LA FABULA DE LA LUNA
Publicado en Mar 25, 2013
LA FABULA DE LA LUNA.
Hace mucho, mucho que llora la luna pues Melancolía y tristeza dominan su corazón. Y en las noches, montes, bosques, valles, y selvas, Se bañan de la radiante luz, que ella hace brotar por Amor, por amor a un caballero que su senda abandono, Por amor a un sueño, que de su blanco pecho se alejo. Dejadme, que os cuente, la historia De este dolor, que hizo que la luna Brillase con tal esplendor. Cuentan que la princesa vivía, en un castillo hermoso, Tan gallardo y esplendoroso, vivía feliz, vivía plena, pero Pronto, su alma llenaríase de pena. En fin que cuando esta por el jardín caminaba, a la corte de su padre El rey, un joven guerrero llegaba, aquel era alto, y de rostro serio, pero solo en Apariencia pues era buen compañero, llegaba de una batalla y gran tributo al rey Entregaba. La hermosa doncella la mirada le clavo, Pues quedo encantada por aquel porte luchador. Y una invitación a el le hizo mandar, Para verlo a solas, en el jardín donde ella solía pasear. El joven caballero acepto la invitación, Y en aquel jardín se vieron como ella acordó, Este a su ves, a ella le prometió, que su alma Guardaría, con gran valor. Entonces la belleza de la joven, creció y creció, Tanto, tanto, como nunca antes se vio. Sin embargo un día, el a una cruzada partía, ella lloro Al ver que se iba, pues sabia que tal vez ya nunca lo vería, los dos Se despidieron y en eterno beso su alma fundieron, ¡AU REVOIR!- dijo el- Te esperare- dijo ella, y a si el caballero en el bosque se perdió. Pasaron los meses, y ninguna noticia, lo único que se sabia era que en Jerusalén bien les iba, la princesa, una noche al balcón se asomo, y Miro a la luna, tan pálida como ahora su amor, ella se enterneció por aquella Que brillaba tan sola en la constelación, pues envidiosas las estrellas, Se dejaron de su esplendor. Hay luna si pudiera a tu lado vivir, Si pudiera a tu lado lagrimas compartir, No e visto a mi guerrero, hace mucho que partió Si tu pudieses verlo, por favor dame información, Y habiendo dicho esto, un mensajero llego Las noticias, en efecto, eran malas pues aquel Que tanto amaba en batalla pereció. La princesa, tan hermosa su brillo apago, Y en su rostro la muerte una marca dejo, Juro entonces no volverse a enamorar, y como Su Compañera la luna, sola quedar, Aunque ahora era ella (la luna) que se compadecía de la joven Y sin más a un ángel su alma hizo encargar, Más ella no sabia que castigo iba a ganar, Pues prohibido estaba por ella sola pensar. Y a si en su lecho la princesa murió, y Selene Desterrada de su puesto partió, dejando a la Princesa, como nuevo sucesor, dejándola tan sola Como ella lo pidió, y en aquella cárcel de hielo su Alma llora sin césar, y su llanto desde hace siglos, Mares hace iluminar, y su brillo tan hermoso creció y creció Tanto, tanto, como nunca antes se vio. POR: ISAAC CUREÑO
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