Que hacer cuando matan a tus padres?
Publicado en Mar 16, 2013
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  Vestido todo de negro, con no más de treinta años y con el brillo de la empuñadura de un afilado cuchillo el hombre esta ahí parado. Es alto y delgado pero la ropa negra hace notar sus músculos. Tiene un pelo corto y del color de un tronco de un árbol. Su piel es blanca y tiene unas manos fuertes y duras debido a tanto entrenar. Llamaría la atención de quien sea, no solo por su belleza que cautiva sino que también tiene unos ojos rojos como si fueran dos pétalos de rosa. Como si estuvieran inyectados en sangre. Parece que puede traspasarte con la mirada y quemarte viva.
  Camina hacia una nena que lo mira con ojos llenos de amor. Es hermosa, toda una muñequita de porcelana. Es muy parecida al hombre. El mismo pelo y el mismo color de piel. Hasta esos mismos ojos rojos que tiene el hombre. No hay duda de que es la hermosa de su hija de seis años. Lleva un vestido blanco y va descalza. Su pelo le llega hasta la cintura y en su pequeña muñeca tiene una pulsera de otro que le queda grande y en el medio hay un agujero del tamaño de la mano de un niño de cuatro años. El hombre, al ver la pulsera de su hija, sonríe. Es esa sonrisa llena de amor que solo un padre puede dedicarle, esa sonrisa que te hace sentir seguro, amado, protegido. Se acerca a ella y la abraza. Le pasa una mano suavemente por el largo pelo. Es suave y fino. Desprende un suave y dulce olor a canela. Le besa la frente y después se separa unos centímetros para mirarla. Ahora la nena esta llorando. Pequeñas lágrimas que parecen cristales caen por sus mejillas.
  Una hermosa mujer aparece detrás de su hija. La mujer es cautivante. Tiene una piel tostada. Su pelo es de un castaño claro que lleva atado en un rodete del que se sueltan algunos mechones. Detrás de unos labios gruesos y rojos hay unos dientes increíblemente blancos. Al igual que la niña y el hombre, la mujer tiene los ojos rojos. Son una familia. La mujer le sonríe al hombre y este deja ver unos dientes blancos detrás de unos pálidos labios.
  Los tres están en lo que podría decirse que es una casa. Están en un salón de estar. Es espacioso y todo el lugar huele a vainilla. Esta decorada con un estilo antiguo y moderno a la vez. El ambiente es luminoso debido a que las paredes y muebles son de color blanco y a una hermosa araña de cristal que cuelga en medio del techo. Hay dos sillones largos y mullidos, esos que tienen el aspecto de invitarte a hundirte en ellos y no levantarte nunca más. En medio de estos dos hay una pequeña mesa de café con un florero lleno de narcisos. El piso es de madera y fue encerado recientemente. Hay un pequeño equipo de música que esta apagado. Por la pared hay algunos cuadros de paisajes colgados y algunas copias de famosas obras de artes y de lugares históricos como el coliseo o la torre Eiffel. Sobre el equipo de música hay unas cuatro fotos. En la más grande esta la niña de antes pero más pequeña, debe tener cinco años y va vestida de negro de pies a cabeza. En una mano sostiene un casco negro que tiene una especie de red en la cara. Es un casco de esgrima. En la otra mano sostiene un florete, la espada de los esgrimistas. Esta sonriendo de oreja a oreja y a sus pies tiene un trofeo del mismo tamaño de ella. En otra foto se ve a la mujer y al hombre saliendo de una iglesia. El hombre lleva un traje negro y la mujer lleva un hermoso vestido blanco de novia que le cubre los pies. En la parte de arriba el vestido es un corsé con perlas y deja sus brazos al descubierto. Lleva el pelo suelto y ambos sonríen, como si fuese el día más feliz de sus vidas. En otra foto hay dos personas que no deben llegar a los sesenta y cinco años y se parecen a la mujer. Deben ser sus padres. En sus brazos tienen a una bebe recién nacida. Todos en la foto tienen los ojos rojos y la bebe debe ser la niña. En otra foto esta la bebe pero tiene unos dos años y esta a los hombros de lo que parece su padre pero más viejo. Debe ser su abuelo.
  Detrás de los sillones hay un mueble donde hay libros y álbumes de fotos. Detrás de la mujer y la niña hay un largo pasillo a oscuras. Las paredes son blancas y también tienen cuadros. La niña se va por el pasillo y vuelve con una mochila negra en sus brazos. Su padre sonríe y después mueve la cabeza de un lado al otro, negando. La niña frunce el ceño y vuelve a llorar. El padre toma la mochila de los delgados y delicados brazos de su hija y se la da a la mujer. Después toma el brazo de su hija, con una delicadeza extrema, como si ella fuese de vidrio y pudiera romperse, y le saca la pulsera de oro. Ella intenta recuperarla pero su padre le agarra el hombro y le da la pulsera a su esposa. La chica logra escapar del brazo de su padre y arrancar la manga izquierda de la camisa negra que lleva. Debajo de ella hay una serpiente roja enroscada en su brazo. No es de verdad, solo una piedra moldeada en forma de serpiente. Es roja, naranja y tiene algunos destellos azules, como si dentro hubiese fuego ardiendo. Se enreda por todo el antebrazo del hombre. Primero el hombre parece enojado, sus ojos rojos parecen fríos y su rostro tiene el aspecto de un entrenador enojado, pero después se pone contento al ver como su hija logro escaparse de su fuerte brazo y arrancarle la manga de una camisa en menos de un minuto. Le acaricia el pelo y después se va caminando lentamente, con un paso seguro, por el pasillo, que adquiere luz cuando el hombre pasa con su joya por el.
  La madre abre los brazos invitando a la niña a ir hacia ellos pero ella se da la vuelta y sale corriendo por el pasillo, siguiendo a su padre. Su madre corre detrás de ella y logra agarrarla y meterla en otra habitación. Saca una llave de una pulsera que esta en su muñeca y cierra la puerta. Se toca el cuello como si le doliese y se ve que debajo de una remera de mangas largas azul tiene un collar de oro, pero si de el cuelga algo no se puede saber. La puerta que la mujer acaba de cerrar tiembla. Parece como si un toro la esta embistiendo, dispuesto a no parar hasta poder salir. Parece que va a caerse en cualquier momento.
  El hombre sale de una de las otras puertas. Se cambio de camisa, ya que ahora tiene las dos mangas, pero la nueva camisa es igual a la otra. Mira la puerta donde la niña esta encerrada y pone su mano sobre ella, como si así pudiese trasmitirle el amor que siente por ella y lo mucho que la va a extrañar. Se queda unos minutos parados ahí y después camina por el pasillo hasta llega r a donde estaba antes de que todo sucediera, como volver al principio. Como si hubiese apretado un botón de reinicio. Toma su bolso y se acerca a la mujer. La toma entre sus brazos, rodeándola como si ella fuese todo su mundo, y la besa apasionadamente, con uno de esos besos que te hacen temblar las rodillas y perder el equilibrio. La mujer esconde su cara en el hombro del hombre y después se separan. El hombre sale por la puerta y un viento helado recorre a la mujer, moviéndole algunos cabellos sueltos. La mujer se queda mirando fijamente la puerta por la que acaba de irse el hombre hasta que parece reaccionar. Va por el pasillo hasta la puerta que cerro y rápidamente saca la llave de su muñeca y la abre velozmente. La niña sale disparada de ella y cae a los pies de su madre. Al reaccionar que ya es libro la niña sale corriendo por el pasillo buscando a su padre por todos lados. Pero cuando nota que el bolso de su padre ya no esta. Corre hacia la puerta de la entrada por la cual su padre salió y al ver que ya no puede buscarlo se hecha a llorar en el piso. La mujer se sienta junto a ella y espera que vaya a sus brazos. Después de unos minutos la niña se acurruca contra su madre y ahí se quedan las dos por un largo tiempo. Una en brazos de otra llorando.
-Volverá pronto-dice la suave voz de la mujer-.Te lo prometo.
 
  Es el cumpleaños numero siete del chico. Todo el mundo sonríe, son solos dos personas y un perro, sobre todo la mujer, la madre del chico, que no deja de sacar fotos. La mujer tiene el pelo negro caoba recortado hasta los hombros, enmarcando su cara en forma de corazón. Su piel es blanca y lisa, Tiene algunas pecas en sus mejillas y sus ojos son celestes. Tiene una deslumbrante sonrisa de oreja a oreja. Mira con adoración al chico que juega con un perro Gran Danés negro que es tan alto como el chico. Corren por el patio de una casa hermosa.
  Es grande y esta llena de ventanas. Las paredes son de ladrillo oscuro y el techo de tejas negras. En el patio hay una pileta con el agua increíblemente clara. El patio es de un verde tan perfecto y todo el lugar esta repleto de flores de todo tipo. A lo lejos se ve un pequeño establo y al lado hay una pequeña casita donde se guardan instrumentos de jardinería.
  Las puertas de la casa se abren y de ella sale un hombre alto y delgado. Tiene la piel del color miel y los ojos marrones. El pelo es de un marrón claro que lleva recortado muy correctamente. Al contrario de la mujer, que lleva un vestido de verano verde como una manzana, el hombre lleva un traje marrón como si acabara de salir de una reunión de trabajo. El hombre no sonríe y en sus ojos se ve la preocupación que siente por algo. Se acerca a la mujer y susurra algo en su oído. La sonrisa de la mujer se borra de su cara y la cámara cae al piso. La mujer empieza a negar con la cabeza per el hombre pone una mano en su hombro y ella lo mira con ojos tristes.
  El niño que juega con el perro se acerca a ellos. Es alto para su edad y es igual a su padre. Tiene el mismo color de piel y los ojos son color chocolate con miel. El pelo es de un marrón claro que le llega por la nuca, donde las puntas están un poco onduladas, Su cara es dulce y sus ojos están llenos de luz. Va vestido con una remera negra y unos pantalones de jean y va descalzo. La mujer, que seguramente es su madre se agacha frente a él y lo mira. Le acaricia suavemente la cara y le da un suave beso en la frente.
-Juega con Tilla-dice la mujer con una dulce voz, señala al enorme perro que esta felizmente sentado en el pasto-.Papá y yo vamos a volver en unos minutos.
-Quiero ir.-Dice el nene.
-No-dice el padre. Su voz es dura e impone respeto pero suena preocupado-.Te vas a quedar acá hasta que volvamos.
-Si papá-dice y baja la cabeza.
  Se acerca al perro y empieza a acariciarle la panza. Sus padres lo miran unos minutos antes de tomarse de la mano y empezar a caminar hacia la casa. Y pasan las horas. La primera hora el chico juega con el perro y otras dos horas después el chico se queda dormido bajo la sombra de un gran árbol, acostado sobre el perro que vigila celosamente.
  Cuando al fin despierta el sol ya esta escondiéndose por detrás de la casa. Ninguno de sus padres parece estar en ningún lado. El nene empieza a caminar hacia la casa y el perro va detrás de él. Al llegar a la puerta de la casa el perro se para. Sabe que no tiene que entrar a la casa pero no quiere dejar solo al chico. Finalmente el amor por su dueño gana y sigue al chico cuando abre la puerta lentamente y sin hacer ruido. Dentro parece que un tornado arrasó con todo. Todo esta destruido, tirado en el suelo. Muchos cuadros están en el piso y otros están torcidos en la pared. La mesa del comedor esta volcada y de las ocho sillas solo queda una en pie, las demás están rotas o tiradas. Muchos de los recuerdos del chico y sus padres están esparcidos por todo el lugar. Aun así, en lo primero que se fija es en el cuchillo que esta clavado en la pared. La hoja es larga y delgada, sumamente afilada. La empuñadura  es de oro y tiene una esmeralda incrustada. De la hoja caen pequeñas gotas de sangre. En las escaleras, en forma de caracol, hay un largo rastro de sangre que sube por ellas.
  Lentamente el chico empieza a subir las escaleras y se queda con los ojos abiertos al ver una mano marcada con sangre en la pared. El chico se asusta al escuchar una respiración pesada detrás de él pero al darse la vuelta descubre que solo es el perro. Sigue subiendo y al llegar al final de las escaleras sigue la sangre por toda la alfombra. Todas las puertas están cerradas menos una y hay tanto silencio que pareciera que no hay nadie, pero entonces se escucha algo romperse. Lentamente el chico camina hacia el ruido pero esta vez el perro no lo sigue.
  De la habitación se escuchan sollozos y entre más se acerca el chico más sangre hay. Al llegar a la puerta de la habitación todo es un desorden. Parece ser que el cuarto es un estudio. Las paredes son de un color rojo oscuro y hay tres grandes ventanas de las cuales una esta rota, de ahí debe haber venido el ruido. Muchas partes de las paredes estas rasgadas y se puede ver la madera debajo. Por el suelo, un piso de madera oscura, corren grandes ríos de sangre que caen por la madera. Hay muchas bibliotecas pero la mayoría de los libros están en el suelo y muchos están quemados. Hay un denso humo negro que viene de un hermoso escritorio de caoba negro que esta prendido fuego y en las paredes de detrás hay marcas de quemaduras. Las cortinas de las ventanas, grandes y de terciopelo oscuro, están caídas de las ventanas y algunas estas rasgadas.
  El humo dificulta la vista del chico pero no es solo el humo lo que hace que se vea obligado a cerrar los ojos. Una luz roja que brilla intensamente. La luz no viene de ninguna lámpara y menos del sol, el que esta del otro lado de la casa. La hermosa luz roja, como si fuese fuego, esta en medio de la habitación, flotando sin más, como si fuese un pequeño sol. Mientras la vista del chico se adapta la luz empieza a moverse por la habitación y desaparece por la ventana rota. De entre el humo se ve una figura alta y delgada que sostiene algo en una de sus manos. Por la forma de la sombra se ve que es la de un hombre y por un momento el chico cree que es su padre. Se escucha una respiración que suena agotada. El chico da menos de cinco pasos antes de que la voz le diga:
-Quieto-dice, no es la de su padre, esta es fría y dura.
  La sombra empieza a acercarse y cuando el chico puede ver claramente se da cuenta que la sombra no era su padre pero es alguien muy parecido. Lo único diferente es que el pelo es unos tonos más claros y le tapa las orejas. Va vestido todo de negro y tiene un corte sobre su ceja derecha. En la mano izquierda lleva un largo cuchillo que guarda en su cintura. El chico lo reconoce al instante. Es su tío.
  La mirada del chico recorre todo el lugar pero no encuentra a sus padres por ninguna parte.
-Lo siento tanto-dice el hombre.
  En ese momento el chico mira al suelo y ve que sobre la alfombra hay dos cuerpos en un gran charco de sangre. El humo logra dispersarse por unos segundos, los suficientes para que el chico pueda ver con claridad. Lo que ve son los cuerpos de sus padres tirados en el suelo, muertos. Su madre tiene el cuello cortado de lado a lado y su vestido verde ahora esta manchado de sangre. Su padre tiene un gran corte que le recorre todo el pecho. Ya no tiene el saco de su traje y su camisa blanca esta desgarrada y llena de sangre. No puede creer lo que ve y desde ese momento tiene la imagen grabada en su memoria. Las caras de sus padres muertos, algo que nunca va a olvidar. Ambos tienen los ojos abiertos y sin vida. Sus bocas están cerradas y serias. El chico cierra los ojos fuertemente y cae al suelo llorando. Su tío le pone una mano fuerte y fría en el hombro y ambos se quedan ahí, mirando los cuerpos que el humo esconde con el tiempo. 
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Descripción

Capitulo 1

Palabras Clave: Novela

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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