Entre las torretas altisonantes
pasa el viento haciendo su escrutinio.
Va envuelto en sus pataletas:
Viento niño en tránsito indiscreto.
Las horas pasan absortas
escondidas en la luz.
Mis argucias se derraman
en el lagrimal del tiempo.
Mi amargura es amatista
entre estas piedras canela.
Mis pupilas no son firmes
y migran hacia los siglos.
En el aire va mi escudo
y la fuerza de mi adarga.
La decadencia, ladrona,
me ha llevado a mis sublímites.
El tiempo me ha desgastado
más tengo afectos y goces.
Viento, luz y tiempo: Faros
que distorsionan las vidas
y las van erosionando.
Entre silencios y disturbios
se me doblegan las fuerzas.
Me voy volviendo ceguera
bajo el bamboleo cósmico.
Ya soy cómica añoranza
borrada por los minutos.