La primavera está llegando y para hacer su entrada las Fallas
ahí en la Valencia de mi corazón, perla del mar Mediterráneo
que bañas sus costas de aguas azules, lugar de canto de poetas
esa tierra perfumada por las flores de azahar de tus naranjos
que nos embriagas sumergiéndonos en un paraíso terrenal
donde sus gentes son ejemplo de hospitalidad y buen humor.
 
En Marzo esa Valencia vibra con el jolgorio que llena sus calles
toda la ciudad se engalana de luces, guirnaldas y banderas
se erigen esos monumentos que son verdaderas obras de arte
que los artistas han trabajado en sus talleres durante un año
el ruido se hace ensordecedor cada mediodía con las mascletás
y las noches dibujan el cielo con palmeras de fuegos artificiales.
 
Nadie duerme durante esos cuatro días, todos están de fiesta
con su momento de mayor fervor de fe en la ofrenda de flores
que aguarda como cada año nuestra patrona la cheperudeta
la plaza de la virgen vive momentos de promesas y emociones
mientras miles de ramos van vistiendo el manto de la Virgen
y se postran a sus pies innumerables cestas de todos los colores.
 
Y como todo en la vida tiene un principio y también un fin
es la noche de San José donde arden las llamas purificadoras
quemando esos monumentos como antaño los viejos trastos
los forasteros no pueden entender cómo se destruye ese arte
es la manera de entender de los valencianos que no es el final
porque al día siguiente comienza de nuevo esa Valencia en Fallas.