Amarga Navidad
Publicado en Mar 23, 2013
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Monólogo Antinavideño de Humberto Robles
Un bar de Sanborns. El lugar decorado con unas tristes guirnaldas y algunos adornos navideños. En el centro hay un banco alto con asiento giratorio y en un extremo una mesita con una botella a medias de Bacardí blanco, una de Coca Cola Diet mediana y una hielera. Escuchamos en órgano el inicio (grabado) de “Amarga Navidad” de José Alfredo Jiménez. Entra Mimí, cantante decadente y desaliñada, algo tomada, con vestido de lentejuelas ya muy usado y remendado; podría traer un gorrito de Santa Claus en la cabeza. En una mano lleva una cuba y en la  otra un micrófono. Irá tambaleándose un poco y al caminar a veces se le doblarán los tacones. Poco a poco se irá poniendo cada vez más ebria.
Mimí (canta) “Acaba de una vez / de un solo golpe / ¿por qué quieres matarme / poco a poco? / Si va a llegar el día / que me abandones / prefiero corazón / que sea esta noche / Diciembre me gustó / pa' que te vayas / que sea tu cura el adiós / mi Navidad…”
Se interrumpe la música abruptamente.
Mimí (voltea a un ángulo donde está situado supuestamente el pianista): ¿Qué pasó con la música, maestro…? (Pausa) Espérese, no sea manchado, todavía no terminamos “Amarga Navidad”… Aguántese tantito… (Pausa) Bueno, siendo urgente, vaya al baño… Aquí entretengo a la clientela, yo amenizo y hago tiempo mientras usted regresa… (Al público) Ustedes disculpen: problemas técnicos… ¡Señoras y señores, gente bonita, su servidora y amiga de hoy y siempre Mimí Vergara, mejor conocida en el mundo de la farándula como “La Dislocada”, tiene el gusto de recibirlos en este hermosísimo y más que nada muy exclusivo bar del Sanborns…! Gracias infinitas por ese espontáneo aplauso que no me merezco… (Hace una reverencia) Muy agradecida, una se debe a su público… Pero antes que nada, que-esto-que-el-otro… (Alza su cuba) ¡Salud…! (A una del público) Mi güera linda, salucita… (A uno del público) El cliente frecuente, pídase otra para brindar con toda la concurrencia… (A otro del público) Jovenazo, ya no llore, pare de sufrir y alce su copa conmigo… (A otros) A la parejita madura, pásenla de lujo… (A otra) Mi señora bonita, mis mejores deseos… (A todos) Qué bonito ambiente familiar… ¡Y feliz navidad…! (Bebe) Como ustedes saben, yo soy más vernácula; lo mío, lo mío es la balada ranchera y la onda grupera, mas sin en cambio esta noche preparé un repertorio de preciosos villancicos para disfrutar del espíritu navideño… ¡¿No les encanta Ray Coniff…?! ¡A mí sí…! ¡Wooow…! ¡Uf, qué ambientazo vamos a armar…! ¿Están tan contentos como yo…? ¿No los oigo…? (Los mira) Los siento medio decaidones… bajoneados… Hagamos tiempito mientras viene el músico… (A una) Por ejemplo, ¿usted por qué vino tan solita, mi güera chula…? ¿La dejó el marido…? ¿Se le fue con otra…? Ya ve que en gustos se rompen géneros: a los hombres les gustan las gatas y a las mujeres los perros… (Con las manos hace la mímica de tocar una batería y produce el sonido de la misma con la boca, a modo de remate de su pésimo “chiste”. La mira) ¡Okay, okay, güerita, no me eche ojos de pistola, era un chascarrillo nada más…! (Bebe, luego a otro) Usted, jovenazo, ¿por qué esas lágrimas de cocodrilo…? ¿Le agarró la típica nostalgia navideña…? ¿No nos diga que se quedó sin novia… (Picarona) o sin novio? (Pausa) ¡Ah, caray, sin esposo…! Claro, como ahora ya se puede… No se aflija, galanazo, ya encontrará otro mayate que lo quiera por su belleza interior… (Bebe) Mi público bonito, debemos llenarnos de júbilo… ¿Por qué…? ¡Porque es Navidad…! Época de felicidad, no de tristezas… (Suspira melancólica y reprime un sollozo) Pensar que mientras ustedes y yo estamos aquí, cada uno en su mesa, ahogando nuestras penas en alcohol y Diet-Coke, la mayoría de la gente está en sus hogares… Seguramente con un primoroso árbol lleno de esferas y lucecitas que parpadean al ritmo de… (Tararea “We wish you a merry christmas, compungida) Ti ti ti, ti ti ti ti ti… Ti ti ti, ti ti ti ti ti… Ti ti ti ti ti ti… (Prosigue) Madres, padres, hijos y abuelos reunidos como debe ser, escuchando preciosas canciones navideñas… (Casi entre sollozos, canta) “Jingle bells, jingle bells / Jingle all the way…” (Reprime el llanto, luego se recompone) Para continuar con esta bonita alegría… (Alza su copa) ¡Salud…! (Bebe y se acaba su trago) Ups, ¿qué creen…? ¡Se evaporó…! (Ríe sola de su chiste y va a la mesita a prepararse otra cuba) Se me hace que hoy vienen muy sentimentales… (A uno) Mesero, no sea malito, hágame el favor: vaya al tocador de caballeros para ver cómo sigue el maestro… (Prosigue, al público) ¡Ah, qué bien nos la estamos pasando…! ¿A poco no…? (Pausa) Lo que más me gusta de estas fechas, además de las posadas y el ponche con brandy Presidente, es el ambiente navideño que se respira por todos lados… Desde el tradicional Santo Clós del Sears de Insurgentes… (Ríe imitando a Santa Claus) Jo jo jo… (Prosigue) Hasta el arbolito de navidad más grande del mundo… ¡Woooow…! Y eso no es todo… Además del árbol Coca-Cola… tenemos la pista de hielo ¡más grande del mundo…! ¡Woooow…! ¡Y es gratis…! ¡Mega woooow…! Costó una millonada hacerla, y es algo tan sensacional como si… ¡Como si en Alaska quisieran hacer playas artificiales con arena, agua templada, con todo y parachutes…! ¡Wooow…! (Bebe) Ay, caray, el maestro que no regresa del sanitario… Menos mal que como buena artista precavida, me traje mis pistas por si las flys… (Confidencial) Ah, si les hacen falta regalitos, aquí traigo varios de mis CD’s quemados… Pero que el gerente no se entere porque ahí sí me corre por hacerle la competencia al señor Slim… Así que shhhh… (Prosigue) Recuerden que yo vengo siendo algo así como… ¡como Ninel Conde…! Lo mismo pero más barato… (Con las manos hace la mímica de tocar una batería y produce el sonido de la misma con la boca, a modo de remate de su “chiste”. Pausa) ¡¿Se la están pasando tan bien como yo…?! ¡¿No los oigo…?! (Pausa) No se me agüite, mi público conocedor, ahorita le seguimos con la cantada en cuanto vuelva el músico… en cuanto vuelva del baño, no del estómago… (Con las manos hace la mímica de tocar una batería y produce el sonido de la misma con la boca, a modo de remate de su “chiste”. Luego los mira) Lo que sea de cada quién y con todo respeto, se ve que es público difícil, exigente… (Para sí) Ya ni Gayosso, me cae… (Prosigue) Aunque yo entiendo… Sí, yo entiendo que en estos momentos es humanamente imposible ser positivos… A ver, ¿cómo se puede festejar sabiendo que van más de 70 mil muertos por la supuesta “guerra” contra el narcotráfico…? (Imita una voz grave y masculina) “Para que la droga no llegue a tus hijos… te los estamos matando… Vivir peor: infierno federal…” (Con las manos hace la mímica de tocar una batería y produce el sonido de la misma con la boca, a modo de remate de su “chiste”) ¿Cómo podemos disfrutar de lo que vienen siendo los tradicionales romeritos o de lo que viene siendo un delicioso bacalao a la Vizcaína, del sabrosísimo menú navideño de Sanborns, sabiendo que en este año hubo un promedio de 1,200 feminicidios en el país…? (A uno) ¡Deje usted Ciudad Juárez, en Chimalhuacán ya van muchas más asesinadas…! ¿O cómo ponerse a cantar (Canta) “Noche de paz, noche de amor…” (Prosigue) a sabiendas de que permanecen impunes cientos de sa (hipa) cerdotes pederastas que han abusado de tantísimos menores de edad…? Ahí tienen al padre Massiel o al encubridor de pedófilos, el arzobispo primate de México, Perverto Rivera Carroña… (Con las manos hace la mímica de tocar una batería y produce el sonido de la misma con la boca, a modo de remate de su “chiste”. A uno) No, no, no, caballero, no soy pesimista, soy realista… (A otra) No, mi señora linda, no estoy amargada, estoy informada… Yo no te leo ni el TV-Notas, cuantimenos un periódico, pero aunque una no quiera se entera de las desgracias que se viven día a día en este México lindo y jodido… (Pausa) ¡No se encabriten; nomás estoy amenizando mientras llega el músico…! (Para sí) Mta madre… (Alza su copa) ¡Salud…! ¡Salucita! (Bebe) Ups, ¿qué creen…? ¡Se volvió a acabar…! (Va a la mesita a prepararse otra cuba) Es justamente en estas fechas en que deberíamos olvidarnos, aunque no podamos, de cosas horripilantes como el caso de los 49 bebés que murieron calcinados en la guardería ABC de Sonora… O que seamos el país con más obesos en el mundo… y el primero en producción de pornografía infantil… (Mira a una) ¿Qué pasó, güera preciosa, por qué te vas… qué mala cara viste…? No nos abandones, chula… ¿Te ofendiste por lo de los curas pedófilos…? ¡Újule, yo que iba a saber que eras del Yunque o de Provida…! Te prometo no contar chistes del papa, pero quédate… (Alza su copa viendo a la clienta yéndose) ¡Salucita y feliz navidad, güera…! (Bebe, confidencial) Se nos fue la rubia oxigenada de negras raíces, pero aún quedamos… (Cuenta al público mentalmente) ¡Seis en el bar…! Bueno, siete aunque mi músico todavía no regresa… (A uno) ¿Qué pasó? ¿Usted también ya se nos va, mi estimado cliente frecuente…? Pero, ¿cómo, si todavía no terminamos “Amarga Navidad” del gran José Alfredo Jiménez…? ¿A dónde va que más valga…? ¿Le molestó lo de la pista de hielo… lo de la guardería subrogada…? (Lo ve irse) Como dicen los americanos: Merry Christmas and a happy new year, caballero… (Confidencial) Usa Viagra, yo lo vi comprando en la farmacia… Disfunción eréctil que le llaman… (Prosigue) Ni modo, otro Grinch que nos deja… Quedamos cinco, pero más vale calidad que cantidad… (Alza su copa) ¡Salud a todos! (Bebe y mira a uno) Ya no chille, jovenazo… Créame, no vale llorar por ellos… Pídase otro Oso Negro y póngase a tono como yo que ando bien happy… (Pausa) Ya en serio, ¿se van porque los estoy sacando de onda con estos temas o qué…? Si es así, ¡qué azotados!, ni aguantan nada… Y además, ¿quién los entiende…? Si hago chistes, no me los aplauden… Cantar no puedo porque mi maestro todavía no regresa del wáter… Que conste que dije que soy vernácula, ¡no ventrílocua...! Y si hablo de la realidad nacional, se enchilan… ¿Saben qué…? ¡Que se vaya la gente malvibrosa y negativa…! (Alza su copa) ¡Y saluca la de Toluca…! ¡De Hidalgo: que chifle a su máuser el que deje algo…! (Apura su bebida y la termina. Va a la mesita a prepararse otra cuba) ¡Wow! Qué bien nos la estamos pasando, me cae… ¡Neto qué buen ambiente armé…! ¡Un señor ambiente…! ¡Soy una fregona…! ¡Wooow! (Voltea, a uno) ¿Qué pasó con el músico, mesero, qué le acontece…? (Pausa) ¡¿Cómo?! ¡¿Anda cantando Oaxaca…?! Qué poca progenitora, seguro se indigestó con el riquísimo menú navideño… No hay purrum, dígale que en cuanto se reponga de la empachada aquí lo esperamos mi público precioso y yo… (Hipa y camina zigzagueando, para sí) ¡Ay, cabrón!, ¿qué pedo…? O está temblando o ya se me subieron las cubitas… Sé que somos cinco pero yo veo el bar repleto… (Al público) Se nos pucho malito del estómago el maestro y anda guacareando, pobechito… Menos mal que me traje mis pistas… Si se les antoja, hasta hacemos karaoke… Podemos echarnos la de (canta con la melodía de “Me cansé de rogarle”) “Me cansé de twitearle / me cansé de decirle / que yo sin Twiter / de pena muero…” O si no la muy guapachosa (baila y canta con la melodía de “No te metas con mi Cucu”) “No te metas en mi Facebook / No te metas en mi Facebook…” (Aplaudiendo) ¡Vamos todos, esas palmas! (Canta) “No te metas en mi Facebook / No, no, no / No te metas en mi Facebook / No, no, no…” (Mira a unos) ¿Cómo? ¿También se va la distinguida pareja de adultos contemporáneos…? Espérense tantito, si no regresa el maestro, le sigo con la música grabada… Si de plano se me sacan mucho de onda, ya no hablo de los de los tres fraudes electorales que llevo en mi vida, ni de las miles de mujeres que mueren cada año por abortos mal practicados… (Los ve irse y comenta) Par de mala-copas… Son amantes, ella está casadérrima… (Luego mira al público) Chin, ya nomás  quedamos tres… ¡pero valemos por 20…! (Apura su bebida, la termina y va a servirse más) En cuanto regrese el virtuoso del órgano melódico vamos a continuar con “La Marimorena”, que es bastante movidona y muy acorde a estas fiestas decembrinas… Hasta podemos bailar y hacer trenecito… (Alza su copa) Salucita, mi jovenazo… (A otra) Salucita, mi señora linda… (Bebe) ¿Quién dice que no podemos pasárnosla a todas margaritas en esta Nochebuena…? ¡Woooow! ¿No están súper contentos…? ¡Pues yo sí…! ¡Salud…! (Bebe. A uno) Ándele, no se me ponga chipil, galanazo, ya no chille por ese mariposón y mejor echémonos un dueto de a dos… O como sólo quedamos tres, nos echamos un trío de a tres… (Aplaude) ¡Vamos todos! (Canta y baila la canción de José Feliciano) “Feliz navidad / feliz navidad / próspero año y felicidad…” ¡Wooow…! (Sigue cantando) “Feliz navidad / feliz navidad…” (Se interrumpe y mira a uno) ¿Qué pasó…? ¿Nos deja el jovenazo melancólico…? ¡No sea arrastrado, no vaya a rogarle a ese ingrato sopla-nucas…! (Pausa) Ah, ¿sí…? Pues chayito, ¡váyase, a mí me vale…! (Para sí) Méndigos gais, son muy intensos, de veras… (Ve a otra) Pídase otra, damita linda, yo se la disparo… (Estira una mano) Nomás páseme de su rica botanita para hacer base porque ya siento venir el agrurón… (Reprime un eructo) ¿Cómo? ¿Usted también se nos retira…? ¡No se vaya, se va a poner bueno…! (La ve irse) ¡Pásela bonito…! (Para sí) Mugre vieja… es frígida o anda menopáusica… ¡Bola de amargados…! (Hipa y mira alrededor) Ay, cabrón, ya me quedé sola… Sola, lo que se dice sola… Hasta los meseros se esfumaron… ¡Qué poca abuela…! (Bebe, mira alrededor y tras una buena pausa, canta para sí) “Campana sobre campana, / y sobre campana una, / asómate a la ventana, / verás el niño en la cuna / Belén, campanas de Belén…” (Calla, bebe y mira a su alrededor. Tras pausa, ve venir al pianista) ¡Ay, maestro, a buena hora regresa, qué puntadas de andarse indigestando en pleno turno, ya se nos fue toda la clientela…! (Pausa) ¿Le dio chorrillo…? ¡Qué bárbaros, no se miden en este puerco lugar con la asquerosa comida que sirven, me cae…! (Pausa) ¡No espanté a nadie, se fueron por su propia voluntad, (besa sus dedos en cruz) se lo juro por ésta…! (Alza su copa) ¡Salud, maestro…! ¡Felicidades…! ¡Sigamos con la música...! ¡Terminemos de cantar “Amarga Navidad”…! (Alza su copa, al cielo) ¡Va por ti, José Alfredo, donde quiera que estés…! (Al músico) Ay, maestro, ya siento que lo quiero… Ándele, tóquese el órgano… (Mira al músico) ¡Ése no, cochino prosaico, el melódico…!
Escuchamos de nuevo en órgano el inicio (grabado) de “Amarga Navidad”.
Mimí (alzando su copa): ¡Ay, cómo me gusta la navidad…! ¡Woooow…! ¡Qué padre nos la estamos pasando, me cae!
- FIN -
Humberto Robles
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Descripción

Cuento anti navideo

Palabras Clave: amarga navidad cabaret teatro monlogo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Humor


Creditos: Humberto Robles

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