Extraña esencia de oscura belleza
Droga espléndida de naturaleza excitante
Que emanas tu opio de tal pureza
Y embriagas con licor de tu boca al caminante.
De grandes ojos tus vívidos vitrales
Y blancos senos sin palpitares
Ser que devoras el aroma del deseo
Y le otorgas la verdad de lo impuro y de lo obsceno
Temblando, atrapado en el encanto, sin fuerza que esgrimir
¡Oh fémina! En dulce orgasmo nos habremos de fundir.
Pues tú la eterna diosa fértil
Pides ofrendas de deseo y de dolor
Cansas al hombre, de amargura y de sopor
Intriga, misterio, son siempre lo eterno
Como eterno el retorno hacia tu beso
Que es siempre la fiel cura y el fulminante veneno.
Monsieurmacabre