Me miré rápidamente al espejo, estaba retrasada y a él no le gustaba esperar, era gruñón y siempre estaba frunciendo el seño, y si las cosas no se hacían como él quería, la gente a su alrededor le resultaba seguro alejarse de él por unos minutos, o quizás horas.
El teléfono sonó insistentemente, contesté después del cuarto timbrazo, y era él quejándose nuevamente de mi impuntualidad.
-Cálmate, estaré ahí en unos minutos, te amo.
Después de colgar, fui a toda prisa por mi cartera y mis zapatos, cogí mi abrigo y salí casi trotando de la casa. El lugar en el cual habíamos acordado juntarnos solo quedaba a 20 minutos en auto, así que comencé a buscar las llaves para entrar en mi viejo Subarú.
Encendí el motor y me relajé, supe que estaría ahí en unos cuantos minutos, hace muchos años que no lo veía, no sabía que había cambiado en él, si estaría más robusto -sonreí- solo quedaban unas cuadras para llegar a la fuente de soda que había sido el lugar en el que la ultima vez prometimos no volver a vernos. Sequé una lágrima que se había escapado de mi ojo y bajé tan nerviosa que las llaves tintineaban en mi mano.
Lo vi. Ahí estaba, anciano y canoso, con el mismo maletín que lo acompañaba desde que podía recordar, tomaba una taza de café.
- Espero que hayas hecho un pedido para mí - le dije con una pequeña sonrisa.
- Te tardaste, Pensé que no vendrías - Hizo una pausa, inspiro y continuó- y lo hubiese aceptado, no merezco que me perdones - Me miró por primera vez y se llenaron de lágrimas aquellos ojos verdes pequeños y rodeados de arrugas- la última vez que te vi eras solo una niña. Ahora ¡Mírate! Eres una princesa.
- Gracias, papá - la palabra salió disparada, golpeándolo en el rostro, haciendo que esas lagrimas que ya eran visibles cayeran en forma de gotas por sus mejillas.
Lo abracé, quince años atrás había sido la última vez que lo había abrazado, creo que el sintió lo mismo porque me rodeo con los brazos sin cesar aún de llorar, me uní a él y al separarnos nos miramos infinitamente antes de que él pronunciara la palabra "hija" y nos sonriéramos.