LA MISMA TENTACIN
Publicado en Mar 22, 2013
Si supieras cuán difícil se me hace. Empiezo por contarte que mi más grande defecto después de la pereza es la timidez. Ya lo sé, vas a decirme que no y vas a sonreír con esa forma tan sutil que tienes de demostrar que te da igual. Ni siquiera que no te importa, sino que te da igual.
Ese día cuando te vi, no se me aceleró el corazón, ni comencé a temblar como una niña que hasta entonces conoce a un hombre, ni tampoco sentí mariposas en ningún lado. Aprovecho para decirte que no creo en esas cosas. Que lo que uno siente cuando debería sentir mariposas es tan sólo unos nervios y una ansiedad “de puta madre”! No es nada placentero ¿sabes? Lo único placentero en el amor es la correspondencia y esta no suele suceder, como me pasa a mí contigo. Hace mucho tiempo que había dejado reposando tu rostro, tu cabello, tus ojos tan profundos, tan alegres y esa sonrisa que sólo de vez en cuando me regalas pero que cuando se te asoma logras removerme hasta la fibra más insensible del alma. La última vez que hablamos sentí que terminamos peleados. Y vas a volver a decirme que no, pero no me importa. Tenía tantas ganas de verte pero lo arruinaste cuando tu orgullo y tu ego te elevaron hasta el cielo y cuando por tonta e ingenua creí haberme delatado. Ninguna de las dos cosas pasó, sólo fue un malentendido. Y entonces vuelves y me obligas a sentir de nuevo todas esas cosas. Todos esos nervios, todos esos suspiros, todas esa noches y desveladas en tu nombre sin importante nada, porque hace seis años desde que te retiraste, tienes novia. Y ojala me equivocara, pero tal vez aún me ves como una niña que desde hace seis años ya no soy. Antes cuando eras un joven seminarista y ahora cuando ya eres un hombre comprometido y mayor. Me da igual ¿sabes?, creo que ambas cosas me producen la misma tentación.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|