Con un sonido de gaita, o con el silencio profundo del alma, con una lágrima derramada, se pronuncia un adiós, no eterno, pero que si mata, cuantas veces me pregunte que cuando llegaría este momento, no miento, tenía y tengo miedo acepto el partir como un reto, no como un castigo.

Antes pude ver mi vida perfecta, llena de alegría, pude hacer varias cosas como ser niño, feliz soñador y con una cómplice que ya no está, pude servir a Dios y pedirle de rodillas que me guíe como hoy mismo lo hago, pude hablar con unos locos que compartieron mi locura, fingiendo ser sobreprotegidos, pude actuar y volverme un mensaje en la oscuridad, pude amar con el alma y el corazón, pude enseñar, ser un profesor, ser un director, ser un guía y pude volar en mis sueños.

Antes de partir, veo que dejo mucho y no me llevo nada, veo un alma solitaria alejándose sin poder pronunciar más palabras, una lista incompleta, una personita que me pregunta cuando volveré, unos padres que me dieron alas y hoy me dejan volar, un motivo que llego una noche, regalándome una luz en la oscuridad, hablando conmigo en las noches, solamente hoy en esta noche le pido que observe al este porque yo observare al oeste y ahí se cruzaran nuestras miradas. 

Me voy recordando cada momento, cada lugar cada rincón de este hermoso lugar, que me dio tantas cosas y yo pude dar tan poco. 

De seguro ese café, esa promesa cumplida en una noche o una lista no completada sea un nuevo motivo para volver, pero hoy me doy cuenta que no me fui, estoy mas presente que cualquiera, porque ya lo dice la antigua y hermosa frases... "Mientras mas lejos... mas cerca... estoy no me fui y nunca me iré"