dice algo frustrado el demonio. “Así es, ahora me siento tan fuerte que voy a poner todo mi empeño para que pagues lo que has hecho con nuestro amigo”. Dice Peter mientras se prepara para combatir. “Le paso por atreverse a desafiarme y lo mismo tengo preparado para ti”. La pelea se inicia en medio del intenso fuego del infierno porque se hallan en la Casa del fénix, el ave del demonio; las paredes irradian la inmensa maldad de las sombras, pequeños lagos de lava se pueden observar por todo el lugar. Detrás de unas rocas se puede apreciar una figura observado la batalla. “Pues basta de palabras y ven aquí, te enviaré a visitar a tu amigo el monje como lo llamas”. El demonio vuelve a efectuar el poder de la puerta dimensional para enviar a Peter al otro mundo donde envía a las almas condenadas, si el manto no pude protegerlo será el fin de nuestro héroe. El manto trata de responder pero aún le cuesta querer defender a su poseedor. No puede diferenciar entre la sangre pura de Peter o la influencia de la maldad del lugar. ‘Vamos pequeño no tengo tiempo, debes reaccionar la nobleza de tu energía es para hacer el bien, acuérdate de eso’. Trata de hacerlo reaccionar Peter psíquicamente mientras el agujero negro se les acerca. No responde y el agujero negro comienza atraerlo, Peter se da por vencido y espera su triste final mientras su amigo Laos lo despide con lágrimas. De pronto esas lágrimas se convierten en pequeñas partículas de polvo que se dirigen hacia el manto y éste los absorbe recuperando su energía, el espíritu de la amistad hizo su efecto. Peter suspira de alivio y su compañero recupera el aliento. Ahora a preparar el contraataque contra el agujero negro antes de que sea tarde. Logra evitar al agujero negro usando un círculo de luz tan brillante que cientos de pequeños demonios huyeron al no poder soportar tanta luz en medio de la oscuridad. Trata contra el demonio pero logra esquivarlo usando su capa como escudo infernal. “Tendrás que hacer mas que eso para lograr tocarme siquiera”. Dice burlón el príncipe atacando nuevamente. Cerca de allí la figura sigue observando la confrontación no muy satisfecha por los resultados. “Ese mortal es inteligente y poderoso mas de lo que pensé, se animo a activar el manto con su propia sangre esto se esta yendo de nuestro alcance y hay que pararlo ya o estamos acabados, lo dejaré llegar hasta la colina de la Casa de pegasus y el dragón”. Dice el monarca muy asustado. Peter intenta realizar un hechizo de hielo algo ilógico en medio de tanto fuego, pero lo intentará. Un gran remolino muy frío aparece de la nada y con una fuerte ráfaga de viento logra apagar el fuego a un gran diámetro en relación al lugar de la batalla, el poder del manto arruina la Casa del fénix pero el demonio había desaparecido. “¿A dónde se fue?”. Pregunta desorientado Laos al acercarse a Peter. “Ha desaparecido, no me gusta todo esto fue muy fácil”. Se desorienta Peter también. “El manto reaccionó a tiempo y recupero sus fuerzas para continuar”. Dice aliviado Laos sin saber que fueron sus lágrimas combinadas con la sangre de Peter lo que funcionó. “No perdamos tiempo y continuemos”. Agrega Peter. “Aún no tienen mi permiso”. Lo detiene una voz. “Sabía que aún seguías vivo en alguna parte, muéstrate de una vez”. Le ordena con furia Peter. El príncipe no se encuentra en ninguna parte, pero en una escondida roca de hielo sólida su interior comienza a brillar hasta que colapsa y estalla liberándose el príncipe de su prisión de hielo. “Pudiste congelar mi reino pero yo aún sigo aquí”. Dice con arrogancia el demonio. Peter lo observar detenidamente y nota algo extraño en el, su poderes no parecen ser los mismos presiente una debilidad en ellos; haber congelado parte de su reino no lo beneficio demasiado. “Aún tengo la fuerza suficiente para conjurar tu perdición, conocerás el poder secreto que tal vez tu amigo el monje no te haya hablado”. Dice el demonio. “No tuvimos tiempo de hacer ninguna charla de despedida”. Bromea Peter. “No te preocupes ahora lo sabrás”. Contesta con ironía el demonio. Peter acondiciona el manto para usarlo como escudo para protegerse junto a Laos a la vez que el demonio comienza a realizar un extraño baile ritual. “Poder del cosmos maligno ha llegado la hora de liberar a tu fiel servidor ven a mí, te lo ordeno; quiero tu fuerza para castigar a quienes te desafían, ven, ven aquí, ¡ya!”. Dice el príncipe a la vez que una gran bruma de aire espesa vuelve a convertir la zona helada en un fuego radiante, más poderoso que antes. “¿Qué sucede?”. Pregunta nervioso Laos. “No lo sé, pero no me gusta nada y presiento algo muy grande”. Contesta Peter protegiendo a Laos detrás de unas rocas. “Observa mortal, observa cuan poderoso son los poderes de mi reino”. Dice el demonio disfrutando el momento y una gran cobra gigante aparece de las profundidades de la tierra. “No pueden hacer otra cosa que llamar a sus títeres para hacer el trabajo que ustedes no pueden”. Grita burlón Peter. “No es un títere mi amiga tiene conciencia propia y puede leer lo que dices, acabas de irritarla con tu comentario ahora verás de lo que es capaz de hacer”. Ríe burlón. “Escóndete no quiero ninguna sorpresa”. Le grita Peter a Laos y corren hacia una cueva oscura sin saber a donde los guían las sombras.-“Vamos por la aventura mi querido amigo”. Nuestros amigos suben por una pendiente en forma de escalera formada por las mismas rocas del lugar, todo es oscuridad y frío en esa parte de la cueva. Esperemos que lleguen a un buen destino. Mientras esto sucede; en la escalofriante y calurosa Casa del fénix el débil príncipe llama a su mascota, a la cual convocó con su poder infinito para hacer su trabajo, eliminar a Peter. “Veamos que hace esta serpiente”. Dice Peter a la vez que intenta congelarla, pero eso duro solo unos segundos, la bestia logra liberarse sin problemas. “Lo ves tus pequeños poderes no podrán dañarla”. Ríe el demonio. La cobra contesta con un rayo de luz que sale disparado de su boca, es el veneno de la cobra que si logra rosarte aunque sea una simple gota sería mortal. Por suerte el manto los protege a tiempo. “Bien mi querida mascota, si lo matas será tu cena”. Ordena el príncipe. La serpiente posee una gran velocidad y pronto se pone al alcance de Peter a quién logra herirlo al provocar la caída de trozos de rocas desde el techo de la cueva. Laos continúo sin detenerse por la cueva hasta que llega a un lugar que lo sorprende. Se acerca lentamente para no ser visto ni llamar la atención. Espía por una pequeña abertura en la roca y se da cuenta que es una especie de calabozo del horror, logra introducirse sigilosamente y observa a una figura en las sombras; atada a lo que parece una tabla redonda suspendida en el aire sobre un foso que lleva al fuego eterno de las tinieblas. Laos reconoce la figura, la reconoce y no puede llegar hasta ella, atada sobre una tabla de tortura se halla suspendida en el aire y no la alcanza. ‘Es Karen, debo traer a Peter lo antes posible y como sea’. Piensa Laos y corre hacia Peter que aún sigue luchando contra la serpiente gigante. “Veo que no puedes con mi mascota y me estoy aburriendo”. Se burla el demonio. “Pues has hablado antes de tiempo, cara de sapo”. Formando un hechizo de piedras vivientes. Inmensos meteoritos aparecen de la nada y caen con todas sus fuerzas sobre la serpiente de las tinieblas. La misma ruge en un intenso dolor, logra recuperarse y vuelve al ataque más furiosa que antes usando nuevamente el rayo venenoso. Peter aún sigue herido y con una pirueta trata de esquivar el rayo, el dolor por dentro hace que sus movimientos sean limitados pero no se da por vencido. “No podrás escapar de ella por mucho tiempo, tu manto no está concentrado al máximo y pronto te abandonará y ahí estaremos listos para el golpe final”. Dice del demonio. Peter no se deja intimidar y mientras tenga fuerza seguirá atacando. “Rayo de luz cósmica ataca con toda tu furia a tu enemigo”. Pero el hechizo no funcionó. “Ves lo que te digo, el manto aún no sabe que hacer si ayudarte o estar de nuestro lado”. Se burla el demonio. Pero de pronto el manto comienza a vibrar y ataca a la serpiente con estrepito poder y en el estallido hace volar a la serpiente en mil pedazos. “Ves, no debes hablar antes de tiempo”. Se le ríe Peter. “Peter por aquí, rápido”. Dice Laos llamándolo desde la cueva. “¿Qué ocurre?”. Dice Peter corriendo hacia él. “Esto lo tienes que ver tu mismo”. Le contesta para no asustarlo ni dar detalles. “Esta bien, déjame terminar con este insecto y estoy contigo; quédate aquí”. “Veo que tienes mucha confianza, pero aún tengo más poder que ese trozo de tela; mientras estés en mis dominios tal vez tengas suertes si me vences pero será difícil tu camino”. “Si he podido vencerlos hasta ahora podré con todos”. Dice con firme decisión. Laos está nervioso, no sabe si para cuando logre llevar a Peter a su destino Karen este aún con vida o en ese lugar. El combate continúa, Peter utiliza el manto una vez más convocando el poder de los dioses del templo tibetano, quizás pueda funcionar. Cientos de sombras lleno de luz rodean al demonio quedando inmóvil, neutralizado, en un estado vegetativo para nunca más moverse. “Maldito no podrán tener aquí por siempre, el monarca logrará liberarme por ahora han ganado”. Dice con bronca y resignación el demonio. “Vámonos rápido, no tenemos tiempo debemos llegar a un lugar”. Apresura Laos a Peter. “Cual es la prisa, que sucede”. Pregunta nervioso e intrigado Peter. “Acabo de verla, es ella y esta en un calabozo aquí cerca suspendida en el aire sobre una fosa de fuego”. Termina de contarle Laos. Sin titubear corren ciegamente por el oscuro túnel sin detenerse ante nada, guiado por su compañero no piensa en otra cosa que rescatar a su esposa antes de que sea tarde. Llegan al lugar y Laos le indica a través de la pequeña abertura la ubicación del calabozo. “¡Es ella!”. Se emociona Peter al verla con vida. Revisando el mapa trata de encontrar el lugar por donde poder llegar hasta ella lo más rápido posible. Una vez encontrado corre sin pensar en nada más que llegar a ella; hasta no piensa en los posibles obstáculos del camino. El deseo de encontrarla pronto se frustró cuando una brisa extraña le quita la respiración y obliga a que se detengan. “¿Qué ocurre?, ¿Te sientes bien?”. Pregunta Laos. “Presiento algo en este lugar, las sombras no parecen ser lo que son, no me dejan concentrar y pierdo el sentido poco a poco”. Contesta casi desmayándose. Laos trata de recostarlo cerca de las rocas mientras trata de encontrar algo o a alguien en las penumbras sin hallar nada. “Hay alguien allí, lo sé”. Insiste Peter. “No veo nada ni a nadie”. Se asusta Laos mirando en todas direcciones. “Hay una fuerza extraña no cabe dudas de eso, esta observando”. Peter pone su mirada fija en el lugar de donde cree se esconden y usando el manto logra iluminar el sitio dándole la razón. “Veo que no es fácil sorprenderte, esperaba que cayeras en mi trampa”. Ríe su próximo rival. “Mis instintos de supervivencia me salvan algunas veces de hasta el mas cauto depredador”. Contesta Peter sin sacarle la mirada de encima. “La verdad me sorprendes con que facilidad vences a los demás, hasta el más fuerte entre nosotros al gran fénix, pero aquí en la Casa de pegasus y del dragón no te será fácil; deberás luchar con fuerzas combinadas y por lo pronto te estaré esperando en la cascada de los muertos. Quiero que estés lucido para que tu caída no sea tan fácil”. Dice el príncipe y desaparece. “¿Qué crees?, de seguro será una trampa”. Dice Laos. “Debemos continuar pero muy alertas y cautos”. Contesta Peter mientras inician viaje con mucho cuidado y alertas a cada paso que dan. La antorcha alumbra con debilidad pero en el camino solo alumbra rocas y pendientes, a todo esto en sus mentes se halla la presencia de su compañero Joel que ha caído en manos del príncipe del fénix. El camino se hace extenso, cruzan por pantanos de lava y solo tienen apenas un estrecho puente por donde cruzar o mucha precaución, un paso en falso o sus cuerpos se desintegrarían en el fondo de la lava volcánica. “Esto si que es una locura”. Dice Laos. “Solo prosigue que no falta mucho, solo ve con prudencia”. Agrega Peter. “Es que se hace difícil caminar en este puente tan resbaladizo”. Todo marchaba bien hasta que llegan al final del puente, Laos en un descuido resbala y cae. Peter se percata y de un salto sobre el puente se la juega; cae al piso realizando un peligroso giro en el aire para tomar a Laos por el antebrazo y así ponerlo a salvo. “¿Te encuentras bien?”. Pregunta Peter mientras lo saca del peligro. “Si estoy bien, buena atrapada”. Sonríe Laos. “Ten cuidado o la próxima vez no hay atrapada”. Bromea Peter. “Gracias no hay problema”. Sigue la broma Laos. Pronto llegan al otro extremo y prosiguen con cautela ya que el camino de rocas se convierte en huesos y cráneos humanos; como así también de animales diversos del inframundo. “Esto es repugnante y sanguinario”. Se asusta Laos. “Estamos en el inframundo y aún hay cosas peores por descubrir”. Agrega Peter. Laos continua temeroso por un largo trecho a la vez que Peter lo mira de reojo y ríe burlón disimuladamente. Se han acostumbrado al calor y el fuego de las tinieblas, el fuego se apaga a cada paso que van, como que alguien le estaría dejando el camino libre sin obstáculos; ¿hasta cuando?. Telepáticamente son observados desde la sala de reuniones por el monarca que los vigila estudiando cada movimiento. “Bien sigan así, pronto los eliminaré cuando el momento llegue”. Dice mientras llama al príncipe de la Casa siete. “¿Llamo usted Señor?”. Pregunta el demonio haciendo una reverencia. “Llego la hora de que los elimines”. Ordeno con mucha rudeza. En los pasadizos infernales el dúo continúa su camino para salvar a Karen, según el mapa solo deben pasar por la colina de la muerte donde lo estarán esperando. “Creo llegaremos justo al cruzar esa cascada de sangre”. Dice Peter con repugnancia. “Así es mis amigos, esta es la cascada de la muerte y es a donde su sangre será derramada”. Dice la voz del príncipe. Peter se prepara para defenderse y trata de concentrarse en que tipo de ataque podrá con su oponente. “Mi orden es eliminarte y lo haré con mucho gusto, luego tu sangre alimentará la cascada de la muerte”. Dice el demonio señalando al gran torrente de sangre. “Pues lamento decirte que mi sangre no esta disponible para ninguna cascada”. Se burla nuestro héroe. “No dudes de que lo estará”. Replica burlón. “¡Golpe del dragón viviente!”. Grita con furia y ataca con una patada voladora a velocidad luz. Peter empuja a Laos intentado desviarlo del trayecto del golpe; a la vez que se coloca de rodillas y usa el manto como escudo para amortiguar el ataque. Lo logra pero queda muy aturdido por el mismo. “Tuviste suerte, aún no has conocido lo mejor”. Dice mientras despliega la capa. Se concentra todo lo posible mientras Peter aguarda, el demonio comienza a liberar una gran cantidad de energía que casi derrumba todo el lugar, esto hace que nuestro héroe baje su guardia. “Logre bajar tu guardia, ahora te aplastaré. ¡Poderes oscuros, llamo a la fuerza bruta del dragón y a la velocidad y potencia de pegasus!”. Convoca a la vez que ataca con velocidad usando sus puños. “¡No Peter!”. Grita Laos mientras ve como su amigo recibe semejante ataque quedando aplastado entre las rocas. “Lo ves fue fácil, nunca podrías romper mi defensa y detener mi golpe al mismo tiempo”. Ríe burlón. El demonio se disponía de irse seguro de su victoria cuando escucha otro derrumbe que lo hace voltearse con rudeza. “No puede estar pasando”. Se sorprende el demonio. “Estoy de regreso”. Ríe Peter al ver la frustración de su enemigo. “Veo que eres duro nadie jamás ha sobrevivido a semejante ataque”. Peter logra pararse con dificultad y su apariencia llena de harapos y lleno de sangre muestra a su adversario el manto con el que fue salvado. “Veo que todavía utilizas esa maraña de tela”. Se enfurece el demonio. “Lamento desilusionarte por lo que ahora es mi turno”. Dice efectuando hechizos de tempestades, inmensos huracanes que apagan las llamas del lugar; luego incontables truenos que logra derribar parte de la cascada de los muertos a causa de un temblor. “Esto no puede estar sucediendo, que demonios está pasando”. Se enfurece mientras cientos de rocas caen sobre él. Después de minutos no hay señales del príncipe. “Peter…”. Tartamudea Laos. “No te acerques, presiento que aún no nos iremos fácilmente”. Dice Peter preparándose para recibir alguna sorpresa desde cualquier punto de las sombras. Queda inmóvil concentrado su mirada en el habitáculo de rocas donde yace el demonio y lo espera. No hay señales y ambos comienzan a ponerse nerviosos. “Vámonos debemos ir por Karen”. Insiste Laos. “Está vivo, lo presiento; tendrás que seguir sin mi yo luego te alcanzo”. “ten cuidado”. Se despide Laos corriendo por unos de los túneles que llevan a la joven prisionera. Peter continúa esperando respuesta de su adversario, no cree que haya quedado fuera de combate con tanta facilidad, espera con paciencia porque sabe que esta allí y no quiere despertar. Laos pronto encuentra el lugar donde se halla Karen suspendida en el aire, por lo que entra con cautela hasta que logra liberarla, está inconsciente, es difícil sacarla pero lo intenta; con mucho esfuerzo y con ayuda de su navaja logra liberarla. Cuando la libera, el inmenso tablón cae al foso de fuego envuelto en llamas. “Despierta Karen”. Dice Laos tratando de reanimarla con palmadas en el rostro. “Peter…”. Es lo primero que pronuncia. “Soy Laos hemos venido a rescatarte”. En esos instantes Peter busca derrotar al mal de una vez, prepara un golpe directamente hacia el demonio. “Veo que no puede eludirte”. Dice el demonio mientras sale de su tumba de rocas. “Nunca podrás hacerme caer en tus trucos baratos, el instinto de supervivencia que se aprende en la guerra no es fácil de pasar por encima”. Agrega Peter preparándose colocando el manto en el suelo. “¿Qué intentas hacer?”. Pregunta el demonio atento a la jugada de su enemigo. “Darte el último golpe, verás que bien se siente con el golpe del escorpión”. “Ese truco me es indiferente; con mis técnicas será un simple golpe”. Se burla. “No estaría tan seguro”. Agrega mientras realiza el baile ritual parecido a los movimientos de una serpiente. El demonio no le deja actuar y ataca antes de que sea tarde, lamentablemente par el demonio lo es. Peter lanza a tiempo el hechizo y el manto golpea con fuerza al mal con el rayo del escorpión; solo es cuestión de segundos para que el veneno surta efecto. La luz envenenada con la fe del alma de Peter se introduce en la sangre maligna siendo infectada. Peter observa como se queja del dolor que siente por dentro, pero es el destino. Sin remordimientos corre por el túnel para encontrarse de una vez con Karen y salir de este lugar plagado de maldad. “¡Karen!”. Grita Peter al correr hacia ella con locura. “Peter…te quiero”. Fue lo que le dice y se desmaya. “Llévatela, te un trabajo inconcluso que terminar”. Dice Peter tomando el manto para dirigirse al interior de los infernales túneles de cristal donde los demonios concentran todo su poder. Desde allí pueden cambiar sus poderes con la orden del monarca que en estos momentos lo invade una furia tremenda. “Es increíble como acaba de derrotar al más poderoso de mis súbditos, no puede ser una persona mortal; no puede ser que tenga tanta suerte usando ese manto”. Grita ordenando al resto de los príncipes que actúen de una vez. Peter llega al foso de la perdición y no puede observar su interior, allí hay miles de espíritus que gritan por ser liberados para poder tener un eterno descanso. Salvo a Karen pero queda salvar a los monjes de sus prisiones de piedra, se lo debe a su gran amigo Joel que murió por su causa. Mira por última vez a Karen y corre escaleras arriba por donde habían bajado. Con toda su furia va directamente en busca del monarca. El desenlace está cerca… CAPITULO VII LA CAIDA DEL MONARCA Peter recorre y observa con atención las paredes del túnel que no pierden su esencia maligna, llega a una galería donde tiene tres ramales distintos y por intuición se juega por la del centro mientras es observado por el príncipe de la sexta casa, la del misterio. ‘Bien, bien, has elegido el túnel correcto que te llevará a mis dominios; allí nadie conoce lo que hay y será divertido jugar contigo’. Piensa el demonio. Nuestro héroe se percata de que lo observan pero sigue el camino sin detenerse ante nada; hasta que llega a los calabozos donde encierran a los más feroces animales del inframundo que enloquecen por devóralo al verlo entrar. No les teme y entra con mucha precaución; continua solo sigue el rumbo que su instinto guía hasta que llegue al lugar. Es camino es espantoso, pasa por una caverna llenos de esqueletos putrefactos, animales que pelean por devorar la poca carne humana que consiguen, encuentra urnas llenas de corazones frescos; pero nada de esto lo intimida. Pronto su instinto lo hace detener en ese lugar, sabe que está ahí esperando al acecho. Se detiene y lo espera con asombro y furia dentro de sus venas. “Sal de tu escondite, sé que estas aquí”. Dice Peter deteniéndose con brusquedad. “Te he estado observando y la verdad me sorprendes con la facilidad que has vencido a mis hermanos, tu solo con ayuda de ese pedazo de harapo no puedo entender como lo has conseguido”. Dice el misterioso príncipe que sale de las penumbras con cautela. “Mis instintos de supervivencia como ex-combatiente me han ayudado, gracias a la fuerza y la fe que el manto me transmite puede hacer y sentir cosas que ni he imaginado”. Contesta sin sacarle la mirada fija. “Te aconsejo volver por donde has venido, no tienes oportunidad a la magia de la Casa del misterio; tu decides si vives o mueres”. Dice con sarcasmo el demonio. “Lo mismo te propongo a ti”. Agrega Peter sin dar un paso al costado en su lucha. “Tú elección está tomada, es una pena desperdiciar tanto talento”. Mientras conjura el poder de la sombra mortal. Algo nunca visto por nuestro héroe en ninguno de sus adversarios. Peter se cubre con el manto porque no presiente nada bueno en todo esto. “Poderes de la noche, guerreros de las tinieblas, espíritus de la muerte, instinto asesino del mal; vengan a combatir a través de la Casa del misterio a tu enemigo”. Dice a la vez que desaparece. Luego una fuerte brisa de olor nauseabundo choca el rostro de Peter; no se mueve y pronto enloquece al ver como las sombras que lo rodean le provocan mareos, se toma la cabeza sin poder resistir tanto dolor y se deja caer. Las sombras comienzan a tomar formas humanas atacando a Peter provocándole mucho daño, quemaduras y heridas profundas. El manto se deslizo antes de que lo atacaran y puede ayudarlo esta vez, quizás muera en esta oportunidad. Los demonios beben la sangre que pierde y parece que eso los fortalece aún más, no puede controlarlo, ya las fuerzas lo abandonan y la única oportunidad es alcanzar el manto; es tarde ya no corre sangre por sus venas y su corazón late muy lentamente. La Casa del misterio absorbió toda su vitalidad, el fin ha llegado. El manto reacciona tarde, envuelve a Peter y eleva el cuerpo donde las sombras asesinas no puedan con lo poco que queda de su cuerpo. Necesita un poco de tiempo para que el poder del manto pueda darle nuevamente un respiro para que su corazón vuelva a latir; poco a poco Peter reacciona otra vez pero no esta apto para seguir el combate. “Bájame debo acabar esto de una vez y no pienso huir como un cobarde”. Le replica Peter al manto; este no le obedece. “Dame unos segundos, tengo una idea que no fallará”. Intenta otra vez. El manto duda unos momentos hasta que decide bajarlo para que lleve a cabo su plan. Usando el poder del cosmos infinito, logra que todo el lugar se transforme en una gran esfera de luz tan poderosa que no deja rastro alguno de las sombras. “Buen truco, solo has logrado prolongar lo inevitable, pero me agrada tener buen contrincante”. Dice la voz del demonio. Levanta sus brazos señalando con el dedo índice llamando así el poder oculto de los túneles de los espíritus; un poder que ni el mismo monarca es capaz de controlar. Creando una ilusión tridimensional Peter se encuentra parado en el límite del infierno; donde también se encuentra la región de los vampiros y la de los demonios encapuchados. No entiende nada del porque se halla en ese lugar. “Debes tomar una de las tres rutas, si adivina la ruta correcta seguirás tu camino de lo contrario serás absorbido por la dimensión maldita”. Dice la voz del demonio en la mente de Peter. Saca sus conclusiones y sabe que los vampiros son leales a los demonios del infierno, sería un suicidio, por lo tanto elige la ruta de los demonios encapuchados. No pasa nada, no percibe ningún mal, pero desaparece la zona tridimensional y vuelve a un lugar en el infierno ya conocido por él. “¿Qué hago en este lugar?, ¿Por qué me traes de regreso aquí?”. “Te lo diré, al elegir el camino correcto sorteaste la Casa de los misterio y llegaste a la Casa de la facultad infinita del cosmos oscuro”. Contesta el demonio. “Si no me equivoco es la casa del quinto príncipe”. “Así es, la maldad oscura del cosmos reside en este lugar y es algo que no te va a gustar”. Se burla. “No me asustan, ya con este me quedan tres traidores a quienes cobrarle venganza por Joel, así que estoy decidido a todo”. Contesta Peter. “Es verdad, Joel logro derrotar a su mejor amigo y a ti te quedan los mas sabrosos; de sortearnos te queda el postre, nada mas y nada menos que nuestro maestro”. Ríe burlón. “Ya conozco bien cada movimiento de todos ustedes, incluso la de tu maestro así que no tengo miedo a nada”. “Buena autoestima lástima que tus sueños se quedarán aquí para siempre”. “Muchos me han dicho lo mismo desde que empezó esta historia y todos terminaron como moscas en la pared”. Con furia y recelo, el príncipe se concentra para el ataque haciendo estallar toda su energía contra Peter; sin estar atento recibió toda la descarga quedando como gusano pasado por el horno. Desgastado por tantas heridas sufre sus efectos, pero conociendo a nuestro héroe no se da por vencido y vuelve a levantarse. “Admiro tu valor, lástima que tengo orden de eliminarte. ¡Poderes de la zona desconocida ven a llevarte el alma de este mortal!”. Esto dice y dos espíritus llegan de la nada aprisionando a Peter con tanta fuerza que le quitan la respiración. Siente sus entrañas reventar, su sangre comienza a salir por todos lados; intenta por todos lo medios concentrarse en el manto ya que su propia fuerza esta neutralizada. Con un desesperado grito de dolor, Peter parece agonizar definitivamente. Aunque este sufrimiento hizo reaccionar al manto en su defensa. El manto comienza a canalizar toda su energía para tratar de ahuyentar a los espíritus ya que no puede destruirlos. “No podrá ayudarte, ya verás porque te lo digo”. Fanfarronea el demonio. El poder de la justicia, la fe y la verdad, da su golpe que solo logra liberarlo por unos momentos, lo necesario para que pueda esconderse en las rocas. “No puedes huir de ellos, donde te arrastres ellos te encuentran”. Ríe del demonio mientras los espíritus vuelven por su presa. “Aún puedo intentar algo, no me daré por vencido”. Contesta Peter muy herido. Logra realizar un conjuro en la que congela gran parte del lugar y eso logra que los espíritus pierdan su rastro; esto obliga al demonio a romper su hechizo y así eliminar a los espíritus para tener mas poder para romper el hechizo de Peter. “Cada segundo me sorprendes más, pero veo que estas herido; ¿te lastimaron?”. Se burla. “Llego tu hora, no sabes lo que el poder de la luz puede hacer”. Dice mientras deja el manto en el suelo, salta sobre el usándolo como trampolín y con un conjuro mental ataca con el ataque del escorpión negro, con miles de golpes a la velocidad de la luz. El príncipe queda inconsciente, lo suficiente como para que Peter tenga tiempo de huir y esconderse. Corre lo mas que puede sin prestar atención al camino; el desgaste que ha sufrido ya no lo puede tolerar mas. Sin sentido huye sin importar hacia donde; solo quiere huir, por primera vez se siente un cobarde pero su vida esta vez esta en juego. Continúa por un pasadizo que lo introduce aún más hacia las profundidades del inframundo, a un lugar que ni los mismos demonios han podido cruzar, las mismas fauces de los dioses malignos. La caverna lo lleva en descenso hacia un lugar terrorífico, un aspecto siniestro que los mismos demonios llaman el santuario prohibido, se dice que fue el lugar donde los antiguos dioses sacrificaban demonios para obtener su poder; hasta que un día fueron enfrentados y condenados al olvido eterno. Esto fue confirmado por cierto extraño encapuchado que lo detiene y le advierte. “No sigas este camino, te llevará al santuario de los dioses devoradores de demonios”. Le advierte la figura y desaparece. Peter queda extrañado por la advertencia, en un mundo lleno de maldad y mentira como poder creerle. Si es verdad podría estar a salvo de cualquier persecución; pero quién lo salvará de estos dioses. Sin prestar atención a las advertencias continúa esperando que esto termine pronto. La misma voz vuelve a hablarle a Peter… “Si continuas morirás en el eterno olvido”. “No sigas”. Advierte otra voz. “Regresa”. Exclama otra tercera. Peter se asusta y no logra visualizar a nadie, solo atina a usar el manto para que lo ayude de alguna forma pero no funciona. El encapuchado vuelve aparecer… “No funciona aquí, el poder de los dioses los que fueron sus creadores pueden neutralizarlo con solo pensarlo”. Vuelve a decir y desaparece. “Llévame ante ellos; necesito su ayuda para eliminar a estos demonios”. Al no recibir ni un tipo de contestación, Peter continua adelante sin hacer caso a ningún tipo de advertencia. “Detente intruso, los dioses te han escuchado y te conceden una audiencia”. Dice el mensajero y con un chasquido de dedos desaparece junto a Peter y aparecen en la sala de los dioses. Entre tanto, en el alto inframundo todo es desconcierto… “Desapareció señor, derroto al príncipe de la séptima casa y no hay ninguna señal de su paradero, según nuestros espías logro huir utilizando la caverna prohibida”. Informa Trtwey a su monarca. “¡la caverna del santuario del olvido!”. Dice el monarca con su rostro pálido del miedo, por primera vez se lo ve asustado. “Malos augurios señor”. “Esperemos que no, si ellos no se alimentan de su alma humana es posible que lo tengamos en nuestra contra”. Contesta con mucho nerviosismo. Nuevamente en el bajo inframundo, morada de los dioses malignos; Peter se encuentra ante ellos. ‘¿Cual es el motivo por el que has irrumpido nuestros dominios sin hacer caso las advertencias de nuestros mensajeros?’. Pregunta uno de los dioses. “Estoy en una encrucijada sin fin contra el monarca y sus vasallos, luchando para salvar a mis amigos y mi vida, hasta el momento he sobrevivido gracias al manto”. Contesta Peter enseñándole lo que ya conocen. ‘Este lugar es prohibido’. Vuelve a decir algo tajante. “No fue mi intención, estaba luchando contra el príncipe de la Casa del misterio y este túnel fue mi única opción de huir, no conocía su origen”. ‘¿Qué hace tu presencia en el inframundo, mortal?’. Pregunta otro de los dioses. “En un plan macabro secuestraron a mi esposa, por lo cual tuve que venir a rescatarla junto a unos amigos, en estos momentos deben estar a salvo, pero mi venganza por lo que le hicieron a los monjes del templo me hizo desafiar a los príncipes y al mismo monarca”. Contesta con toda seguridad. Un gran silencio llena la sala, los dioses parecen deliberar para decidir su destino; Peter espera silencioso esperando una repuesta favorable que lo pueda ayudar a vencer a los demonios. Después de una larga y agobiante espera, los dioses hablan. ‘Damos crédito a tus palabras porque tenemos conocimiento de lo que sucede, has hablado con la verdad nosotros mismos ya hemos roto el hechizo de piedra; aún así queremos que derrotes a esos demonios y al tirano. Para eso te ayudará uno de nuestros sacerdotes capaz de devolverle todo su poder al manto; en estos momentos se halla muy débil y no podrá ayudarte en esa forma. Te daremos también a través del sacerdote otros hechizos o conjuros que aún no has visto si quieres derrotar al monarca”. Luego las voces se acallan y un sacerdote pequeño aparece junto a Peter y lo acompaña en esta última parte del viaje. Sin tenerse confianza prosiguen el viaje sin separarse ni un segundo uno del otro, el manto parece revivir a cada instante con la sola presencia del sacerdote que camina como en estado de trance, seguramente está utilizando su poder para transferirlo al manto. Sin darse cuenta llegan nuevamente al alto inframundo, allí son espiados por cuervos quienes vuelan para darle la noticia a su señor. “Pronto sabrán que estamos aquí”. Es lo que dice el encapuchado al saber que lo espían. “Lo sé, esos animales me han estado observando desde que empezó todo esto en la superficie”. Caminan por las intensas llamas hasta que llegan a la zona donde habita el cuarto príncipe, el demonio de la muerte. El encapuchado saca un trozo de talismán, parecido al que usaba el monje pero con vivos colores más intensos. “Este talismán tiene el doble de poder que los que usaba tu amigo Joel; conocemos toda la historia”. Dice el encapuchado mientras le entrega el talismán a Peter. “¿Quién eres tú?, ¿cómo te llamas?”. “No tenemos nombres, solo nos identifican con un número en mi caso son 234”. Contesta el espíritu. “Qué frío suena eso, no te molesta si te llamo Hood”. “La verdad no me molesta, suena mejor ese nombre que me llamen por un número como si fuéramos desperdicios”. Dice con alegría el espíritu. Junto al monarca se encuentran los pocos príncipes que aún quedan en carrera, los nervios corren por sus venas. “Esto se nos fue de las manos, si no terminan su trabajo tendré que enfrentarlo yo mismo”. Reprocha el monarca. “¿Qué desea que hagamos, maestro?”. “Terminen su trabajo, ese mortal ahora viene acompañado por uno de los espíritus encapuchados que fue enviado por los dioses del mal; eso no nos conviene”. “Voy en camino”. Dice el cuarto príncipe. Peter junto a Laos y su nuevo compañero, continúan cuidadosamente por la senda marcada en el mapa. “Cuidado, el príncipe de la muerte se acerca”. Avisa Hood. Peter se detiene y vigila cuidadosamente cada centímetro de sombra esperando a su adversario. “Esta muy cerca, a solo unos pasos”. Vuelve a decir. El viento cálido fluye en señal de que está cerca, Peter ya lo presiente también y se prepara usando el manto sintiendo como ha maximizado todo su poder. El aire se hace más denso, ya está aquí sobre ellos sin dejarse ver aún. “Ten calma, él nos está envolviendo pronto estará frente nuestro”. Dice Hood sin mostrar en ningún momento su rostro. “Veo que has buscado ayuda a los parásitos del bajo inframundo”. Se burla el demonio. El sacerdote no muestra emoción alguna ni temor. “Ustedes terminarán igual que su amiguito”. Ríe mientras mira a Peter y Laos. “Que pasa tienen miedo que no se deciden a moverse”. Sigue diciendo burlón. Peter reacciona y concentra todo su poder bajo la atenta mirada del espíritu, siente todo ese poder fluir por sus venas y está listo. El manto está al máximo desplegando una gran energía nunca igualada por nadie, el demonio responde con todo su odio reflejado en sus ojos. “Me impresionas, es inmenso el poder que tiene ese manto, pues veamos que tiene en sus entrañas”. Dice el príncipe. Entra en acción atacando con el poder de las garras del tigre, el mismo hipnotiza a su presa para luego atacar con sus garras acertándole una muerte segura. Peter se prepara defendiéndose con el manto ante la atenta mirada de sus compañeros, Hood lo observa y se maravilla como puede manejar el manto si nunca lo conoció antes; es como si llevara a un Dios dentro. El manto se eleva junto a Peter, irradiando una gran cantidad de luz deja cegado por un momento a su rival. El demonio se repone y con mucho fastidio vuelve al ataque. “¡Poderes de las sombras muestren mi poder, salgan a la luz con el poder del tigre negro!”. Dice mientras un par de sombras en forma de tigre salen despedido hacia Peter. Usando su entrenamiento de combate, disuade a los felinos con saltos y acrobacias escondiéndose detrás de unas rocas envueltas en llamas; aunque esto no alejará a las sombras por mucho tiempo. El encapuchado sigue observando detenidamente cada movimiento de Peter y sonríe. Con ayuda de los poderes que le concibe Hood, Peter puede convocar el poder del samurái que solo podía lograrlo el monje. El gran guerrero aparece y con gran destreza elimina fácilmente a los felinos de las sombras. “¡Poderes de la luz, destruye al ser maligno!”. Ordena con furia al manto. Pero el demonio se refugia detrás de su capa y no sufre ningún daño. “Muchacho, me das lástima, esos ataques solo me causan gracia”. Se burla el demonio. No deja que las palabras del mal lo desconcentren, sigue firme ante la mirada de admiración de Hood que lo ve como un verdadero guerrero. Intenta un hechizo, no es seguro, pero lo intentará. Lo piensa, Hood adivina la intención y lo aprueba con un gesto, por lo tanto se concentra ya que al menor descuido sería el final. “Poderes de la noche, pido con urgencia la gran espada de las sombras, deseo su ayuda para eliminar a los traidores del templo; solo imploro su uso para una justa causa”. Esto dice mientras coloca el manto en el suelo y haciéndose una pequeña herida en el pecho, baña en su sangre el manto. La sangre corre por el manto y se desparrama por el suelo del infierno, luego una luz intensa color rubí muestra al héroe una espada de oro, la toma como sumo cuidado. Lo peligroso de esta espada es que es dominada por poderes oscuros, si Peter no derrota al demonio para lo cual convoco; éste poseerá el alma de Peter para siempre. “Lo que has hecho fue suicidio, sabes que si no me derrotas en un máximo de una hora será tu fin”. “Lo sé, como también se que te cortaré la cabeza antes de que pestañees”. Dice Peter mientras concentra toda su fuerza en la empuñadura de la espada. El demonio hace su jugada, convoca los poderes de las tinieblas del monarca y así tener el máximo poder posible. Con su gran energía logra hacer desaparecer toda la estructura del lugar, pronto se encuentran suspendidos en el aire; la lucha se traslado al universo blanco. Un universo donde solo hay polvo en lugar de estrellas, no hay planeta, todo se encentra en un vacio lleno de tinieblas. Peter no se desespera, sabe que es una ilusión y además tiene todas sus esperanzas en la espada. Como toda ilusión; la forma de persuadirla es cerrando los ojos, concentrarse con otro lugar u otros pensamientos. Lo intenta, le cuesta dolor pero no se da por vencido. Lo está logrando, poco a poco la ilusión desaparece y el hechizo se rompe. “No se como consigues derrotar cada hechizo de los trece, pero aún queda más”. Se enfurece mientras convoca otra de sus mascotas. Peter se recupera, aunque algo debilitado por el esfuerzo mental que realizó. Aún así se prepara. “Gran poder oscuro, yo te convoco para llamar al poder de la tarántula”. El demonio convoca a una gigantesca tarántula, el arácnido mas venenos de esta familia. Con ayuda del manto y espada en mano, no se intimida ante esta nueva amenaza; la espera usando sus tácticas de supervivencia en la selva, toma distancia y cautela como si peleara contra un felino astuto. El demonio gana tiempo, mientras su mascota entretiene a su rival, trata de idear un plan aprovechando su desconcentración. Peter trata de reaccionar sabe que solo tiene una oportunidad para acabar con ambos. Tomando su espada y manto como escudo corre hacia sus adversarios, da un salto en el aire y logra cortar la cabeza de la tarántula y una de las orejas del demonio de un solo golpe. El príncipe aqueja el dolor aunque logra acertarle el golpe de la muerte a Peter, lo cual lo deja inconsciente. Peter no reacciona y está en peligro, ya que el demonio corre con todo su odio hacia el para acertar el golpe final. “Que golpe”. Dice Peter tratando de reaccionar antes de que sea tarde. “¡Muere maldito!”. Grita el demonio desatando una ráfaga de fuego sobre el débil cuerpo de Peter. No logra esquivarlos a todos y su cuerpo queda muy dañado por las quemaduras. No lo soporta y queda tendido en el suelo sin moverse por el intenso dolor. “Bien ahora terminaré de destrozarte y me fortaleceré con tu sangre”. Mientras utiliza el ataque místico de la muerte. Esta tan herido que no reacciona; se convence que este lugar será realmente su eterno descanso. El demonio ataca lo que queda de su cuerpo, corta una de sus piernas, desgarra su piel, con sus garras perfora su pecho y le saca el corazón; lo comprime y bebe su sangre. “Al fin la victoria es nuestra, el monarca estará complacido por mi victoria”. Sigue vitoreando mientras zacea las últimas gotas de sangre de su digno rival. “Es tu turno engendro encapuchado”. Dice mientras dirige su mirada hacia Hood, pero éste ya había desaparecido. Sin darle importancia desaparece para dirigirse con las noticias a su monarca. Un haz de luz sale del túnel de los dioses, recogen los restos de nuestro héroe y lo llevan al interior del oscuro túnel. Luego, cuidadosamente es colocado dentro de una urna llena de poderes místicos. ¿Será su eterno santuario donde descansará en paz?. La urna comienza a brillar y libera gran cantidad de energía, los sacerdotes encapuchados rodean la cripta mística y elevan los brazos; comienzan a murmurar cantos religiosos. Los dioses aparecen para terminar el ritual de la vida. “Atención mis fieles seguidores”. Dice uno de ellos. “Hemos venido para dar vida a un gran guerrero que ha demostrado destreza y honor contra los impuros”. Añade otro. “Damos las últimas palabras que devolverán la vida a este humano, y así, inicie el desafío final contra el usurpador y que nos devolverá al lugar que pertenecemos”. Hood, que acompaño los restos hacia la urna se adelanta para decir… “Es un gran guerrero, su energía es increíble y se fusiona con los poderes del manto en los momentos críticos; yo respondo por su buenas intenciones en desmedro de la derrota de los impuros”. “Esta decidido, los dioses le devolverán la vida al mortal”. Decide el primero de los dioses que hablo. El cuerpo sin vida se eleva hasta llegar a la cúspide donde es introducido, con ayuda del último paso del ritual termina la transformación. Segundos después, la cúspide se abre y sale el cuerpo de Peter como si fuera nuevo, con todas las energías repuestas al cien por cien. Poco a poco comienza a recupera su conciencia hasta que no entiende lo que sus ojos ven. “¿Qué sucedió?”. Pregunta sorprendido. “Te han devuelto la vida, por tu coraje te han dado el don de una nueva vida”. Contesta Hood. Peter aún no puede salir de su asombro, por segunda vez es resucitado y esta decidido a que no vuelva a suceder, sin palabras toma el manto y vuelve al alto inframundo a terminar todo de una vez. En la sala de reuniones del monarca, todo es alegría por la victoria conseguida. “Has eliminado al humano dices y has comprimido su corazón”. Dice con sorpresa el monarca. “Así es maestro, lo siento en mi fortaleza”. “Es increíble que al fin hayan terminado con ese mortal”. Sigue sorprendido el monarca. “¿Y el encapuchado?”. Pregunta Trtwey. “Simplemente desapareció cuando quise terminar con el también”. Algo no le cierra al monarca, que los espíritus aparezcan de esa manera y desaparezcan así tan fácilmente. “Hay algo que no me gusta en todo esto, quiero que me encuentres y traigas aquí el cuerpo; hasta no verlo no estaré tranquilo”. Ordena el monarca. “Enseguida estará aquí”. Dice confiado el príncipe de la Casa de la muerte y se apresura en cumplir. Peter pronto llega nuevamente al campo de batalla, con precaución y con mucha calma recorre los pasadizos del infierno en busca de sus presas. La presencia maligna es detectada por el manto y Peter intenta esconderse en las rocas infernales. A todo esto, el manto crea una ilusión con el cuerpo destruido de su huésped para que lo crean aún muerto. Pronto llegan los visitantes. “Ves ahí lo tienes, pura carne putrefacta”. Dice sonriente el cuarto príncipe. “Buen trabajo, cárgalo y llevémoslo al maestro”. Dice Trtwey. “para qué si esta bien muerto, tu lo has comprobado”. “Igualmente, no quiero enfurecer al maestro”. El problema llego cuando quisieron cargarlo; al querer tomar el cuerpo su mano traspaso al mismo, era una ilusión óptica. El primer príncipe se acerca y lo comprueba. “¡Nos engaño, está vivo!”. Se sorprenden. “¡Imposible, yo mismo bebí su sangre y destirpe su corazón!”. “¡Los dioses del infierno!, ¡esos malditos encapuchados!, lo han salvado”. Se asusta Trtwey. “Me lo temía”. Dice una voz. “Maestro”. Se asustan los príncipes poniéndose de rodillas. “Sabía que esos espíritus encapuchados entreveía algo entre manos, lo llevaron ante los dioses y le devolvieron la vida, ¡búsquenlo!, debe estar otra vez por los pasillos”. Ordena con furia. Los príncipes enloquecen por obedecer antes de que tome alguna represalia, con un gran miedo en su interior porque el mortal tiene ayuda mística también tratan de refugiarse en los túneles infernales. Trtwey sigue sereno, no deja que el miedo lo invada, solo espera su turno. “¡Destrúyelo, si tienen que derrumbar el mismo infierno háganlo”. Se enfurece el monarca. Los príncipes logran reunirse en la cámara secreta de Trtwey para idear el próximo movimiento ante un rival mucho más poderoso que antes. “¿Y bien?”. Pregunta el cuarto príncipe. “Esto se nos fue de las manos, es hora de terminarlo de una vez; iremos los tres contra esos parásitos”. Contesta Trtwey. “Esta vez es nuestro, primero él, luego los dioses”. Dice con confianza el tercer príncipe. Los príncipes desaparecen para iniciar la búsqueda, refugiándose cada cual en sus respectivas casas. Peter sale de su escondite y retoma la marcha para encontrar al monarca, así cumplir con su promesa a su amigo el Monge. En su camino se encuentra con una mini ciudad de fuego, donde habitan diminutos seres de lava que huyen al verlo; ante la sorpresa trata de no pisar a tan pacificas criaturas del inframundo. Toma el corredor infernal, lo elude lo más rápido posible, aunque sale con varias quemaduras. Se repone de las mismas usando unas hierbas místicas que le dieron los espíritus y se calma. Se levanta, continua su recorrido con lentitud estudiando los tenebrosos y rocosos caminos de las decenas de cavernas. Su caminar es lento y fatigado, una bruma lo deja sin aliento pero no se detiene; llega más tarde a una sala donde hay cientos de estatuas de dragones, demonios, lagartos, todo tipo de criaturas. “Bienvenido a la Casa del olvido”. Dice el príncipe de la tercera casa. Peter lo mira con recelo y ojos desafiantes. “Quieres luchar, pues te tengo una sorpresita”. Se burla el demonio liberando una energía de color verde. Se prepara para defenderse de cualquier ataque del ser maligno. Aunque la sorpresa no será muy grata; en unos segundos aparecen el resto de los príncipes. “Te agrada la sorpresa, esta vez seremos los tres grandes lo que tomaremos tu alma”. “Queremos ver que tienes para darnos un buen golpe”. Se burla Trtwey. Peter los observa uno a uno, sin inquietarse estudia a su oponente; es la ley de la selva, luchar o morir. Nadie muestra señales de atacar. Se estudian de reojo, a Peter le invade el temor, la diferencia en número y poder lo esta envolviendo en un capullo de terror. Los demonios lo advierten y comienzan el ataque en conjunto; utilizando sus poderes, que usados en forma integral, podrían destruir el planeta entero. Los ataques se repiten a gran velocidad y Peter apenas logra defenderse; pierde el control cayendo pesadamente, a pesar de esto logra levantarse, gracias a las curaciones místicas no fue afectado demasiado. “Vamos, quiero ver si esta vez puedes competir contra los tres, haremos un hoyo en tu corazón que ni lo veras”. Se burla uno de los demonios. Aprovechan que Peter se halla aún en el suelo para atacar, no quieren dejarle la más mínima chance. “Esta vez no te salvaras de nosotros, seremos tu perdición”. Agrega el príncipe de la muerte mientras lanza su poder de la noche eterna. El manto protege a nuestro héroe con el ataque de la luz infinita; logra cegarlos, al menos hasta que Peter pueda reponerse a tiempo. “Maldito pedazo de tela, te voy a convertir en cenizas”. Se irrita de rabia Trtwey. Realiza un hechizo en la que una gran grieta se abre y Peter se precipita en el. Cae a un vacío sin fin y Peter derrama lágrimas de resignación. “A eso le llamo una buena caída”. Se burla el cuarto príncipe mientras todos festejan dicho triunfo. “Ahora cerremos la grieta para asegurarnos”. Dice el tercer príncipe. Realizan el hechizo respectivo, pero no funciona… “¿Qué sucede?”. Se sorprende el príncipe de la Casa del olvido. “No se cierra, algo no está funcionando”. Contesta Trtwey. Los príncipes se acercar a la grieta para observar que es lo que ocurre; se llevan una sorpresa. Observan algo que no es normal. “Miren allí, algo esta brillando con intensidad”. Señala el príncipe de la Casa del olvido. Un as luminoso se aprecia en el interior de la grieta, lentamente comienza a elevarse y en pocos minutos una gran esfera de energía encierra al mortal sacándolo a la superficie de la grieta. “Esto es imposible, que más sorpresas nos traerá ese manto; es que nunca morirá este gusano”. Enfurece el príncipe del olvido mientras trata de atacar. Una nube de olor a azufre cubre la esfera logrando romperla, de esta manera deja indefenso a Peter. “Lograste romper su defensa, aprovechemos la oportunidad”. Dice el príncipe de la muerte usando el poder de las garras del tigre. Una gran herida sale del pecho de Peter que lo deja sin sentido. “Ves, el manto no te protegerá por siempre”. Ríe el príncipe de la destrucción. Al mismo tiempo crea un poder para derrumbar parte del techo sobre el cuerpo de Peter. Trata de protegerse, no lo logra, pronto queda sepultado bajo los escombros sin ningún tipo de reacción. La victoriosa mirada de los demonios observan el lugar, no hay signos de vida en el lugar. Habrán logrado su cometido. Después de una considerable espera, los príncipes danzan su victoria; aunque tendrían visitas. Decenas de sombras rodean el lugar protegiendo la sepultura de escombros. “¿Qué sucede?”. Pregunta el príncipe del olvido. “Parece que son otra vez esos encapuchados del bajo inframundo”. Contesta el príncipe de la muerte. “Pues démosle el postre a nuestro maestro”. Dice confiado Trtwey después de su victoria. Se presta una singular batalla contra los encapuchados, nadie muestra respeto por el otro, pero es feroz y cruel. A todo esto, uno de los encapuchados se acerca a la pila de escombros y, a través de un conjuro, despeja el montón de escombros. El cuerpo frío de Peter se halla cubierto por el manto, el cual comienza a irradiar energía al sentir la presencia del encapuchado, que no es otro más que Hood. El pulso es débil aunque sigue con vida, el manto con ayuda del encapuchado pronto logran reanimarlo. Se mueve con lentitud, le toma unos minutos reaccionar, algo a lo cual esta acostumbrado. Una vez que tomo el sentido entra en batalla con los demás. La misma es feroz, algunos fieles caen, eso no los atemorizan ya que son espíritus nada los detiene. “Una vez que terminemos con ustedes sabandijas, iremos por sus dioses y una vez que los borremos seremos los amos absolutos del inframundo”. Dice el príncipe del olvido. Los fieles encapuchados se van en retirada, han perdido gran parte de su energía en esta batalla, ahora todo vuelve a depender de nuestro héroe. Peter intenta levantarse, no tiene reacción, el golpe en su cabeza hace que caiga nuevamente en un sueño profundo, ya no hay resistencia. “Ve por el maestro, le encantará ver esto”. Ordena el príncipe del olvido al cuarto príncipe. Desaparece ante la orden en una gran nube de polvo, el fin ha llegado, por la memoria de su amigo Joel no ha podido cumplir su promesa. La sala está adornada por algunos fieles, sus restos de alguna manera, junto al débil cuerpo de Peter que no da señales de movimiento para no alertar a los demonios; mientras trata de recuperar algo de fuerzas. Segundos más tarde el príncipe de la muerte regresa con su maestro. “Aquí esta señor”. Dice el resto mientras muestran su trofeo. El monarca satisfecho recorre observando a cada una de las victimas, con gran asombro no puede creer que al fin haya vencido. Camina lleno de satisfacción, deleitando su ansiedad por ver el cuerpo que más le interesa, el de su rival. Lo observa detenidamente y ordena… “Aún sigue vivo, llévenlo a la cámara de transformación; le daremos un mejor aspecto”. Ríe el monarca. “Enseguida me encargo”. Contesta Trtwey. “Esta vez nada ni nadie podrá salvarte de tu destino”. Dice el príncipe mientras carga a Peter. Con su instinto de supervivencia, disimula su gravedad para intentar alejarse del resto; no tiene energía ni fuerzas suficientes para enfrentarlo a todos. En el camino ideará un plan. “Me gustaría verte consiente cuando te convirtamos en algo divertido, para nosotros”. Dice el demonio a pura carcajada. Peter no se intimida, con voz baja convoca un pequeño conjuro logrando que el manto brille con intensidad. “¡Que es eso!, ¡me quema!”. Se enfurece el demonio soltando a Peter con fuerza hacia las rocas. Se revuelca del dolor en el polvoriento precinto, no puede controlarlo; la quemadura producida por el manto fue tremenda. Peter se levanta con dificultad y empieza a alejarse como puede antes de que el demonio reaccione. Toma una de las desviaciones que lo llevan al templo; es justo lo que necesita, aire fresco. No tarda en llegar; se enceguece por los rayos de luz, volviendo poco a poco acostumbrarse, observa el panorama de las decenas de estatuas de piedra de los monjes. Cae al suelo desvanecido, después de varias horas de estar dormido, se relaja come algo de carne de cabra a medio asar, bebe uno buenos tragos de cerveza y otros manjares que pudo encontrar en el templo. Trata de curar un poco sus heridas oculto en el templo sagrado, desde allí busca la manera de vencer al resto de los demonios, en especial al monarca. El príncipe sigue en el suelo dolorido, pronto llegan el resto de sus compañeros junto al monarca dándole asistencia. El ser maligno observa lo ocurrido y estalla en furia, casi derrumba el lugar por el temblor que provoco. Herido en su orgullo, Trtwey reclama el desafío, no desea esperar más. “Déjemelo señor, esta vez no me agarrara desprevenido; usaré el poder secreto”. Dice recibiendo la aprobación de su maestro. El demonio desaparece en el aire y pronto encuentra a su presa. “Eres listo mortal, pero si quieres llegar al maestro primero tendrás que vencerme, he roto las reglas así que tu oportunidad de vencerme directamente”. Dice el demonio mientras hace el ritual para invocar a un ser supremo. “He de convocar al dragón de fuego, un ser que murió hace milenios, tuve la suerte de conocer las artes de invocarlo, su resurrección está cerca”. Agrega mientras lo invoca. El príncipe convoca a la gran criatura cósmica, al máximo de sus fuerzas como lo hizo la primera vez, con la diferencia que no lo atormenta el dolor. Con determinación y autocontrol, poco a poco le da vida al dragón de fuego, antiguo guerrero de las sombras. Inmensos temblores sacuden el lugar, rocas que se desprende, grietas que se abren; por una de las cuales Peter pierde el equilibrio y cae. Todo sigue en cuestión de segundos, Peter logra agarrarse y comienza a subir con dificultad hasta que vuelve al lugar de la batalla. “Observar esto mi querido amigo”. Dice el demonio señalando la pared de rocas, ésta se derrumba y aparece una gigantesca estatua de un dragón; el demonio con un simple rayo golpea la frente de la estatua. Luego los temblores se repiten en las entrañas de la figura dando vida a la estatua. “Ahora nadie podrá derrotarnos, el dragón ha despertado con su gran furia, despídete de este mundo mortal”. Dice el príncipe mientras libera su gran energía. El dragón ataca a Peter con grandes llamaradas despedidas de su boca, el mismo es controlado psíquicamente por Trtwey; algo muy difícil, ya que estos animales mágicos tienen el poder de evitar que lo manipulen. El demonio ha encontrado la facultad para hacerlo, algo que Peter lo asombra y deberá hacer algo rápido o será tarde. El manto trata de atacar con todo lo que puede, un inmenso rayo de luz de gran potencia ataca, pero el dragón lo detiene con una simple llamarada. “No tienes chances”. Se burla el príncipe. ‘Tengo que atacar a su fuente, debo hacer que pierda la concentración sobre ese animal’. Piensa Peter. Como alternativa utiliza el hechizo de polvo de diamantes, miles de diminutos diamantes congelados salen con furia hacia el dragón, éste lo detiene con rayos de fuego que salen de sus ojos. El dragón vuela con furia hacia Peter, lo único que intenta para defenderse es creando un escudo de acero con ayuda del manto. El príncipe ríe al ver como el animal cruza su defensa como aguja en papel, quedando cara a cara el final parece inevitable. “¡Destrúyelo!”. Ordena con furia el príncipe. El dragón usa sus rayos de inmovilidad, siendo detenido por el manto, Peter vuelve al ataque. Esta vez ve directo al príncipe, de esta manera destruir al mal desde su origen. Usa el gran poder de la luz infinita, un inmenso haz de luz sale disparado desde el manto hacia el príncipe, éste solo lo detiene usando su capa. “Veo que eres bueno, intentas atacarme directamente para que pierda la concentración, no te preocupes; con mi mascota tendrás mucho para jugar”. Se burla. La gran bestia lanza un gran alarido y sale disparado hacia Peter con toda su furia maligna. El manto trata todo lo posible para detener la envestida, usando el poder de la luz mística. La gran luz rodea al dragón quién comienza a sangran; el demonio se desespera en tratar de romper ese hechizo. De alguna manera logra controlar el hechizo y calma a su mascota; encontrado el punto débil, Peter no lo piensa dos veces y lo intenta otra vez. Nuestro héroe parece haber encontrado el camino de la victoria, el demonio lo percata y trata de proteger a su mascota. Usando su capa desvía el golpe del haz de luz. “El lema dice… no usar dos veces el mismo truco”. Se burla el demonio. Sabe que el tiempo se le acorta, debe lograr detener al príncipe para que pierda control sobre la bestia. Corre por uno de los corredores para atraerlo; lo logra. “Huye conejito, el lobo va por ti”. Ríe el demonio. ‘No sabe lo que el conejito hará al lobo’. Piensa Peter. Se esconde detrás de las rocas, desde allí espera y planea, creando un campo de fuerza intentará atraparlo. La bestia cae, el campo de fuerza lo envuelve en una burbuja de aire; Peter comienza a empujarlo lentamente hasta que la burbuja cae a uno de los abismos sin fin. No puede liberarse, por lo tanto, es su fin. Con un último alarido es el fin de la bestia; ahora por el príncipe… “¡Detente!”. Dice el príncipe levantado su mano hacia Peter. “¿Te rindes sin tu mascota?”. Se burla esta vez Peter. “Yo no diría eso”. Dice el demonio señalando las espaldas de Peter. Lentamente gira su cabeza hacia atrás par ver lo inesperado. El inmenso dragón hace su aparición a sorpresa de Peter, sus ojos hacen un extraño brillo y se lanza con furia hacia su presa. De pronto siente que no es perseguido dejando de percibir a su oponente. Volviendo por sus pasos no encuentra señales de enemigo, no lo entiende, sigue buscando hasta que halla al dragón convertido nuevamente en piedra y al príncipe desaparecido. Su sorpresa fue inmensa y grata a la vez. De las sombras sale una figura conocida por él. “¡Laos!”. Se sorprende y corre en su auxilio, tiene pulso, solo está inconsciente. Debe haber logrado romper la concentración del príncipe dejándolo fuera de juego de alguna manera, pero a un costo grande, observa que ha perdido una de sus manos. Minutos más tarde, luego de que todos estaban a salvo tratando las heridas de los valientes, una fuerte brisa empuja a Peter hacia los túneles de cristales; fue empujado por esa fuerza varios kilómetros dentro de los mismos. Al llegar a su destino, la brisa desaparece y Peter logra ponerse en pie sin entender nada. Mira a su alrededor y no hay nada, pronto una presencia peculiar sale de las sombras. El reto que tanto ansiaba estaba a su alcance, el reto final esta por comenzar. ¡Aquí estoy, es un error terminar este reto, te daré la oportunidad de irte sin problemas de mis dominios; solo debes dejar el manto conmigo o deberé convertirte en polvo y alimentar así a mis vasallos”. Dice el monarca. “Te daré el gusto de pelear, Peter Ghorré jamás renuncia a una batalla”. Contesta con ira mientras se prepara para la lucha. “Lástima, un guerrero como vos al cual deberé eliminar de un golpe, si es tu decisión”. Dice el monarca a la vez que despliega su manto maligno. El rey de las tinieblas eleva sus brazos para liberar su energía, la misma se convierte en un ave de fuego; el gran fénix negro, más fuerte y poderoso que el de la octava Casa. Peter no vio el ataque recibiendo un gran golpe del fénix negro, nuevamente su mente es afectado por el golpe. Miles de imágenes negativas vuelven a jugar con su mente, pero logra romper con facilidad el hechizo. “Ese truco no sirve, ya lo han intentado varias veces, estás perdiendo tu don”. Se burla Peter. “Tonto mortal, con el golpe del fénix negro acabo de convertir tu mente en un espectro, solo debo ajustar un poco y pronto sentirás la muerte en carne propia”. Extiende su capa maligna, un haz de luz sale de la misma en forma de fantasma introduciéndose en el cuerpo de Peter. Pronto comienza a soportar un gran tormento. “Lo ves, no debiste meterte con el maestro”. Dice a la vez que crea un huracán de fuego con su debo, el cual rodea a Peter. Poco a poco es consumido en una gran antorcha humana, es observado por el monarca quién desaparece luego en los túneles de cristal. Desde su trono observa junto a los príncipes sobrevivientes, todo hacia pensar que la victoria es rotunda; aunque esta vez no había festejos. De repente una gran explosión vino desde el lugar de la batalla… El ser maligno se levanta con rudeza sin entender, pronto una gran figura con un olor azufre aparece de entre las sombras. “Nunca dejes las cosas que debes terminar”. Dice Peter con furia. “¡Terminemos de una vez entonces!”. Contesta el maestro saliendo disparando hacia él usando el poder del dragón viviente. Peter logra retenerlo usando el manto como escudo. “No te salvará siempre, poderes de los antiguos dioses, venga a mi para poder invocar al gran rey unicornio”. Dice el demonio atacando transformándose en un gran unicornio. Golpea con fuerza el pecho de Peter, comienza a sangrar, el dolor lo adormece, el manto logra calmarlo un poco, hasta cuando podrán subsistir de esta manera. “Sigue resistiendo, no te fíes demasiado; fuerzas de los espíritus negros de las tinieblas, vengan a controlar a este humano que nos ha desafiado”. Ordena y cientos de sombras salen del interior de los túneles negros, tratarán de detener a Peter. Utiliza el poder infinito para tratar de defenderse del rotundo ataque. El haz luminoso llena todos los rincones del infierno, elimina a todas posibles sombras y cegar a toda criatura presente. El monarca había desaparecido antes del ataque de Peter, una vez que desapareciera el efecto vuelve al ruedo. “Bien hecho, admito que siguen asombrándome, ahora deberemos llevar esto a otro nivel”. Dice mientras convoca los poderes de los infiernos. Con un extraño ritual, el monarca convoca a todos los infiernos… “Poderes del universo maligno, poderes del antiguo imperio del mal, poderes de los hermanos vampiros, únanse para convocar los poderes del reino, poder de los siete reyes, demonio de las siete cabezas, aquí los convoco”. Fue su orden mientras se quita las vestiduras. El maligno poco a poco comienza a cambiar de forma, un gran demonio gigante de siete cabezas es en lo que se transforma, cada cabeza representa los siente reinos del universo maligno, las siente dimensiones del mal. Peter logra esquivar los primeros ataques, rayos de fuego son disparados desde cada cabeza; utiliza el manto para crear una red de energía, de esta manera trata de absorber la energía del gigante. No tuvo resultado, debe responder rápido antes de que sea tarde, logra crear un escudo de energía para detener los rayos que disparan los ojos de la criatura. Usa el poder infinito logrando cegarlos un poco, quedan confundidas por un instante; tambalean hacia atrás sin poder ver y resbalan al abismo sin fin. Peter los observa caer mientras rebotan contra las paredes del abismo, al ver que todo terminó, se deja caer pesadamente ante la fatiga de su cuerpo. Pronto queda dormido en un sueño profundo, cientos de imágenes se le cruzan por la mente, la lucha, los desafíos, y los príncipes que aún restan y querrán revancha, tal vez no. Peter se repone y su meta está en salir lo antes posible de este infierno, antes pasa por los túneles del bajo inframundo; no se irá sin despedirse de los dioses y los encapuchados. Sobre todo de su amigo Hood, que tanto le han dado para salir victorioso. “Los dioses te dan la gracias por vencer a la tiranía, me han pedido que te entregará este recuerdo”. Le dice Hood entregándole una bolsa con monedas de oro y notas de agradecimiento. Conmovido sin poder decir palabra alguna, entrega el manto a sus creadores. La pesadilla al fin termina, el equilibrio definirá el destino de todos. “Esto es suyo, ha de volver a su origen”. Al fin dice Peter entregando el manto. “Eso también te pertenece, los dioses te lo han confiado como buen protector que has sido”. Dicen los fieles sacerdotes y desaparecen. Fatigado, con respiración débil, poco a poco inicia el ascenso a su mundo, que por menores los aguardan. Su viaje es lento, pero tranquilo, el silencio es mortuorio que ni los animales infernales dan señales de vida; el luto al monarca es grande. Sigue su camino, solo piensa en llegar para ver a Karen y a sus amigos. Pronto llega al santuario, donde solo verá cientos de estatuas de piedra. Su sorpresa fue inmensa… “Bienvenido a casa, hijo, mi pueblo y el mundo estará en deuda contigo”. Dice el Sumo Sacerdote dándole la bienvenida, a la vez que todos se ponen de rodillas. “Peter”. Dice una voz. “¡Karen!”. Dice Peter corriendo hacia ella fusionándose en un gran abrazo. “Tenia la esperanza de que regresarías, cuando vi que todos volvieron a la vida, imaginé que habías ganado esta interminable batalla”. Dice Karen sin dejar de besarlo. “No se olviden de mi”. Se burla Laos. “Como crees mi amigo, te agradezco todo lo que has hecho”. Dice Peter con un fuerte abrazo y estrechan sus manos. “Tengo listas las valijas, esta vez si que nos vamos”. Dice ansioso Laos. “Alguien quiere verte”. Dice Karen mientras conduce a Peter a una de las habitaciones. “Te acompaño, te llevarás una sorpresa”. Agrega Laos. “Que harás con una mano menos”. Se le burla Peter. “Me las arreglaré, no te preocupes”. Entra a la habitación con su rostro lleno de misterio, se lleva una gran sorpresa. “¡Joel!, ¡esta vivo!”. Fue su sorpresa y corre a darle un meritorio abrazo. “Seguro que sí, mi pelea con mi amigo solo fue un truco para dejarme fuera de combate, así creerían que te podrían manejar como a un crustáceo”. “Me da gusto verlos a todos, que estén vivos”. Se emociona nuestro héroe. “El sentimiento es mutuo”. Contesta Joel por todos. “¿Cuál será tu destino?”. Pregunta Peter “Seguiré con los míos, no cabe dudas”. “Quizás necesites esto”. Dice Peter entregándole la bolsa de oro. “No lo necesito, en este lugar no son necesarias las riquezas, tu te lo has ganado”. Dice Joel devolviéndole la bolsa. “Como quieras, me despido de todos, ya es hora de marcharme”. Dice con tristeza Peter. “Tengo el presentimiento de que volverás, amigo”. Ríe Joel. Solo hubo un cruce de miradas, que el regreso solo sea de visita de cortesía, nada más. CAPITULO VIII REGRESO A BOSTON. Luego de la dura batalla en las montañas del Tibet, la feliz pareja junto a su amigo Laos regresan a Boston. Horas más tarde llegan al aeropuerto, allí son recibidos por una gran multitud y reporteros, todos habían estado al pendiente de las noticias. Peter regresa nuevamente a casa como un héroe, tal experiencia vivida cuando regreso de Vietnam, los reporteros no lo dejan caminar con libertad, fotos, preguntas, cámaras, todos lo han cercado. La semana fue enérgica, cartas, llamados, mudanza a una casa lujosa, ya no piensa esconderse de nadie, hasta el gobierno mando construir una gran estatua en su honor. Durante una cena, todos reunidos junto a Laos, una gran expectativa sobre el futuro los envuelve. “¿Qué piensas hacer desde hoy en más?”. Pregunta Karen sabiendo la repuesta. “Ya sabes lo que haré, he visto como mi ciudad ha crecido criminalmente en mi ausencia, es hora de tomar mi lugar y hacer limpieza”. “Y no estará solo”. Agrega Laos. “Bueno, ahora que tendrás un fiel compañero, podré dormir más tranquila”. Ríe Karen mientras abraza a Peter y da un beso a Laos. “Podrías darme otro”. Bromea Laos. “Luego, cuando Peter no esté”. Sigue la broma Karen. “Entonces evitaré salir de la casa”. Termina riendo Peter. Esa noche…después de mucho tiempo sin vigilar las calles de Boston. Peter usa su viejo traje negro para esconderse en las sombras, su nuevo socio igual, se separan; mientras uno vigila los callejones, Laos hace lo propio cerca de los edificios. Nuestro aprendiz está nervioso en su primera noche de vigilante, se toma unos tragos de coñac, toma coraje y se desliza entre las sombras acechando a los criminales que no descansan. “Moe, ¿trajiste la pasta?”. “Claro jack, sin ella sabes que no aguantaríamos, solo tenemos para unos saques, tendremos que conseguir dinero para más”. “No hay problemas, conozco una vecina cruzando la calle, ella estará por pasar de su trabajo en cualquier momento, usaremos estas caretas”. Dicen los malhechores. “Chicos, yo que ustedes estaría durmiendo en una cómoda cama”. Dice la voz de Laos, que consiguieron una mano mecanizada para suplantar la que perdió. “¡Quien diablos está ahí!”. Se asusta uno de ellos. “Tranquilo Moe, vamos a cortarlo”. Dice Jack. Ambos corren hacia la figura, pero éste logra escabullirse en las sombras. “No te escondas, sal de ahí cobarde”. “Detrás de ustedes chicos”. Dice la voz. “¿Cómo lo hizo?”. Pregunta Moe. “No lo sé, ya córtalo de una vez hermano”. Dice Jack lanzándose contra la figura. El golpe es esquivado y envía la joven a los tachos de basura. Lleno de miedo en sus rostros, ambos huyen sin mirar atrás. “Estuviste bien”. Dice una voz a Laos. “Nada mal por ser la primera vez”. Contesta Laos a su compañero. “Ahora sígueme, tenemos más trabajo pesado”. Dice Peter a su discípulo. Escondidos en las sombras actúan con la sagacidad del felino, siempre al acecho de sus presas. Nadie a la vista, pero ellos siguen vigilando; este trabajo requiere mucha paciencia. Solo el ruido de tachos a causa de gatos que buscan su comida, es el único movimiento en esta fría noche. Una mano le entrega una patita de pollo a uno de los felinos, mientras es acariciado con ternura. “Eso es gatito, disfrútalo”. Dice Laos. Su espera se acorta, unos orientales llegan al callejón para hace intercambio de opio y cocaína. Las figuras entran en movimiento, es tanta la rapidez que nadie puede percibirlos, es como si las figuras y las sombras fueran uno. Esperan el momento apropiado y luego cada una de las sombras salta sobre los contrabandistas. Caen pesadamente mientras la mercancía se desparrama por los aires. “Esta porquería no es aceptable en mi callejón”. Dice Peter sin dejarse ver. “¡Dispárales, esos malditos están ahí escondidos!”. Grita uno y empiezan a dispáreles a las sombras al azar. Sin suerte, los héroes vuelven a saltar sobre ellos desde otro ángulo, con sus lazos de fibra de cobre los desarman. “¡Esto es magia negra!”. Se asusta uno de lo maleantes. “Ahora veremos si saben pelear con las manos limpias”. Dice la voz en las sombras. Los bandidos ríen, son adeptos a las artes orientales, se confían de su destreza. Peter y Laos son buenos luchadores también, toman el reto, eligen cada uno un luchador y empieza el combate. “No se escondan cucarachas, salgan a luchar contra los hijos del viento”. Dice un oriental a la vez que salta a las sombras en persecución de Laos. Paso en falso, en la oscuridad solo encuentra contenedores de basura y queda golpeado un momento. “Deberás darte un baño, no hueles bien ahí adentro”. Se burla Laos. No tardaron mucho en vencer a sus oponentes, los ataron para que no escapen y llaman a la policía, ellos harán el resto. “Bien muchachito, es todo por hoy, has pasado tu primer examen”. Felicita Peter a su compañero. Karen, mucho mas tranquila ahora, no se preocupa por las salidas nocturnas de su esposo; desde que ahora tiene un compañero que lo respalde. “Bueno, otra vez en casa, nunca desee regresar tan pronto”. Dice Peter luego de un baño y de sentarse a cenar con Laos y Karen. “Es porque estas envejeciendo”. Se burla Laos. “A la edad que tengo, estoy más despierto que cuando tenía tu edad”. Le contesta la broma Peter. “¿Qué tal el nuevo socio?”. Pregunta Karen mientras sirve la cena. “Comida china, porque me castigan”. Se fastidia Peter. “Cariño, no seas grosero”. Le llama la atención Karen. Un profundo sueño vence a Peter recostado en su cama, comienza a recordar lo que ha vivido. Lo mas doloroso y tormentoso que jamás pudo olvidar; su hijo, a quién compartió con el la guerra de Vietnam y que sabe que jamás regreso, Lo dieron por muerto y siempre se culpo por eso. Ya han transcurrido varios meses desde que regresaron del Tibet, un extraño llego a la casa, desde el portón de entrada observa con cautela el interior, vestido con atuendos militares llega hasta la puerta de entrada y llama. Karen atiende la puerta y se sorprende tanto que casi se desmaya. “¡Michel!, ¡hijo!”. No hace otra cosa que saltar sobre él y llenarlo de halagos, besos y abrazos. Había pasado más de cuatro años de que la guerra terminó, su paradero era desconocido y se lo dio por muerto. “Madre, padre, he regresado al fin”. Dice el joven. Peter al verlo un cruce de emociones lo invaden, no puede reaccionar ante tanta sorpresa. Será en realidad su hijo. No importa, responde con todo el júbilo de su corazón. Luego de tantos alborotos, los cuatro se sientan en el living junto a la chimenea, tragos de por medio el joven cuenta su historia. “Bueno, cuando papá y yo fuimos a la costa norte de Saigón, allí nos separamos; nos topamos con todo un batallón enemigo y nos acorralaron fácilmente. Caímos prisioneros, durante semanas nos interrogaban por un superior de inteligencia, nos torturaron, varios compañeros murieron hasta que fuimos trasladados a las selvas de Laos casi a los limites de Vietnam”. Interrumpe para tomar un trago y un poco de aire para seguir. El resto estaba siguiendo atento el relato, parecían unas simples estatuas pendientes de las palabras del joven. “Nos llevaron a lo que parecía un campo ruso, así estuvimos cautivos por casi dos años, viviendo en las peores condiciones, nos hacían hacer trabajos forzados todo el tiempo, pasando hambre, frío, un calvario. Después de ese tiempo, llego gente del gobierno checo y les ofrecieron un intercambio de armas y contrabando de opio a cambio de nuestra libertad; hasta dinero americano y yen japonés, todo estaba listo en un embarque en la costa tailandesa”. Corta su relato y medita un poco lo que después sucedió. “Esos malditos europeos, siempre jugando sucio”. Dijo con odio Peter. “Volvimos al campamento, allí nos dieron la noticia de que habías muerto, lo dude, ya que otro prisionero francés negó todo. Era un plan propagandista de que fuimos olvidados a propósito por nuestro gobierno para que no pensáramos en regresar; llego el día de nuestra liberación, fuimos puestos al servicio de inteligencia británica con otros nombres, todo bajo la supervisión italiana, los tratamos de traidores.” Hace otra pausa y beber. “Nos explicaron que todo era un plan ideado para sacaros, fuimos trasladados en secreto hasta Turquía donde nos trataron como ciudadanos, vigilados no podíamos salir del país hasta nuevo aviso. Hace más de un mes llegaron los pasaportes y visas para poder volver, acá estoy”. Termina su relato. Peter se sorprende, no entiende como pudo vivir en una mentira, que el gobierno nunca dijo de esto, o no lo sabía; se larga en un suave llanto. “Papá, sabes como los extrañe, nunca fue tu culpa, eso es seguro”. Trata de tranquilizarlo. Peter solo lo abraza, le cuenta a Laos su parte de lo sucedido, de las mentiras que le dijeron sobre su muerte. “Dime padre, que has hecho tú desde que regresaste, ¿quién es tu nuevo amigo?”. Pregunta Michel. “No me creerás, siéntate y escucha con atención”. Contesta Peter mientras que relata lo que pasó. Desde su regreso, su lucha nocturnas en los callejones, su desafío con los demonios, sus viajes, el inframundo, el reto contra el monarca, sus varias resurrecciones, sus amigos que quedaron en el templo, el origen de su amigo Laos. Michel queda mas sorprendido, hace que su calvario sea un juego de principiantes. “Si fue así, me hubiera encantado estar aquí para pasar todo esto contigo”. “Basta de hablar del pasado, estamos juntos otra vez, a celebrar”. Anima Karen sin dejar de abrazar a su hijo. A Laos le da alegría y tristeza al mismo tiempo, nunca conoció a sus padres, murieron cuando era chico en un bombardeo, gracias a dios pudo cruzarse en el camino de Peter. Los noticieros dieron alardes de esta noticia durante semanas, ahora se ha formado un trío en la lucha contra el crimen. Tratan de recuperar el tiempo perdido durante el día, se cuenta anécdotas, salen a bares, restaurantes, una inmensa alegría cubre a toda la familia, integrando a Laos que es como un hijo más. El tiempo pasa sin sentirlo meses después, mientras Peter dormía, un sueño lo invade. Sueña con su viejo amigo, el monje, desde entonces sueña con otra lucha maligna, una pesadilla que lo persigue…¿será un sueño?. FIN. DEFINICIÓN: En el estudio de la mitología y la religión, el inframundo es un término genérico aproximadamente equivalente al término laico "más allá", haciendo referencia a cualquier lugar al que vayan las almas de los muertos *Inframundos: según algunas mitologías. Mitología Inframundos Habitantes* Mitología babilónica · Kurnugia · Erra · Nergal · Ninlil · Sursunabu · Ur-shanabi · Utnapishtim Mitología celta · Annwn · Mag Mell · Arawn · Bean Sidhe · Cernunnos · Cwn Annwn · Gwyn ap Nudd · Latiaran · Manannan mac Lir · Midir · Morrigan · Niamh · Pwyll · Sluagh · Tethra Religión cristiana · Cielo · Infierno · Purgatorio · She'ol · Ángeles · Demonios · Difuntos / Almas Mitología egipcia · Aaru · Duat o Amenti o Necher-Jertet · Aker · Am-heh · Ament · Ammit · Andyety · Anubis · Apep · Apis · Ha · Har-nedy-itef · Imiut · Isdes · Isis · Jenti-amentiu · Jerti · Maat · Mehen · Naunet · Nehebkau · Neftis · Nuit · Nun · Osiris · Sokaris · Seth · Thot Mitología griega · Elíseo · Érebo · Hades · Tártaro — Hidrografía — · Aqueronte · Cocito · Estigia (Estix) · Piriflegetón · Cerbero · Caronte · Hades · Keres · Perséfone · Serapis · Tánatos Religión hindú · Amaravati · Patala Loka o Naraka (los infiernos) · Pitri Loka (el planeta de los antepasados) · Svarga, los planetas paradisíacos · Balí · Chitragupta · Durgá · Iama · Nagas · Rudra · Soma · Váruna · Vívasvat Mitología nórdica · Helheim · Niflheim · Garm · Hel · Holler · Ran Mitología romana · Hades · Cerbero · Dea Tacita · Dis Pater · Egestes · Fames · Inferii Dii · Larenta · Lete · Libitina · Mors · Plutón · Proserpina · Viduus Mitología sumeria · Dilmun · Edimmu · Ekimmu · Endukugga · Enmesarra · Ereshkigal · Gidim · Gula · Irkalla · Kur · Namtar · Nergal · Neti · Nindukugga · Ninlil · Urshanabi · Ziusudra Aquí podemos citar algunas definiciones o características que las distintas culturas le dan al inframundo, divisiones y criaturas que habitan en el mismo.
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