Tibia es la noche, impregnante el encuentro. Amada, Amada mia tan palida y sensual solo la noche cubre tu cuerpo inerte y espectante, que pureza, que limpidez ¿Como profanar algo tan perfecto y sagrado sin dañarlo? Mis manos impaciente dibujaron en el aire tu figura, muy cerca de ti. Toda tu, toda entera completa.
Amado, amado mio. Mi pasional y decidido Rey de la noche. Puedo sentir en esta corta distancia el fuego que siempre te consume y que ahora me enbriaga. No temas por mi, no temas corromper, puedo ver tu fuerza contener con fuerza por miedo, mas alla de mi, mas alla de todo.
Mi Reina, mi amada reina del caos. Puedo sentir tu palpitante corazon sangriento pulsar con fuerza sobre mi pecho, tus brazos envolventes me atrapan ahora, no me dejaran ir. Toma de mi, lo unico que es mio y que te he entregado.
No temas dañar, no temar romper, solo muere el cuerpo, solo muere la atadura de carne, te doy lo unico que es mio.
Sangre y fuego, frio y sangre. Mi brazos se erizan al tocar tu rostro y me sostienes con la tuya, juntas al fin, inseparables y completas. Mi Reina bailemos esta noche eterna el vals de los apasionados, besare tu cuello ahora, sostente fuerte.
frio quemante, fuego que hiela. Asi ha de ser mi Rey bailemos en la noche eterna, besame y poseeme, toma de mi, absorve mi vida.
Ya no soy yo.
Ya no soy yo.
Ahora somos uno.
Solo la noche eterna fue testigo, se oye el grito sutil y fugaz del placer consumir dos seres que se juraron y se tomaron.