No quería ser vista ni llamar la atención, solo quería estar ahí, serca de la soledad, lejana a la compañía, que tan difícil era eso de aceptar para la sociedad. ¿Acaso cometía un pecado? 

Apuntada con el dedo comenzó a escuchar voces, voces que la animaban a seguir la escalera al cielo. Fue llamada con apodos difíciles de olvidar: "gorda", "fea", "puta" calaron y rasgaron su interior. 

Había alguien que la amaba, pensó cada día en él, le entregó su juventud y su virtud. a sus pies cayo y no se pudo levantar, había caído en las garras del demonio. No podía correr, No podía esconderse. La única salida que tenia era la muerte. Antes de morir se vio una vez mas al espejo, sus ojos hundidos, su piel fina, su pelo seco, sus labios partidos, ya no le quedan lágrimas, su corazón latía con esfuerzo, todos y cada uno de sus sueños habían sido arrebatados y rotos justo frente a sus ojos. 

Ató la soga a su cuello, y miro la lejanía con el piso, su dolor y su triste acabaría en el descenso, sonrío por última vez, solo un paso al frente basto, y todo acabó.