EXTRACTO DE NOVELA: ALGO PEQUEÑITO DEL ARGUMENTO.

Eran casi la media noche cuando una piedrita golpeó el cristal de mi ventana. Jimena buscaba otra hasta que me vio asomarme. En la acera de enfrente dos borrachos abrazados se dirigían zigzagueando a la plaza de armas y cantando cielito lindo.
-Espérate. Bajo y abro - En dos brincos bajé la escalara- Pasa. No hagas mucho ruido que la abuela duerme. Vámonos a la azotea, mejor. 
-¿Has visto a esos borrachos cantando? - dijo Jimena. 
-Sí.
-El de la camisa roja es el padre del Camello. – continuó. 
-De tal palo… - Rematé tan apenas llegar a la azotea. 
-Caramba, qué bonita tu azotea. Desde aquí se ve precioso el mar y también parte de la plaza de armas. Vas a tener que invitarme más seguido. 
-Claro Jimena, cuando quieras. 
-¿Y esto qué es? – dijo al acercarse al lado izquierdo de la pared frontal donde había un trípode de aluminio aguantando por años el mejor regalo de mi abuela de niño. 
-Quítale la funda. Es un telescopio. 
-Y funciona –dijo maravillada mientras terminaba de abrirla - ¡la madre que me parió! qué cosas se pueden ver con esto. 
-Déjamelo y te lo diré. 

El fulgor de la luna llena inundaba toda la azotea y nos regalaba unas sombras irregulares de nosotros mismos. Parecía un ambiente mágico, irreal, un escenario propicio para que emergiera casualmente una conversación larga y amena. Esa noche ella llevaba bordado en la blusa, con hilos reflectantes, por ambos lados, la araña del calendario nazca.