“Somos hijos de la tierra”, cantó en sus versos de canción el gran Eduardo “Gato” Alquinta. Así los conozco, así los veo yo, así los escucho y los siento entre mágicas tierras donde conviven con la naturaleza en armonía y paz, en donde todos son hermanos y su canto es el canto de las aves que vuelan libres tal como ellos lo son. O lo fueron alguna vez. Hubo una época en que el Antü (sol) brillaba cada mañana con resplandor de newen (fuerza) y energía en los rostros de cada hermano y hermana Mapuche, dándoles la razón de vida para abrir sus ojos cada día. Hubo noches en que la Küyen (luna) se posaba sobre los sueños de miles de recuerdos de hombres, mujeres y niños, esperando el amanecer en donde solo coexistía la vida, la armonía, la paz y el amor.
Los Mapunches o mapuches son pueblo originario que tiene una visión y percepción del universo y del mundo diferente a otras culturas del planeta, esta visión de mundo y el espacio territorial en que esta se desenvuelve, fue lo que defendieron los antepasados y lo siguen defendiendo hasta hoy. Vemos que los fundamentos de la resistencia y lucha son muy difícil de entender por parte del no mapuche, pues existe un desconocimiento de ser Mapuche, de las orientaciones y principios filosóficos que fundamentan la resistencia histórica y cultural de nuestro pueblo originario, puede ser que el contenido de palabras de este ensayo sirva para entender que la lucha Mapuche es una lucha por la dignidad del ser humano y respeto y tolerancia por la diversidad, ya que jamás ha sido la intención del Mapuche convertir a nadie porque sabemos que las diferencias  sustentan el universo y son ley natural de lo perfecto.
No lo voy a repetir quizás nunca, pero el hecho de que exista una injusticia tan grave como esta no me hará callar jamás. Las causas más antiguas que originaron el problema fueron varias. No olvidemos mencionar que hace casi dos siglos atrás, Chile firmó un papel legal que estableció la paz y la frontera. Será tan increíble el egoísmo humano, como es capaz de quitarle lo que no le es propio al otro, sin remordimiento alguno el capitalismo se ha ido consumiendo al pueblo Mapuche. Sin más remedio que adaptarse al egoísmo de no ahora los españoles, sino que de los propios chilenos que los discriminan e ignoran quienes verdaderamente son, sin olvidar que son los hijos de esta tierra. Se le quitan todos sus derechos y libertades, por un sistema que va a acabar con el mundo como bomba de tiempo, me parece absolutamente inhumano y brutal.
-MARICHIWEU!!!!! (Venceremos diez veces), gritaban los Peñis (hermanos) Mapuches al viento en tiempos de batalla contra el enemigo capitalismo, que los perseguía hasta en los sueños, acabando con sus ganas de vivir.
El estado de Chile los reprime, les sigue la pista y cada detalle de movimiento, y está a la vista que su propia naturaleza es racista. Me dicen terrorista, me tienen odio porque me opongo a vivir de una manera capitalista, porque como hijo de la tierra no creo que los ríos sean nuestros recursos, sino que seres vivos que deben seguir su curso. El hombre que nace de la tierra, tiene por naturaleza el instinto de destruir a su propia madre, sin dejar rastro de recuerdo alguno para los que vienen.
Los niños viven el presente, y su futuro crece con el conocimiento de su ambiente, lo cual es algo muy profundo, donde ayudar a los demás es siempre lo más natural del mundo, donde la palabra tiene valor y peso, y no se vende por nada para traicionar a su madre tierra. Lo que quiero decir en todas estas palabras es que si lo creen útil, lo compartan con el mundo que tanto egoísmo tiene en las manos, que acaban cada día más con la vida de sus propios hermanos. Aportar un pequeño grano de arena en los caminos de la lucha nunca está de más, sin duda el arte que remata a la realidad nos sirve a todos, pero especialmente, debemos compartirlo con todos aquellos que abrumados por la enorme máquina mediática y educacional de los poderosos, quizás puedan creer, aunque sea por un momento, algunas de las grandes mentiras que sirven para justificar la violencia que sacude diariamente al mundo. El racismo, el odio y la codicia que se disfrazan de "progreso", "democracia" y "moralidad", son grandes enemigos de la humanidad, porque el pasado y el presente están llenos de abuso, la justicia del futuro debe comenzar con la verdad.
Yo no soy mapuche, pero sí que con mis propios ojos los vi, y con ellos compartí. Hoy me encuentro lejos, sin embargo a través de los años este pueblo hermano ha regalado al mundo hermosas lecciones de dignidad, valentía, consecuencia, generosidad y sabiduría, es con ese respeto y admiración que hoy aporto este trabajo, esperando que sirva para seguir contando y multiplicando estas pequeñas historias, que se esparcen como semillas y se entretejen como hilos en el telar.
-Rayen Kvyeh: “Cuando nosotros luchamos por cuidar los bosques, por cuidar los ríos, por cuidar la Madre Tierra, es la lucha de Ustedes, y es la lucha nuestra… Es la lucha de todo hombre, de toda mujer, de todo niño que tenga un espíritu, un espíritu libre, y un espíritu amante con los seres vivos de la naturaleza”…