"Jesús, María y José José"
Publicado en Mar 23, 2013
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Antipastorela en un acto de Humberto Robles
Personajes: María - Arcángel Gabriel - José
María (de delantal, con tubos, chanclas con calcetines, mal combinada y fodonga) barre la sala-comedor de su casa; de una radio vieja escuchamos un fragmento de “Preso” de José José. Ella también canta desafinada un fragmento de la canción, usando la escoba como si fuera un micrófono; luego sigue sacudiendo con un trapo o plumero. Tocan a la puerta. Ella apaga la radio, va a abrir y aparece el Arcángel Gabriel (alado afeminado, muy amanerado, de bucles dorados, minifalda y sandalias, colores chillones y llamativos, quizás una playera con una S de Superman; trae una carpeta y una bolsita de donde sacará diversa utilería). Al entrar él escuchamos el “Aleluya” de Heandel; Gabriel la baila con destreza de bailarín de comedia musical y con pasos de Madonna y Milton Gio. Gabriel se interrumpe al ver la casa, a María, y cesa la música.
Gabriel: ¡Virgen santísima de las arracadas…! Yo creo que me equivoqué de domicilio... (Saca un papelito y lee) ¿Ésta es la casa 6, del lote 11, de la manzana 19, del andador 23 de la unidad habitacional Mártires del PRI, del fraccionamiento Luis Donaldo Colosio, de Cuautitlán Izcalli?
María: Así es, pero ésta no es la estética unisex… Aquí a tres casas encuentra el salón de belleza de “Rudy y Freddy”. (Va a cerrar la puerta)
Gabriel (impide que cierre la  puerta): ¡Ay, qué tosca…! No los ando buscando a ellos.
María: ¿Es usted el ángel de la independencia?
Gabriel: Lo que hay que oír... ¡Claro que no!
María: Pues parece… ¿Es hombre, mujer o quimera?
Gabriel: Quimera. Los enviados celestes no tenemos sexo… Mire, damita preciosa, póngame atención. Antes que nada, buenos días, señora linda, mujercita hermosa, permítame presentarme, soy el arcángel Gabriel, enviado por el mismísimo dios padre, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible, de lo conocido y lo desconocido, de lo terrenal y lo celestial, de lo que vuela y se arrastra, y estoy buscando a la señora… (Busca un papelito y lee) María… ama de casa, la esposa de don José, de oficio carpintero.
María (se limpia las manos en el delantal y le tiende una): Soy yo mera, servidora y amiga, mucho gusto, ¿qué se le ofrece?
Gabriel (no le da la mano y avanza al interior): Un té chai, un doble macciato con leche deslactosada -con más espuma que leche-, o un whisky JB en las rocas con un chorrito de agua mineral.
María (frenándolo): ¡Óigame, tampoco puede pasar así como Pedro por su casa…! Menos ahora con tanta inseguridad, secuestros express, trata de personas, feminicidios, descabezados, violaciones… Y déjeme decirle que si es vendedor de biblias, pierde su valioso tiempo, somos personas de escasos recursos.
Gabriel (fastidiado, busca y saca una credencial que le muestra a María): Ahí tiene mi identificación oficial, firmada por el divino creador y todos los apóstoles… ¿Contenta, chula? Y no me confunda, no soy testigo de Jehová, ni vendo biblias.
María (ve la credencial): Tá bueno, siendo así, pus pase... (Le regresa la credencial) ¿En qué puedo servirle?
Gabriel: Ya le dije, antes que nada, un té chai, un doble macciato o un JB on the rocks… ¿O tiene Wyworowa para un Bloody Mary?
María: Esto no es Starbucks y cuantimenos una cantina… Dígame qué le doy.
Gabriel: Lástima.
María: Mire, lo más que puedo ofrecerle es un refresquito y dese de santos que le fue bien.
Gabriel: Ash, ya qué... ¿Diet?
María: No, sólo Coca normal.
Gabriel: Qué remedio… (Mira alrededor) Ay, qué pocilga, todo un cuchitril piojoso y maloliente.
María (sirviéndole Coca Cola): ¡Óigame!, es una humildad habitacional de interés social.
Gabriel: Sí, sí, ya sé (remeda): “bienaventurados los pobres porque de ellos es el reino de los cielos”.
María le da la Coca, Gabriel bebe y luego saca una caja de cigarrillos (Benson).
Gabriel: ¿Le molesta si fumo? (Sin esperar respuesta) Gracias, doña María, es usted más amable de lo que supuse, un amotz, lo que se dice un amortz... (Lo enciende y fuma) Es que, de donde yo vengo, es un espacio 100% libre de humo y, cuando bajo a la tierra por mis múltiples misiones divinas, aprovecho para echarme mis cigarritos. Pero no vaya a creer que soy un adicto de lo peor, sólo me fumo uno que otro, muy de vez en cuando, y fuera de esto no le entro a ninguna otro vicio, ni legal ni ilegal.
María: Nomás no me tire las cenizas en el piso que acabo de barrer y trapear.
Gabriel: No se me ofusque, mi chula prieta. (Saca un cenicero portátil) ¡Arcángel precavido vale por dos…! Ahora, Mariquita linda, tengo algo muy, pero muy importante qué revelarle.
María: Soy toda oídos, diga usted, pero rapidito porque ando atareada y todavía tengo que ir al tianguis.
Gabriel: Put atention… En estos momentos se está llevando a cabo un plan divino, lo que se dice di-vi-no, divine, so dubididú, ¡mega, híper supercalifragilísticoespialidoso…! La idea, el guión original y el copyright son nada más y nada menos que de dios todopoderoso… (Se escuchan truenos. Confidencial) Y del cual no puedo hablar mucho ya que se trata de algo sumamente confidencial, pero promete volverse un fastuoso musical con más de 150 actores en escena y en una película multimillonaria… Créame, va a arrasar con los Arieles y los Óscares.
María: ¿Algo así como… “Amores Perros”?
Gabriel: ¡N’hombre, ingrata, mucho más! Piense en grande, mentalice el éxito, brínquese las paupérrimas fronteras nacionales: ¡tírele a Broadway, piense en Hollywood…!
María: Ah… ‘stá bueno.
Gabriel: Así que, mi reina adorada, es mi deber anunciarle que usted ha sido elegida entre millones y millones de mujeres del orbe - incluyendo top-models, actrices de cine, televisión y porno, e incluso varios transgéneros que figuraron en el casting -, para llevar a cabo una santa y milagrosa tarea sin igual: algo mega, híper, ¡recontra súper yaba-daba-doo!
María: Pérese, pérese… Antes de que siga, ¿de cuánto estamos hablando? ¿Cuánto me va a salir el chistecito? Porque mi esposo y yo…/
Gabriel (la interrumpe): Nada, mi señora bonita, usted nomás pone una parte y nosotros nos encargamos del resto.
María: ¿Es como una tanda?
Gabriel: No precisamente. Póngame atención, y please, no me siga interrumpiendo que se me va el santo al cielo, o como dicen ustedes los terrícolas, se me va la onda… ¡Alégrate, llena eres de gracia, el señor está contigo, esta es la anunciación…! El mensaje que le traigo es que dios omnipotente, mi jefe inmediato, el señor de los cielos, la ha elegido a usted para llevar en su vientre al tan esperado futuro mesías, al que pondrá de nombre Jesús, que también será conocido como divino redentor, salvador, ungido o el hijo del hombre.
Se escuchan unos truenos y vemos unos relámpagos.
María: ¿Va a ser niño?
Gabriel: ¡Obvio! Hay que seguir manteniendo el sistema machista y patriarcal.
María: Bueno, como diría Fox… ¿y yo por qué?
Gabriel: Ahí sí no le sé decir, fíjese… (La barre con la mirada) Yo también me hago la misma pregunta… Porque por su finura y distinción no es, tampoco por su nivel cultural y menos por su nivel socio-económico… Responda: ¿peca con mucha, mediana o poca frecuencia?
María: ¿Es de opción múltiple?
Gabriel: Ajá.
María: Pues depende… Yo diría que con poca frecuencia… somos tan pobres que no nos alcanza para pecar mucho.
Gabriel: Oki… ¿Está bautizada, hizo su primera comunión, la confirmación, se casó por la iglesia, asiste a misa regularmente, sigue la cuaresma con rigor, celebra la navidad, día de reyes y vota por el PAN?
María: ¡Claro!, en este hogar somos católicos.
Gabriel: Ha de ser por eso que fue seleccionada, mi María bonita, mi María del alma.
María: Bueno, ¿y yo qué parte tengo que poner?
Gabriel: El vientre, la matriz, el útero.
María: ¿Y ustedes?
Gabriel: ¡Toda la súper producción! Osease: la inseminación artificial, la fecundación del óvulo, el burro con el que deben huir de este cinturón de miseria, el pesebre donde nacerá el infante, los reyes majes, ¡digo!, magos, los pastorcillos, la estrella de Belén, etcétera, etcétera… ¡Estamos hablando de una inversión de millones de dólares, darling! ¡Algo así como una mezcla de la tecnología de Steven Spielberg, con el talento de Walt Disney y Pixar!
María (pensativa): Así que la matriz.
Gabriel: Nada más… ¡Bueno!, y los 9 meses indispensables de gestación, las náuseas propias del embarazo, el consabido parto, la obligatoria lactancia y demás incomodidades propias de su sexo débil, pero quién la manda a ser mujertz.
María: Óigame, pero es que yo no soy sola, estoy casada… ¿Qué le voy a decir a mi marido si salgo con mi domingo siete? Seguro me corre de la casa… y créame, de una buena guamiza, no me escapo.
Gabriel: Tranquila, mi señora preciosa, todo lo tenemos planeado… Bueno, (señala al cielo) él lo tiene todo calculado… Si usted acepta, él se va a comunicar en sueños con don José y le va a decir…
María (interrumpe): Oiga, ¿no podría ser algo más rápido? Digo, como ya hay celulares, teléfonos, redes sociales… algo más moderno.
Gabriel: ¡¡Va a ser en sueños, carambas!! Y ahí le va a explicar cómo está todo el asunto, de que usted es virgen, que fue inseminada por el espíritu santo, que espera al niño dios y bla bla bla.
María: Ah… ¿o sea que no va a haber coito ni contacto íntimo?
Gabriel: No, mi amortz, todo va a ser como por arte de magia… ¡son los efectos especiales!
María: Mmm… qué chiste.
Gabriel: ¡Qué bárbara de la barbarité! Nos salió medio cusca la doñita. Quién la viera tan modosita y bien portada.
María: Pues es que dicen que el único sexo que no es pecado es ese cuando es para la procreación… que ahí si se vale gozar… por eso digo.
Gabriel: Pues no, mamacita, en este caso le vamos a quedar mal porque a (señala al cielo) él eso del placer le repugna… Es más bien de carácter iracundo y vengativo. (Se escuchan unos truenos) Aunque viene siendo la segunda venida del mesías, esta venida no tiene ninguna connotación sexual, ¡mucho menos alburera!
María: Bueno, Gabriel, qué pena, pero yo lo que se dice virgen, virgen, pues… No soy monja, le digo que estoy casada y pues lógicamente…/
Gabriel (interrumpe y señala al cielo): ¿Perdió el himen? ¡Él se lo zurce, mi reina santa…! Digo, por algo es dios, ¿no…? Si creó al mundo en siete días, si hizo un diluvio así como si nada, si destruyó la torre de Babel en un chistar, coser un himen debe ser pan comido para alguien de su talla.
María: No, pos eso sí… Oiga, pero si acepto, ¿no será adulterio? ¿Por qué el señor no se busca a una que no tenga compromiso?
Gabriel: ¡¿Y que la criatura sea hijo de una vulgar y despreciable madre soltera?! ¡Que inmoralité! El niño necesita una mamá y una figura paterna… aunque sea una figura sustituta… ¡Y no me vaya a salir con que por qué no le hacemos la propuesta a un par de lesbianas o a un par de maricones! ¡A nadie le gustaría ser adoptado por esas desviaciones de la naturaleza, guácala de perro…! (Escupe al piso. Se serena) ¿Qué dice, mi chula, acepta?
María: Pos es que no sé, Gaby… Nosotros no estamos en una posición holgada, somos clase baja, baja… Somos pobres tirando a lumpens… Y si viene un bebé hay que alimentarlo, ponerle pañales desechables que están carísimos, comprarle ropita que cuesta un ojo de la cara… Luego viene el pediatra, la escuela, el uniforme, los útiles…
Gabriel (interrumpe): “Comprarle ropita” ¡Haga chambritas, señora, póngase a tejer, no sea floja…! Ya después lo mete en una escuela de número, de esas públicas, y afíliese al seguro popular y ahí se lo atienden... ¡Recursos sobran, mi adorada…! Si la pobreza fuera una limitante para no tener hijos, ¡este mundo no estaría sobrepoblado como lo está! Acuérdese que él dijo “creced y multiplicaos” y hay que tener los niños que dios le mande.
María: Eso sí… Oiga, ¿y no le puede decir a su jefe que si nos da manque sea una despensa vitalicia? Ya de perdis unas bolsas de leche de la Conasupo.
Gabriel: No, corazón, sorry, eso no vienen estipulado en el contrato. (Abre la carpeta y saca un contrato)
María: Mire… si me dan algo, me mocho con usted… ¿Cómo nos arreglamos?
Gabriel: ¡No sea corrupta y no trate de sobornar a un arcángel, que debe ser un pecadote de los graves!
María: ¿Ve cómo son? ¿Qué les cuesta una ayudadita, de veras? Están viendo las condiciones infrahumanas en las que vivimos, no hay que ser.
Gabriel: ¡Oiga, señito, ponga más voluntad…! No cualquiera lleva en su vientre al tan anhelado mesías… Nomás cheque: a usted la van a adorar, lo que se dice idolatrar y venerar; habrá retratos suyos por todas partes, le harán una basílica con un primoroso diseño arquitectónico ultra supersónico estilo ovni; será llamada reina de México y emperatriz de América, los artistas de la tele le van a ir a cantar Las Mañanitas en transmisión nacional… ¡Por favor, ¿qué más quiere?!
María: ¡¿Todo eso?!
Gabriel: Ajá, eso y mucho más… ¡Va a ser toda una celebrité! ¡Qué Madonna, ni que Lady Gaga, ni que ocho cuartos…! Así que yo diría que vaya cooperando y aflojando porque la que sale ganando de todas, todas es usted, mi seño linda… Ganona, lo que se dice ganona… Y el chamaco también, ¡wow!, va a ser toda una superstar.
María: ¿Algo así como Pedrito Fernández?
Gabriel: ¡N’hombre, le digo que piense en grande, en lo internacional, mucho más que el rey del pop Michael Jackson…! Va a ser un idolazo tipo Alá, Buda, Quetzalcóatl, Zeus, Odín… (Calla) ¿Sí sabe de quiénes le estoy hablando o estoy gastando mi saliva de okis?
María: Dos tres…
Gabriel: Su hijo va a ser un líder que arrastrará multitudes, ¡agárrese!, va caminar sobre las aguas, multiplicar los peces y los panes, hacer vino del agua, sanar enfermos, dirá unas parábolas que serán auténticos best-seller, hará milagros, resucitará muertitos...
María (interrumpe): ¡¿A poco?! ¡Uy!, le voy a pedir que resucite a Pedro Infante… ¡Y a Raúl Velasco, viera cómo lo extraño!
Gabriel: Aunque usted vaya a ser su madre, al único que le va a hacer caso es a su papá (señala al cielo), el mero, mero, que ya marcó el destino y el futuro de su hijo.
María: Oiga, pero ¿seguro (señala al cielo) ese señor va a hablar con mi marido? Es que no lo conoce, ¡es una fiera!, y si me cacha en una movida chueca, quién quite y en una de esas me mate a golpes… Cuando toma se pone rete violento... y luego, ahí en la carpintería, se cruza con el resistol 5 mil y ve visiones, entonces agarra parejo y desconoce.
Gabriel: Todo vienen en el contrato, mi prieta chula… Échele un ojito para que salga de dudas... Acuérdese que papelito habla… ¿Más refresquito?
María (toma el contrato): Sírvase, está en su casa.
Gabriel se sirve más Coca y bebe mientras María revisa el contrato.
María: A ver.
Gabriel (mientras ella revisa): Nos salió desconfiadilla, doña Mary, pero yo entiendo, of course, viviendo en el estado fallido en el que vive, ¡hasta el más santo desconfía…! Que no va a subir el precio de la tortilla, ¡y zaz!, que le suben… Que no va a haber una devaluación, ¡y sácatelas!, el dólar por las nubes… Pero como puede observar todo está en regla, las cláusulas son claras y la gloria será suya y de su hijo.
María: ¿Qué dice aquí en las letras chiquitas?
Gabriel: ¡¿Va a firmar sí o no?! Si no, para ir a buscar a otra voluntariosa que no se ponga tantísimos moños y que sí esté dispuesta a ser la madre del venerable niño dios.
María: ¡Ay, qué genio…! (Revisando el contrato y lee mal, como leen los niños) “La señora María, quien en adelante será llamada ‘la virgen’, celebra este contrato con dios, quien en adelante será llamado ‘la empresa’…” (Sigue revisando) ¡Ande usted!, ya vi que hasta los exámenes de VIH me hicieron sin que me diera cuenta.
Gabriel: ¡Obvio, darling! ¡Estamos en todo! Fírmele ahí.
María: ¿Y seguro no voy a sentir nada cuando entre el espíritu santo?
Gabriel: ¡Ni un suspiro!
María: ¿Y el parto?
Gabriel (se lima las uñas): Ah, no, eso sí, va a ser parto con dolor… pero la culpa fue de la insurrecta de Eva, ya sabe, a la que dios maldijo por lo del fruto prohibido y justamente la castigó a ella y a sus descendientas a que tuvieran partos dolorosos; contra eso no podemos hacer nada, mi amortz, ya viene de muy atrás y es retroactivo.
María: ¿Entonces de cesárea ni hablamos?
Gabriel: ¡No, mi vida, ni hablur!, tiene que ser naturalito... ¿Qué dice, mi cheñora pechocha? ¿Está dispuesta a alcanzar el éxito…? ¿Quiere ser alguien en esta vida? ¿Desea que su hijo sea un ídolo…? ¿Es una triunfadora… o una looser más del montón?
María: Pues mire, nomás porque hoy me agarró de buenas y usted me cayó en gracia porque se ve que es buena gente… ¿Dónde firmo?
Gabriel (señala en el contrato): Ahí donde viene su nombre de pila, sobre la línea punteada.
María: No hay que ser, présteme una pluma.
Gabriel: ¡Of course my horse!
Gabriel se quita una pluma de un ala y se la da a María, quien firma. Truenos y relámpagos. María le devuelve el contrato; él lo revisa.
Gabriel: ¡Yes, perfecto, ya es toda una winner, de aquí al estrellato y a la fama mundial…! (Guarda el contrato y le da una tarjeta) Cualquier duda, inquietud, queja o sugerencia, ahí en mi tarjeta vienen mis teléfonos, el celular, el nextel, nuestra página web y nuestra cuenta de Twitter y de Facebook… Tenemos un número 01 800 sin costo para usted, con servicio celestial las 24 horas, los 365 días del calendario gregoriano… (Guarda el contrato) Y ahora, si me disculpa, la dejo, parto sin dolor… Me tengo que ir hecho la cochinilla allá arriba, hacer la cola, pagar en la caja, ponerle los sellos de recibido y ver a mi jefe para que se transforme en espíritu santo.
María: ¿Es transformista como los travestis?
Gabriel: ¡¡Es dios, con un demonio!! ¡Ash, mire lo que me hace decir! (Se persigna. Al cielo) Perdóname, diosito chulo. (A María) Después del trámite, dios, investido en espíritu santo, o sea la palomita buena onda, pasará a visitarla y a fecundarla.
María: ¿Cómo a qué horas cree que venga? Es que fíjese que tengo que ir al mercado sobre ruedas, pasar a la pollería, pagar el recibo de luz, que este mes vino que ni le cuento…
Gabriel: Usted no se apure, el altísimo sabrá, porque él todo lo sabe, es infalible, por eso es dios… A lo mejor será en sueños y cuando usted ni cuenta se dé.
María: ¡Y dale con los sueños!
Gabriel: Ha sido un súper gustazo hacer negocios con usted, doña Mary, tenkius por el refresquito, usted relájese, regocíjese, pásela bonito, échele ganas, y nos vemos un día de estos, si dios quiere. (Va a salir)
María: ¡Espérese, su pluma!
Gabriel: Quédesela de recuerdo… Chayito, besitos, mua, bye bye y amén.
Música “O Fortuna” de Carmina Burana. Gabriel baila un fragmento y sale. Termina la música. María queda dudando; luego sigue haciendo su quehacer, pensativa. Música de “Así hablaba Zaratustra” de Strauss. De pronto se le mete el espíritu santo; hace movimientos extraños, gime, casi se convulsiona, parece posesa, pone los ojos en blanco, tiembla, se sacude, jadea en un orgasmo… y finalmente queda embarazada, todo al ritmo de Strauss. Termina la música.
María (sentándose): ¡Ay, qué bruto, ni en mis mejores sueños! Nadie me había encontrado el punto G, me cae… ¡Uf, y no sabía que era multiorgásmica…! (Al cielo) Cuando quieras lo repetimos… (Busca por ahí) Ay, un tabaquito no estaría mal…
Aparece José, cansado, con su overol, caja de carpintero, vestido como Pedro Infante en “Nosotros los pobres”. Escuchamos un fragmento de “Amorcito Corazón” y ambos hacen la fonomímica, incluyendo la parte donde ella chifla. Termina la música.
José: Ya volví, vieja, y rujo de hambre.
María: Qué barbaridad, José, yo te esperaba hasta más al rato.
José: Es que la mugre ricachona a la que le andaba haciendo el trabajo, se encabritó por el presupuesto que le hice y me corrió, vieja jija... Por algo es millonetas, ¡por coda…! Y yo otra vez en el desempleo, ¡me lleva la tristeza…! Dame de comer, Chorreada, que me rugen las tripas.
María: Ay, Torito, es que no me dio tiempo, apenas puse los frijoles en la lumbre y no he ido por las patas y pescuezos a la pollería.
José: ¡Si serás! ¿Ora qué trago?
María: Hay café soluble.
José: ¡Quiero algo sólido carambas!
María: Creo que quedó un bolillo de ayer, Pepe.
José: Pues órale, como vas... Úntale algo aunque sea.
María: Oye, pero antes…
José: ¡¿Qué?! ¡¿Otra vez vinieron a cobrar los cinco meses de renta?!
María (Se persigna): No, no, ni dios lo mande… Fíjate que me sucedió algo bien chistoso, más bien muy rarísimo… Estaba yo haciendo el quehacer y oyendo a José José, cuando tocaron a la puerta… ¡¿Y quién crees que era…?!
Música “Misión imposible”. Con mímica, María le explica la aparición de Gabriel, la anunciación, el embarazo, el espíritu santo y toda la historia. Al terminar de narrar, cesa la música.
María: …Y para no hacerte el cuento largo, resulta que el arcángel Gabriel me dijo que tú y yo vamos a ser los padres del Nazareno al que llamaremos Jesús, ¿tú crees?
José: A ver,  a ver, a ver… ¿Estás preñada, lo que se dice encinta?
María: Yo creo sí porque cuando el ángel se fue, sentí cosas así como bien quién sabe cómo… Casi me da un ataque de risa por las cosquillas, pero luego no, eran más bien como calambres… Fue como cuando se me mete el chiflón por debajo de la falda, sólo que más fuerte y más adentro… Ora verás, ¿cómo te explico…? ¿Ves como cuando ves venir el agrurón, o así como cuando te vienen ganas de gomitar…? Pos hazte de cuenta, pero como que más intenso…
José: A ver, María, ¿en serio tú crees que me chupo el dedo? ¿Qué soy tan penitente como para creerme que te visitó un ángel y te reveló que vas a ser la madre de dios?
María: ¡Te lo juro por ésta, José! (Besa sus dedos en cruz) ¡El arcángel me lo anunció!
José: ¿Era el rarito ése afeminado que salió de la casa cuando yo iba llegando?
María: Uno de buclecitos, alitas, faldita corta, sí.
José: ¡¿Te acostaste con un desviado, María?!
María: ¡Claro que no, ¿cómo pasas a creer?! Te estoy diciendo que vino a decirme que el espíritu santo…/
José (la interrumpe): Ora sí vas a saber quién es Pepe el Toro, ¡ven acá, desgraciada, calenturienta!
José la persigue para golpearla, ella huye.
María: ¡Créeme, te estoy diciendo la puritita verdad!
José: ¡No huyas, que te voy a agarrar a cachetadas y arrastrar de las greñas, lángara ofrecida, abriéndole las piernas a cualquier desconocido!
María: ¡Te digo que yo no abrí nada, José, se me metió así como cuando te da la gripe que ni cuenta te das! ¡No me pegues!
José: Si no te voy a pegar, ¡te voy a matar, facilota…! Ya ensuciaste mi nombre, me engañaste, me fuiste infiel, ¡adúltera! Pero me canso si no me divorcio de ti y te dejo en la calle.
María (solloza): ¡Ya sabía yo que esto no me iba a traer nada bueno!
José: ¡Ven acá, disoluta cuatro-letras, déjame que te mate a golpes como te lo mereces…! ¡Vas a ser una más de las de Chimalhuacán…! Bien me decía mi madre que eras una cuachalota, fodonga, chancluda y que nomás me ibas a traer puras broncas… Me debí haber casado con Sarita, que es medio retardada y tartamuda, pero ella ¡jamás! engañaría a su esposo ni con el pensamiento.
María (compungida): ¡Pérate, José! El arcángel me dijo que dios padre iba a hablar contigo y explicarte cómo estaba la cosa… Dale chance, igual en chico rato se comunica contigo.
José: ¡Ay, sí, ¿y cómo?! Si ni a teléfono llegamos, nos lo cortaron por exceso de pago, y mi celular anda fallando desde que se me cayó a la taza del wáter.
María: ¡Ay, yo qué sé, pero por algo es dios, igual te manda un telegrama o algo así!
José (deja de perseguirla): ¡Ya me fregaste la existencia, María! Voy a ser el hazmerreír de la carpintería, la burla de la colonia, ¡y todo por tu culpa, perdida…! ¿Quién te va a creer que eres virgen y que dios te embarazó, por favor…? ¡Le hubieras echado más cacumen a tu mentira barata, pero eres muy bruta, analfabeta funcional, no te da el seso para más, por desnutrida…! Eso te pasa por ver tantas telenovelas baratas… ¿Sabes qué, ingrata pérfida…? (Tomando sus cosas) Ahorita empaco mis tiliches y ahí te ves, descarada… (Deja sus cosas) O pensándolo bien, agarra tus triques y lárgate con la anciana de tu madre… ¡Otra, que en plena tercera edad salió embarazada, semejante vejestorio…! Ella y tú son iguales, par de mitoteras… (Truena los dedos) Como vas, movida, lombricienta, que no tengo todo tu tiempo, no te quiero ver aquí... Te doy tres… Una… dos… dos…
María (solloza): De veras créeme, José, no te estoy echando mentiras… Además esta casa también es mía… La tele, el tostador y la licuadora los saqué de Elektra en abonos chiquitos… Aguántate tantito, vas a ver que dios se va a comunicar contigo de alguna forma y va a aclarar este margayate.
José (truena los dedos): Sí, tú, chucha y tus calzonzotes… Te me vas, desfachatada… ¡Ándale, llégale, no quiero volver a ver tu cara de mustia y de no mato ni una mosca! ¡Lárgate!
María: ¡Qué poca, de veras! Ya ni porque estoy embarazada esperando un hijo.
José: ¡Un hijo de otro, no uno mío, libertina! (Vuelve a perseguirla) ¡Pero ahorita vas a ver, me las vas a pagar! ¡Con el entripado no me quedo, déjame desquitarme!
José se lanza a golpearla y ambos forcejean. Música “Stop in the name of love”. Aparece Gabriel bailando y haciendo la fonomímica. Termina el fragmento musical.
Gabriel: ¡Basta, basta! ¡Apláquense los dos de una buena vez! ¿No les da vergüenza? ¡Stop in the name of god!
José: ¡Ya se volvió a aparecer el mujercito éste!
María: ¡Gaby, por vida tuya, explícale a mi esposo, no me cree ni media palabra!
José: ¿Y tú qué? ¿Eres gavilán… o paloma?
Gabriel: Ash, ya lo dijo mi tocayo, el poeta de la muchedumbre: lo que se ve no se pregunta… ¡Obvio arcángel! ¡Me choca que siempre cuestionen mi identidad…! Vengo siendo el DHL del señor, mensajería instantánea, lo mismo pero más galáctico.
José: ¿Eres gai, trifásico, ‘transvesti’ o qué fregados?
Gabriel: Mire, papacito chulo, vámonos respetando, ¿sí? No me injurie ni me ofenda, yo nací así y a mucha honra, orgullo dei del opus dei.
María: ¡Gabriel, cuéntale todo desde el principio! Bien te dije que mi marido se iba a poner como energúmeno.
José: ¡¿Te echaste a mi vieja, maldito puñal?! ¡Confiesa, méndigo degenerado!
Gabriel: Ay, cuánta naquez y vulgarité… ¡Da toques de lo corriente…! (A María) A ver, mi reina preciosa, ¿cómo fue que te casaste con este cavernícola…? De todas las opciones, ¡seguro elegiste al peor! ¿Desde cuándo sufres violencia doméstica? ¡Denúncialo, babosa, denúncialo!
María: Mejor explícale, ¿sí?
Gabriel: Ash… sólo porque tú me lo pides, darling… (A José) Verá usted, estimado Cromañón, ponga atención, que se ve que no le rueda mucho la piedra… (Mira al cielo) Diosito santo, porfis, ponme la pista cinco de mi Cd con las pistas de los musicales… (A María y José) Dios es mi DJ.
Todos expectantes. Tras unos instantes escuchamos el principio de “El fantasma de la ópera”.
Gabriel (al cielo): ¡No, dios mío, ese es “El fantasma de la ópera”! ¡El otro compacto, pero no el de musicales mexicanos, guácatelas, fuchi! ¡Uno donde vienen los musicales de temas religiosos: “La novicia rebelde”, “José el soñador”, “El diluvio que viene” y “Jesucristo Superestrella”!
La música se interrumpe.
Gabriel: ¡Bueno, dios es infalible pero a veces se equivoca! Le salió mal Lilith, la primera mujer, luego le fallaron Adán y Eva… También la primera humanidad y por eso la aniquiló con el diluvio universal, pero ¡bueno!, denle chance... (Al cielo) ¡Listo, mi señor!
Ahora escuchamos un fragmento de la obertura de “Jesucristo Superestrella”. Gabriel lo baila con gran destreza de bailarín de comedia musical. Termina.
José: ¿Y eso qué o qué?
Gabriel: ¡Oh, estese, espérese tantito, todavía no acabo! Ora se aguanta por descreído y desconfiado. (Al cielo) Diosito chulo, ponme la pista número ocho del CD de los villancicos navideños, por fa plis.
Escuchamos un fragmento “El niño del tambor” interpretado por Raphael; Gabriel baila y hace la fonomímica.
María (aplaude): ¡Ay, qué preciosísimo! ¡Bravo! ¡Soy tu fans!
José: ¡Aplácate, Maruca…! (A Gabriel) Bueno, ¿y luego qué con todo eso?
Gabriel: ¡Ash, que se espere, con un carambas! (Al cielo) Diosito lindo, ahora me pones la pista once del disco de los grandes éxitos de José José, ¿sí?
Escuchamos un fragmento “Cristo te ama” interpretada José Luis Rodríguez. Gabriel la baila y hace la fonomímica de la canción.
María (Aplaude y chifla): ¡Otra, otra, otra!
Gabriel: Ahí le va… (Al cielo) Mi diosito precioso, para finalizar apoteósicamente, ponme por fas la pista uno del disco de música brasileña.
Escuchamos un fragmento de “Jesús Cristo” con Roberto Carlos (en español), que Gabriel baila con fervor y destreza haciendo la fonomímica. María aplaude y chifla.
Gabriel: Gracias, tenkius very much… (A José) Después de este bello recorrido musical tan ilustrativo, ¿ya entendió, hombre de poca fe?
José: Más o menos.
Gabriel: Me faltó decirle que usted, José, será el padre sustituto del mesías, y de ahí vendrá el diminutivo Pepe, por la P de padre y la P de putativo…
José: ¡Óyeme, maldito mayate, ve a insultar a tu abuela!
Gabriel: Sin agraviar, don Pepe, así es el término correcto… Usted va a ser santo y será una de las tres piezas principales, indispensable, de todos los nacimientos… Cualquier duda, todo viene en el contrato que firmó su señora.
José (a María): ¡Ah, ¿firmaste un contrato?! ¡Si serás bruta! A duras penas sabes contar y con trabajos lees de corrido, ¡seguro ya nos embarcaste en una tontejada! ¿Dónde está ese móndrigo contrato leonino?
Gabriel: Nada de leonino, papacito chulo, es legal y santísimo, con la bendición de papá dios y de todo el santoral. (Gabriel le da el contrato a José, quien lo revisa. A María) ¿Refresquito, mi mujercita bella? Es que se me secó la boca por la bailada, son pasos que exigen mucha destreza de uno.
María: ¡Faltaba más, don Gaby! (Le sirve refresco) ¡Quién lo viera, usted es todo un artista…! No sea malito, luego me da su autógrafo, por favor.
Gabriel: ¡Claro que yes, mi reina adorada, uno se debe a su público, sin ustedes no seríamos nada…! Déjeme le cuento que los cuatro arcángeles, Miky, Rafa, Uriel y yo, tenemos un grupo allá arriba, tipo Locomía, ¡un hitazo…! Uy, nos damos vuelo con los abanicos y con unas coreografías, ¡gloriosas de wow! (Bebe su refresco)
José (Revisando el contrato): A ver, burra, ¿leíste las letras chiquitas?
María: Ay, no, estaban demasiado minúsculas y no tenía mis lentes a la mano.
José: ¡La regaste, taruga, ya nos pasaste a perjudicar gacho…! Fíjate lo que dice aquí: (lee) “Y su hijo Jesús, a los 33 años, por 30 monedas y con un beso será traicionado por un varón, será aprehendido en presencia de doce hombres y de una mujer de dudosa reputación, luego torturado con saña, juzgado y finalmente crucificado…”
María: ¡¿Nuestro hijo?!
José (a Gabriel): “Rodeado de doce hombres”, ¿lo van a apañar en un antro de lilos, besuqueándose con un mamarracho? ¡Lo que me faltaba! ¡Nos va a salir joto…! En lugar de ser carpintero, ¡va a acabar de estilista o bailarín!
Gabriel: ¡Ay, por favor, no diga sandeces, don José! ¡Antes de tener un hijo homosexual, dios padre lo mata! ¡Primero muerto que un hijo gay! ¿Por qué cree que destruyó Sodoma? ¡Obvio, por sodomitas…! ¡Le dan asquito, los detesta y los condena!
José: Y la mujer de dudosa reputación, ¿es una teibolera, una vestida o qué?
Gabriel: Va a ser prosti, mejor dicho una trabajadora sexual, ¡pero arrepentida y regenerada…! Mire, no siga especulando, don José, lea las otras letras chiquitas.
María: ¡¿Van a matar a mi criatura?!
Gabriel (a María): ¡Shhhhhhhh!, señora, tantita consideración, que su esposo está leyendo.
José: Aquí dice que: (lee) “a los tres días de muerto, Jesús resucitará, se elevará a los cielos y volverá con su padre biológico, complementándose así la santísima y divina trinidad…”
María: ¡¿Su papá suyo de él va a matar a su propio hijo?!
Gabriel: Ay, dicho así suena horripilante, señora linda… La cosa es más complicada que eso, pero a grandes rasgos ese es el plan.
María: ¡¿Pero qué padre engendra un hijo para luego matarlo?!
Gabriel: ¡No se me ponga fatalista, melodramática y catastrofista! Además no sería el primer dios que haga eso, ya antes Cronos se devoraba a sus hijos, como en muchas otras mitologías.
José: ¡Ahí tienes, babosa, aceptaste y ya ni cómo echarse para atrás!
María (solloza y se toca el vientre): Todavía no nace y ya está condenado a muerte.
Gabriel: Como todos los mortales, señito, no exagere ni se me sobreactúe.
Efecto de truenos. A Gabriel le vibra el celular, toma un audífono y se lo pone:
Gabriel: Permítanme un chirris, me está entrando una llamada de mi jefe… (Habla por manos libres) Señor, sí, lo escucho… Ajá… Okay… Sí, mi señor, sí… Segurolas… ¿También les cuento lo del sermón de la montaña…? Okay, esa parte me la brinco… De acuerdo… Sí, omito lo de los 39 azotes, las tres caídas, la corona de espinas y la clavada en la cruz, okay, no menciono nada sangriento… Sale y vale… Nos vemos al ratito, señor… Chayito, bye… (Cuelga) Era dios padre y me ordena que les explique bien a bien los beneficios de este bendito embarazo.
José: Yo no le veo ninguna ventaja.
María: ¡Yo menos! ¡Pobre de mi hijo!
Gabriel: ¡Shhhhh! ¡A callar y pónganme atención….! La onda viene siendo más o menos así…
Música “Hosanna” de “Jesucristo Superestrella”, sólo el estribillo; Gabriel lo baila y lo canta. Termina la música y él prosigue:
Gabriel: Después del sensible fallecimiento de su hijo, - que es irremediable, así está escrito y háganle como quieran-, se va a producir un fenómeno nunca antes visto… ¡Uf, agárrense: la fabulosa cristiandad o la Jesusmanía…! ¡Wow…! Su ilustrísimo vástago va a tener fans en los cinco continentes… En memoria de su hijo Jesús, se va a fundar una millonaria corporación transnacional, autodenominada la iglesia católica, apostólica y romana… El papa será el representante legal de su hijo en la tierra, los purpurados sus voceros y las monjas estarán de adorno haciendo rompopito… ¡Pero no se dejen sorprender!, ésta será la única y religión verdadera -no acepten imitaciones-, y se van a levantar templos, iglesias, parroquias y demás sucursales obtener el jugoso diezmo… Dios todopoderoso ya anda en eso de lo de la mercadotecnia, el marketing y la publicidad… La fábrica celestial anda a marchas forzadas maquilando tazas, llaveritos, ceniceros, crucifijos, fotos, pósters, playeras, estampitas y un titipuchal de suvenires más… ¡Un negociazo de proporciones bíblicas y ganancias millonarias…!
Escuchamos un fragmento de “Money” de Cabaret que Gabriel baila y canta.
Gabriel: Sorry, es que no sé por qué, pero me gana la comedia musical… (Prosigue) En nombre de Jesucristo, se van a hacer las primorosas cruzadas para derrotar a los infieles musulmanes apestosos… ¡Incluyendo la preciosa cruzada de los niños, ay, ternurita, chiquitos, mi amor…! ¡Uy, un río de sangre de antología, un salpicadero onda cine gore, no apto para cardiacos…! Luego habrá otras guerras religiosas, entre luteranos, calvinistas, protestantes, católicos y demás cristianos… (Imita voces) “No, que yo soy la representante del dios verdadero”, “No, que yo soy el vicario de Cristo”, “No, que tú eres espurio”, “No, que eres falso profeta, “No, que tú eres el anticristo” y la manga del muerto… Después, la iglesia va a inventar una empresa filial, “la santa inquisición”, que servirá para juzgar, condenar y matar herejes, sodomitas, brujas, judíos, moros, falsos conversos, malas mujeres, ¿ya dije sodomitas?, y todo aquél que tenga tratos con el maligno Luzbel.
José: En este cuento, ¿el que viene siendo el malo es Belcebú?
Gabriel: ¡Obvio, mi Pepe el Toro…! Los buenos somos nosotros… ¡Dios es amor! ¡El señor es mi pastor! ¡Sonríe: dios te ama…! Prosigo: las cifras, bajita la mano, serán entre 60 mil y 100 mil muertos por obra del santo oficio… el cual incluirá unas torturas y tormentos que ni en sus peores pesadillas se imaginarían, ¡Stephen King es un cuento para arrullar bebés…! Desmembramientos, quebradura de huesos, desgarramiento de vaginas, bocas y rectos, y finalmente la hoguera para salvarlos del demonio…
José: ¿Que sigue siendo el malo?
Gabriel: ¡Ay, que sí…! (Prosigue) ¡Va a ser una chamusquina de aquellas, pero todo sea por la salvación de sus almas pecadoras y que alcancen el perdón de dios que es tan bondadoso y misericordioso…! Por esas fechas, la santa madre iglesia estará empecinada negando rotundamente que la tierra gire alrededor del sol y que sea redonda… Gracias a una bula papal, los estados pontificios se beneficiarán por la esclavitud de negros e indígenas, de quienes se dudará por siglos de si tienen alma o no… Con la espada y la cruz conquistarán el Nuevo Mundo y civilizarán a la indiada salvaje adoradora de idolitos y fanática de los sacrificios humanos… Ya ven como son de dañinos los fundamentalismos, dan miedo… A mediados del siglo XX, la iglesia se quedará callada, lo que se dice muda, cuando los nazis se lleven a los hornos crematorios a millones de judíos, gitanos, anarquistas, comunistas, homosexuales, débiles mentales, razas inferiores y demás lacras sociales… ¿Pero qué creen? Al pobre de Adolfo no le va a dar chance de arrasar con todos, le va a faltar tiempo y no podrá terminar su misión.
José: ¿Y seguimos siendo del bando de los buenos?
Gabriel: ¡Obvio sí…! ¡Ash, me desespera…! (Prosigue) Ya más en lo que viene siendo la modernité de nuestros días, nuestro bendito ministerio se opondrá ferozmente, contra viento y marea a la eutanasia, al aborto en todas sus formas habidas y por haber –incluyendo casos de violación, o donde esté en peligro la vida del feto o de la madre-, a todo tipo de anticonceptivos y condones; atacará con vehemencia una vez más y como siempre a homosexuales, lesbianas y demás desviaciones sexuales, llamándolas aberraciones y abominaciones contra natura… Se resistirá, como gato boca arriba, a aceptar los matrimonios entre personas del mismo sexo, ¡obvio!, y a su derecho a adoptar inocentes criaturitas… ¡Wow, no se la van a acabar, les va a llover sobre mojado, la divina homofobia a todo lo que da, porque dios es implacable y odia a los sodomitas…! Si no me creen, lean la sagrada biblia, que es palabra de dios y en 44 pasajes los condena y maldice… En general, todo será pecado, desde el onanismo, la felatio, el cunnilingus, hasta hacerse tatuajes, y todos cargarán con mil culpas, empezando con el pecado original… Digamos que la falla vendrá de fábrica y por ningún motivo aceptaremos reclamaciones ni devoluciones… Y para culminar con esta maravilla non-plus-ultra nunca antes vista, como cerecita del pastel, los vicarios de Cristo, - supuestamente célibes, castos y puros sacerdotes-, abusarán sexualmente de cualquier criatura…
María: ¡¿De cualquier criatura?!
Gabriel: Déjeme terminar… De cualquier criatura siempre y cuando sea menor de edad… ¡Uy, una violadera de chamaquitos que dios guarde la hora…! Escuincles abusados por aquí, escuincles abusados por allá, escuincles abusados por doquier.
José: ¡¿En serio?!
Gabriel: ¡Sí, pero no se alarmen…! Entiendo su preocupación… Afortunadamente nuestra sacrosanta iglesia y su santidad el papa van a proteger con su beatífico manto a todos los curas pederastas y el aquelarre no pasará a mayores… ¡Fiu…! Okay, sí nos va a afectar un poquitín, bajarán las ventas, habrá deserciones a otras sectas demoniacas, habrá muchos periodicazos y un escandalazo mundial… pero ¡bendito sea dios!, poquísimos padrecitos serán juzgados y castigados… ¡Porque lo importante no es pecar, sino que la iglesia los encubra…! ¡Bueno, bueno, ¿se dan cuenta?, el señor no perdió detalle de nada con su divino plan divino! ¡¿Cómo les quedó el ojo?! ¡¿No es genial lo que se dice híper, mega genial, divine, shabadaba y shalalá?! (Al cielo) Dios, te amo, sigue así, nunca cambies, I love you.
José: ¿Todo eso va a suceder en nombre de nuestro hijo?
Gabriel (se lima las uñas): En resumidas cuentas, sí, les hice la versión abreviada.
María: Oiga, ¿y no es pecado que los curas violen niños?
Gabriel: ¡Depende…! Si es con condón, sí… si no, pues no.
José: Pero no entiendo, ¿Jesús va a ser mesías… o mártir?
Gabriel: Las dos cosas por el precio de una… Un mártir tiene más seguidores que un simple mesías y entre más sufra la víctima, mejor… (Ve su reloj) ¡Ay, virgen santa de la chaquira y la pendejuela, ya se me hizo tardísimo por estar chacoteando y echando el coto aquí con ustedes…! Tengo que ir al Vaticano, que hay un asunto de lavado de dinero entre el Banco Ambrosiano y la mafia siciliana, que debo detener a como dé lugar antes de que se nos venga abajo el changarro… ¡Otro escándalo y se nos desmorona la institución religiosa…! José, María, ha sido un verdadero placer conocerlos… Primero dios, nos vemos luego… Pero antes… ¡Vamos todos!
Escuchamos “Alabaré”. Gabriel canta y trata de animarlos, aunque no lo consigue en lo más mínimo.
Gabriel: “Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi señor…” (Aplaudiendo) ¡Vengan esas palmas, arriba el ánimo, no se me achicopalen…! (Canta) “Alabaré, alabaré, alabaré, alabaré a mi señor…” (Pausa) Ash, qué agüitados.
Fragmento de “O Fortuna”, Gabriel lo baila y sale con la música, que termina.
María: ¿Cómo la ves, viejo?
José: Espantoso, ¿no?
María: ¡Horrible! ¿Y ora qué hacemos?
José: ¡Sabe! Ya estamos amolados, mujer… Según el contrato, que es irrevocable, ora debemos huir porque a un tal Herodes no tardan en darle el pitazo de que va a nacer el mesías y no tarda en comenzar la matazón de niños…
María: ¡Y dale con los niños! ¡Qué afán del señor de andar matándolos o permitiendo que los violen!
José: Entre que sí y que no, deberíamos irnos yendo porque no nos quedan muchas opciones.
María: ¿Cómo de que no?
José: ¡¿No ves que ya está escrito y no hay nada que podamos hacer?! ¡Además firmaste un contrato! Se va cumplir la voluntad de (señalando al cielo) aquél… Hay que ir empacando algunos trapos, pensarle dónde fregados conseguimos un méndigo burro para irnos de aquí y a ver quién nos da posada. (Busca por ahí y encuentra un burro de planchar que toma y muestra) ¡Milagro, milagro: aquí está el burro! (Al cielo) ¡Gracias, dios!
María (Toma su bolsa y monedero para salir): Antes de eso, agarra tus cosas.
José: ¿Pa’ qué? ¿A dónde vamos?
María: Por suerte y bendito sea nuestro gobierno, en esta ciudad el aborto es legal… y si no lo fuera, igual me iba a una clínica clandestina, con cualquier comadrona o me tomaba unos tés de orégano… Ahorita me hago un legrado y así se acabó esta tétrica historia horrorosa… Yo no voy a ser cómplice de ese señor en todos sus crímenes, ¡ya parece, de mensa!
José: ¿’Tás segura?
María: ¡Segurísima! Que de algo sirva mi dichoso libre albedrío… ¿O tú qué dices?
José: No, pos que sí… también.
María: Pa’ pronto es tarde, viejo, ‘ámonos.
José: ‘Ámonos, vieja.
Escuchamos “El triste” de José José. Ambos salen.
- FIN -
Humberto Robles
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Descripción

Antipastorela herética-musical Estrenada en México DF También montada en Puebla

Palabras Clave: pastorela anti cabaret teatro jesús

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Humor


Creditos: Humberto Robles

Derechos de Autor: Copyright


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